Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Secrets por Fer_the_human

[Reviews - 49]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola! Les traigo el capítulo 3, que espero sea de su agrado.

Las vacaciones comenzarón, así que tendré mucho tiempo de escribir (¡Yay!). Creo que actualizaré cada dos semanas. O lo intentaré.

Si les gusta, pueden leer la version de Adam. Te invitio a ver mi bio para que te enteres de mi proyecto.

¡Disfruten la lectura!

Después de mi charla con Adam, que accidentalmente llené de tensión sexual, me cambié a ropa casual para salir del lugar y ponerme de acuerdo con George y los demás. Brenda y Thomas insistían en celebrar. George no se oponía a eso. Cara se acoplaba al resto. Como siempre.

Y como siempre, nuestro intento de celebración sería lo usual: ir al club que acostumbramos. Hells heaven.

A los chicos les encanta el lugar, no solo por el ambiente, o por ser un club algo exclusivo, sino por la influencia. Nos trataban bien y no teníamos que hacer una enorme fila. ¿Por qué? Mi padre.

Mi padre y el dueño del club se conocieron hace mucho, y son amigos. Fue uno de los primeros clientes de papá, y hasta la fecha sigue usando sus sistemas de seguridad. Siempre que queremos venir, digo mi nombre al portero. Eso si es necesario; muchos ya me reconocen.

Y aquí estamos ahora, en pleno sábado por la noche, bebiendo mientras las chicas bailan. Solo los tres chicos. Las chicas bailan porque me rehusé a bailar con Brenda, mi excusa siempre es que no me gusta bailar. La verdad es que no me importaría bailar con ella, sino fuera porque para ella significa algo más.

Esto no parece para nada una celebración. No es como que vengamos cada fin de semana, pero si lo hacemos seguido. No es nada nuevo, y para nada una celebración.

No nos mantiene fuera de beber un poco extra y fingir que es por mí, de todos modos. Pero si realmente fuera por mí, no sería un conductor designado, igual que Thomas. George es el que parece divertirse más en esta mesa.

-Viejo, es seguro. Si pasan al maldito concurso…

-No se dice así. –Interrumpo a George. Thomas, quien ha bebido más que yo, ríe.

-Como sea. Si llegas más adelante, tendrás oportunidades de ganar ese bonito trofeo. O lo que sea que les den.

-Seguro…

-Es verdad, hermano. –Dice Thomas- Eres bueno luchando.

Levanté un vaso lleno de whiskey, fingiendo brindar por eso. La verdad sí que me gustan sus comentarios.

Brenda y Cara volvieron a sentarse. Se quejaron de estar un poco mareadas.

-Thomas, ¿tienes algo? Ya sabes, quiero divertirme un rato.

-Cómo si necesitáramos una razón para que nos echaran del club. –Se molesta George.

Brenda y Thomas a veces consumen. No es molesto. No para mí. Es molesto cuando Brenda quiere hacerlo seguido. Thomas lo hace solo de vez en cuando.

-Tengo que irme temprano a casa. –Dice Cara.

-Y no tengo, de todos modos. –Contesta Thomas finalmente.

Brenda parece un poco molesta, pero no dice nada.

Después de unos momentos más, Cara comenzó con comentarios sobre la hora. No era tan tarde, pero no me opuse a irme. Yo llevaba a George a su casa. Thomas dejaría a Brenda y Cara.

Me despido del portero con una palmada en la espalda, él nos desea una buena noche.

Con George raramente callado en el asiento del copiloto, me doy tiempo para pensar en mí mismo, mientras conduzco a su casa.

Sé que no hice mucho que merezca una celebración, pero esa era la excusa para hoy. Y no lo sentí de esa forma. ¿Qué hubiera sido una verdadera celebración?

Bueno, mucha más gente, para empezar. Y posiblemente una fiesta en una casa en lugar de solamente beber en mi club preferido.

No. No era suficiente. No se sentía tan bien.

Mi celular tiene un mensaje. Sentí la vibración en el club, pero lo he ignorado.

-Concéntrate en el camino. –Dice George- No quiero morir joven.

-¡Estás despierto! –Bromeo- Casi pensé que tenía que llevarte cargando a la cama.

-Deja ese coqueteo para Adam.

