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Lado animal por Dementiel

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Notas del fanfic:

Hey, hey, hey! Creo que ya se me hizo una afición escribir a Himuro tan agresivo y salvaje, no sé... Así me sale, por más que quiero hacer algo romántico y tierno pero nomás no lo logro. En fin, espero que disfruten este FF, me divertí escribiéndolo.  

 

Los personajes no me pertenecen, créditos a su creador. 

Notas del capitulo:

Si les gusta Moenia sabrán que tienen una canción llamada así, me inspiré en el titulo, Himuro se veía medio animal (?) Douzo, disfruten el FF. 

 

Himuro contuvo la respiración de nueva cuenta, faltaban 5 minutos para que sonara el timbre anunciando el final de las clases, que desesperante espera. ¿Por qué estaba impaciente? Porque era fin de semana y al fin podría pasar un poco de tiempo con su pareja de turno.  

Ese peli celeste se estaba haciendo del rogar, demasiado para su gusto y parte de eso lo hacía estar tan impaciente y de mal humor. Había cruzado miradas con él aquella vez en el partido final de la Winter cup y había sido un flechazo instantáneo, su entrepierna y los hermosos ojos azules ajenos. Tenía que ser suyo pero había un inconveniente, Taiga, su querido bro. Había pensado que Kuroko y su bro salían juntos pero para su bendita suerte, no era el caso, aunque Taiga tenía escrito en el rostro que quería todo con ese chiquillo, una verdadera lástima (para Taiga claro) pero quizás y luego de que obtuviera lo que quería bien podría cedérselo. No tenía problema en compartirlo con su hermano, solo que si estaba tan bueno y le satisfacía como quería, entonces tendría un dilema entre compartirlo.

Llevaban ya 6 meses saliendo y a lo más que habían llegado era a segunda base, ni siquiera le había dejado meterle los dedos, mucho menos le había hecho una mamada y eso comenzaba a exasperarlo; y es que Kuroko Tetsuya tenía expresiones tan extremadamente sexys cuando lo tocaba que Himuro se carcomía en curiosidad de solo imaginar que otras expresiones podría poner cuando se la metiera y lo partiera en cuatro. Era un record para alguien como Himuro el estar en abstinencia durante 6 meses y todo por querer cogerse a ese peli azul. Una vez que lo hiciera buscaría a todos los que se le escaparon en ese tiempo y no les dejaría caminar en dos semanas, incluyendo al sensual pelirrojo capitán de Rakuzan, a ese moreno que formaba parte de los reyes destronados, el de las pestañas dignas de comercial de Shutoku ¡Uff, la lista era demasiado larga!

Los cinco minutos que faltaban se la pasó pensando en todo lo que le haría a su pequeño novio y los demás, por lo que era de esperarse cuando sonó el timbre, Tatsuya estaba duro, listo para empezar el primer round.

Ni siquiera se despidió de sus compañeros, no pudieron verle ni el polvo, había salido a toda prisa, habían quedado de verse en su departamento y agradecía que Kuroko fuera tan puntual; había hecho la limpieza la tarde anterior e incluso había mandado a pedir algo de comida, de la buena, para que valiera. ¡Esa tarde, Kuroko Tetsuya sería suyo! O eso estaba esperando. Llegó a su departamento a tiempo, el menor aún no llegaba, le había dicho que iría por él a la estación pero Tetsuya había declinado la oferta pues andaba de visita con sus familiares, así que lo mejor sería encontrarse allí directamente, mejor para él. Se dio una ducha, quería estar presentable, listo para la acción; mientras lo hacía se dio una ayudadita con la mano, como era su costumbre estos 6 meses, aunque ni eso logró aliviar del todo la erección; esas ansias contenidas, su deseo por el cuerpo del chiquillo y  el libido hasta el cielo, estaba enloqueciendo.

 

Se sentía como un león enjaulado, caminando de un lado a otro en la tortuosa espera por la llegada del chico, 15 minutos después el timbre estaba sonando.

 

Dio un respingo, si se apresuraba a abrir, el menor pensaría que estaba desesperado (lo estaba pero no tenía por qué hacerlo notar) esperó un momento antes de dirigirse a la puerta y luego abrió, observando entonces el rostro tan sereno de su pareja, invitándole a pasar con la sonrisa cordial de siempre, aquella que disfrazaba esos pensamientos tan obscenos que tenía con él menor.

