Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secrets por Fer_the_human

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Perdonen demasiado la tardanza! Primero trabaja en un capítulo extra, que pensaba subir, para mostrarles un poco de lo que pasaría en la segunda parte del fic. (Después de vacaciones de verano...en donde acaba fools in love). Pero la facultad me ahogó en trabajos, hice mi tiempo y olvidé ese capítulo para continuar con este fic.

Lo bueno de todo es que falta poco pasa que salga de vacaciones en la facultad, y mis capítulos no demorarán. Muchas gracias por la paciencia

¡Disfruten la lectura!

George y yo tuvimos una larga conversación anoche, la cual fue solo un poco más incómoda de lo que pensé. No es como que haya dicho que me gusta Adam de una manera súper formal, solo digo que lo encuentro atractivo. Me atrae sexualmente. Pero no puedo escaparme del hecho de que me he estado obsesionado un poco con él últimamente. Y ha estado en mi cabeza más tiempo de lo que estoy orgulloso de admitir. Ni siquiera se aleja en mis rutinas de ejercicio o cuando estoy corriendo en las mañanas.

Mis primeras tres horas de clase se redujeron a ver un poco menos al chico Sky, pues quería sacármelo de la cabeza, y soportar a George burlándose de mí por admitir que el chico me gusta. Lo hace en broma, pero es exactamente la manera en que todos reaccionarían. No hay juez más duro y frívolo que la sociedad.

Las últimas horas fueron con la bellísima señorita Snow, y me concentré en ella, para recordarme lo bueno que son las mujeres. ¡Y qué mujer!

La señorita Snow nos dejó salir un poco antes. Agradezco eso, me da cierta ventaja para ir a cambiarme antes de que los demás chicos de lucha lleguen.

-¿Te quedarás a entrenar? –Pregunta Thomas, cuando ve que llevo mi uniforme en mi bolsa de deporte, mientras salimos del salón de clases.

-Tengo que ir de vez en cuando. –Bromeo, él responde con una leve sonrisa.

No suelo ir siempre a los entrenamientos. No es obligatorio, y de todas formas entreno mucho por mi cuenta. Sería lo mismo si viniera. Pero aparentemente el entrenador nos quiere decir algo, y es importante que vayamos. Me lo dijo esta mañana mi amigo Roy.

-¿Podemos quedarnos a verte? –Pregunta Brenda.

-No es necesario. –Contesto, intentando no sonar muy grosero. La gente empezaría a creer que somos novios… Posiblemente es lo que espera hacer.

-¡No seas tonto! –Suelta una risita boba- Nos quedamos.

A veces Brenda puede ser realmente una colegiala estúpida. Me siento el maldito Quarterback del equipo de futbol americano de la preparatoria y ella siendo la porrista popular, y al final somos novios. Simplemente no.

De todas formas todos se pusieron de acuerdo para quedarse y verme entrenar. Ni siquiera luchamos. No siempre. El entrenador nos pone a practicar movimientos y eso. Cuando veo que hay algo nuevo, Roy me avisa que vaya la próxima vez. A veces me enseña, otras veces el entrenador.

Voy a cambiarme rápidamente a los vestidores del gimnasio, antes de que alguien más pueda estar conmigo. Otra de las razones por la que no vengo es eso…los chicos. En las duchas siempre estamos desnudos. Y en los vestidores veo mucho de todo. No es como que sea un maldito enfermo, pero no confió en la extrema y poco sana curiosidad que tengo por el mismo sexo. Y esconder mi erección sería algo difícil.

Siempre me las arreglo para evitar estar en esa situación. Y lo hago para evitar ser descubierto con mi miembro erecto delante de otros chicos, donde la única razón lógica de mi amigo saludando a todo el mundo sea esos chicos. Y evito eso para no dar explicaciones de mi atracción sexual poco definida hacia los hombres.

No necesito que mi hermana me haga un análisis para decirme que tengo problemas. No pienso salir de mi zona de confort, de cualquier modo.

Salgo de los vestidores con mi butarga ya puesta. Igualmente mis rodilleras y mis botines de lucha. Y claro, mi incómodamente cómodo suspensorio. Realmente ha llegado a gustarme esta prenda del demonio. Es como mi placer culposo.