Lo miré con disgusto. Después sonreí. Bueno, llevarme a Adam a la cama…

Fingí mi expresión. George comenzaría a molestar si me ve con un interés con su amigo. Bueno, me molestaría más si ve un interés mayor al que ya tengo.

Llegamos a casa de George. Sus padres la compraron hace poco. Es mejor que la anterior y la mudanza fue demasiado rápida.

-¿No piensas salir?

George voltea a verme. Hace una fingida expresión de disgusto y se acurruca en el asiento.

-Viejo, enserio.

-¿De que hablaban tú y Adam después de tu pelea?

¿Por qué me pregunta eso? No es como si no hubiera pensado en contarle de todas formas.

-Nada en especial.

-Adam es mi amigo también.

-¿Y?

-Me preocupo por ambos.

-Viejo, sigo sin entender el punto. –Río.

-A Adam le gustas. Realmente. Lo noté hoy. Sé que él no jugara contigo. –Dice. Hace una pequeña pausa- ¿Qué hay de ti?

-¿Qué conmigo? –Pregunto, algo a la defensiva.

-¿Te gusta? Quiero decir. No solo exteriormente o para llevártelo a la cama. Quiero decir…

-No sé si me gusta. –Confieso- Quiero decir, ni siquiera sé si me gustan los hombres.

-Llevas mucho tiempo diciéndome eso. Si me preguntas, desde el momento en que dudaste, tienes un interés en los otros chicos.

George es la única persona con la que puedo hablar abiertamente de esto. Y está algo borracho. Y defendiendo a Adam… ¿De qué?

-Relájate. No es como si fuera a estafarlo de algún modo. Posiblemente ni siquiera continuemos hablando. –Dije. No estoy seguro de creérmelo.

-Seguro. –Dijo sarcásticamente. ¿Qué tanto me conoce?

-¿Podemos hablar de esto mañana? Vendré.

-¿A hablar de tu obsesión con Adam y tu gusto hacia los chicos? Seguro. Otro día en la oficina.

Golpeé el brazo de George mientras él reía.

-Te veo mañana, viejo. –Dijo, antes de bajarse del auto.

Camino a casa, conduje con un poco de música a bajo volumen. Puede que haya tomado un camino largo a propósito.

¿Qué buscaba de Adam? ¿Qué pasa con él? Bueno, uno de los pocos chicos que me llama realmente la atención. Eso debe decir algo. Pero sigue siendo un chico. Nunca me he imaginado saliendo con un chico. No cuando nadie sabe de mí. De hecho, nunca lo había pensado como una posibilidad. Pero eso pasa a ser algo irrelevante ahora, aparentemente.

Llego a casa y tengo cuidado en no hacer ruido cuando subo a mi habitación. En mi celular, veo el mensaje de un número desconocido.

Hola, soy Adam, este es mi número

La hora del mensaje dice que fue enviado poco antes de la media noche. No me importa la hora. Respondo inmediatamente, solo porque, de golpe, recuerdo mi no muy sano interés en él.

Hey! Finalmente como estas?

Siento como la adrenalina pasa a través de mi cuerpo. Maldita sea. Soy un jodido adolescente en este preciso momento. Un chico de aproximadamente catorce años que se apoderó de mi conciencia me dice que haga algo rápido, antes de que Adam no conteste.

Lucho contra la sensación, pero al final me resulta inevitable. Bueno, pierdo el control con intención. Ahora que finalmente tengo el número de Adam, puedo hablar con él. Y joder mi situación y salud mental y emocional un  poco más.

Guardo su número como “Adam Sky”, entonces llamo a su celular. Unas cuantas veces sonó, pero me mandó al buzón de voz. Y colgué.

Intenté de nuevo, escucho como su teléfono suena mientras yo me muero de las ansias porque responda, para charlar con él. Y cargar nuestra charla con algo de lo que tuvimos después de mi lucha. Había algo en su voz… en mi tono.

Reacciono un poco a tiempo. Es tarde. Adam debería estar dormido, posiblemente. Y mis ganas de hablar con él pasan un poco, debido a su poca disponibilidad. Antes de ser enviado de nuevo al correo de voz, colgué.

