Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

This Love por White Mask

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Bueno, esto es básicamente un sin sentido nacido de un sueño que tuve. Simplemente tenía que escribirlo.

Espero que lean esta historia, un oneshot algo largo, pero entretenido de escribir y leer, con la aparición de varios personajes y la mención de una que otra pareja random, porque bueno, qué sería de mis historias sin un buen toque de drama?

Notas del capitulo:

Disfruten y comenten!

XOXO

Esta es una historia vieja como el tiempo. Un cliché. La recolección de datos acerca de dos personas. Dos jóvenes demasiado jóvenes. Simplemente, dos idiotas enamorados por accidente.

 

A los doce años Jongin conoce a su nuevo vecino. Do Kyungsoo.

Era una bonita tarde de primavera, soleada y con brisa fresca corriendo libre entre los árboles. Jongin terminaba de alistarse. Chaqueta, celular, gorra y una maleta con todas las cosas necesarias para quedarse a dormir por fuera. Sehun lo había invitado a pasar la noche en su casa para adelantar el proyecto de ciencias y de paso jugar un rato en el Kinect y buscar algún deporte en el que pudiera patearle el trasero, por haberle ganado en las máquinas de baile del centro comercial.

A paso rápido bajaba las escaleras mientras buscaba una canción para reproducir en su mp3, era una decisión difícil teniendo en cuenta que adoraba todas y cada una de las canciones que tenía allí grabadas, pero debía decidirse por una y antes de darle al botón de play, para por fin escuchar buena música, la voz de su madre lo distrajo.

 

-¡Nini! ¡Ven aquí cielo!

Rodando los ojos y con un suspiro entre la gracia y la molestia, cambió el rumbo de sus pasos y se dirigió a la cocina.

-¡Umma! Ya te lo he repetido muchas veces… no me digas Ni-

Pero la voz se le cortó antes de terminar su frase y sus ojos no creían lo que estaban viendo.

-Entonces tú eres Jongin.

Su voz era gruesa y suave, como el terciopelo; atractiva, melodiosa. Hermosa como su rostro. Pero… ¿quién era esa persona que se acercaba a él con una sonrisa tan misteriosa?

-Un placer. Soy Do Kyungsoo, tu nuevo vecino.

 

Esa tarde Jongin pudo haber jurado que había conocido al ser más perfecto sobre el planeta tierra. Do Kyungsoo era un joven de dieciséis años que recién se mudaba al distrito en que él vivía desde hacía dos años. Su vecino vivía con sus padres y al parecer empezaría a estudiar en su misma escuela a partir de la semana entrante.

No habían cruzado muchas palabras ese día. Jongin iba de salida y de alguna manera estrechar la mano grande y pálida de Do Kyungsoo se sentía extraño. Todo se había sentido extraño en ese momento y tal vez le daba mucho crédito al chico lindo, pero estaba más que seguro de que así se sentía el amor a primera vista, como un accidente lleno de latidos fuertes y piel blanca.

 

Los días siguientes, sin embargo, sí que cruzaron palabras. Do Kyungsoo se atravesaba en su camino muy a menudo. Dos semanas más tarde, ya eran los mejores amigos que el mundo pudo haber conocido.

En la escuela no pasaba desapercibida la amistad que habían forjado en tan poco tiempo y es que no disimulaban en absoluto. En cada receso o cambio de clase en que se cruzaban por casualidad, los saludos no se hacían esperar, un animado, ¡Nini!, acompañado de un pellizco en la punta de la nariz y una queja aguda porque, ¡Hyung, eso duele! Sehun los acompañaba en sus juegos tontos a mitad del corredor al igual que Jongdae y Joonmyun, los nuevos amigos de Kyungsoo.

Luego de un mes entero siendo amigos, Jongin llegó a algunas conclusiones. La primera, estaba muy joven para tener un amor a primera vista. La segunda, en cuanto fuera mayor teñiría su cabello de un color más brillante y la tercera, Kyungsoo era muchas cosas menos perfecto.

 

Las vacaciones de verano las pasaron juntos y Joonmyun decidió acompañarlos también, en el viaje que hicieron ambas familias a la playa. Todo era muy divertido, la pasaban absurdamente bien, comían como cerdos, se atiborraban de dulces y bebidas energéticas. Disfrutaban del aroma salado en el ambiente, la sensación de la arena bajo sus pies descalzos y el sol chocando cálido contra su piel.

 

Blanca, pura, limpia y lucía suave al tacto, quizás incluso olía a talco para bebé. La piel de Kyungsoo era hermosa, toda su extensión de pies a cabeza y si bajo el uniforme de la escuela, el mayor lucía bien, en pantaloneta de baño y sin camisa ni zapatos, lucía mil veces mejor, y Jongin sabía que Kyungsoo estaba lejos de ser perfecto pero muy cerca a la vez.

 

Se preguntarán porqué Jongin tenía ese concepto acerca de Kyungsoo, bueno, la respuesta es simple y no. Kyungsoo era un jugador, un coqueto y un egoísta. Pasaba gran parte de su tiempo metiendo personas bajo sus sábanas, enredando vidas con promesas de para siempre, enamorando con miradas furtivas, cautivando con su aroma dulce, seduciendo con su bonita sonrisa y Jongin no cambiaría nunca de opinión. A los doce no comentaba acerca de aquello. Su amistad recién iniciaba y no quería parecer atrevido pero con el correr del tiempo su confianza crecía y simplemente no podía guardar más sus opiniones.

 

-Eres un bastardo engreído y egoísta.

Fue lo que dijo una tarde en la primavera de sus catorce años mientras miraban una película cualquiera en el departamento de Kyungsoo. Era un lugar pequeño, apenas adecuado para dos personas.

Las sábanas de la cama de Kyungsoo estaban revolcadas y la habitación apestaba a sudor y sexo. Jongin simplemente no podía evitar soltar su lengua puntiaguda y la verdad salió flotando libre en el aire.

-Enserio Hyung… me das asco.

Jongin no estaba enojado, ya su ira se había calmado tiempo atrás y ahora solo aceptaba a Kyungsoo pero no quería guardar más silencio. Sin embargo, algo había flotado en su estómago cuando Kyungsoo comenzó a reír; su risa era melodiosa, siempre lo había sido y siempre había puesto incómodo a Jongin.

-Tienes una pequeña boca sucia, ¿eh? Aunque lo primero te lo creo. Pero ¿asco? Hasta tú sabes que eso es mentira.

Y lo era. Maldición, era mentira absolutamente pero él no debería darse cuenta. No debería ser capaz de ver a través de Jongin. No era justo ser tan transparente frente a alguien tan denso como Do Kyungsoo, pero siempre había sido así. Como esa vez en que Jongin se despertó con una erección en la mañana y hubiera sido más tranquila su reacción, pero estaba en la cama con Kyungsoo; se había quedado a dormir con su Hyung y no quería que el mayor lo viera de esa manera, ni muerto, que vergonzoso. Por eso mismo se levantó apresurado y corrió al baño en donde se encerró y miró hacia abajo, su entrepierna lucía muy abultada. ¿Por qué?

No pasaron ni cinco minutos y mientras aun contemplaba el bulto en sus pantalones y lloriqueaba como una niña, Kyungsoo dio tres golpes a la puerta del baño y le preguntó qué sucedía. Insistió por una respuesta y al final Jongin entreabrió la puerta, sus ojos llorosos y un fuerte sonrojo le dieron los buenos días a Kyungsoo mientras su Nini le contaba la triste historia, terminando en carcajadas sonoras, golpes en el pecho, quejas chillonas y explicaciones acerca de pubertad y hombres, y erecciones y un montón de cosas vergonzosas que ahora dolía recordar.

-Bueno… es cierto. Eres asqueroso.

Sin embargo, él no aceptaría que Kyungsoo tuviera la razón o que viera a través de sus blancas mentiras. Kim Jongin ya estaba muy grande como para caer en las artimañas de Kyungsoo, estaba absolutamente decidido a mostrarse terco y obstinado, claro que sí, a menos que Kyungsoo le diera un beso suave en la mejilla y él enrojeciera hasta la punta de las orejas.

-¿¡Pero, qué haces!?

Gritó avergonzado y lo miró con los ojos bien abiertos. El bote con palomitas voló lejos por los aires y Jongin cubrió su mejilla con una de sus manos (se sentía tibio el lugar donde lo había besado) mientras con la otra golpeó el hombro de Kyungsoo, que ahora no era más que una masa de risas estruendosas, nada encantadoras, nada melodiosas, solo ruidosas y molestas.

-¡Por eso te adoro Nini!

Chilló entre risas y con sus ojos a medio cerrar le clavó la mirada. Jongin sintió que su corazón se detuvo… y luego latió de repente.

-Siempre eres tan sincero.

Y a pesar de lo egoísta y mentiroso que era Kyungsoo, el mayor nunca le había dicho una sola mentira a Jongin. Siempre había sido sincero con él, solo con él y exclusivamente con él. Por eso su amistad era perfecta. Por eso Kyungsoo era tan imperfectamente perfecto.

 

A los quince años de edad Jongin era un adolescente muy ocupado. Su agenda siempre llena a tope entre compromisos escolares, sus tardes de videojuegos con Sehun y Kyungsoo, Kyungsoo. Jongin pasaba mucho de su tiempo libre al lado del mayor y en estos largos años de amistad había aprendido muchas cosas.

Jongin había aprendido que un borracho luce patético, justo como Kyungsoo ese día en que regresó a casa, luego de una fiesta organizada por Jongdae. Se veía desordenado, el delineador corrido alrededor de sus grandes ojos y el cabello rojo todo despeinado, alborotado y jodidamente sensual. Hablaba con la lengua lo suficientemente enredada como para no entenderle nada, daba pasos torpes y se tropezaba.