 

— Tetsuya, adelante pasa… — intentó no sonar demasiado abrupto, esperando a que el menor entrara.

— Gracias, Himuro-kun. — El menor no perdió el tiempo, enseguida entró en aquel lugar tan pulcramente limpio, dejando sus zapatos en la entrada antes de pasar a la sala, tenía esa sensación de incomodidad en su pecho, más esperaba fuera solo porque era la primera vez que iba al departamento del que fuese su pareja, aunque esperaba no durar demasiado tiempo allí, tenía algo que decir, algo que Tatsuya no se esperaba. 

— ¿Te ofrezco algo de tomar? ¿Tienes hambre? Hice un poco de té y chocolate caliente, hace algo de frío… — empezó Tatsuya, avanzando a la cocina, resistiendo sus ganas de tocarlo aún, más la voz tranquila y firme del menor le detuvo de improviso, haciendo que se girara a verlo con estupefacción, adivinando enseguida lo que diría a través de aquella mirada tan sincera y transparente del peli celeste.

— Himuro-kun, tengo algo que decirte… Yo… Quiero terminar — el menor soltó esa frase inocentemente, esperando hacer el menor daño posible, más sabía que algún daño sería recibido pues el sentimiento del rechazo siempre dolía, de una u otra forma. Su mirada serena y sincera se clavó sobre los ojos ajenos, notando entonces la sorpresa aparecer en el rostro ajeno.

— ¿Qué? ¿Terminar?... ¿Por qué? — Tatsuya estaba demasiado anonadado ¿Terminar? ¿Lo estaba terminando a él? ¿Qué? No entendía que demonios estaba pasando ¿Por qué? Le había dado todo, había sido un maldito caballero con él, le había llevado a citas, lo había ido a ver a cada partido, le había comprado infinidad de malteadas de vainilla ¡Le había soportado su actitud de virgen incorruptible! ¿¡Y ahora le salía con eso?! Justo cuando iban a coger. ¡No, de ninguna manera! Estaba a punto de reventarse el hilo de su cordura y paciencia; eso no sería bueno. Respiró profundo para intentar calmarse, darle pie a que le explicara la situación…

— Yo… Creo que estoy enamorado de Taiga-kun… — Ah, esas palabras fueron como un balde de agua fría para el mayor, aunque de cierta forma ya lo sabía, lo sabía desde que habían empezado a salir; el que Kuroko le llamara a su bro “Taiga-kun” solo significaba una cosa y eso era que sin duda habían tenido un acercamiento mayor al que él tenía con el que fuera su pareja. Por unos instantes, Himuro sintió su boca seca, sus oídos pitaban, no quería seguir escuchando esa estupidez ¿Él creía estar enamorado? ¡Patrañas! Solo era una estúpida excusa más para no acostarse con él. Ni siquiera lo pensó demasiado, sintió como la ira recorrió todo su cuerpo y cuando se dio cuenta ya tenía prensando la muñeca derecha del ajeno entre su mano izquierda, arrastrándole hasta su habitación.

 

— Bullshit!! No estás enamorado de Taiga y te lo comprobaré ahora mismo — espetó con fiereza, Kuroko no le había visto así ni cuando le defendía de algunos tipos que querían pasarse de listos. Lo arrojó contra la cama con violencia, azotando la puerta de su cuarto tras de sí, zafándose enseguida la camiseta para descubrir su bien trabajado y esculpido torso. — No estás enamorado, tu pareja soy yo y ahora reclamaré lo que por derecho me pertenece — soltó con enfado, mientras Kuroko pataleaba e intentaba apartarse de la cama, estaba asustado, el rostro desencajado de Tatsuya por el enojo le daba miedo, quiso rodar fuera de la cama pero los fuertes brazos de Himuro se lo impidieron, creando una cárcel para su menudo cuerpo que quedó fácilmente bajo el del mayor. Su cuello prontamente se sintió atacado por la boca ajena que tantas veces atrás le había besado con tanta paciencia, más ahora solo sentía mordidas, lamidas y chupetones que reventaban bazos de su piel creando así los inconfundibles moretones en su níveo y terso cuello.