Bueno, quizá fue para lo mejor, ¿no? Posiblemente no vea esto sino hasta mañana, donde estaré pensando claramente. Sin presión, ni ansias hacia él. Además George podría aconsejarme. O podría simplemente olvidar el asunto, antes de que se me salga de las manos.

Pero, entonces, supongo que vigilar cada aspecto de Adam, observarlo de lejos y no tener la fuerza de voluntad para dejar de hacerlo supone, que tengo este asunto fuera de mis manos ya.

Desabrocho mis pantalones y me los quito, igualmente mi camisa. Buscaba por algo más cómodo, pero con mi cama tan cerca de mí, es demasiado tentador dormir así. Y lo mismo me pasa cada noche.

Mi celular vibra, con un mensaje de Adam Sky.

Excelente, creo y tú? me llamaste?

Bueno. Eso cambia mis planes totalmente. El miedo en mi pecho se hace presente. Pero de alguna manera esta en conjunto con la emoción. Siempre que es referente a Adam. Lo he notado. Y apesta tanto como es excitante.

Contesté rápidamente, después de darme cuenta el tiempo que había perdido solo viendo su mensaje.

Yo: sí, lo siento. No contestabas, mientras te llamaba pensé en que te despertaría y colgué. Te desperté?

Dejo mi celular a un lado. Medito, como si fuera un jodido adolescente, lo que le dije. Bueno, no pienso mucho en realidad, la noche no me deja hacerlo. Volteo alrededor de mi cuarto mientras espero su respuesta, pero parece tardar demasiado…

Me despierto después de unos minutos. Rayos. Reviso mi celular inmediatamente.

Adam: no, para nada no lo sé,… de todas formas estaba teniendo un mal sueño

Yo: lo siento, me quede dormido, que soñabas? Sí puedo saber

Adam: nada en especial, solo algo estúpido

Yo: Traducción: No, Esteban Wilde, no puedes saber L

Eso es nuevo… Digo, no es como que todas las chicas actúen inmediatamente abiertas hacia mí. Pero…

Bueno. Si ha sido más o menos así, cuando me conocen. Y si tienes interés en ellas, es mejor. Pero supongo que Adam no es una chica. Y se tarda demasiado en contestar…

Volví a quedarme dormido. ¡Maldita sea! Y mi celular tiene un mensaje de Adam al despertar. Al menos sigue contestándome.

Adam: Jaja, no es eso u.u es muy estúpido, para ser honesto

Yo: sí, Seguro -.- (lo siento, me dormí de nuevo .-.)

Adam: Jaja, yo también, deberíamos ir a dormir

Yo: No podría estar más de acuerdo, hablamos luego ;)

Adam: Ok, descansa

Yo: Igual hasta mañana

Adam: hasta mañana

Claramente intenté coquetear, pero el chico es demasiado serio. Y cerrado. Ahora sí que tengo curiosidad sobre su sueño. ¿Y por qué es tan importante ocultarlo?

Volviendo a la realidad, él me ignoro totalmente. Posiblemente ni siquiera se sienta interesado en mí. Bueno, espero que mañana me ayude George con esto.

 

Domingo por la mañana. Me levanto algo temprano. Me doy la mañana para mí, en lugar de gastarla durmiendo. Cuando quiero bajar de la cama, noto que me encuentro solamente en ropa interior. No creo que a mi familia le importe de todas formas.

Bajo a la cocina y no encuentro a nadie en el camino. Me sirvo un poco de jugo en un vaso y me quedo de pie, recargado en la barra de la cocina. Reviso mi celular. Tengo mensajes de Adam.

Leo cada mensaje que compartí con Adam.

Recuerdo que quería escuchar su voz, así que le marqué.

Debo ser la persona más patética en el mundo. ¿Quién hace esto? ¿Por qué soy tan débil en cuanto a él se refiere? … El chico me confunde. Primero parece observarme siempre. Inclusive me halaga delante de todos después de la lucha. Y cuando le pongo atención, no parezco interesarle mucho.

Al menos me dio su número. Tengo esperanza

¿Pero esperanza de qué, maldita sea?

-Buenas días, hijo.

Como si fuera un pecado a ocultar el que cometo, bloqueo la pantalla del celular lo más rápido posible. Y lo dejo sobre la tabla.

Bueno, aparentemente sí es un pecado. Al menos mi madre lo cree.

