Cuatro días antes del triunfo de Asgard:
El amplio pasillo desbordaba en guardias dispuestos y con armas preparadas.
- ¡Madre, necesitamos hablar! - dije a la vez vez que empujaba las puertas para darme paso.
Entre aún agitado, la conversación con Loki me dejó tan turbado como siempre, escuchar sus voz tranquila o exaltada creaba miles de sensaciones, aveces sólo quería estar de su lado y otras, demasiadas en los últimos años, sólo quería matarlo.
- Te agradecería que guadaces tu exaltación y llames antes de entrar, suficientes problemas tenemos como para perder el autocontrol. - dijo padre sin levantar la vista del escritorio.
- Me disculpo ¿Dónde está madre? - pasee la mirada varias veces. - necesito discutir un tema con ella.
- He enviado a tu madre a Midgard, no fue fácil convencerla, pero al final cedió, insistía en llevar a Loki con ella. - siempre he creído que el vínculo entre ellos es más grande que el nuestro.
- Hable con él hace unos minutos, me advirtió sobre Vanaheim, envié unos soldados a las barricadas sur. - tomé aire, esto podría terminar bien o mal. - Padre, quiero que peleé a mí lado, él puede ser útil.
- ¿Es es el tema que te trajo aquí? - Su tono era relajado, pero carecía de cualquier emoción. - Hijo, escúchame, un día tendrás que gobernar Asgard, y tu mayor trabajo será cuidar la vida y paz de todos aquellos a los que puedan afectar tus decisiones. Tu hermano tal como está, será un mal peor que el que enfrentamos en estos momentos. - No era como si dudase de la cordura de mi padre, pero era una discusión que preferiría tener con mi madre
- ¿No puedes considerar al menos cambiarlo de prisión? Quizá trasladarlo a sus aposentos sería una buena opción. - Alzó la mirada del escritorio y se enfocó en mí.
- ¿Por qué ese interés repentino en su comodidad, quieres facilitar su huida? Está claro que él escapará a la menor oportunidad y a saber si sobreviviremos a su siguiente atentado. - Si negar esa posibilidad estuviese en mis manos, lo hubiese hecho, pero por algo Loki es el Dios del engaño.
- Entonces ¿Qué pasará con él? Lo dejaras allí hasta el fin de los días. Aun con todo lo que ha hecho, no puedo permitirlo, se lo debo. - dije evocando aquellos días en los que salvaba mi vida con más frecuencia que la salida del sol.
- Sabía que dirías eso. - Se puso de pie y me señaló los papeles sobre la mesa. - He estado pensando seriamente en las posibilidades, si lo encierro, él buscará la forma de escapar, si lo destierro regresará con más ira que antes. Hacerlo entrar en razón ya no es posible. - A duras penas conseguí entender lo que decían los libros, era una combinación de idiomas que me resultaban desconocidos, sin embargo, había notas escritas en cada página que me hacían comprender de que iba todo esto. Abrí la boca dispuesto a protestar por el ultraje que se estaba maquinando. - Tendras que escucharme primero hijo mío, aquí una decisión difícil habrá de ser tomada. - trague saliva y hojee las últimas páginas garabateadas. Hace años padre me enseñó sobre runas tras mi viaje a Helheim, pero esto era más complicado, más grande.- Tu madre siempre ha creído que el aprecio que siente por ti lo haría olvidar su odio por mí, pero no fue así. Llegué a Juttenheim, el país de los gigantes, su pueblo... Y maté a su padre con Mjornil, luego... sintiéndome obligado, lo adopté. Su odio por mí paso a ti cuando recibiste a Mjornil. - Esa historia la conocía de memoria, y yo, mejor que cualquier otro, conozco cada recoveco de Loki y siento pena por todo ese dolor que lo controla.
- Todo eso lo sé, ahora dime ¿Qué harás con todo esto? ¿Para qué necesitas otro Erilaz? - Si padre buscaba un maestro en runas, seguramente era a espaldas de madre y si con él mismo no bastaba, sólo podía significar que algo grande se acercaba y a saber cuál sería el costo.
