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Immortal [KaiHun] por Shiza-chan

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A los 10 minutos SeHun se limitó a esperar otro rato sentado en la silla frente a su escritorio.

Cuando pasaron 20 minutos comenzó a caminar en círculos por su habitación, como haría un gato encerrado.

A eso de los 35 minutos había vuelto a tomar asiento en la silla del escritorio mientras enviaba miradas fugaces a la ventana.

Para los 45 minutos comienzo a golpear una almohada con la idea de que era la persona que, se suponía, ya debía de haber llegado; y, para cuando dio la hora, mandó a la mierda al mundo entero y todo lo que éste albergaba; incluida la pobre almohada que terminó chocando contra una pared de su cuarto mientras que él se dirigía al baño del pasillo con pisadas fuertes y maldiciones saliendo de su boca.

Dejó toda la ropa que se había tardado horas en escoger tirada en el suelo del lugar y se metió al chorro de agua de la regadera apenas éste tuvo una temperatura aceptable.

Un rato más tarde, el chico se encontraba de nueva cuenta sentado frente al escritorio, con el computador abierto y varios libros de texto cerca. Estaba enojado, y necesitaba distraerse en algo. Y de momento, adelantar el proyecto de Historia parecía una buena idea.

Dos horas. Dos malditas horas habían pasado y JongIn no se había dignado en aparecer y, para ese punto, SeHun ya estaba colorado del enojo ¡Ni siquiera se había molestado en enviar un mensaje! Estúpido Kim JongIn.

Suspirando casi dramáticamente, SeHun tiró sobre el escritorio los lentes que momentos antes llevaba puestos y se frotó el puente de la nariz mientras que recargaba el peso entero de su cuerpo contra el respaldado de la silla.

Estaban por dar las 2:00 a.m. y la técnica de contar cuántos homicidios había cometido Hitler no había servido de mucho. Por el contrario, aquello sólo había contribuido a que un dolor de cabeza horrible hiciera acto de presencia.

Apagó el aparato y se levantó del asiento, dispuesto a enterrarse entre las sábanas hasta que el sol se volviera a ocultar el día siguiente cuando una pequeña brisa helada golpeó contra su cuello y lo hizo encogerse en sí mismo el tiempo que el escalofrío que aquello le provocó tardo en desaparecer.

No necesitaba ser un genio para saber de quién se trataba.

— Llegas tarde, Kim. Muy tarde— Dijo con voz seca al tiempo que giraba sobre sus talones para encarar al inmortal.

El mayor tenía el cabello revuelto y las ropas desordenadas, como si hubiera estado corriendo un maratón de 15 kilómetros sin descanso; pero SeHun sabía que aunque ese hubiera sido el caso, JongIn estaría en mejores condiciones.

Sonrió de lado al ver como su pareja sacaba de detrás de su espalda un ramo de 15 rosas negras y las ponía frente suyo para entregárselas. Eran sencillamente hermosas. Eso no lo iba a negar. Pero dada la situación y el detalle de que JongIn estaba tratando de comprar su perdón con aquel arreglo floral, SeHun se obligó a sí mismo a darle prioridad a su orgullo y apartar con delicadeza el ramo hacía un lado.

— Está vez no, JongIn — Habló con delicadeza, sin un sólo signo de enojo en la voz. Irónicamente, eso sólo hizo que JongIn se sintiera peor.

El vampiro siguió con la mirada al joven mortal hasta que éste hizo a un lado los cobertores de su cama y se metió debajo de ellas, cubriendo su cuerpo hasta la altura del cuello y dándole la espalda al milenario.

Bien. La había cagado. Eso era un hecho que estaba bastante claro. Pero no era como si él hubiera decidido deliberadamente llegar tarde otra vez a su cita con el rubio. Al igual que el chico, había ansiado esa salida, (misma que no era del todo salida, ya que el plan original era quedarse en la casa del otro a ver películas de los 90's hasta la mañana siguiente) desde el día en el que la habían fijado. Hace aproximadamente una semana. Pero, como siempre, un imprevisto tenía que pasar. Igual que todas las veces.

El pelinegro soltó un suspiro que bien podría haber pasado como un bufido y se acercó hasta la cama de su pareja después de dejar con cuidado las rosas sobre el escritorio; se sentó cerca de la orilla al tiempo que se dedicaba simplemente a observarlo, pensando en qué sería lo mejor: si dejarse usar como saco de boxeo o conseguir una dotación de por vida de Bubble Tea. Las dos opciones parecían tan tentadoras que la idea de cumplir con ambas se estaba volviendo una realidad en su cabeza.