-¿Vienes a dejar tu firma por fin? –Me pregunta el entrenador, haciendo referencia a que nunca vengo.

-Sí, señor.

El entrenador es un sujeto gracioso, si me preguntan. No es tan alto, es fornido y tiene un bigote extraño, y muy tupido. Pero tiene una voz gruesa y parece rudo.

Poco a poco mis compañeros llegan, incluyendo a Roy. Dentro del equipo de lucha, es el compañero más cercano. Y no tengo muchos amigos aquí. Claro que convivimos y charlamos, pasamos buenos ratos, pero no los considero cercanos. Todo esto resulta un poco artificial. Si acaso Roy puedo considerarlo amigo.

Y claro, Al. Albert es un chico grandote, muy enojado, y mi contrincante favorito, igual que Roy. El entrenador dice que somos los mejores, y que sería mejor si viniera a entrenar más seguido, pero le hago caso omiso.

Roy comienza a hacerme plática sobre diferentes consejos que ha visto en internet. Se toma muy enserio el deporte, siempre habla de esto con cierta pasión. Es divertido verlo así. Seria atrayente si no fuera por su alta feminidad radiante en todo su ser. Tiene piel delicada y pálida, y cabello oscuro. Es como una Blanca Nieves hecha hombre.

Sí, también me gustan las mujeres. Y me gusta la feminidad en las mujeres, no en los hombres. George suele insultarme por eso. Cualquier acto de aparente homofobia es un acto en contra de su primo gay y su amigo Adam. Pero Roy ni siquiera es gay.

Antes de cualquier conversación con AL, quien acaba de salir de los vestidores, el entrenador nos llama a entrenar. No es nada, nos pide que nos derribemos unos a otros. No es un esfuerzo muy grande, pero repetirlo varias veces lo hace cansado. Mi pareja ahora es Roy.

Es bueno practicar con Roy, es algo así como yo. No nos precipitamos, así que esperamos a que cualquier otro ataque al otro. A los demás les parece aburrido cuando peleamos juntos, pues esperamos demasiado.

Roy se acerca hacia mí, y yo me alejo un poco, moviéndome a mi derecha. Lo que hacemos es lentamente hasta que se lanza hacia mí de manera rápida, sacándome de mi jugada. Pensamos igual, así que uso mi única opción contra Roy: mi fuerza.

Soy más fuerte que Roy, lo he aprendido de tanto trabajar en el equipo, junto a él. Así que pongo duro mi cuerpo para que no tenga tanta oportunidad, no esperaba mi cuerpo tan pesado. Entonces lo tomo por los brazos y lo arrojo al suelo.

-Bastardo.

Sonreí.

 

Antes de que finalmente fuera mi turno de pelear con Al, el entrenador nos reunió en las gradas contrarias a donde se encontraban mis amigos y los demás amigos de quienquiera que estuviera ahí.

-Chicos, les pedí a todos que vinieran, incluso los que suelen faltar, porque tengo una noticia. Como bien sabrán, este semestre se hace competencia interuniversitaria de lucha olímpica. –Mis compañeros empiezan a gritar, al menos la mayoría de ellos. Roy sonríe. Si de por si esta emocionado por sí mismo- Bueno, mañana tendremos una especie de prueba. El encargado de asuntos deportivos estará presente. Y muchas autoridades a nivel universidad, de índole deportiva. Necesitan estar aquí, entrenaremos y lucharan entre todos. El público es admitido.

-¿Cómo si fuera campeonato?

-Sí, pero no hay perdedores. Bueno, si los hay. Pero no hay ganador. –El entrenador ríe- Es para ver sus habilidades. Además, las autoridades que vendrán están requiriendo un evento así para cada facultad y preparatoria de la universidad que practique este deporte. Las mejores serán elegidas para participar en la competencia. Así que no me decepcionen, y los veo mañana.

-¡Mañana te patearé el culo! –Al esta ya a mi lado.

-Si puedes, grandote.

Me despido de AL y los demás chicos, dirigiendo mi paso hacia George, y los demás. Agradezco estar sudado y parecer un completo puerco, así Brenda no me asfixiara y llegaré seguro a mi auto. Espero no apestar mi auto.

Pero lo de mañana suena importante. Realmente quiero lucirme, y da igual si entreno aquí o en mi casa. Y ya estoy aquí, no es gran cosa quedarse un poco más.