Jongin dormiría en su casa durante toda la semana y grande fue su sorpresa cuando el sonido de un cristal haciéndose pedazos lo despertó de su tranquilo sueño y saltó fuera de la cama lo más rápido posible. Esa noche o quizás esa madrugada, aprendió no solo lo tonto que actúa un borracho sino lo lindo que se ve Kyungsoo riendo a carcajadas, con sus ojos cerrados formando medias lunas y las pequeñas líneas de expresión marcadas de manera suave en su rostro.

Aprendió que le gusta la respiración pesada de Kyungsoo cuando está quedándose dormido y que a pesar de lo mucho que apesta el licor, Kyungsoo con aroma a vodka y a discoteca, no huele tan mal después de todo. Esa noche aprendió muchas cosas pero solo una le quedó clara. Dormirse en los brazos de Kyungsoo, nunca se había sentido mejor.

 

A los dieciséis todo cambia para Jongin y en una pequeña medida, también para Kyungsoo. 

Jongin se vuelve hermoso con los años y Kyungsoo no puede evitar notarlo, pues lleva ya muchos años de conocer al menor y los cambios que va teniendo son muy evidentes. Kyungsoo nota algunos cambios más que otros y aunque el cabello rubio de Jongin es bastante llamativo, son sus silencios lo que más lo hacen cuestionarse.

Es en una tarde de primavera cuando Kyungsoo decide preguntarle a Jongin por su extraña actitud y el menor solo se ríe un poco, acaricia su nuca en un gesto nervioso y sus mejillas se sonrojan.

-No había querido decirte nada… a nadie en realidad.

-¿Qué es? De… ¿de qué hablas?

Jongin tiene una mirada que Kyungsoo nunca ha visto, no estando en sus cinco sentidos al menos y eso le genera malestar. Una sensación molesta que hace a su estómago contraerse y hace que algo extraño flote en su pecho. Lo hace querer vomitar, es simplemente algo raro.

-Bueno… creo que tengo novio… hace algunos días.

Y aunque Jongin luce hermoso con las mejillas rojas y su voz suena tierna, y sus ojos brillan como un par de estrellas, todo se vuelve oscuro para Kyungsoo. Todo se apaga y le pitan los oídos. No da crédito a lo que escucha y de repente se siente molesto, casi demasiado enojado y no entiende porqué. Él debería estar alegre por su pequeño Nini, debería darle ánimos para que todo salga bien, pero en su interior crece un monstruo que lo devora todo a su paso como si hubiera estado hambriento durante mucho tiempo y Kyungsoo siente que algo se rompe, pero nuevamente, no entiende nada, por lo que solo extiende una sonrisa en sus labios y aguanta las ganas de vomitar antes de hablar.

-Vaya… mi pequeño Nini es todo un hombrecito ahora.

La sonrisa de Jongin tiembla mientras la vuelve más grande y ambos sienten la extraña tensión en el ambiente pero no dicen nada, solo sonríen como un par de idiotas y mientras Kyungsoo siente que se le revuelve el estómago con una urgencia extraña por lanzarse sobre Jongin, el menor solo quiere llorar porque todo esto es una mierda y duele. Todo duele demasiado justo ahora.

 

El tiempo sigue su curso con normalidad aunque a veces parece que corre muy rápido, como si huyera de algo. Como si escapara de sí mismo.

Jongin ya tuvo su primer beso hace algún tiempo y también dejó a su novio hace algún tiempo, optando por jugar a lo mismo que Kyungsoo. Optando por pasar de vida en vida y dejar su huella indeleble y es que es tan sencillo, que parece un juego de niños.

Taemin y Sehun, un chico extraño llamado Chanyeol y Kris, han sido sus parejas, aunque con este último, son todo ratos apasionados, besos profundos, roces, caricias rudas sobre la ropa y palabras vacías.

 

Jongin tiene dieciocho años ahora y está en su primer año como universitario. Estudia economía y vive solo en un pequeño aparta-estudio que sus padres le regalaron, luego de haberse graduado de la secundaria. Su vida es tranquila, igual que lo ha sido siempre. Sigue comiendo muchos dulces y jugando muchos videojuegos, aunque Sehun ya no juega más con él (está demasiado ocupado superando su corazón roto).

El día de hoy lo ha tenido libre en la universidad y Kris ha ido a visitarlo a su casa. La situación es igual a las otras veces en que se han visto, y aunque no tienen una relación establecida, pasar ratos como estos, juntos, es divertido.

Son momentos acalorados como este, en los que Kris tiene a Jongin sobre sus piernas, sus grandes manos acariciando y apretando su trasero y su boca devorando la del menor, en los que Jongin se pregunta qué es lo que pretende con todo esto. ¿Qué ganará al final si continúa de este modo? ¿Más dolor o una cura definitiva?

Por eso solo se deja besar y se desquita con Kris por toda la rabia que tiene. Todo el malestar que enferma a su débil corazón. Tiene una cantidad absurda de emociones revueltas y son tantas, que en realidad no sabe si siente mucho o si ha dejado de sentir por completo, aunque los latidos erráticos de su corazón, cuando Kyungsoo le envía un mensaje invitándolo al cine, le dicen todo lo contrario.

 

Jongin ama a Kyungsoo, lo ha amado desde hace muchos años y no quiere hacerlo. No quiere amar a alguien que nunca lo va a amar de vuelta, porque Kyungsoo no sabe amar. Kyungsoo está demasiado ocupado jugando a destrozar vidas ajenas. Está demasiado ocupado revolcándose con su nuevo novio. Está demasiado ocupado como para recordar que habían quedado en verse hoy y ha dejado plantado a Jongin. Otra vez.

 

La música es fuerte y el aroma a cigarrillo lo empieza a marear. Todo el licor que hay en su sistema lo vuelve loco y se mueve de aquí para allá, se desliza por el suelo del lugar y suda a mares. Hace mucho calor. La noche está demasiado calurosa y la discoteca está a reventar.

La masa de cuerpos sudorosos se chocan entre si y Jongin se ve envuelto en un enredo de manos y brazos, piernas y caderas que lo rozan, lo tocan, lo presionan sin pudor y en medio de todo, él sonríe. Sonríe con falsedad y con dolor y siente la risa burbujeando en su garganta. Lleva tanto tiempo perdido, tanto tiempo sufriendo y no quiere seguirlo haciendo, no quiere seguir con este amor que no lo llevará a ningún lado, pero eso no es lo que su corazón quiere, no es lo que esa parte oculta de su mente opina.

 

Es tarde, casi de madrugada cuando Jongin llega a su departamento. Entra dando tumbos y riendo sin motivo aparente, con sus mejillas rojas y con lágrimas enjuagando su rostro. Recuerda esa primera vez que vio a Kyungsoo borracho y se pregunta si él luce tan patético como su Hyung en aquel entonces. Concluye que probablemente él luce más miserable, porque está llorando y riendo a la vez.

Luego de haber bailado, de haberse rozado con medio Seúl y de haber bebido todo el vodka que su cuerpo le permitió, el joven se encontró con un rostro conocido entre la multitud y se abalanzó sobre esa persona.

Sehun no creía que luego de tanto tiempo sin verse, la vida los hiciera chocar en un sitio como ese, o que Jongin estuviera cayéndose de la borrachera. No esperaba que su antes mejor amigo llorara en su pecho y riera como loco mientras el humo de cigarrillo ensombrecía más el ambiente de la discoteca.

Sehun no esperaba que Jongin lo besara de la manera en que lo hizo y no esperaba darse cuenta que a pesar de todo, Jongin siempre seria su mejor amigo, el mismo idiota adicto al café y a los dulces. Por esa razón y porque lo quiere demasiado como para dejarlo ir solo, simplemente lo lleva hasta su auto y conduce hasta el apartamento de Jongin donde lo deja frente a su puerta. Sano y salvo. En una sola pieza, aunque Jongin se esté cayendo a pedazos en el interior.

 

Lo primero que hace antes de entrar a la tina, completamente vestido y llorando como bebé, es mandarle un mensaje a Kyungsoo, que en realidad no espera que lea, pero aun así lo hace. Lo quiere hacer. Lo necesita.

A los quince minutos escucha la puerta abrirse y cerrarse de golpe, justo antes de abrir la llave del agua fría y dejar que esta recorra todo su cuerpo, su rostro, llevándose consigo el maquillaje de sus ojos y las lágrimas que no paran de salir.

Kyungsoo entra al baño y lleva en su rostro una mirada preocupada, consternada y el profundo ceño fruncido de puro enojo. Jongin sonríe con amargura y choca su cabeza contra la pared; le da una mirada corta a su amigo y suelta una risita suave y melancólica.

-¿Qué?

-¿Qué sucedió Jongin?

La voz de Kyungsoo suena muchas octavas más ronca de lo que nunca ha sido y su ceño fruncido se acentúa mientras da unos pasos hacia la tina. Jongin lo vuelve a mirar y la sonrisa no se borra de su rostro.

-Te olvidaste de nuestra salida a cine Hyung.

Es apenas un susurro pero Kyungsoo lo escucha con atención y su expresión cambia, ahora parece debatirse entre la vergüenza y la falta de palabras, así que antes de escuchar alguna excusa, Jongin levanta un poco su mano y agita la tensión en el ambiente.

-No importa. No ha sido una noche perdida después de todo.

Kyungsoo lo mira incrédulo, no entiende esas palabras y toma asiento en el inodoro. Jongin baja su mano y mira hacia arriba. Deja que el agua choque contra su rostro de manera directa y las lágrimas vuelven a brotar, o quizás nunca dejaron de hacerlo, la verdad no lo sabe. Ya no le importa.

-He aprendido muchas cosas. ¿Quieres saber?