-Buenos días, papá.

-¿Dormiste bien? No te vi llegar… ¿Llegaste temprano?

-Algo. –Digo.

-¿Fuiste al club de siempre?

-Si. No tengo que hacer fila. –Bromeo.

Papá rueda sus ojos. Se acerca a la mesa vistiendo su pijama. Bebe un poco de café.

-Creo que tu hermana vendrá hoy. No estoy seguro.

-Saldré temprano a casa de George.

-¿A qué llamas temprano?

-Me ducharé e iré.

Mi padre ríe. Tomo mi celular y me dirijo a mi habitación. En estos exactos momentos, mi celular se siente como la peor de las armas mortales. Pero es un arma contra mí. Cualquiera pudiera ver los mensajes de Adam. Sería mi fin. ¿O solamente yo puedo sentir mi vibra coqueta en esos mensajes? De todas maneras borrarlos no es una opción para mí. Tengo que leerlos, y verme como un idiota.

 

Llego a casa de George. Nos encontramos en el patio. Su perro nos acompaña. Es un perro enorme. George lo ha entrenado un poco. Cumple órdenes simples cuando George se las ordena en alemán. El perro se ha acostumbrado a mí, la primera vez que visité a George, comenzó a ladrarme como loco.

Sigue siendo un pequeño monstruo para mí, pero al menos no me ataca cada que me ve.

-¿De qué querías hablar? –Pregunta George.

Volteo a los alrededores, para ver si su familia se encuentra cerca.

-No seas marica. Habla.

George ríe de su comentario. La ironía de esto no me produce gracia alguna.

-De Adam. ¿Qué te dijo ayer?

-Nada fuera de lo normal. –Contesta.

-Anoche lo defendiste mucho. –Digo- Yo…

-¿Estás celoso? –Bromea.

-George, anoche te pusiste a la defensiva. Lo defendías. Ni siquiera hice algo malo.

-Viejo, lo siento. –Dice, rápido- Lo sé. Pero ayer fui yo quien habló con él. Le mentí. Dije que todos notábamos la manera en que te miraba. Esteban, nadie lo hace. Posiblemente Adam se encuentre todo paranoico.

-¿Lo hiciste? –No puedo evitar reír un poco- ¿Cómo fue su reacción?

-No lo sé. Se puso nervioso. Obviamente le gustas. O lo que sea de su definición. –Ignoré su extraño comentario.

-Bueno, nosotros solo tuvimos una charla normal.

-¿Enserio?

-Sí. –Mentí. Creo. Ni siquiera sé que pasa alrededor de Adam- Pero anoche comenzaste a decirme que no me propasará con él o algo. –Bromeo.

-No dije eso, idiota. –George suelta una risa- Solo me preocupaba por él. No creo que sea el tipo de chico con el que puedes tener una aventura. Es muy conservador.

-Es gay. ¿Cómo puede ser conservador?

-Tiene valores. ¿No es tu madre la que da donativos a la iglesia?

-Golpe bajo.

-Lo siento. –Ríe. Bueno, solo solté una sonrisa.

-Bueno, pero no sé…

-Me dijiste que te gustaba.

-Pero…

-¿Pero qué?

-No sé si me gusten los chicos.

-Estas jodido. ¿Cómo rayos no sabrías?

-No es tan simple.

-Intenta ver si se te pone dura con un chico. Y listo.

-¿Con Adam?

-Idiota.

-¿Quién más? ¿Tú? Rayos, con esos pantalones…

-¡Jodete! –Dice. Su tono de voz me preocupa. Y yo intentando hablar lo más bajo posible- Mira porno y ya.

-No tengo catorce…

-Como si no lo hicieras.

George y yo nos miramos serios por un momento. Después empezamos a reír.

-Pero a lo que iba. No estoy seguro de si es lo que quiero.

-Lo quieres. No estás seguro si quieres intentarlo. –George de repente cambia su tono de voz- ¿Qué es lo peor que puede pasar? Habla con Adam. Tú le gustas. Él te gusta. Es como si hablaras con una chica.

-Pero no es una chica.

-¿Y?

-No sé. No puedo.

-¿Por qué?

-No lo sé. –Esto me frustra- Posiblemente solo siento curiosidad. Posiblemente se me pasará.