- El tiempo se agota y aún si a tu madre le resulta cruel y autoritario, he decidido reescribir los recuerdos de Loki, tal como es ahora es un peligro sin importar qué haga con él, mientras en su corazón exista ese enfermo resentimiento nada podremos hacer por él, le daré un nuevo inicio y ésta vez todo será diferente, reconozco que como padre tuve mis errores, pero después de esto todo cambiara. - ¡Vaya locura había envuelto a padre! No sólo era extremo, si no completamente imposible.
- Padre, no puedo ver un buen final para esto. Incluso como broma, es demasiado.
- Naturalmente te parece imposible, pero no lo es Thor, la manipulación de la mente tiene alcances sorprendentes, Claro que hay límites en lo que se ha permitido conocer, o en lo que un tipo de magia puede realizar. Nunca quisimos llegar a este extremo, pero lo hago para evitar uno aún peor. - Me puse de pie sin ocultar mi alteración, lo imaginaba, pero realmente necesitaba escucharlo.
- Debe haber otra opción, siempre la hay, como príncipe de Asgard no puedo asumir el reino cargando este crimen.
- En eso te doy la razón, pues si la hay, cinco de los nueve reinos me exigen la cabeza de Loki. Incluso con lo lamentable y casi nula que es mi relación con él, no puedo hacer tal sacrificio. Futuro Rey de Asgard.- Suspiré e intenté mantenerme tranquilo. - Es esto, o la muerte... Y ambos sabemos lo que escogerá tu hermano si lo discutes con él. - Dijo con una firmeza que me hizo creer que leyó mi mente.
Un "nuevo" inició, qué pensarías hermano si padre te ofreciera esto. Seguro te ofendería la propuesta y lo odiarías aun más por intentar manipularte. "Ver con mis propios ojos"... Lo he intentado Loki, pero no veo más que caos y muerte, siempre creí que te han orillado a la locura ¿no podrías ver ésta decisión de padre como un reconocimiento de sus errores y un intento por ayudarte? ¿Está mal si veo un poco de luz en este camino?
- Si esto realmente va a funcionar, te apoyaré, pero quiero que me asegures que Loki seguirá siendo el mismo, jura que no alteraras su libre albedrío.
- No es necesario que te jure tal cosa, así fue planeado desde el principio, pero por tranquilidad tuya y de tu madre, lo juro. - asentí aún preocupado, pero con más esperanza. - Sus recuerdos de la infacia, sus amores, sus hijos, todo permanecerá, sólo eliminare lo necesario. - Deje caer las hojas sobre el escritorio y voltee rápidamente hacia él preocupado por algunos cabos que no podían quedar sueltos.
- ¿Qué haremos con nuestra gente? - Mientras más posible parece, más temo que los errores hagan que esto nos exploté en la cara y perdamos todo. Es una apuesta arriesgada y dudo que no vaya a haber inconvenientes.
- Todos dormirán y verán un mundo distinto al despertar, es un mal necesario. Todo sea por el bien de los nueve reinos.
- ¿Cómo fue que ellos llegaron a esta medida?
- No es un proceso sencillo, incluso si estaba planeado desde hace años, sólo ahora se podría volver realidad y asi fue decidido. Se hará tal como se ha planteado.
- Aún si yo me negaba ¿cierto?
- Esto sólo habría sido un sueño.
- ¿Qué será de Juttenheim? ¿Sus hermanos estarán bien con esto?
- Ellos incluso han ofrecido darle asilo si él así lo desea, Helblindi desea una relación en paz con Asgard. Y yo no se la negaré. - Apreté mi sien y me mordí los labios. Un nuevo comienzo para todos... Sería bueno si fuese posible.
- Loki tiene demasiados aliados y enemigos, si haces esto, Loki quedará expuesto. No lo permitiré. - Recordé de golpe y con evidente exaltación.