— Deja de verme así, es espeluznante. — El pelinegro dio un pequeño brinco en su lugar al darse cuenta de que se le había quedado viendo al rubio por bastante tiempo. Algo que resultaba irónico viniendo de él ya que...bueno, su concepto de tiempo era una infinidad de veces más distinto al que tenía el menor. SeHun se giró sobre sí mismo y le dio la cara al moreno. Éste le dedicó una sonrisa sencilla, con las comisuras de los labios apenas elevadas y aproximó su mano al rostro del rubio, acariciando con delicadeza una de la mejillas del mismo. El chico no se hizo de rogar, e incluso se acercó con la intención de sentir con mayor nitidez el tacto frío de la mano ajena pero que para él resultaba tan cálido... Cerró los ojos, dejándose arrullar por las suaves caricias. — ¿Qué fue esta vez, Kai?

Bufó pesado, deteniendo el movimiento de su mano por unos segundos mientras que su vista se perdía en algún punto de la pared. Se debatía internamente entre decirle a SeHun la verdad o inventarse una mentira piadosa para evitar preocuparle innecesariamente por algo que él consideraba banal. — La verdad, JongIn — Susurró con tono firme, como si hubiera leído los pensamientos del vampiro. Y el moreno sabía que su pareja hablaba en serio al haber cambiado el "Kai" por el "JongIn".

Chasqueó la lengua.
Sabía que aunque le mintiera, SeHun se entraría tarde o temprano por el lengua suelta de BaekHyun y, por ende, él terminaría pidiendo disculpas unas dos semanas hasta que el rubio se hartara y decidiera perdonarlo. No sería la primera vez que ocurría.
Miró el ceño fruncido de su pequeño y negó un par de veces mientras se recargaba contra el respaldo de la cama.

— Nos encontramos con un grupo de cazadores... — Susurró esperando no haber sido escuchado por el otro, pero el sonidillo de angustia que soltó el menor junto con las manos del mismo toqueteando su rostro y torso en busca de heridas le indicaron lo contrario.

— ¡¿Qué?! ¡¿Cómo fue eso posible? Se supone que la zona está libre de esos idiotas! ¿Estás bien? ¿No les hicieron nada? ¿Y Baek? — Kai rio bajito por el ataque de histeria que le estaba dando a SeHun y antes de que pudiera llegar a mayores tomó las manos del menor con las suyas y las mantuvo quietas.

— Eh, tranquilo, Hunnie. Estoy bien, Baek igual. Nos fuimos antes de que pudieran empezar a disparar siquiera. — Explicó con calma para intentar disminuir los nervios de su pareja. Creyó que funcionó cuando SeHun relajó las facciones del rostro y su respiración volvió a la normalidad, pero al sentir un golpe directo en el estómago supo que no era así. — ¿Y eso por qué fue? — Preguntó tocando la parte afectada, aunque el golpe estuviera lejos de dolerle (de hecho, sospechaba que el rubio había residido más daño del que había provocado).

— ¡Por idiota! ¿Por qué sigues arriesgándote a robar bancos de sangre si... ¡si me tienes a mí!? — Le volvió a golpear el abdomen. Su vista permanecía clavada en los ojos ámbar del inmortal. — Te lo he dicho mil y un veces y pareces no entenderlo. Comprendo que no me quieras convertir todavía; pero sabes que se necesita mucho más que una mordida para transformar a alguien. Podrías simplement...

— No. — Fue una interrupción seca que se prolongó cuando Kai le vio intenciones de replicar — No, SeHun. No eres un pedazo de carne para alimentarme de ti y no pienso hacerlo.

— ¡Pero BaekHyun se alimenta de KyungSoo todo el tiempo! — Le dio otro golpe en el estómago con un poco más de fuerza que las veces anteriores; y habría seguido de no ser porque el mayor lo sujeto de las muñecas antes de que pidiera darle el cuarto golpe de la noche, tirándolo sobre el colchón con su cuerpo encima impidiéndole moverse — ¡Quítate, obeso! ¡Estoy enojado contigo!

JongIn rio entre dientes por el apodo que le puso el rubio y miró con ternura el rostro furioso del mismo. Podían declararle un completo loco sin remedio, pero realmente le encantaba ver los gestos del otro cuando se enojaba. Sus cejas se fruncían de manera graciosa, formando pequeñas arrugas en su frente y sus labios se apretaban de manera casi infantil, haciéndolo lucir como un niño ante sus ojos.

«A lo mejor y es porque comparándolo contigo, es un niño, pedazo de imbécil»

Y ahí estaba su conciencia.

Rodó los ojos por la inoportuna interrupción y regresó su atención al cuerpo que se retorcía inquieto debajo de él.

— SeHun... — Dijo con calma, logrando que sorprendentemente él nombrado dejara de moverse como gusano en sal y le pusiera atención.

— ¿Qué?

— ¿Por qué deseas tanto que beba tu sangre? — Vale, que aquello no se lo esperaba.

El chico tragó saliva, quedándose repentinamente mudo. Su cerebro trabajaba intentando formular una respuesta coherente que no lo hiciera quedar como un tonto, pero parecía ser que cada cosa que se lo ocurría era más absurda que la anterior.