-Me quedaré a entrenar. Mañana hay un evento importante. Habrá público, deberían venir.

-¿A qué hora? –Pregunta Thomas. Estoy seguro que el entrenador lo dijo cuando fui interrumpido por AL.

-Les aviso yo. –Contesto.

Pocos chicos se quedan a entrenar. Y después de entrenar haré un poco de mi ejercicio de gimnasio aquí. Eso me dará tiempo. Después de entrenar con Roy y un poco de ejercicio, habrá poca gente y no habrá nada malo en ducharme aquí, pues estaré solo. Ya conozco esta rutina…

 

El sábado me levanté temprano, y solo porque me encuentro un poco ansioso fui directo al parque y de nuevo me presione para dar un poco más de lo que acostumbro.

Realmente me encuentro emocionado por el evento de hoy. Espero ser elegido, la última vez fue cuando no era tan bueno, y a pesar de que la facultad estuvo adentro de la competencia, yo no. Ahora incluso me mantengo en mi peso, para poder quedar adentro, y también me mantengo en forma. Aunque es horrible tener que decir que no de vez en cuando a algún antojo que se me aparece.

Anoche les mandé la hora a mis amigos. Sé que estarán ahí, son fieles. Sobre todo Cara a Brenda. Cara es una chica muy adorable.

Voy tarde para el evento, no sé cómo pasó.

Me alegra que esté sucediendo esto, mi plan parece estar surtiendo efecto. No he pensado en Adam Sky…por un día entero. ¿Demasiado rápido para cantar victoria?

Cuando bajo del auto en el estacionamiento de la facultad, George me llama.

-Antes de que te pongas como loco, sí, estoy seguro que nadie me escucha. Adam está aquí.

-¿Qué? –Pregunto sorprendido.

-¿Crees que haya venido a verte?

-¡Por supuesto!

-¡Dios! Eres muy egocéntrico. Estaba siendo sarcástico. Hombre, en realidad te digo que tienes que venir rápido, no parece demorar demasiado antes de empezar el evento, y…Oh, ya te vi.

Cuelgo mi celular y lo meto dentro de mi bolsa de deporte.

-¡Estas afuera del gimnasio, cualquiera pudiera oírte!

-¡Nadie pasa por aquí! ¡Por eso estamos gritando y nadie voltea a vernos! ¡Porque no hay nadie!

Me molesto con George, pero él solo suelta una risa.

-Viejo, en serio. Relájate.

-Tú amigo me acosa un poco. –Digo, cambiando de tema.

-No lo creo. Está con sus otros amigos. Además, eso no suena mucho a Adam.

George siempre defiende a Adam.

-Ve y haz la prueba. Dile que sabes que me ve. –Digo.

-No lo sé. Solo lo dices tú. ¿Qué si no te ve, y estas simplemente loco? Terminaré como un idiota.

-Primero di una frase inteligente, y si te da entrada pregúntale. De todas formas estoy seguro.

George se niega, y entramos al gimnasio. No estoy seguro si fue un sí o un no.

Dentro del gimnasio, George va a las gradas del lado contrario y yo me dirijo a los vestuarios, donde afortunadamente no hay muchos chicos. Bueno, aunque desafortunadamente sí que los hay. Pero ninguno me atrae, así que me es fácil simplemente voltearme y no prestarles atención en absoluto.

Me cambio rápidamente, por las prisas tenía mi suspensorio puesto ya. Pero nunca me pongo la concha, se ve ridículo. Nadie usa la concha.

Me pongo mi butarga y rodilleras. Terminando me pongo rápidamente mis botines de lucha. Soy el último en dejar el vestuario.

Aun así dispongo de unos cuantos minutos para descansar con mi equipo, del otro lado del gimnasio, localizo a mis amigos. Sí, Brenda suele ser molesta  a veces, pero es mi amiga, parte de mi círculo social, y no pretenderé que no me agrada. Me provoca gusto verlos aquí, aunque no sea aún un campeonato real. Solo falta George.