— P-Por favor, Himuro…kun… Para ¡Detente! — Kuroko sollozaba desesperado, sintiendo como le desgarraba la ropa con aquella fuerza brutal que poseía, haciéndose tirones cuando llegaba al suelo, no fue sorpresa que en segundos quedase desnudo, sintiendo como le forzaba a separar sus piernas para que su cuerpo quedase entre ellas, haciendo que rozara sus caderas enseguida contra las del menor.

— ¿Por qué quieres que me detenga? Seguro que ya hiciste esto con Taiga ¿No? ¿Te gustó? Pero yo soy mucho mejor que él, haré que lo disfrutes más, mucho más — sentenció despectivamente mientras sus manos mallugaban el cuerpo del menor, desde su pecho hasta sus caderas, deslizándose rápidamente hasta sus muslos, los cuales apretó con fuerza, siempre había querido hacerlo. — Si cooperas no te dolerá demasiado — añadió a su sentencia mientras una de sus manos se deslizaba por uno de sus muslos, bajando hasta la curvatura de su trasero, apretando y masajeando aquel glúteo que había caído presa de su mano antes de que deslizara por el medio de estos sus dedos, tocando entonces aquella entrada que tanto tiempo le había traído de cabeza. Por lo que podía sentir era demasiado apretado, seguro que seguía virgen pero sus pensamientos estaban tan caóticos en esos momentos que solo imaginaba a Kuroko bajo el cuerpo de Taiga y eso le enervaba la sangre. Se descuidó por unos segundos y recibió una fuerte patada por parte del menor, justo en el estómago, lo que le hizo caer a un lado mientras Kuroko se levantaba como podía de la cama, saliendo de la habitación y corriendo por el estrecho pasillo del departamento, buscando la salida.

Más a Himuro no le tomó ni 5 segundos alcanzarlo, justo en la entrada de la puerta dónde dejaban los zapatos, le tomó por los cabellos y lo empujó hacia atrás para tirarlo al suelo, mientras él se bajaba el cierra del pantalón para sacar su endurecida y lista hombría — No, no vas a escapar esta vez — musitó mientras le tomaba por las caderas para girarlo y que Kuroko quedase de cara al suelo, ni siquiera le dijo más, simplemente sintió como algo caliente invadía su interior con prisa, con fuerza, haciendo que se arqueara y ahogara un grito de dolor mientras unas gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas. Kuroko sentía como si su interior estuviese desgarrándose y eso parecía no importarle a Himuro en lo más mínimo, quién enseguida comenzó a embestirlo con frenesí, empujándose una y otra vez contra su cuerpo, haciendo que sus rodillas chocaran contra el tatami, provocándole más dolor.

No escucharía nada de lo que dijera, se sentía delicioso. Esa calidez rodeando su pulsante miembro, lo había deseado tanto y no se había equivocado, era exquisito. En cuanto le había penetrado se había dado cuenta de que no podría dejarlo ir, mucho menos por Taiga. Sus manos se aferraban a la blanca y suave cadera ajena que parecía que iba a deshacerse si aplicaba más presión sobre esta. Los sonidos de jadeos, rechinidos, sollozos, fluidos y gruñidos resonaban en la amplia habitación, estaba demasiado excitado con toda esa acción, ni siquiera le importaba el placer de Kuroko, tratarle bien ya no era su prioridad, ahora solo quería sentirse bien y acabar en su interior las veces que fuese posible. Kuroko había dejado de pelear desde la primera estocado ¿Lo habría lastimado? Era la primera vez que tomaba a un virgen. Este pensamiento le hizo bajar su mirada hacía la unión de su miembro con el trasero ajeno y entonces vio un cúmulo de líquido pre seminal con sangre, lejos de asustarse simplemente relamió sus labios y llevó una de sus manos al flácido miembro ajeno para comenzar a bombearlo al ritmo de sus embestidas, que se volvían más certeras mientras más profundo llegaba.

— ¡S-Suéltame! — Kuroko lo que menos quería era que su cuerpo reaccionara ante la violación de la cual estaba siendo víctima pero Himuro sabía dónde tocar, y poco a poco logró que el miembro del menor despertara, aumentando así el ritmo de las estocadas y la humillación en el cuerpo ajeno. Solo había una cosa que quería Himuro Tatsuya en esos momentos… Terminar.