-No finjas que es una fase. Llevas así seis meses conmigo. Y cuando me lo dijiste, ya tenías mucho tiempo pensándolo. ¿No decías que simplemente no podías soportar guardarlo en secreto más, y te sentías feliz de decirme? Incluso dijiste que te sentías así toda la vida.

-Bueno. Pero hay una manera en la que las cosas deben ser. Si puedo reprimirlo…

-¿Solamente chicos con chicas?

-Debería ser. –Admito.

-¿Mi primo está mal?

-No. George. No me refería a eso. No conozco a tu primo gay.

-Adam. Hablamos de Adam. ¿Está algo mal con él?

-No. Rayos. No seas marica.

-No soy marica. Tú eres marica. ¿Tú mama te convenció de que Dios te castigara si te acuestas con un hombre? ¿Está bien que seas gay pero tienes que reprimirlo toda tu jodida vida?

-No. ¡Maldita sea! Lo siento. Pero me refiero a que no es lo que busco. Mi vida será más fácil si simplemente ignoro el hecho de que me gusta Adam.

-Como amigo… Respeto tu decisión, y acepto tus disculpas por insultar indirectamente a mi familia y mi amigo Adam.

-Gracias. –Sentí alivio.

-Pero como tu mejor amigo debo decirte que lo único malo es reprimir tu sexualidad. Y te daré el empujón que necesitas.

George saca el celular de su bolsillo. Siendo molesto. No puedo evitar reírme. George sigue siendo molesto y sonríe de vuelta.

-Yo también pienso que será divertido…-Dice, con el teléfono en su oreja.

La luz del celular se apagó cuando lo coloca en su oído.

Realmente está hablando.

-Hey, Adam ¿Cómo estás? –Dice. Maldita sea. Él no lo haría…

Pero si no lo hizo, estaría llamando a alguien más. ¿Cómo explicaríamos una charla sobre Adam?

¡Él lo hizo!

-Excelente, gracias, oye, me preguntaba… ¿estás en tu casa?

¡Lo está haciendo! ¡Maldita sea! Él no puede…

Mis piernas empiezas a trabajar por mí. Voy directo a George.

-Genial, entonces… ¡Quítate!

Tiré a George al suelo. Su celular cayó en algún otro lugar lejos. Mantengo mi peso arriba de él. Pongo sus manos contra el piso.

-¡Quítate! –Me repite.

-No lo hagas, por favor. –Eso fue miedo en mi voz.

Miedo.

No puedo explicar el pánico de la situación. Me siento estúpido. Y emocionalmente acorralado.

-Basta ya. Acabemos con esto.

George pone su cuerpo de cuclillas e intenta golpearme. Me quito por respeto.

Pero sigo sintiendo miedo.

-Disculpa, hubo un, mmh, percance. –Contesta George, tras recoger su teléfono del suelo- Esteban y yo teníamos duda sobre el proyecto, así que pensamos en pasar por tu casa para charlar sobre eso.

Esa mentira salió natural.

George hace muecas y apunta a su teléfono.

-¡Genial! Si estás de acuerdo, llegaremos ahí en un momento.

¡Maldita sea, George!

-Muy bien, nos vemos. –Cuelga su maldito teléfono finalmente- Fue fácil.

-Eres un pendejo. ¡Jodido pendejo!

-Agradéceme en el camino.

-Anoche estábamos hablando. Eres un idiota. Pensará que quiero hacer un movimiento con él.

-Probablemente es lo que quieres hacer. No has notado siquiera a una simple chica en el semestre.

Me quedé callado. Pensando.

-Quita esa cara. Sabes que es verdad. Solo doy rapidez a lo inevitable…

 

Le pedí a George que me acompañara a casa. Mi familia es algo ridícula y mi hermana quería verme. Y, bueno, ¿por qué no ver al pequeño Ralph?

Duramos muy poco en casa. Pero pude ver a mi sobrino. Y saludar a mi hermana y mi cuñado. Igual George.

Ralph es tímido con George. Y con todos. La primera vez que George vino, intentó congeniar con Ralph, pero el pequeño terminó llorando.

Después de eso, George se ofreció para darme raid. No sé dónde vive Sky, de todas formas.