Busco a George con la mirada, ignorando lo emocionado que mis compañeros se encuentran en mi izquierda. George baja las gradas, así que subo mi visión para ver de donde proviene. Estaba con Adam y tres chicos más. Reconozco al fortachón amigo de Adam. También está con ese sujeto chaparro y el chico larguirucho. Creo que son sus amigos. Bueno, suposición estúpida, obviamente lo son, por algo vinieron juntos. Me refiero a que los reconozco por juntarse con él de vez en cuando.

Antes de seguir observando, me percato que un chico ha empezado a pasar, delante de las gradas en donde se encuentran los espectadores. El equipo se pone cerca de esa área. El entrenador empieza a decir nuestros nombres, mientras pasamos y formamos una línea. No parece realmente necesario, pero da igual.

Espero a que diga mi nombre. Una vez que lo hace, me paso por enfrente. Tomo un paso duro, fingiendo seguridad hasta que se hace real. No me cuesta mucho, entonces, sentirme seguro realmente. Noto los colores azul y rojo de la fila de los luchadores que están junto a mí. Soy parte de los azules.

Levanto los brazos y salto, por el exceso de confianza. Es una suerte que los espectadores comenzaran a gritar, de lo contrario hubiera sido ridículo. Empiezo a recordar que esta mañana rasuré mis axilas, y me quite el pelo del pecho anoche. Gracias a Dios que lo hice, ya recuerdo porque se me hizo tarde esta mañana.  Es un secreto a voces que todos aquí lo hacemos… creo, pues exponemos nuestros cuerpos, y mostrarlos con bello sería desagradable… No es gay, ¿verdad?

Volteo a ver a la multitud de izquierda a derecha, rápidamente. No son demasiados, pero aun así hay mucha gente. Me detengo en Cara, Brenda, y los demás. Gritan mi nombre y me apoyan, los aprecio de verdad.

Entonces recuerdo que alguien más está aquí, posiblemente por mí también. Volteo a verlo, y su rostro se encontraba enfocado en mí desde antes.

Adam tiene ciertamente unas facciones peculiares. Me gusta su mandíbula, y sus ojos que son comúnmente extraordinarios. Sus labios que parecen ser de una medida exacta, por más extraño que parezca. Empiezo a memorizar estos datos. Su cabello es demasiado obscuro. Negro como el universo en sí. Sus ojos no se retiran de mí. Por menor que sea el tiempo que he estado observándolo, siento que ha sido más. No sé qué me pasa, pero no puedo evitar lanzar una leve sonrisa mientras volteo, y la desaparezco antes de que alguien de los demás miembros del equipo la vea. Me incorporo a la fila.

Después de que acabamos finalmente con este pequeño y tonto show introductorio, nos dirigimos del otro lado, a sentarnos en unas gradas. El entrenador empieza a anunciar a los chicos que deberán pelear. Espero mi pelea no demore tanto, quiero acabar con esto rápido.

Mientras llega nuestro turno, me doy la libertad de charlar con mis compañeros. Vemos como los chicos comienzan a pelear contra sí. Nos causa gracia los dos grandulones de la segunda pelea, pues fue difícil saber quién iba a ganar, pero por su compostura física parecían peleadores de sumo.

También nos emocionamos mucho cuando alguien con menores posibilidades nos sorprende un poco. Apoyé mucho a mi amigo Roy, y muchos se sorprendieron de que ganara. Yo no, es un buen luchador, y muy apasionado.

Las luchas siguen y siguen, muchas de ellas ganadas por puntos, lo que hace que el evento dure más, y lo haga largo. Comienzo a desesperarme, y mis esperanzas de luchar pronto cada vez son menos.

Finalmente, es mi turno…Y lo digo enserio. Soy la última pelea. Contra Al. ¡Genial!

No puedo decir claramente que me siento confiado. Lo sentiría si fuera con cualquiera de los demás chicos, incluso un poco con Roy. Pero Al suele darme pelea cada que peleamos. De hecho, me siento impaciente y emocionado.

Veo a Al mover sus labios, pude leer un insulto, pero no siento coraje alguno cuando me lo dice, en su lugar sonrió. Posiblemente está buscando desesperarme para perder concentración. Al podrá ser más musculo que nada, pero no significa que no tenga cerebro. Piensa un poco al momento de luchar, podría decir.

Noto que los pies de Al empiezan a moverse, entonces me concentro en ser lo contrario a un espejo. Guardo mi espacio, antes de poder pensar en algo.