 

Gruñó contra la nuca ajena, comenzando a dejar un sinfín de lamidas y besos contra su piel mientras sentía como la esencia ajena llenaba su mano, haciendo que riera sin detener el ritmo de sus caderas, la manera en la que el trasero ajeno se cerraba sobre su virilidad le excitaba demasiado, poco a poco perdía la razón, solo quería terminar.

 

Poco a poco dejó de pensar, se fue quedando solo con su lado animal, sintió como el estupor le empañaba el juicio, la voz jadeante del menor era exquisita, era lo único que necesitaba para culminar. Su cuerpo se agitó y en segundos llenó el trasero ajeno con su esencia, dando algunas últimas embestidas, ignorando que Kuroko sollozaba en silencio, mordiendo con fuerza sus labios.

Salió del cuerpo ajeno, soltándole como si de un trapo se tratase, a Kuroko poco le importó caer contra el suelo, no estaba muy alto de todos modos aunque igual había dolido el golpe, le miró de soslayo antes de intentar ponerse de pie más una nalgada por parte de Himuro le hizo tensarse.

 

— ¿Creíste que terminamos aquí? — preguntó mientras le tomaba por el mentón con sus dedos, haciendo que se girara para mirarle, notando algo de sangre en sus labios, seguramente por la mordida de hace unos momentos. — Me gusta esa mirada indiferente tuya… — se inclinó para apropiarse de sus labios, mordiéndolos con más fuerza, degustando aquel sabor dulce y metálico que poseían ¡Ah, era un manjar este chico! Rodeó su cintura con uno de sus brazos y le alzó cual costal de papas, cargándoselo al hombro, Kuroko supo que no le dejaría ir tan fácilmente.

 

 

No supo cuánto tiempo estuvo allí pero recordaba claramente cada una de las bajezas a las que Himuro le había sometido, le había hecho de todo, con todo. Había usado su cuerpo como mejor le había parecido, sus muñecas y tobillos tenían marcas rojizas de las ataduras que había usado, su cuerpo entero estaba plagado de rojizas y moradas marcas, sus tetillas estaban aún rojas y adoloridas, su vientre estaba abultado de tanta esencia que había en él, demasiado lleno que sentía deseos de vomitar, la peor parte la tenía su cadera, dolía horrores, se sentía punzar y entre sus muslos se podía ver claramente un rastro de semen y sangre, su cuerpo entero le dolía pero no tanto como su alma ¿Cómo podría ver al rostro a Kagami? ¿Le creería si le contase quién había ultrajado su cuerpo de tal manera? No había forma de que se comparara con Tatsuya y eso el moreno lo sabía. Lloró en silencio mientras sentía que se rompía aquella esperanza de confesarse, de darle una respuesta afirmativa a Taiga.

 

La puerta de la habitación se abrió haciendo que se sobresaltara, más no se giró a mirar al que entrara por esa puerta.

— Dormiste demasiado… ¿Tan bueno estuvo? — preguntó mientras sonreía arrojando el celular al menor. — Me encargué de anunciarle a todos que Kuroko Tetsuya ya no es más el niño virgen… — comentó entonces, haciendo que Tetsuya tomara el celular rápidamente para saber de qué demonios hablaba el peli negro, mirando entonces la foto que estaba publicada en su twitter… Era él desnudo de la cintura para arriba, con las marcas de besos en su cuerpo, durmiendo sobre el pecho de Himuro mientras este le abrazaba. Asqueroso, simplemente asqueroso. Alcanzó a asomarse de la cama para vomitar mientras lloraba, Tatsuya por su parte sonreía, estaba completamente obsesionado con el menor y ahora que lo había probado en su más puro estado animal no le dejaría ir, menos si era para irse con otro.

 

— Estaremos juntos por siempre, Tetsuya-kun, así que acostúmbrate rápido porque con Taiga ya no puedes regresar… — Sentenció con una gran sonrisa, nada sabía mejor que algo ajeno y aunque no tuviese su corazón tendría lo que más anhelaba y disfrutaba, su cuerpo. 

 

See you next porn time (?) 

Notas finales:

Y bueno, ya sé, escribo mucho a Himuro de maldito pero no lo puedo evitar, así me sale ;; Espero lo hayan disfrutado, tengo algo en mente pero no lo subiré hasta terminarlo para no dejarlos a medias como otro FF que hice. Good night! ~


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