Nosotros los humanos somos libres de amar, libres de escoger nuestros sentir, a veces no solemos controlar nuestros impulsos y logran hacer que diferentes cosas sucedan, lo sé bien. Solía creer en un final feliz, sin embargo en esta historia no lo hay al menos no para mí. Cuando me encontraba en secundaria salía con Johan Anderson el chico más popular de nuestra clase, para otros era un chico que solo se preocupaba por si mismo pero cuando se encontraba conmigo Johan era Johan, todo era hermoso como cualquier relación al principio pero conforme pasaba el tiempo junto a él lentamente aquella relación se rompía como si de una rosa se trata, se caía lentamente cada pétalo sin darme tiempo de detenerlo o darme cuenta llego aquel día cuando me dijo aquellas palabras, esas palabras que desearía jamás haber oído “lo mejor sería terminar” a pesar de mi manera de ser tranquila ante esto no podía callar lo que sentía, termine explotando diciéndole cosas hirientes mientras le decía un “hazlo que quieras con tu vida” así fue como se fue Johan, así fue como termino todo, lo último que recuerdo es su silueta irse lentamente dejando un vacio en mi corazón, un vacio que no podre llenara jamás, desde aquel día me fui con mis tíos que se encontraba en Corea, tenía pensado jamás volver, jamás intentar volver a Japón, así fue como transcurrieron 8 años, ahora tenía 21 y tu tal vez 22 sin embargo varias cosas habían cambiado como tí y como yo, a pesar de que no tenía ya recuerdos de tu rostro solía escuchar cómo me llamabas una y otra vez…
-¿listo?-mire a mi mejor amigo Yuya mientras asentía- ¿Judai seguro qué?…-
-tranquilo son 8 años además mi abuelo murió, no puedo dejar sola a mi madre con este dolor-él solo asintió mientras nos dirigíamos a nuestro vuelo rumbo a Japón con la promesa de volver después de terminar mi carrera. Al llegar a Japón me sorprendí de ser recibidos por mi tío Jun quien me sonrió mientras nos abrazamos.
-vaya que grandes estas Judai y-miro a Yuya sonriéndole-tú debes ser el amigo de mi pequeño Judai, Yuya ¿cierto?-mi amigo asintió sonriendo.
-es un placer conocerlo-
-deben estas cansados, vamos rápido la madre de Judai los espera-ambos asentimos subiendo a un auto, en el transcurso del camino me distraje con las diversas historias de mi tío y las hermosas calles de Tokio, no era como solía recordar-¿y cómo es Seúl Judai?-regrese nuevamente a la conversación.
-tío Seul no es tan diferente como crees-reí mientras él asentía conduciendo.
-es cierto, pero ¿cómo esta mi hermana Ritsuka?-
-la tía bien, aunque ella también quería venir-
-lo sé, es una lástima que tenga tanto trabajo-llegamos a aquella casa que era de mis abuelos, mi tío bajo las maletas mientras mi madre me recibía con un abrazo junto a mi padre.
-nuestro pequeño volvió-rio mi madre.
-vamos querida, ya no es un niño, tiene 21-hablo sonriendo mi padre, a los pocos minutos nos encontrábamos comiendo en el gran comedor-Judai y Yuya-kun irán a la universidad donde trabaja Jun-me atragante mirando confundido a mi padre.
-pero… ¿qué hay de?…-
-sobre el traslado todo está listo no deben preocuparse-nos sonrió mi tío mientras ambos nos mirábamos un poco sorprendidos, subiendo a mi habitación, al terminar de comer mientras abría la venta saliendo al pequeño balcón para poder contemplar la noche.
-8 años desde entonces…-susurre mirando las estrellas.
-oh… ¿acaso tú no eres?…-mire enfrente mío a un extraño chico quien me sonreía- lo sabía, esos ojos te delatan, eres Judai Yuki-kun cierto-
-¿te conozco?-él rio mientras negaba.
-puede que tu no pero yo a ti sí, soy Yusei Fudo ¿recuerdas solíamos jugar juntos cuando éramos niños?-
-Fudo…-me quede pensativo recordando al niño de 2 años mayor mirándolo sorprendido, ahora era todo un joven adulto.
-en verdad eres…-él rio asintiendo-perdón es que…-
-es normal no te preocupes, aunque tú eres el que me sorprende mas, ¿no se supone que te encontrabas viviendo con tu tía en Seúl?-
-bueno eso fue antes de que mi abuelo muriera-
-mis más sinceros pésames-sonreí levemente negando.
-la verdad mi abuelo estaba muy grave-
-entonces ¿por cuánto tiempo te quedaras?-me quede pensando mientras suspiraba.