Su tono está lleno de una sensación amarga, una que ha crecido hasta arrasar con la dulzura, con el calor en su pecho. Jongin se siente vacío justo ahora mientras mira otra vez a Kyungsoo, a sus ojos oscuros y vivaces. Kyungsoo se ve hermoso aunque Jongin muera por pensar lo contrario.

-Primero… odio el vodka. Es asqueroso y quema la garganta, jamás lo tomaré nuevamente.

Suelta con una risita muda y Kyungsoo eleva una de las comisuras de su boca. La tensión sigue presente pero ambos la ignoran mientras se miran a los ojos.

-¿La segunda…?

-La segunda es que soy un idiota. Un niño iluso que aún cree en los cuentos de hadas y en los finales felices.

Esta vez devuelve la mirada hacia abajo, hacia el agua reconcentrada a la altura de sus tobillos. No quiere ver el rostro de Kyungsoo justo ahora, aunque sabe que el mayor no le quita los ojos de encima. Sabe que Kyungsoo espera seguirlo escuchando y él está dispuesto a soltarlo todo por fin, ya no se quiere ahogar más con sus sentimientos. Ya no puede más con ello.

-Por ultimo… he aprendido que no importa qué, no importa el tiempo que pase y cuanto intente negarlo…

Ahora sí lo mira. Debe mirarlo, debe ver esos bellos ojos mientras confiesa lo débil que es, solo para no sentir que lo último que queda en él se destroza. Aunque sabe que terminará destrozado de todos modos.

-Te amo y tengo que ser muy idiota para haberme enamorado de alguien como tú.

¡Puf! Todo en él se ha deshecho y ya no queda más por decir. No queda nada más que pensar, solo quedan sus miradas conectadas y la sonrisa rota de Jongin.

Durante unos segundos más todo es silencio acompañado de la rítmica llovizna que cae sobre Jongin. El agua está demasiado fría y las lágrimas ya no salen más, se han secado todas sus reservas y baja la mirada hacia la piscina que ahora sube a la mitad de sus pantorrillas.

-Dilo otra vez.

Son las palabras que rompen con el silencio y Jongin dispara una mirada de shock hacia Kyungsoo.

-¿Qué?

Su corazón otra vez late errático y fuerte contra sus costillas. Kyungsoo se pone de pie, retira su chaqueta, se quita los zapatos y mete un pie bajo el agua.

-Quiero que lo repitas.

Mete el otro y se desliza hacia abajo, entre las piernas abiertas de Jongin y bajo la suave lluvia de agua helada.

-Dilo.

Repite y se acerca a su amigo, se pone imposiblemente cerca y abraza las piernas de Jongin a su cintura. Sus ojos oscuros no abandonan la mirada asustada del menor y se pregunta a donde ha ido la sonrisa cínica que estaba en sus labios.

-Yo…

Su respiración se corta mientras es arrastrado hacia Kyungsoo, comienza a sudar bajo su ropa empapada cuando las manos pálidas aprietan sus piernas y siente que quiere llorar mientras lo mira a los ojos. Se sostiene como puede de los bordes de la tina y su rostro se siente caliente. Todo se siente caliente.

-Yo te amo Kyungsoo…

Susurra y las lágrimas vuelven a su baile de caída por su rostro húmedo. Jongin siente que su estómago flota y su corazón se detiene, y de repente ya no son sus manos las que lo sostienen, sino los labios de Kyungsoo sobre los suyos y todo es perfecto, aunque nada lo sea realmente.

-Eres un idiota…

Rompen el beso y Kyungsoo da un beso tras su oreja derecha.

-Eres un egoísta y un bastardo…

Ahora besa su cuello y lo atrae más hacia él. Jongin jadea porque hace mucho calor o tal vez sea porque su cuello siempre ha sido sensible y que sea Kyungsoo quien lo besa, solo empeora su situación.

-Eres la peor persona que conozco…

En ese momento se detiene y toma entre sus manos el rostro de su Hyung. Lo mira y lo detalla, absorbe cada uno de los poros de su piel y mientras lanza un sollozo lastimero que rebota en las paredes del baño, sonríe con tristeza y lo besa. Lo besa con suavidad, con ternura y se abraza a su cuello. Se sostiene de su polo a tierra y Kyungsoo lo aferra con fuerza a su cuerpo.

-Yo también te amo Jongin.

Todo se detiene en medio de tanto frenesí y Jongin llora con más fuerza contra el cuello de Kyungsoo.

-Mentiroso.

-No miento… nunca te he dicho mentiras.

-Mentiroso… mentiroso, mentiroso…

Son apenas susurros ahogados por las lágrimas y el agua fría, y Kyungsoo lo abraza con fuerza. La posición es un poco incómoda y ambos tiemblan como gelatina, pero de algún modo se siente bien.

-Te amo.

-¡Mentiroso!

Alega con un grito agudo y Kyungsoo lo aleja, lo toma con fuerza de las muñecas y lo mira a los ojos. Los mismos ojos de mirada adormilada, todos enrojecidos y con el toque de maquillaje corrido. Jongin es tan hermoso. Tan perfecto y vulnerable, y él se siente como basura por hacerlo llorar de este modo.

-Estoy enamorado de ti.

Y la seriedad en su rostro es tanta que Jongin se fuerza a creerlo aunque sabe que terminará lastimándolo. El amor es desagradecido y eso ya lo ha comprobado. Sin embargo, de momento tan solo, quiere créelo. Quiere creer que es amado de vuelta. Que Kyungsoo se ha enamorado de él. Que ambos pueden ser felices aunque sea por hoy. Por esta noche convertida en madrugada.

 

La realidad golpea su rostro en forma de una fina ráfaga de aire, cuando su espalda impacta suave contra el colchón. Esto está pasando realmente. Solo están ellos dos y el murmullo de Seúl de fondo. Solo están ellos dos y la luz perezosa de la luna. Solo están ellos dos, por fin, solo ellos dos.

Kyungsoo lo besa con fuerza y responde a todas sus dudas, acerca de cómo sería besar a su Hyung. Supera sus expectativas definitivamente. Sus labios encajan como piezas de rompecabezas y sus respiraciones pesadas se mezclan.

El viento que se filtra por la ventana abierta de su habitación los congela hasta los huesos y la ropa mojada estorba. Las sábanas bajo su cuerpo estorban y las lágrimas rodando por sus mejillas estorban; las mismas lágrimas que Kyungsoo seca con besos y de vez en cuando con su lengua. De vez en cuando con sus pulgares y a veces solo las deja correr, cuando Jongin le sonríe con dulzura.

 

Esta es su primera vez y nunca se imaginó que sería de esta manera. Nunca imaginó, ni siquiera en sus sueños más salvajes, que sería Kyungsoo quien lo desvestiría, quien recorrería su cuerpo con ojos, manos y boca. Nunca esperó estar en esta situación con él y de repente todas las sensaciones lo abruman, lo absorben de manera lenta y caliente. Todo es demasiado caliente.

Kyungsoo acaricia su pecho, la extensión de su torso, el camino de vello suave que baja desde su ombligo hasta la entrepierna, los huesos puntiagudos de su cadera y sus piernas. Lento y tortuoso. Placentero, excitante y cálido. Apoya sus manos pálidas sobre sus rodillas y las deja allí mientras lo observa.

Jongin tiene los ojos apenas abiertos y brillan de manera lastimera y lujuriosa, parece tan feliz y triste al mismo tiempo, que Kyungsoo no sabe si sonreír o abrazar a su pequeño Nini. Tal vez podría hacer ambas, es más fácil hacer ambas después de todo.

-Hyung… no… no me mires. Basta…

Su voz suena más ronca y más suave de lo usual, y Kyungsoo siente que se estremece bajo su ropa húmeda, esa misma que comienza a quitarse. Su mirada esta fija en los ojos de Jongin y se desabotona la camisa, lento, luego desabrocha su pantalón y lanza una sonrisa maliciosa hacia el menor.

-Ayúdame con esto Nini…

Ante el apodo, Jongin solo logra sonrojarse y el calor baja desde sus mejillas hasta su entrepierna, haciéndola palpitar a la par de su corazón. Con manos temblorosas y lágrimas de vergüenza amenazando con salir, Jongin retira la camisa de su Hyung; la desliza por sus hombros y fija sus ojos en el pecho desnudo de Kyungsoo.

-Siempre…

Susurra y una sonrisa pequeña se dibuja en sus labios mientras sube su mirada hacia los ojos de Kyungsoo.

-Siempre me ha gustado tu piel… es tan blanca y pura Hyung…

En un arranque de valentía se levanta sobre sus rodillas y deja un beso, que él considera atrevido, sobre la clavícula de Kyungsoo.

-Tan suave…

Su aliento caliente danza sobre la piel húmeda de Kyungsoo y lo hace estremecer, mientras intenta controlarse para no lanzar a Jongin  sobre la cama y hundirse en él. Debe hacer de este encuentro uno especial. Después de todo es la primera vez de su mejor amigo-amante.

Jongin da besos pequeños en el cuello de Kyungsoo y su vergüenza se va disipando entre calor, fantasía y cariño. Ahora mismo no importa quién es Kyungsoo o si le miente al decirle que lo ama. No importa nada realmente, porque solo son ellos dos y nadie más. Ahora mismo pueden ser quienes quieran y Kyungsoo puede fingir que lo ama, y Jongin lo puede amar sin reservas.

Los besos se extienden por todo su abdomen y acaricia con su nariz el inicio de su vientre, todo bajo la mirada atenta y hambrienta de Kyungsoo. Jongin detiene su tarea y le da una mirada avergonzada mientras se agazapa un poco más; su rostro a la altura de su entrepierna y sus ojos fijos en los de su Hyung.

-¿Puedo…?