En el camino hablo con George de cualquier estupidez. Y cuando quiere volver a decirme que me tranquilice, vuelvo a cambiar el tema, porque los nervios de enfrentarme a Adam Sky son horribles. Y reales.

Adam tiene un interés en mí. Tan grande, aunque me cueste admitirlo, como el que yo le tengo a él. Pero lo que realmente me aterra, es el concepto de Adam.

Porque Adam no es como yo. No. Él, cada día, se levanta, y todos saben sobre su sexualidad. Me pregunto cuánto le tomó, y cómo fue. Pero apuesto que es mucho más simple que salir del closet a los veintidós. Supongo que es más fácil para mí convencerme de que los chicos no me gustan.

Adam ira por todo. Yo no estoy seguro de poder.

George me cuenta de esta idea sobre realizar una fiesta, a final del mes. Le dije que tenía que hacerla. El único problema, al parecer, es la casa. Intentó convencerme de usar la mía, pero definitivamente no. Siempre usamos la suya, de todas maneras. Tuvimos una de las discusiones más estúpidas y monótonas discutiendo eso.

Antes de llegar a casa de Adam, George me cuenta un poco de él. Dice que va a agradarme. Que es un buen chico y esas cosas.

-Siento como si fueras a venderme a alguien. O fueras a presentarme a una nueva casa. –Digo. George ríe un poco.

-Algo así…

-¿Qué?

-Te lo dije. Adam es muy… conservador. Si le gustas y llegan a hablar, posiblemente no andará con juegos.

-No es como si fuera a ofrecerle sexo. –Bromeo.

-Solo digo que no lo arruines, si realmente te interesa.

-¡Tú fuiste quien me arrastró a esto! ¡Ni siquiera quería!

-¡Al menos después de hoy podrás decidir algo! ¿Bien?

Estacionó el auto y mi respuesta quedó sin ser dicha. Pero que así sea.

Llegamos a casa de Adam, el vecindario me parece modesto. Al menos no es uno de esos donde todas las casas son iguales. Y se ve amigable. En mi casa los vecinos no nos hablamos mucho, pero somos muchos más, y es como si todos fueran a enterarse de lo que hacemos.

Bajamos de la camioneta de George. Él dice que ha estado aquí antes, así que sigo su paso. La familia de Adam tiene un bonito árbol de manzanas. Es enorme.

George abre la puerta.

-¿No deberías tocar?

-Me aman aquí. –Bromea- Además, Adam ya debe de estar esperándonos.

-Pon las cosas en la mesa. –Una voz femenina dice.

Una mujer sale de algún lugar de la casa. Tiene el cabello chino. Una sonrisa cálida en el rostro. Nos mira directamente a nosotros. No me reconoce. Su mirada con George dice que a él si lo conoce.

-Pensé que era Adam, lo siento. –Dice, acercándose a nosotros.

George comienza a saludarla. Me siento apenado, entramos sin avisar. George siendo George. Y sigue siendo mi mejor amigo.

Escucho un ruido detrás de nosotros. Es Adam. Viste unos simples jeans y una camiseta verde. Lleva cargando una bolsa. Parece venir de alguna tienda.

Y no tengo duda alguna de que el jodido chico me gusta.

Le dedico una sonrisa. No pude evitarlo. Tengo tanta vergüenza que no duro demasiado mirándolo a los ojos, y miro mis pies. Me enderezo cuando noto lo estúpido que debí haberme visto.

-¿Por qué has dejado de visitarnos? –Pregunta la madre de Adam.

-Bien… no lo sé, he descuidado mucho a Adam. –Contesta George. Voltea a Adam, quien se acerca, poniéndome nervioso- Pero no se preocupe, volveré a molestar a los Sky todo el tiempo, se lo aseguro.

-Es todo un placer. –Contesta la madre de Adam. Bueno, era cierto cuando dijo que lo amaban aquí.- Adam, gracias. –Dice, recogiendo el mandado de brazos de Adam- Ahora los dejare solos.

La señora Sky se retira. Y nos deja a tres chicos completamente callados en su sala.

Es un silencio incómodo. No me contengo de estudiar la figura de Adam que resulta extrañamente atrayente. Y es lindo. Me gusta poder apreciarlo de cerca. Pero él parece incómodo.

¿Por mí? ¿Prefiere que no esté aquí?