-hasta que termine mi carrera, tal vez-
-ya veo y en qué estudias-
- estudiaba música-
-vaya que coincidencia, yo también-rio mientras me reía junto a él, pase una agradable charla con Yusei para al día siguiente salir con Yuya a la universidad, al llegar a esta me sorprendió de lo gran que era, de inmediato ambos nos fuimos para inscribirnos y llenar el papeleo, una vez que lo hicimos a ambos nos asignaron un salón, a mi suerte me toco en el mismo salón que él, llegamos sentándonos juntos mientras todos me miraban algo curiosos.
-eres nuevo cierto-mire al chico de mi lado con lentes-soy Sho y el es Manjoume-el chico de pelo negro me saludo mientras les sonreía.
-soy Judai Yuki y el Sakkai Yuya-
-un gusto-saludo mi amigo
-¿ustedes de donde son?-ambos nos miramos sonriendo.
-yo originalmente soy de aquí pero hace 8 años fui a vivir con mi tía a Corea, yuya por su parte vivía ahí-
-corea que genial-sonrió aquel chico mientras continuábamos una plática nosotros cuatro hasta que nuestra atención se enfoco en un grupo de chicos que entraba, hubo uno de especial, nuestras miradas se conectaron mientras él se detenía mirándome fijamente, sus ojos eran verdes como esmeralda.
-hey Johan, ¿qué pasa?-pregunto un chico a su lado mientras él regresaba como yo a la realidad.
-no es nada-rio mientras jugaba con sus amigos, extrañamente su cara me sonaba como su nombre.
-¿Quién es él?-le pregunte a Sho.
-no creo que debas involucrarte con él, si es posible no le hables-mire a Manjoume, quien me miraba serio.
-su nombre es Johan Anderson-abrí levemente los ojos al escuchar su nombre- como puedes ver es como una celebridad aquí en la universidad, sus padres son políticos y…-
-Judai…-me fui del salón en busca de aire fresco mientras Yuya me seguía pero al girar de pasillos choque contra alguien, antes de caer fui tomando de la cintura, mis ojos se abrieron mirando aquellos ojos color del océano profundos y oscuros.
-¿te encuentras bien?… Yuki-kun-mire a Yusei mientras me soltaba con cuidado.
-Fudo-san, no sabía que usted estudiaba aquí…-
-ni yo de ti-me sonrió-por cierto parece que huías de algo, ¿todo bien?-
-bueno…- cuando me di cuenta me encontraba en una de las diversas bancas del extenso campus mientras Yusei me tendía una bebida entregándome una.
-está bien que no quieras decirme pero si necesitas a alguien, sabes que…-
-Fudo-san, ¿usted cree que es malo huir?-
-bueno-se quedo pensativo mirando el cielo- creo que es mejor enfrentar nuestros miedos, ¿por qué?…-
-verá…-suspire- yo hace 8 años salía con un chico llamado Johan Anderson sin embargo un día, él simplemente me dejo sin razón alguna, creí haber superado eso pero…-
-¿lo viste en tu salón?-asentí mientras él me dedicaba otra sonrisa-bueno, una relación no es fácil de superar lo sé bien pero no por eso debes dejar que esa persona arruine así tu vida, porque Anderson forma ahora parte de tu pasado, tu presente son todas esas personas que dejas entrar a tu vida, si crees que Anderson no es parte de eso simplemente no lo dejes entrar y vive tu vida feliz-me quede pensativo reflexionado lo que me dijo Fudo—san para asentir levantándome feliz.
-es cierto, gracias Fudo-san. Espero poder devolverme el favor-me fui corriendo entrando nuevamente al salón donde el profesor me miro.
-vaya, justo quien quería ver-me sonrió el profesor-chicos saluden al alumno nuevo, por favor preséntate-asentía mientras me diría al frente de la clase mirando a todos, en especial a Johan quien me miraba confundido, tome aire recordando las palabras de Fudo-san levantado el rostro sonriente.
-mi nombre es Judai Yuki, tengo 21 años y vengo de Corea es un placer-pude ver sorpresa en su rostro.
-puedes tomar asiento-dijo el profesor mientras asentía pero al pasar aún lado del lugar donde estaba Anderson me tomo mi brazo.
-espera un minuto…-
-déjame decirte algo Andeson-san, el pasado es pasado y no vine para verte a ti, vengo para poder terminar mi carrera y tener un futuro, aunque fue un gusto verte, no dejare que amargues mi vida así como lo hiciste hace 8 años atrás- continúe mi camino tomando asiento con Yuya, quien levantaba le pulgar en señal de aprobación. Podía ver su cara llena de confusión mientras solo sonreía.
-Yuki-san-mire a Sho preocupado.
-¿Qué pasa?…-
-acabas de declararle la guerra a Anderson-san-me miro preocupado mientras miraba como todos los amigos de Johan me miraban concierto odio como algunas chicas mientras él simplemente continuaba confundido para lentamente girar su cabeza con una sonrisa de burla, de que lo hacía, no sabía pero sentía que algo peor estaba a punto de pasar, algo que no podría detener aunque quisiera.