Su velocidad no es constante, me puedo fijar rápidamente en eso.

Primero me sorprendió estando un poco más cerca de lo que planeaba. Entonces disminuyó su velocidad, y me encontraba un poco cerca, al sobrepasar la línea permitida de la circunferencia. Tengo que mantenerme completamente en el centro. Vuelvo a bajar la velocidad. Entonces él la aumenta de nuevo, pero no acercándose cuidadosamente alrededor del círculo en el que peleamos.

Al se lanza directo hacia mí. Fue una sorpresa, no lo vi venir, y logro tomar sus hombros por puro reflejo, ni siquiera lo planeé. Al muestra su fuerza poco a poco, pero no me dejo vencer. Uso toda mi fuerza para que no logre moverme, o derribarme. Si él da un paso, yo regreso dos… entonces el regresa tres. Y tengo que moverlo cuatro adelante.

Pienso en cómo me acostumbró a esquivarlo hace un momento, y para este punto ya debe estar acostumbrado a empujar solamente. Veo su pie comenzando a moverse. Me toma un poco de esfuerzo, pero soy capaz de derribarlo.

Antes de que pueda llegar a sentir la más mínima satisfacción, Al se pone de pie, como si mi esfuerzo haya sido en vano. De alguna forma llega a mi espalda, y puede aventarme como si no fuera más que un viejo maniquí.

Siento la adrenalina correr a través de mí. En el momento en que fui capaz de ver el techo, me levanté de inmediato. No solo estoy con Al. Estoy en un evento, y hay demasiados ojos viéndome. Los rumores corren rápido. ¿Yo, vencido por Al? ¡No!

Me muevo alrededor del área, Al me sonríe. Puedo verlo hacer lo mismo, pero está cansado. Lo veo por la manera en que respira. Espero no verme así. Quito esos pensamientos de mi cabeza.

Uso la técnica de Al en su contra, muevo la velocidad con la que muevo los pies.

-Eso es mío. –Dice Al. Su voz también delata su cansancio.

-Pero esto es mío.

Me muevo al lado contrario al que lo había hecho. Y envisto contra él. Lo dejo en el suelo, lo tomo por las muñecas y uso toda mi fuerza en mantenerlo ahí. Y antes de darme cuenta, gané.

Me quitó de encima de Al, quien parece tener una mirada de disgusto, que me provoca gracia los demás luchadores empiezan a dispersarse, después de una oleada de gritos proveniente tanto de ellos como de los espectadores.

-¡Gané limpiamente, viejo! –Le digo a Al, cuando está cerca.

-Como sea. Al menos les dimos un show.

Al la choca conmigo, en forma de despedida también. Veo a mis amigos siendo muy efusivos. Especialmente a Brenda y Thomas. Me dirijo hacía ellos.

Lo primero que escucho son felicitaciones, las cuales no puedo decir porque agradezco mucho. El primero en abrazarme es Thomas, entonces George y las chicas, no puedo evitar sentirme un poco eufórico también.

Veo a George después de que Brenda me da un abrazo muy duradero. Él parece perdido por algo en las gradas de arriba. Sigo su mirada, y en el medio del camino miro a Adam. Él ya estaba viéndome. ¿Le abra gustado mi pelea? No es que me importe…

Sonrío a él, no sé porque. Ni siquiera hemos hablado, y por la única conversación que hemos tenido debe creer que soy un idiota. Afortunadamente puedo verlo sonreír de vuelta. No soy un idiota. O al menos soy un idiota digno al que sonreír.

-Deberíamos celebrar. –Ofrece Thomas.

-¡Hay que ir al club! –Complementa Brenda.

Antes de que pueda contestar, volteo a ver a George, quien se movió porque Adam y sus amigos llegaron. Le dice algo a George, pero no logro escuchar bien. De alguna forma me siento nervioso por la presencia de Adam. Como si de alguna manera fuera a molestarse conmigo porque presioné a George a acosarlo. Que tonto. ¿Lo habrá hecho? Espero que no. También siento que no soportaré, y tendré que hacer un movimiento…

-Espera, ¿Qué te pareció la pelea? –Pregunta George.

George, déjalo ir. ¡Me pone nervioso! ¿Intentas provocarme un ataque de ansiedad?