-Adelante Jongin.

Con el suave comando de esa bella voz, Jongin prosigue con lo que quiere hacer. Sus manos tiran del pantalón hacia abajo y sus ojos se clavan en la ropa interior, que no solo está húmeda, sino completamente adherida a su hermosa piel.

Sus manos suben lento por los muslos de Kyungsoo y sonríe cuando siente la suave piel erizarse bajo sus palmas, hasta que llega al elástico de los boxers y acerca su boca, lo agarra suave entre sus dientes y mira hacia los ojos oscuros que no pierden sus movimientos, mientras los baja de manera lenta. Es la primera vez que hace algo como esto, no importa cuántos hayan sido sus amantes o cuantos besos haya compartido, no importa cuántas manos han intentado recorrer su piel, esta es su primera vez y se parece mucho a lo que él considera, como hacer el amor.

Jongin luce muy erótico de esta manera, tan tierno y atrevido a la vez. Tan novato y tan experto. Tan seductor… tan perfecto. Sus ojos simplemente no pueden parar de verlo y está a muy poco de perderse por completo, porque ¡maldición! Jongin lo ha empujado contra el colchón y ahora está sentado sobre sus piernas, mientras sus manos estudian con curiosidad el miembro de Kyungsoo, y no debería ponerse tan ansioso por una acción tan básica, él no es nuevo en esto, pero cada toque, cada suspiro, cada mirada y caricia, todo, se siente diferente si es con Jongin.

La boca del menor es un infierno. Demasiado caliente y húmeda, y Kyungsoo está en el paraíso justo ahora, porque no importa que tan inexperto sea su amante, todo lo que hace se siente muy bien. Todo lo que hace se siente especial y Kyungsoo tira un poco del suave cabello del menor, lo hace ir un poco más rápido y embiste una sola vez, toca la garganta de Jongin y lo siente respingar.

-Dios… se siente bien Jongin… lo estás haciendo muy bien…

Su voz suena como un gruñido suave y un escalofrío recorre la columna del menor. Las palabras lo animan a continuar y aunque se siente nervioso, si a Kyungsoo le gusta lo que hace, él está más que feliz de seguirlo haciendo. Sin embargo, el mayor tiene otros planes y su autocontrol ha desaparecido por completo. Quiere a Jongin ahora y mientras lo detiene con sus manos sobre los hombros, se encarga de mostrarle sus intenciones por medio de una sonrisa torcida.

Su espalda impacta otra vez contra el colchón, esta vez un poco más fuerte y mira sorprendido a Kyungsoo, que le devuelve una mirada depredadora. Intimidante. Con rudeza le abre las piernas y desliza sus ojos lujuriosos por todo su cuerpo, hasta llegar a ese punto. El punto exacto de su deseo justo ahora.

-Entonces…

Comienza con un susurro y con una de sus manos acaricia una de las piernas de Jongin, mientras lleva el índice de la otra a la entrada del menor. Ese pequeño anillo de músculos que se contrae de repente, cuando su dedo lo presiona. Jongin jadea y abre sus ojos con sorpresa. Kyungsoo sonríe y vuelve a presionar.

-Es tu primera vez ¿verdad?

Ya sabe la respuesta, lo sabe porque Jongin le cuenta todo lo que hace y deja de hacer, pero quiere provocar un poco al menor. Lo quiere ver agitado, quiere que se revuelque bajo sus manos, que se derrita y que ruegue por él. Quiere sentir todo ese poder que ejerce sobre el menor. Quiere todo de él justo ahora.

-Si… ¡ah! Kyungsoo…

Su voz gimiendo es hermosa, piensa Kyungsoo y vuelve a penetrar con su dedo para escucharlo otra vez. Luego de un rato más de provocaciones y gemiditos avergonzados, Kyungsoo lleva tres dedos a su boca, los lubrica lo mejor que puede con su saliva y al terminar lleva dos a su entrada, penetrando lento, disfrutando de la calidez de ese lugar tan íntimo.

Se siente con todo el poder del mundo mientras sus dedos entran y salen del menor, siente que Jongin le pertenece a él más que a nadie y le gusta sentirse así. Le encanta sentirse de esa manera con Jongin. Le encanta ver su rostro lleno de lágrimas y deseo, y escuchar su nombre entre gemidos y jadeos.

El tercer dedo entra con facilidad y Jongin ya no gime de modo suave, sino con timbres altos y agudos, arquea su espalda de manera hermosa y abre las piernas como una mujerzuela; aprieta las sábanas entre sus puños cerrados y Kyungsoo no podría disfrutar más del espectáculo. Sin embargo, necesita tenerlo ya. No puede esperar más, porque de pronto siente que lleva mucho tiempo esperando este momento. Soñando con este momento y la mirada de Jongin termina por convencerlo.

 

Dolor, eso es lo primero que registra su cuerpo y su mente, pero su corazón se siente lleno, como si estuviera completo por fin. Jongin entierra fuerte sus dedos en la piel de los brazos de Kyungsoo, los aprieta, busca equilibrarse con ellos y cuando siente que es demasiado dolor y que realmente no está listo para tolerarlo, la voz de su Hyung lo arrulla ligeramente y su respiración se regula de a poco. Los efectos del licor han ido desapareciendo y los ojos de Kyungsoo nunca se habían visto tan claros y hermosos como en ese momento, su mirada nunca había sido tan cálida, casi como una mirada de amor. Casi, se recuerda Jongin y deja salir un suspiro lento, pesado.

-El dolor pasará Jongin… relájate por favor.

Una mano amable se pasea por sus mejillas y retira las lágrimas que se deslizan por allí. Jongin parpadea un par de veces y busca enfocarse en Kyungsoo, solo en él y sus hermosos ojos oscuros, y sube una de sus manos hasta el rostro de su Hyung; deja que sus dedos se deslicen desde su frente, sus párpados, su nariz y termina en sus labios.

-Te equivocas Kyungsoo…

Susurra y sigue deslizando su mano hasta dejarla reposar en el pectoral izquierdo de Kyungsoo. La deja allí y calla por un momento mientras siente los fuertes latidos bajo su palma, luego sonríe y Kyungsoo siente que algo se rompe en su interior.

-El dolor va a seguir… más y más fuerte… así se siente amarte.

Un gemido le sigue a sus palabras y sus manos caen flácidas contra el colchón cuando Kyungsoo arremete suave en su interior. El mayor no puede quitarse de encima el peso de las palabras de Jongin y nuevamente, igual que aquella vez en que Jongin le habló de su novio, su estómago se comprime y su pecho se siente pesado; el calor fantasma de la mano de Jongin sobre su corazón lo quema y sabe que todo está mal.

Sabe que es un bastardo y reflexiona sobre su miserable existencia mientras le hace el amor a Jongin, porque sí, le está haciendo el amor, esto no es solo sexo, este es él queriendo por primera vez, adorando por primera vez, amando por primera vez, aunque Jongin no le crea, aunque él mismo no pueda creerlo. Se mueven en sincronía y de manera lenta. Saborean el calor del momento y Kyungsoo deja su marca en la piel del menor.

No quiere que todo este mal, no quiere hacerle más daño a Jongin y recién ahora se da cuenta del peso de un te amo. Recién ahora se da cuenta que ha sido muy ciego todo este tiempo y se arrepiente, lo siente en verdad y mientras más lo piensa más duro se mueve. Más fuertes son las embestidas y más altos son los gemidos de Jongin.

Están haciendo el amor a ritmo frenético y desesperado, y cuando sus miradas se chocan todo se vuelve peor. La pasión se desborda y el calor es insoportable dentro de la habitación, dentro de su pecho y en sus mejillas. Jongin gime y jadea, y ser aferra a la espalda de Kyungsoo con fuerza. Se aferra a ese bello imaginario que ha creado Kyungsoo. Se aferra a esta realidad en la que no importa el dolor, su Hyung está con él y lo ama.

El orgasmo llega unos minutos más tarde y los impacta y los estremece. Jongin lanza un grito ahogado y arquea su espalda hasta que está pecho a pecho con Kyungsoo, mientras el mayor gruñe contra su cuello y se entierra más profundo dentro de él. El semen de su Hyung baña cada espacio vacío de su ser y todo es demasiado perfecto, no importa cuántas sean las fracturas en su pequeña burbuja.

Jongin le sonríe y llora mientras lo atrae hacia sí y lo besa con lentitud. Kyungsoo lo levanta sobre su regazo y sin salir de su interior, le devuelve el beso. Todo sabe a vodka y a amor en ese momento, sin importar el dolor o la falta de correspondencia, porque Kyungsoo es un idiota y Jongin también.

 

Las sábanas están demasiado húmedas y se siente incómodo pero tibio a la vez. Siente su cuerpo desnudo rozando contra la tela suave y se regodea en el calor infeccioso contra su espalda.

Los recuerdos de lo pasado la noche anterior vagan en su mente y aún en su estado somnoliento sonríe, está tan feliz, ¡demonios! Esta pletórico y solo quiere dar brinquitos y tal vez llorar un poco por la alegría, pero no quedan más lágrimas en su cuerpo y francamente, justo ahora, está muy bien en el lugar en que está.

Sabe que es temprano aún, la luz que se filtra por su ventana es pálida y el viento corre algo frio; el silencio rodea la casa y los brazos de Kyungsoo aprietan más su cuerpo contra él, justo cuando el sonido de un estruendoso ringtone, hace eco en la habitación. Jongin reconoce los bajos de esa canción de rock como el sonido del teléfono de Kyungsoo y justo en ese instante, su alegría es reemplazada por el sabor amargo de la realidad, porque debe ser Baekhyun quien lo llama a esta hora y Jongin se recuerda con tristeza que Kyungsoo solo es prestado.