« ¿Porque quiero saber que se siente se mordido por un vampiro?, ¿Porque me pone que me muerdan?, ¿Porque KyungSoo dice que se siente excelente? ¡Ah! ¡Putos todos!»

—Yo qué sé. Para que no te arriesgues a que un cazador te dispare en el culo, supongo. — Y por la sonrisa que se formó en el rostro del moreno, SeHun supo que no le había creído ni una sola palabra.

—Así que mi bebé se preocupa por mí. Hum...para mí que ese no es el verdadero motivo — Dijo entre dientes JongIn mientras un brillo perverso le surcaba la mirada. Estaba más que consiente de que lo dicho por su pareja era una mentira salida de los nervios; SeHun sólo usaba malas palabras cuando estaba o muy enojado, o muy nervioso, y viendo la situación en la que estaban, era seguro que era por lo segundo. Eso hizo que sus neuronas hicieran sinapsis, y una idea divertida terminó por instalarse en su cabeza.

Sonrió de lado al tiempo que acercaba su rostro al de SeHun y comenzaba a acariciar la mejilla del mismo con la punta de su nariz, con movimientos lentos y hasta cierto punto, rozando lo delicado. Sintió como el cuerpo debajo se estremecía ante su tacto, lo cual sólo lo motivo a continuar con lo que hacía. Con los labios entreabiertos bajó hasta el lado derecho del cuello de SeHun y besó fugazmente por encima de la yugular; esta vez obteniendo como recompensa un jadeo bajito que el menor intentó silenciar mordiéndose los labios.

—Jong...In — Un susurró apenas perceptible escapo de los labios rosados del rubio cuando el inmortal comenzó a rozar su piel con los dientes. Pero joder... el moreno lo había escuchado a la perfección. Por un demonio que sí.

Con más ímpetu que antes, Kai recorrió la piel expuesta del cuello de su novio; pasando los labios por la manzana de Adán y presionando ligeramente la punta de sus colmillos en los costados del cuello, sin llegar a sacarlos realmente ni a perforar la piel. Entre besos simples llegó a la barbilla del de tez clara y en cuanto SeHun intentó bajar el rostro para besarlo, Kai se alejó sonriente mientras que al menor se le fruncía de nueva cuenta el entrecejo y de su garganta salía un sonido de frustración.

— ¿Tan desesperado estás? — Preguntó ladino. SeHun giró el rostro bufando y el inmortal rio.

Fijó la vista en la nívea piel que SeHun ponía a su disposición sin ser consciente de ello y su mirada brilló.

Su rostro bajó una vez más al encuentro con el cuello del chico y paseó la nariz por el mismo, deleitándose con el aroma a jabón de lavanda y menta fresca que la piel destilaba. Sintió a SeHun respingarse y levantó la vista para encontrar esos ojos castaños viéndolo fijamente.

—Si lo vas a hacer que sea de una vez, demonios. La estás haciendo mucho de emoción.

JongIn rio — ¿En verdad quieres que lo haga? — SeHun asintió repetidas veces. Ante aquella afirmación JongIn apretó los labios pero susurró un "Bien" suave antes de volver a bajar la mirada. El rubio echó la cabeza para atrás dándole más espacio.

El vampiro respiró pesado contra la piel del otro, viendo la misma erizarse en el acto y sacó los colmillos completamente. Viajó a un punto a la derecha del cuello, por debajo de la oreja y cerca del pequeño lunar que lo volvía loco, y ahí posó su boca.

SeHun jadeó al momento al sentir como succionaban su piel y poco después cerró los ojos esperando a que el moreno terminara.

JongIn se separó a los pocos minutos y miró con admiración la marca rojiza que ahora decoraba el blanco cuello de SeHun, destacando notablemente en contraste con el tono de piel del más joven.

Cuando sus ojos ámbar volvieron a chocar con los de su pareja se limitó a sonreírle al tiempo que le soltaba las muñecas.

—Tal vez para la próxima.

SeHun hizo un mohín antes de cruzar los brazos sobre su pecho y acostarse de lado para darle la espalda a su pareja, justo como al inicio de todo.

—Es la vigésimo tercera vez en el mes que dices eso, ¡Y apenas estamos a 12!

—Bueno—Dijo Kai sonriente al tiempo que se acercaba para darle un beso en la cien— Puedes estar seguro de que habrá una vigésimo cuarta.

Notas finales:

Algo raro que salió de un trabajo de Taller, que inició como drabble y terminó volviéndose esto :v Puej ya qué. La verdad es que no sé ni que mierdas hice aquí pero espero que les haya gustado xD

Toda opinión, queja o sugerencia es bien recibida en este recinto sagrado y... blablabla, un montón de chorradas.

Les mando un chingo de BSL :* 

¡Hasta la próxima wea!


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