- Lo hemos previsto, ocho de los nueve reinos tendrán como prioridad apoyarnos en la captura de los más cercanos y nos notificaran cualquier riesgo. En este instante, tu madre se está encargando de asegurar el apoyo de Midgard. - Eso explica cómo consiguió alejarla de aquí.
- Entonces todo está dicho, sólo falta encontrar un segundo Erilaz. - dije asumiendo que obviamente padre sería el primero.
-Ella está esperando afuera.- dijo haciéndose a un lado. - Ya nada tenemos que hablar; sal y habla con ella si así lo deseas. - me señaló la puerta y obedecí sin chistar. No tenía sentido permanecer allí, por lo que salí a encontrarme con la maestra en runas y fue por demás fácil cumplir con mi meta, pues ella estaba de pie justo a la mitad del pasillo.
- Amora.
- Thor.
O se trataba de una cruel ironía o simplemente las cosas pasaban como debían pasar.
- Adivinare que no estás aquí para entregarte.
- Así es. - paso sus mamos por el cabello y comenzó a rodearme con pasos muy lentos pero ágiles. - En mis últimos viajes he aprendido cosas que valen la pena, tanto así que Odín lo ha visto y a ido a por mí, ya luego agradeceré a Hugin y Munin por el espionaje.- la seguía con el rabillo del ojo reacio a dejarla fuera de mi campo de visión. - pero de lo malo, lo bueno, he aprendido que nadie sospecha de los pájaros ¿cierto? - dijo señalando el santuario donde suelen descansar los cuervos de Odín tras sus largos viajes. - Y ahora... Ahora estoy aquí porque tampoco quiero ver a Loki muerto, por más improbable que te parezca.
- Nunca dudaría de la cercanía entre ustedes, después de todo ambos son...
- ¿Unos mentirosos, estafadores, farsantes, manipuladores? - expuso colocándose frente a mí.
- Unos hechiceros. - dije tratando de sonar rotundo. - Cuando eramos niños sólo ustedes dos usaban magia y creían que realmente valía la pena aprenderla.
- Y lo vale. - concluyó con una sonrisa.
- Asegurame que esto no es sólo un juego para ti, la vida de mi hermano es lo que tendrás en las manos.
- ¿Es que acaso tampoco confías en tu padre? Es un proceso largo y él estará conmigo en todo momento. Dime, Thor ¿quién se arriesgaría a traicionar al padre de todo en su propia cara? Yo no. He venido a ayudar, y de paso a limpiar mi... ¿historial?
Desde ese encuentro varios días pasaron y poco sentí su transcurso, el enfrentamiento con Malekith era inminente, pero eso no era lo que quitaba mi sueño, a mi sueño lo turbaban mis constantes visitas al salón donde trabajaban sin descanso Amora y mi padre desde hace casi tres días, lo perturbaban esos extraños y casi imperceptibles susurros que llenaban el viento y me hacían pensar, pensar una y otra vez en lo que vendría. Hasta que al fin paso, llego el día justo como cualquier otro, sin hacer una gran entrada y perfectamente camuflajado con el enfrentamiento en el campo de batalla. Sólo faltaba una cosa para iniciar, necesitaban que Loki vaciara hasta la última pizca de su magia almacenada, debía estar más vulnerable que nunca y la misma Amora se había ofrecido a cumplir con ese requisito, mientras que Odín aseguraba el triunfo de Asgard y yo preparaba el acceso de padre al subconsciente de Loki. El plan era sencillo y eso lo hacia parecer más imposible.
Con el triunfo en manos y la promesa de una gran celebración esa noche, Odín dejo a su gente para ir al salón donde todo estaba listo; cruzamos miradas y por orden tacita, baje hacia la prisión donde estaba Loki y la vi salir sola, me acerqué a pasos cuidados y tras una corta conversación, me aseguró que todo estaba listo. Supe que así era cuando Amora cayó desvanecida por el sueño, en mis brazos, padre había accedido a darle una nueva oportunidad. Ya no hay marcha atrás.