El silencio regresa y Kyungsoo hunde su rostro en la nuca de Jongin mientras este solo parpadea de manera lenta, pausada y casi tranquila, aunque en el interior quiera gritar y ¿por qué no? Patear el trasero de Kyungsoo fuera de su cama, de su casa, de su vida.

El celular suena una segunda vez y las ganas de asesinar a quien sea que llama tan temprano en la mañana, se disipan entre los dedos de Kyungsoo. Jongin permanece en silencio, fingiendo que duerme, y esperaba seguir con la farsa un rato más, pero Kyungsoo pellizca uno de sus pezones y de sus labios se desprende una exclamación suave mientras da un  respingo. Kyungsoo suelta una risita floja, traviesa incluso y el sonido del ringtone se detiene a la par de los latidos del corazón de Jongin. Adora la risa de su Hyung.

-Eres un imbécil.

Cierra los ojos y aguanta el calor en sus mejillas, mientras se da la vuelta en el fuerte abrazo y hunde su rostro en el cuello de Kyungsoo. Aspira su aroma de manera profunda y la retiene en su nariz, en su memoria, y toma una decisión en el momento en que da un suave mordisco en esa zona. Si esta será su relación a partir de ahora, si solo de esta manera puede mantener a Kyungsoo lo suficientemente cerca para poder sonreír, entonces le sacará el mayor provecho

-Pero… ya lo sabes.

Su actitud no se parece a la de la noche anterior, no hay timidez cuando se libra del abrazo y se alza sobre Kyungsoo, poniendo sus piernas a cada lado de su cadera y apoyando sus manos abiertas sobre su pecho. Una sonrisa se extiende en sus labios y luego retira las sábanas que cubren su cuerpo.

Kyungsoo lo observa con atención y abre la boca un par de veces como si fuera a hablar, pero no lo hace, solo respira fuerte y acaricia las piernas de Jongin. El menor se estremece bajo su toque y ensancha su sonrisa. Sin embargo, llega el turno de Kyungsoo para temblar un poco, porque las palabras que abandonan la boca de Jongin no solo son inesperadas sino que lo excitan más de lo normal.

-Eres malo Kyungsoo…

Jongin sabe lo que causa en el cuerpo de su Hyung y eso lo enciende un poco más, lo motiva a seguir con lo que tiene planeado.

-Estas aquí. En la cama. Conmigo…

Su voz es baja, susurrante y su mirada es oscura y pesada sobre los ojos de Kyungsoo, que lo mira de vuelta con sorpresa evidente y con tanto deseo que incluso se hace palpable, cuando aprieta su agarre sobre las piernas de Jongin. Él sonríe más y gira suave su cadera, sacando un gemido de Kyungsoo.

-Tuviste sexo conmigo anoche y te mueres por hacerlo otra vez… mientras Baekhyun te espera en tu departamento. Debe estar desnudo, solo cubierto por una camisa ¿verdad? Sé que eso te gusta Kyungsoo.

Esta vez se mueve más fuerte y sus miembros semi erectos chocan haciéndolos gemir; sus cuerpos arden más y más, y el menor continúa con el suave vaivén. La sonrisa no se aparta de su rostro y Kyungsoo ahora aprieta su cadera con fuerza, mucha fuerza, busca dejar su marca sobre Jongin y empieza a corresponder a las suaves embestidas mientras echa su cabeza hacia atrás, dejando a la vista la expansión inmaculada de su cuello donde resalta una marca purpúrea y fresca. La marca de Jongin.

-Apuesto a que está ansioso por verte… te gusta el sexo en las mañanas ¿no?

Susurra entre jadeos y se inclina hacia adelante, traza la garganta de Kyungsoo con su lengua y siente como vibra un suave gruñido contra sus labios cuando lo muerde con suavidad, haciéndolo sonreír. Kyungsoo es débil, y Jongin se ha descubierto oportunista, quizás un poco sádico en el interior. ¿Quién dijo que el amor no transforma a las personas?

-Pero tú quieres quedarte aquí… ¿verdad?

Sus caderas se mueven más rápido ahora, un vaivén más intenso y Jongin gime contra su oído. Kyungsoo aprieta más su agarre.

-Quieres tocarme…

Sus manos recorren su pecho desnudo.

-Marcarme…

Vuelve a morder su cuello y succiona un poco. Kyungsoo jadea y embiste con fuerza.

-Quieres besarme…

Su mirada sube a los ojos oscuros de Kyungsoo y la retiene allí por un instante largo, sin detener sus movimientos y con sus manos toma el cabello de su Hyung, lo aprieta entre sus puños cerrados y se mueven más rápido en cuanto colisionan sus labios con fuerza.

Es un beso profundo y desordenado, con lenguas enredadas y dientes que muerden y tiran labios antes de correrse; solo en ese momento se separan y gimen boca a boca, con sus ojos cerrados y las manos de Kyungsoo abrazando la cintura de Jongin.

La habitación huele a sexo y a sudor, quizás un poco a primavera también. Es una combinación extraña ente el amor y la tristeza y el semen sobre sus pieles arde, quema y les recuerda que esto es real. Que están juntos nuevamente, en el lugar exacto en el que deben estar.

-Te amo Kyungsoo… y soy un tonto por hacerlo.

 

Kris ha salido de su vida, no sin antes dejar en claro, que si se arrepentía, él lo esperaría con los brazos abiertos para continuar con lo que fuese que tuvieran. Pero Jongin no va a regresar, porque él solo se devuelve sobre sus pasos cuando se trata de Kyungsoo.

La relación con su mejor amigo ha progresado de la manera esperada y aunque sigue ese vacío latente en su pecho, las cosas se sienten un poco mejor; excepto cuando Baekhyun llama al celular de Kyungsoo, o cuando salen al cine en una especie de cita doble, con Baekhyun abrazado al brazo de Kyungsoo y el mayor dirigiéndole una mirada cálida, mientras Sehun solo acaricia la pierna de Jongin en una forma reconfortante y el menor lo agradece.

Es molesto tener cerca a Baekhyun porque Jongin quiere odiarlo por acaparar la atención de su Hyung, quiere detestarlo, pero el mayor es adorable. Es tan fácil de querer que duele más todavía ese deseo por odiarlo, se parece a lo que siente por Kyungsoo, solo que en niveles muy distintos.

 

El tiempo ha ido pasando de manera lenta y el verano se abre paso con días soleados, aire caliente y aromas frutales. Pronto será el inicio de las vacaciones, los exámenes han finalizado en la universidad y el descanso es la única opción en el momento.

Jongin está acachado sobre la encimera de su cocina, sus manos buscando algún soporte de manera desesperada, su pecho medio desnudo tocando la superficie fría y su mejilla apoyada allí también mientras abre y cierra la boca, tomando aire apresurado y jadeando. El sudor se desliza suave por su frente y humedece su cabello mientras Kyungsoo lo toma desde atrás.

El mayor lo penetra con fuerza y de manera profunda, pero con un ritmo lento, con sus manos acariciando los glúteos de Jongin y sus pulgares haciendo círculos ocasionales en su espalda baja; sus ojos devoran la vista frente a él, Jongin parece una puta en este estado. Sus piernas abiertas, su espalda curvada de esa manera tan obscena, su camisa medio abierta revelando sus hombros y sus omoplatos, su piel perlada por el sudor, su cabello revuelto y los sonidos que deja salir de sus labios.

-¿Te gusta Nini?

Susurra contra su oído y el menor deja salir un gemido agudo cuando Kyungsoo lo embiste particularmente fuerte, pero sin aumentar la velocidad.

-¿Te gusta que te trate como mi perra personal? ¿Hm?

Jongin adora cuando Kyungsoo le habla de esa manera tan sucia, le gusta que el mayor le susurre vulgaridades al oído mientras lo penetra duro y profundo.

-Gime Jongin. Déjame escucharte.

Las embestidas aumentan en velocidad y Kyungsoo retoma su posición, toma con fuerza la cadera de Jongin y el menor se levanta cobre sus codos, abre un poco más las piernas y deja caer su cabeza hacia atrás.

-¡Ah! Kyungsoo…

Jongin es muy vocal, le gusta gemir, le encanta ver el rostro de su Hyung cuando lo hace, pero le fascina seguir sus comandos para hacerlo. Le gusta que Kyungsoo sea rudo y dominante, le gusta esa sensación cálida de protección cada vez que están juntos.

-Dilo Jongin. Grita que te encanta.

Kyungsoo siente como el sudor baja por su cuerpo, adhiriendo a su piel la musculosa que lleva puesta, y todo está demasiado caliente a su alrededor.

-Grítalo Jongin. Que todos en este maldito edificio sepan que eres una perra con dueño. ¡Hazlo!

Comanda con voz gruesa y ruda, y Jongin obedece. Deja salir todo el aire contenido en sus pulmones y habla entre gemidos.

-Soy tu perra Kyungsoo… solo tuyo, ¡ah! ¡Hyung!

Oh, luce tan vulgar y sexy, piensa Kyungsoo mientras lo observa con su mirada ardiente y nublada por la lujuria. Jongin es perfecto así, demasiado perfecto y esa vista le corresponde solo a él. A nadie más. Jongin es suyo y eso no entra en discusión.

-Así es… solo mío.

El orgasmo golpea a Jongin como una ola al sentir la respiración de Kyungsoo sobre su cuello y su mano fuerte masturbándolo al ritmo de las embestidas. El mayor continúa de modo frenético y disfruta de lo estrecho que Jongin se pone, en cuanto se corre. Disfruta del sonido de sus pieles chocando.

Disfruta de la respiración agitada de Jongin y de los espasmos que recorren todo el cuerpo del menor, disfruta del placer de su Nini y ese conjunto de cosas hermosas lo hacen llegar de manera fuerte, golpeando la próstata sensible del menor y vaciándose en su interior.