-Bien –Contesta Adam- Excelente, de hecho.

La voz de Adam Sky de nuevo. Parece diferente, más atrayente. O estoy alucinando. O simplemente quería escucharla de nuevo, y he pensado en eso, y no me he liberado de esta situación para nada.

-¿Qué pelea? –Pregunta Brenda.

¿Por qué presiona? Brenda y Adam ni siquiera se hablan. Qué raro comentario, la siento inclusive casi a la defensiva.

Puedo ver por la expresión de Adam que también siente un poco de extrañez por la pregunta. Y si no lo ve, quiere decir que no me nota tanto como yo he pensado que me observa.

Mis pensamientos van por sin ningún rumbo. Debo dejar de pensar en Adam, y en la forma en que creo que piensa de mí. Ni siquiera sé que pienso yo de él.

-Pues, verás, las de las últimas horas que hemos estado aquí observando un montón de hombres tirándose encima unos a otros. –Contesta Adam. Con expresiva seriedad, no noto una pizca de sarcasmo en su voz.

Y yo simplemente no puedo evitar sonreír ampliamente, porque es la única manera de evitar reír.

Brenda es un intento de princesa malcriada. Nadie se atreve a contradecirla. A veces Cara juega a ser su muñeca personal, cuando Brenda quiere maquillarla. Thomas es su lame-botas cuando está de humor, también. George y yo solemos escaparnos de eso, pero de vez en cuando escuchamos a lo que quiere, si no es una molestia grande para empezar, y por supuesto, cortesía.

De todas maneras, nunca nadie le ha hablado de esa manera a Brenda. No fue gran cosa, pero para Brenda debe ser una grande sorpresa. Brenda parece enojada. No puedo evitarlo, suelto una gran risa, importándome poco si se ve mal. Ni siquiera George está mostrando su gracia de una manera abierta.

Brenda me lanza una mirada, sorprendida. Ahí está su lado princesa. No puedo evitar reírme, y no quiero hacerlo. Solamente me encojo de hombros. Busco los ojos de Adam, y le doy una sonrisa. No sé de donde apareció mi confianza con él.

-Pues sí, pero verás, –Contesta Brenda finalmente- fueron demasiadas peleas, y a ti te gusto una en particular, eso contestaste.

Brenda miente, o fuerza la verdad. Adam respondió eso simplemente porque fue la pregunta de George. Nada especial. ¿Qué le pasa hoy a Brenda? ¿O simplemente no se siente capaz de perder una discusión, por pequeña que sea.

-En realidad me gustaron todas. Pero hubo unas mejores que otras, hay que decir. –Contesta Adam, con suficiente calma. Siempre lo he visto calmado, ahora que lo pienso. Excepto cuando está con sus amigos, a veces deja salir otra versión de él.

Sus amigos. Ellos están atrás de él, sin decir nada. Simplemente observan.

De hecho, todos nosotros parecemos extraños a esto. Como cuando luché con Al y el mundo pareciera desaparecer, es como si eso le pasará a Adam y Brenda.

Al menos a Brenda.

-¿Cómo cuáles? –Pregunta Brenda. Cansándome un poco ya, a decir verdad.

-La de Esteban, claro. –Dice Adam, llamando mi atención. Veo su rostro, y esos peculiares y extrañamente lindos ojos suyos miran a través de mí- Venció a un gorila él solo, aun cuando la física nos decían lo contrario, es algo de reconocerle.

Sonrió. Espero no verme gay…Pero Adam. Bueno, mi sonrisa es para Adam, y su comentario. Es el primero que consigo además de una simple felicitación. Me emociona, y me hace olvidar mis inseguridades por un segundo.

-¿Enserio lo crees? –Pregunto. No controlo mis pies, que parecen acercarse a Adam, a su bello rostro, sus labios lindos…

-¡Oye, Esteban! –Escucho desde atrás. No necesito voltear para reconocer que es Roy.

Me dirijo hacia Roy, George se acerca y me dice que me esperaran afuera, y asiento con mi cabeza. Roy llega antes de que yo me vaya.

-¿Qué pasa? –Pregunto.

-Ese chico. –Roy voltea a ver a Adam- No es amigo de…bueno, tú sabes…Él podría…

Anna. Roy se refiere a Anna. Posiblemente quiere finalmente conocerla o algo.