El sentimiento post-orgasmo es casi mágico, celestial, precioso. Es el momento más preciado para Kyungsoo, porque de alguna manera su adoración por Jongin crece es ese preciso instante.

Le gusta salir de su interior y verlo respingar, escuchar su gemido débil y ver su rostro agotado, pero brillante, satisfecho, feliz. Kyungsoo adora ver la sonrisa cansada de Jongin luego de una sesión de sexo duro. Adora sentir los brazos del menor atrayéndolo a un beso suave y lento. Adora el aroma suyo mezclado con el de Jongin.

¡Maldición! Adora a Jongin.

 

Lo que sucede con Kyungsoo es que a pesar de amar Jongin, no tiene idea de cómo alejarse de Baekhyun y es que él no tiene sentimientos por el menor. Baekhyun solo ha servido como una distracción mientras decidía ponerse los pantalones y se declaraba a Jongin, cosa que no sirvió de mucho realmente, porque el menor no le cree y sabe que en un inicio él mismo dudaba de ello, pero ahora no. Que irónico, piensa Kyungsoo, la única persona a la que nunca le ha mentido, no le cree.

Kyungsoo sabe que rompió el corazón de Jongin hace mucho tiempo y eso lo está matando, no quiere dañarlo más, quiere amarlo de manera correcta, quiere recomponer su mierda de vida y dejar atrás lo miserable que ha sido. Pero cómo empezar con ello, si de solo pensar en el motivo por el que esta con Baekhyun, lo hace meditar acerca de su mal comportamiento. Kyungsoo está jodido y ahora se pregunta en qué momento exactamente, fue que se convirtió en lo que es. La verdad, no tiene idea.

 

Es en la segunda semana de verano, luego de haber tenido sexo en la ducha y mientras Jongin le hace una felación en la cocina de su departamento, cuando Kyungsoo le habla de un plan de viaje que tiene; le dice entre jadeos que quiere ir a una cabaña que tiene su familia a las afueras de Busán. Jongin solo hace sonidos de hmm dando a entender que lo escucha, aunque esté más concentrado en la tarea que tiene en la mano, bueno, en la boca.

Kyungsoo dice que la pasarán bien, que nadarán en la piscina y que Sehun puede venir con ellos, de todos modos, Baekhyun irá también. Jongin alza su mirada y enfoca sus ojos oscuros en los de su Hyung, lo mira con intensidad mientras mueve su cabeza más rápido, de arriba hacia abajo sobre su miembro y con una de sus manos se toca a sí mismo por encima de su ropa interior, de manera veloz y fuerte, gimiendo alrededor del miembro en su boca y presionando con su otra mano la cadera de Kyungsoo.

El mayor toma el cabello de Jongin entre sus puños cerrados y deja salir un fuerte gruñido de su garganta cuando el menor pasa su lengua por la abertura de su miembro, logrando que se corra sobre su rostro y un rato después Jongin se corre con fuerza, manchando sus boxers y gimiendo de manera suave mientras toma el semen de su rostro con sus dedos, y lo lame lentamente. Su mirada nunca abandona los ojos de Kyungsoo, ni siquiera cuando se pone en pie y acomoda los pantalones de su Hyung.

-Bueno…

Empieza con un susurro sobre los labios de Kyungsoo y pasa su lengua por allí, haciendo temblar el mayor. Sus labios se curvan en una sonrisa mientras lo acorrala entre la encimera y su abdomen desnudo. Sus brazos a cada lado de su cuerpo y con la punta de su nariz acaricia su mandíbula.

-Suena como algo divertido.

Su voz suena traviesa y excitante, pero el brillo en sus ojos es una historia diferente y Kyungsoo sabe que el menor no está bien con su plan, pero no quiere viajar si no es con Jongin, y aunque es egoísta, Kyungsoo no puede, no quiere estar lejos de Jongin.

 

Sehun sabe la historia de principio a fin y su sangre hierve siempre que ve esa mirada en los ojos de Jongin. Su amigo no merece esto, no merece sufrir por una basura como Do Kyungsoo, pero quien dijo que el amor escoge a los mejores candidatos y prospectos.

Ya falta poco para que anochezca y la vista que tienen desde la parte trasera de la cabaña es hermosa; el cielo está en esa transición de colores entre púrpura y azul oscuro, y el aire corre fresco, no demasiado frío pero si lo suficiente para que Jongin se acurruque contra Sehun mientras habla.

-Quisiera poder odiarlo ¿sabes?

Su voz es un susurro flotante, casi ausente, triste. Jongin se ha vuelto alguien triste.

-Pero no importa cuánto me recuerde lo bastardo que es y cuanto intente convencerme de lo mal que me hace quererlo…

Las notas al final de sus palabras se quiebran de a poco y Sehun aprieta fuerte la mandíbula, respira profundo y baja su mirada hacia los ojos aguados de Jongin, que lo mira buscando consuelo.

-Siempre que pienso en alejarme y olvidarlo… me duele. Me lastima más que su falta de amor…

Su voz se rompe y junto con ella también Jongin. Empieza a llorar todas las lágrimas contenidas durante meses y solloza con fuerza, se cubre los ojos con sus manos y Sehun lo abraza fuerte; lo presiona contra su pecho y siente ganas de llorar a su par.

Los recuerdos de los días de escuela juntos lo invaden y con ellos también lo hace la sonrisa de Jongin, sus mejillas llenas de comida chatarra, las comisuras de sus labios manchadas con chocolate, sus torpes bailecitos de victoria al ganar en un videojuego, todo. Recuerda lo feliz que lucía su amigo en ese entonces y maldice a Kyungsoo por hacerlo sufrir, pero también maldice a Jongin por ser tan masoquista, tan inocente, tan… tan tonto.

-Ustedes son un par de idiotas.

Gruñe con frustración porque no se le ocurre nada más para decir, siente que es de esas ocasiones en las que solo escuchas y das tu apoyo, no hay necesidad de consejos y justo ahora, solo le está recordando a Jongin algo que ya sabe. Él mismo se lo ha dicho, es un maldito idiota.

 

No ha pasado mucho rato desde que Jongin ha dejado de llorar, cuando Baekhyun aparece en el marco de la puerta trasera, su rostro partido en una bella sonrisa y su cuerpo cubierto por un delantal, avisando que la cena esta lista y regañándolos por no llevar puesto un suéter, cuando la noche esta fría. Es por cosas como estas que Jongin no puede odiar a Baekhyun y se siente como el peor ser humano, por estar con Kyungsoo a sus espaldas.

La cena va en silencio a excepción de una que otra pregunta de Baekhyun; pregunta por el estudio de Jongin, por su amistad con Kyungsoo, por su familia y sonríe con felicidad, como si ignorara el ambiente tenso del lugar, porque bueno, hay prácticamente una bruma negra opacando el techo sobre sus cabezas, todo producto de las miradas llenas de odio que comparten Sehun y Kyungsoo. Jongin siente una gota de sudor rodar por su espalda y se fuerza a terminar la cena, porque en realidad no tiene apetito en el momento, solo quiere descansar, dormir, desaparecer, quizás.

 

La habitación de Jongin queda junto a la de Sehun, al final del pasillo y la de Kyungsoo y Baekhyun, queda al otro extremo. La cabaña es apenas amplia para cinco o seis personas y tiene un ambiente acogedor, iluminado con luz cálida y el aroma a madera y hojas de té lo complementa todo.

Jongin ha dado vueltas y vueltas en la cama buscando una posición cómoda para dormir pero se siente intranquilo, su mente está demasiado estresada como para poder descansar y él sabe que merece esto. Merece una muy mala noche de no sueño y tener ojeras en la mañana, incluso cree merecer cosas peores pero no se le ocurre nada de momento, simplemente sabe que es tan mala persona que el insomnio es un castigo suave. Una caricia apenas.

Es la primera vez desde que empezó toda esta locura, que Jongin se ha puesto a meditar los efectos colaterales de sus acciones. ¡Baekhyun es un ángel, por amor de Dios! No merece nada de lo que Jongin le ha hecho y el mayor parece tan al margen de la situación, que lo hace sentir peor, mucho peor. Recién ahora cae sobre sus hombros todo el peso de la situación, toda la responsabilidad y no tiene idea que hacer. Siente que está muriendo de angustia, tristeza y desamor.

Es el suave sonido de una puerta al ser abierta lo que lo saca de sus pensamientos y en cuanto alza su cabeza, sus ojos enfocan esa figura que conoce tan bien aun en la oscuridad de la habitación, Jongin reconocería a Kyungsoo donde fuera. El mayor permanece de pie frente a la puerta ahora cerrada y Jongin sabe que lo mira, siente su mirada quemándole la piel.

El menor no sabe qué hacer, no sabe porque ha venido Kyungsoo o porque siente que lo mira con demasiada intensidad. Su corazón late frenético en su pecho y mientras toma asiento en la cama, escucha los pasos de Kyungsoo deslizarse hasta llegar a él. Cada tum tum sobre el piso de madera envía una corriente eléctrica a lo largo de su columna y su estómago se revuelve con incomodidad.

El mayor se detiene al llegar a la cama y se arrodilla en el colchón entre las piernas de Jongin, sus manos permanecen apoyadas sobre su regazo y mira a los ojos del menor, lo puede sentir, por lo que decide tomar una actitud más firme y frunce el ceño.

-¿Por-por qué estas aquí?

Se maldice por tartamudear cuando quería sonar serio, pero al instante se recuerda que cuando se trata de Kyungsoo todos sus planes se van al demonio, porque aunque no lo quiera, siempre flota en una órbita alrededor del mayor. Su ceño se relaja cuando Kyungsoo estira uno de sus brazos y con sus dedos le da una caricia suave a su mejilla.