-Díselo tú. –Digo. Acabo de salir de mi ilusión. Y ya vi que no me controlo mucho cuando hablo a Adam. O lo veo. O estoy cerca de él. Será mejor que Roy se haga cargo.

Nos acercamos y Roy es el primero en hablar con Adam.

-Hola, Soy Roy –Saluda mi amigo.

-Adam, mucho gusto.

-Sí, emm, tu eres amigo de esta chica, Amy ¿cierto?

¡Maldita sea! Olvide actualizar a Roy sobre eso. ¡Qué idiota!

-Su nombre es Anna. –Contesta Adam, extrañado, y a la vez comprendiendo que es mi culpa- Y sí.

-Bueno, veras, emm…

Roy tiene muchos problemas con las chicas, eso ya lo sabía, pero no tenía idea que se ponía nervioso solamente al hablar con su amigo gay.

-Roy quiere saber si puede conocerla para salir, tal vez. –Digo, antes de que anochezca por la poca capacidad de comunicación de Roy.

-Vaya, pues, está bien, se lo comentaré. –Dice Adam. Fácil. Directo. Roy debería aprender a él.

-Está bien. ¡Muchas Gracias, viejo! mucho gusto en conocerte. –Se despide Roy de Adam.

-Igualmente.

Roy nos deja a solas. Realmente a solas. Nade puede escuchar lo que decimos. Siento una extraña combinación de nerviosismo y emoción por estar aquí con Adam.

No quiero que se vaya, y noto por su expresión que está a punto de irse si no encuentro una manera de romper el hielo. Bueno, George siempre molesta con que tenga más amigos como yo, interesados en chicos. Especialmente en Adam. Y viendo que es tan agradable estar con él, y tan agradable a la vista, ¿por qué no?

Culpo a mis ansias y a la emoción provocada por la situación. ¿Por qué me emociono? ¿Por qué sé que le gusto, y que estamos en un lugar público, y aun así seguros en soledad? Bueno, me da una idea.

Tengo que hablar antes de que decida marcharse.

-Entonces… ¿Puedo decir que mi pelea fue tu favorita? –Pregunto.

Bueno, no intentaba sonar tan… ¿Qué fue eso? Ni siquiera puedo compararme conmigo mismo cuando quiero lugar a una chica del club. Pareció más como Brenda moviendo su cabello de forma traviesa cerca de mí, para obtener mi atención.

-Claro. –Contesta. Apenas notando la tensión sexual que hubo en mi voz… ¿Qué tanto se necesita para hacerlo notarme? No es que quiera…- Como lo dije, fue impresionaste como le ganaste al gorila contra el que peleaste.

-EL Gorila. –Repito- Tal parece que Al tiene un nuevo apodo. –Sonrío, al darme cuenta de lo que dijo. Me sigue alagando, me agrada. Pero siento que me agrada más de él que de otras personas- ¿Sabes?, te di mi número y no he recibido ningún mensaje. –A la mierda, Adam luce interesante. Podría arriesgarme un poco…

-No hemos hablado nada sobre el proyecto. No hay nada que avisarte. –Dice fríamente. ¡Auch!

Pero no me rindo.

-Lo que sea. ¿Sabes?, me vendría bien tener tu número… Tú sabes, por si tengo dudas. –Sentí mi voz un poco más apagada de lo normal. Me siento nervioso. Nunca he tenido que ir tan lejos para tener un simple número de celular. Quizá no le gusto de la manera en que pensaba.

¿Por qué no estoy dispuesto a irme tan fácilmente, entonces?

-Está bien. Te mandare un mensaje luego para que grabes mi número.

-Me parece perfecto. –Sonrío. Tendré su número al menos- Entonces, nos vemos el lunes.

-Hasta el lunes. –Dice, con una sonrisa dibujada en el rostro, antes de marcharse.

Y cuando se va, yo me quedo con mi sonrisa estúpida…

Notas finales:

Muchas gracias por leerme, les prometo que no tardaré... Bueno, lo dejaré en que lo siento, y haré lo mejor.

No olviden dejar sus comentarios, y darle a favorito si les gustó. Sigan el fic.

Muchas gracias, y hasta la proxima (Pronto, espero)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).