-H-hyung…

Están cerca y el corazón de Jongin quiere saltar fuera de su pecho de lo rápido que late ahora. Su respiración se corta por momentos y luego deja escapar suspiros temblorosos, cada vez que los dedos de Kyungsoo se pasean por su rostro, su cabello, su cuello, sus brazos… cada vez que busca los ojos de su Hyung en la oscuridad.

-Kyungsoo…

Jadea cuando el mayor se acerca a su cuello y  da un suave mordisco junto a su garganta. Sus manos encuentran lugar en los hombros de Kyungsoo y siente como besa su cuello con tanta suavidad. Las manos del mayor acarician sus piernas por encima de las sábanas y todos sus arrepentimientos se van al diablo, nada importa ahora, solo Kyungsoo. Solo Kyungsoo y él juntos.

Los segundos transcurren pacientes mientras Kyungsoo mete sus manos bajo la tela delgada de la camiseta de pijama del menor y la retira, inclinándose hacia adelante y besando sus labios con suavidad, de manera lenta y tranquila, un beso diferente a cualquiera que hayan compartido antes y el corazón de Jongin se derrite por la calidez. El aire se contiene en sus pulmones y su estómago hace cosas graciosas, parece que flotaran millones de mariposas allí.

-Kyungsoo…

-Shh… no digas nada Jongin. Déjame quererte un poco más.

La cabeza de Jongin da vueltas, su corazón está muy agitado y su cuerpo tiembla bajo el toque de Kyungsoo. De alguna manera esto es diferente a lo que han hecho antes y es igual también. Le hace creer en las palabras que dice Kyungsoo, le hace creer que esto es correcto.

Las manos de Kyungsoo siguen siendo suaves mientras desviste a Jongin y antes de quitarse su ropa, saca del bolsillo de su pantalón una pequeña botella, una que Jongin ha visto antes, muchas veces, y la deja caer sobre el colchón, justo al lado de la cintura del menor.

Kyungsoo recorre con sus manos el cuerpo expuesto frente a él, cada pequeño lunar, cada contorno, cada porción de suave piel y Jongin jadea con necesidad y placer. Esta vez hay algo oculto tras las caricias de Kyungsoo, tras el brillo en sus ojos, tras cada beso apasionado y profundo.

-Te amo Jongin. Te amo.

Y esta vez el menor le cree porque está demasiado sensible, porque está confundido, porque no sabe que es lo que siente justo ahora, porque tiene sus sentimientos a flor de piel. Porque él ama a Kyungsoo con el alma y no puede reaccionar de otro modo que atrayéndolo hacia él y besándolo con fuerza.

Kyungsoo abre la pequeña botellita y con el líquido que había adentro lubrica bien su miembro, mientras Jongin abraza sus piernas a su cintura. El mayor entrelaza sus dedos con los de Jongin y lleva sus manos sobre la cabeza del menor, al tiempo que empuja contra su entrada.

Jongin deja salir un grito mudo y echa su cabeza hacia atrás, lo máximo que puede, pues esta vez están completamente cerca; sus pechos están unidos y el calor de las manos de Kyungsoo sobre las suyas nunca se había sentido tan real. Nunca se había sentido tan conectado con el mayor.

No es la primera vez que Kyungsoo se salta la preparación pero sí es la primera vez que es tan lento, tan suave y cuidadoso cuando lo penetra. Es un vaivén delicado y relajante, cómodo y Kyungsoo no susurra cosas sucias a su oído, pero sí varios te amo Jongin y eres perfecto Jongin.

Jongin no gime en voz alta, no ruega, no rasguña su espalda, solo suspira y jadea, y aprieta las manos de Kyungsoo entre las suyas. Todo se siente muy intenso, sus cuerpos deslizándose en sincronía, su sudor mezclándose y los besos de Kyungsoo en su cuello.

Cuando el mayor se incorpora trayendo consigo a Jongin y sentándolo en su regazo, el menor sabe que esto no solo se siente diferente de las ocasiones anteriores, porque esta vez es diferente sin duda. Esta vez Jongin se mueve de arriba abajo y abraza el cuello de Kyungsoo, acaricia su cabello y jadea junto a su oído, mientras el mayor abraza su cintura y hunde su rostro en su pecho. Jongin sabe que esto no es solo sexo por diversión, estos son Kyungsoo y él entregándose en cuerpo y alma. Son ellos dos haciendo el amor por segunda-primera vez. Son ellos dos amándose.

El final se aproxima entre movimientos lentos y suaves, es un orgasmo intenso y duradero. Jongin tira un poco del cabello de Kyungsoo y el mayor da un mordisco apenas un poco fuerte a su clavícula. Sus ojos cerrados con fuerza y el sudor bajando en pequeñas gotas por sus sienes cuentan una buena historia.

Cuando han recuperado el aliento y deciden mirarse a los ojos, el mundo de Kyungsoo se viene abajo al ver las lágrimas que bañan el rostro de Jongin. El menor se agita de manera violenta en su agarre, su cuerpo comienza a temblar, se estremece como queriendo escapar y solloza un poco fuerte, antes de ser atrapado por los brazos de su Hyung.

Kyungsoo lo abraza con fuerza y Jongin llora contra su pecho. De repente la realidad le ha dado un golpe en el rostro y justo ahora quisiera cavar un agujero en el suelo y esconderse allí. Esto está mal, está mal hacer el amor con Kyungsoo, está mal disfrutar tanto de alguien que no le pertenece y no sabe que es peor, si creer que el amor de Kyungsoo es mentira y seguirlo amando o saber que el mayor lo ama como él lo ama, pero aun así sigue siendo un egoísta. Todo esto es una porquería, piensa Jongin mientras llora con más fuerza. Es una porquería ser tan idiota, es una porquería engañar a Baekhyun, es una porquería estar lejos de casa en este momento y es una porquería llorar justo luego de tener el mejor sexo de su vida.

-No sabes cuánto te odio Kyungsoo…

Sus ojos están rojos cuando mira a Kyungsoo, su mirada es vulnerable y peligrosa, todo en él se ve tan roto justo en ese momento y el mayor siente que algo se hace trizas en su interior. Jongin le sostiene una mirada larga e intensa y de repente le golpea el pecho con su puño cerrado; cierra los ojos y repite la acción, una y otra vez, susurrando te odios hasta que solloza nuevamente y Kyungsoo atrapa su muñeca con suavidad.

-Te odio… te odio

Es más un mascullo que otra cosa pero Kyungsoo escucha cada palabra con fuerza y el eco le retumba en el pecho, justo allí donde antes habían cenizas y ahora late un corazón con fuerza.

-Quiero odiarte…

Pero eso duele todavía más porque él no quiere que Jongin lo odie, no lo quiere. Él quiere que lo quiera, que lo ame, quiere seguir siendo egoísta, quiere compartir esos sentimientos y monopolizar a Jongin.

-No lo hagas…

Su orgullo se esconde bajo la cama mientras él abraza a Jongin contra su pecho desnudo. Los remanentes de sudor y semen vuelven pegajoso el contacto pero ninguno se aparta, solo aprietan más sus brazos alrededor del otro y Jongin murmura cosas de manera adormilada, al tiempo que Kyungsoo hace una letanía muda de no lo hagas, no lo hagas.

 

Esa noche Jongin llora hasta que el cansancio lo vence y cae dormido entre los brazos de Kyungsoo. El mayor lo abraza un rato y luego se levanta, se viste y se acerca nuevamente a su pequeño Nini.

-Solucionaré todo Jongin…

Dice con suavidad y besa su frente mientras acaricia su cabello. Jongin suspira entre sueños y Kyungsoo lo arropa con las sábanas.

-Te amo.

 

Kyungsoo ahora sabe que ama a Jongin, probablemente lo ha sabido todo el tiempo pero había sido lo suficientemente tonto y cobarde para no aceptarlo. Ha cometido error tras error todos los que existen, incluso más y ha lastimado a Jongin. Le ha roto el corazón, una y otra vez, ha destruido a su pequeño Nini, lo ha dañado y ¡maldición! Le ha hecho el amor, por primera-segunda vez ha hecho el amor y todo es un infierno.

Jongin lo ama pero no quiere hacerlo y él lo ama y no quiere dejarlo ir, por eso debe tomar una decisión definitiva. Cambiar su vida, saltar sin paracaídas y aceptar lo que venga a partir de ahora. Jongin se lo merece, Baekhyun se lo merece y él lo necesita. Por primera vez sabe lo que quiere en la vida y Do Kyungsoo obtiene lo que quiere, solo que esta vez las cosas son un poco distintas.

 

Jongin se ha ido. Su cama está vacía, no está su maleta, no hay ninguna nota y Sehun está enfurecido, Baekhyun está en shock y Kyungsoo acaricia su mandíbula  mientras saborea la sangre en su boca y el fuerte dolor en su espalda por el impacto contra el suelo. Todo se ha derrumbado al fin. No más mentiras, no más engaños. Este es el verdadero Kyungsoo.

-¡Es tu culpa cretino!

Kyungsoo se levanta, su mirada es suave cuando mira a Sehun y es avergonzada al mirar a Baekhyun.

-Baek yo-

Slap

-¿Cómo te atreves?

Su voz suena ahogada y triste, su mirada no parece muy diferente; sus bellos ojos están aguados y frunce el ceño. Sus labios tiemblan y sus mejillas están encendidas en rojo vivo. Quiere golpearlo otra vez, amoratarle el rostro a base de bofetadas y luego gritarle lo mucho que lo odia, pero él no es así, no importa que tanto daño le hayan hecho, no importa que Kyungsoo lo haya herido, que le haya mentido. No importa, Baekhyun no es así.

Kyungsoo lleva una mano a su mejilla aún caliente por la fuerte bofetada y Baekhyun solo baja su brazo de mala gana, niega con la cabezay luego lo mira con ojos duros.

-Me largo y tú-

Señala a Sehun con su índice derecho, sorprendiéndolo un poco.

-Me llevarás. Prepara tu auto.

Y de esa manera se da la vuelta y desaparece en su habitación.

-Bien… no queda nada para decir ahora, excepto claro, que si lastimas otra vez a Jongin-

Dice con voz grave y ruda mientras se acerca a Kyungsoo, lo toma del cuello de su suéter y lo mira de manera directa.

-Haré que te arrepientas de haber nacido.

Suelta el agarre con brusquedad y Kyungsoo se tambalea hacia atrás pero no llega a caerse. Sehun pasa por su lado y cuando está cerca de la puerta de salida, se da la vuelta y lo mira enfurecido.

-Él es un idiota ¿lo sabias? Ustedes, son un par de idiotas.

Kyungsoo lo mira con tanta incredulidad que hasta parece irreal, no se ve como él mismo sino como otra persona, otra persona completamente diferente, opuesta a lo que en realidad es Do Kyungsoo, o tal vez justo ahora, se ve como el reflejo de aquello que ha sido siempre. Un pequeño niño asustado, muerto de miedo y a la espera de lo peor. Sehun deja salir un suspiro frustrado mientras ve como se desvanece su fachada y niega un par de veces.

-Lo único que dijo antes de irse fue “lo amo”.

Vuelve a suspirar y pasa una mano por su cabello, lo alborota y chasquea la lengua.

-¡Maldición! Perdí la cuenta de las veces que lo dijo.

Y se va tirando la puerta tras de sí, dejando a Kyungsoo con los ojos bien abiertos, la boca en una línea temblorosa y las mejillas rojas.

 

Justo ahora Kyungsoo sabe que ha cometido un error más; su labio está hinchado, tiene la mandíbula de un color púrpura y su cabeza duele por el golpe recién recibido. Kris tiene la mano mucho más pesada que la de Sehun o Baekhyun. Ventajas de ser un gigante corpulento, piensa mientras se incorpora mejor contra la pared hacia la que ha sido lanzado.

-Moría por hacer eso desde la primera vez que Jongin me habló de ti.

Jongin lleva casi un día desaparecido, aunque más bien parece que todos saben dónde está menos Kyungsoo y eso lo frustra. Quiere encontrarlo, verlo, hablar con él. Pedirle disculpas por cada error, decirle que o ama, ¡demonios! Quiere verlo, pero nadie le da informes de su paradero, aunque con nadie solo se refiera a Sehun y Kris.

El gigante estaba en las prácticas de la liga de baloncesto de la universidad de Jongin y Kyungsoo decidió verlo para preguntarle por el menor, lo que nos lleva a la situación de ahora. El rubio solo tuvo que reconocerlo cuando entró por las puertas de la cancha, para lanzarse sobre él con furia y golpearlo en el rostro.

-Lo imagino…

Susurra mientras siente como baja un líquido cálido desde su ceja hasta su mejilla. Excelente, Kris no solo le ha dado un buen puñetazo sino que también le ha roto la ceja y ahora debe lucir como basura.

-No. No lo imaginas.

Niega el rubio con el ceño fruncido mientras los jugadores del equipo miran la escena asombrados. Kyungsoo le da una mirada cargada de vergüenza y algo de celos a Kris, porque por más que se merezca toda la humillación, no puede olvidar que el gigante había sido el novio de Jongin y el hecho de que sepa dónde está el menor, solo lo enferma más.

-Y me encantaría golpearte mucho más… pero Jongin no querría eso.

Suspira y se alborota el cabello, luego camina hacia las bancas, saca algo de su maleta y regresa frente a Kyungsoo. Los jugadores miran expectantes.

-Así como tampoco querría esto.

Dice mientras desliza su dedo sobre la pantalla de su teléfono y cuando encuentra lo que busca, le pasa el aparato a Kyungsoo. El mayor abre los ojos con sorpresa mientras mira lo que hay allí.

-Al menos él diría eso.

Susurra y cuando Kyungsoo lo mira solo ve una sonrisa tranquila y apenas el fantasma de un ceño fruncido.

-Ese niño adora el drama…

Kyungsoo no sale de su estupor y aun después de entregar el celular de vuelta a su dueño, no puede hacer más que parpadear lento y escuchar como su corazón retumba en su pecho y hace eco en su mente, en sus oídos y en todo el lugar.

-Ustedes son un par de idiotas.

Y Kyungsoo sale del gimnasio con un pómulo hinchado, el ojo morado, el labio roto, la ceja sangrando y la mandíbula adolorida, pero con una gran sonrisa en el rostro. Va a solucionar todo.

 

Busán está apenas a algunas horas de distancia de Seúl y ya es de noche, el viento corre cálido y refrescante; el verano aromatiza el ambiente y Kyungsoo se siente como un tonto, porque ¿cómo no se le ocurrió antes? A donde más huye un niño cuando está asustado, que directo a los brazos de mamá. Él lo haría, si su madre no viviera en Inglaterra. Pero Jongin tiene a su madre cerca, a solo horas de distancia y la noche anterior se encontraban en Busán, así que el menor solo tuvo que despertar temprano y tomar un autobús que lo llevara al centro de la ciudad.

Kyungsoo maneja de manera veloz, incluso sobrepasa un poco los límites permitidos y se asombra que a estas alturas y luego de pasarse dos semáforos en rojo, la policía no lo haya detenido. El punto es que quiere llegar lo antes posible para ver a Jongin, para abrazarlo, besarlo y-

¡BAM!

Bueno, tenía que haberlo visto venir. Nada mas reconocerlo, el menor le tiró la puerta en la cara.

-Abre la puerta Jongin… por favor.

Dice con tono de súplica y da tres golpecitos a la madera.

-Vete.

Se escucha desde el otro lado y Kyungsoo suspira volviendo a tocar.

-Nini…

-¡No! ¡Y no me digas así, demonios!

Grita el menor. Kyungsoo sonríe y vuelve a tocar.

-Por favor…

Suspira.

-¡No!

-¡Kim Jongin! ¡Abre la maldita puerta de una vez!

Grita exasperado y golpea la puerta con fuerza antes de dar un paso hacia atrás cuando esta se abre y un Jongin furioso hace su aparición.

-Pero quién demonios te crees que e-

Corta su frase y abre los ojos como un par de platos, su mirada brilla consternada y se acerca a él tomando su rostro entre sus manos.

-¿Qué sucedió? ¿Quién te hizo esto?

Acaricia con suavidad las heridas y examina su rostro de cerca, demasiado cerca y el corazón de Kyungsoo se agita con emoción mientras una sonrisa suave se extiende en sus labios.

-¡Oh por Dios! ¿¡Te sientes bien!? ¡No es momento para sonreír, idiota! No te das cuenta de lo gra-

Pero no llega a terminar de hablar porque Kyungsoo toma sus muñecas con suavidad y se estira hacia adelante, presionando sus labios sonrientes sobre los de Jongin.

-Esto no es nada…

Comienza al separarse y lo mira a los ojos.

-Comparado a lo que me merezco en realidad.

Su voz es susurrante y Jongin lo mira con sorpresa, con su boca ligeramente abierta, las mejillas rojas y los ojos un poco encharcados.

-Quiero pedirte perdón Jongin. He sido un tonto…

-Un idiota.

Interrumpe el menor con la voz temblorosa y aprieta las manos en puños.

-Un cretino, un egoísta, un maldito mentiro-

Kyungsoo interrumpe su discurso con otro beso suave y las manos del menor se relajan sobre sus hombros.

-Pero te amo y no voy a dejarte ir Jongin.

Se acerca más y abraza la cintura del menor, junta su frente con la suya y cierra los ojos. Jongin deja que las lágrimas corran por sus mejillas.

-Eres lo único real de mi vida…

La voz de Kyungsoo suena nasal y ronca, su cuerpo se estremece y Jongin mira impresionado como el mayor ha empezado a llorar. Kyungsoo no llora. Nunca.

-Kyungsoo…

-No puedo dejarte ir… no quiero…

Abre sus ojos lentamente y ambos sostienen su mirada en la contraria. Ojos oscuros mirando ojos oscuros y todo se ralentiza en ese momento.

-Te amo… no te alejes de mi por favor.

Suplica con la voz rota y aprieta la cintura de Jongin. Pasan un par de segundos en absoluto silencio y quietud, hasta que el menor se inclina y lo besa. Comparten un beso suave y lento, romántico, tan cargado de emociones que les quita el aliento a los pocos segundos y al separarse solo permanecen uno frente al otro, sus ojos cerrados, sus frentes juntas y un par de sonrisas bobas en sus rostros.

-Somos un par de idiotas.

Dice Jongin luego de un rato y abre los ojos.

-También a ti te lo han dicho ¿eh?

Ambos se miran y comienzan a reír como tontos, como idiotas; claro, hasta que la madre de Jongin aparece tras la puerta de la cocina, espátula en mano y una sonrisa amplia en el rostro.

-Bueno. Hora de cenar.

 

Más tarde esa noche, luego de hacer el amor sin culpa ni pecado, ambos permanecen recostados, uno frente al otro y con sus miradas conectadas.

-No te irás esta vez ¿verdad?

-Solo si prometes que te veré a mi lado al despertar…

-Todos los días mi dulce Jongin.

Y se sonríen con alegría y sinceridad antes de entrelazar sus manos y dejarse llevar por el cansancio de un montón de años llenos de sufrimiento y amor.

 

FIN

Notas finales:

Perdonen cualquier error y espero que lo hayn disfrutado tanto como yo al escribirlo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).