El nervioso debería ser yo. ¡Estoy en su casa! ¡Y acabo de conocer a su madre!

-Hola, Adam –Saluda George. Bueno, un saludo para romper el silencio.

-Hola…-Comienzo. Odio el sonido en mi voz. Si, Adam, me gustas. No te burles- Adam. –Termino, espero con un mejor tono.

-Hola. –Contesta. ¿Siempre tan cortante?- Así que, ¿cuáles son sus dudas sobre el proyecto?

-¿Cuál proyecto? –Pregunta George. ¡Exactamente!- De cualquier forma, es un gran día ¿gustan salir?

-Pues, claro. –Contesta Adam. Algo extrañado por la respuesta de George. Creo.

-El viejo árbol –Dice George, una vez que estamos afuera- ¿Soy yo o ha crecido?

-Estaba pensando lo mismo. –Contesta Adam- Llega a mi ventana ahora.

Adoro la voz de Adam. Fuerte, pero no demasiado. Y dulce, pero no femenina. Es como un canto para mí.

-¿Ustedes dos ya se conocían? –Pregunto. Ya sé la respuesta, pero parece una buena forma de empezar a hablar con Adam. Cara a cara.

¿Cuándo se convirtió ese en mi plan?

-Sí. –Contestan ambos.

-Desde toda la universidad. Él es amigo de Mark Young. –Me cuenta George. Definitivamente no la voz que quiero escuchar- Así nos conocimos. ¿Lo has visto, Adam?

-No. –Contesta, sonriendo.

-Ni yo.

Ambos comienzan a reír. No comprendo la gracia. Pero me doy cuenta que es la primera vez que escucho a Adam reír. Al menos de esa forma. Y sigue siendo lindo de alguna manera.

Después de un momento incomodo, George sugirió que fuéramos a un parque. Y aquí estamos.

En el camino pude notar a George tratando de acercarme a Adam. Lo curioso fue que ni siquiera me pareció una molestia, incluso cuando noté como su respiración cambió un poco. Para ser justos, yo también estaba nervioso. Y sí, era por él. Incluso ahora, que estoy sentado a su lado en el césped del parque.

-¿Esteban, tienes cigarrillos? –Pregunta George, despertándome de mis pensamientos.

-No. –Respondo.

-¿Y tú, Adam?

-Lo siento, tampoco –Contesta el chico que me pone nervioso con hablar. O estar presente simplemente.

-¿Cuándo fue la última vez que compraste cigarrillos? –Pregunta George a Adam.

-No lo sé, un mes o algo así.

-¡Un mes! –Dice George- Dios santo, realmente te descuidé. Lo lamento tanto. Adam ¿Qué te han hecho? –Continua, con dramatismo fingido, haciéndose el gracioso.

-Me abandonaron. Y el cigarrillo perdió su dulce sabor en el momento en que mi compañero no estaba ahí. –Responde Adam.

Volteo a verlo. Vaya, eso no fue terrible en sí.

-Tan poético. –Dice George- Esteban, no tengo dinero, ¿me prestarías dinero para cigarrillos?

-Está bien. –Digo.

Adam grita algo a George cuando se va por los cigarrillos. No supe que fue, porque no dejaba de mirarlo cada que se distraía. Me gusta así. Cuando no sabe que lo veo. Cuando no está nervioso, o no intenta impresionarme. Está calmado. Como es él. Y con su calma me pone ansioso.

Cuando Adam voltea a verme, parece que pensará algo. Sigo observándolo sin pena alguna, intento grabarme esos ojos cafés en mi memoria.

Ahí está de nuevo, mis ansias. Esto no me pasa usualmente. Solo Adam.

El  único chico.

El único que se ha portado como si no le importara.

El único que me ha puesto nervioso.

¿Qué más puedo esperar de él?

-¿A qué vinieron, entonces? –Pregunta Adam.

Su voz no es la sinfonía dulcemente fuerte que siempre es. Posiblemente había querido sacarlo desde hace tiempo. Siento cierto tono de desesperación en su voz. Lo cual hace que me ponga mal.

¿Lo desespero?

-A nada realmente. George quería saludarte. –Digo, después de balbucear un poco, como un completo perdedor.

-Aja. –Contesta Adam- Bien… ¿Por qué mintió entonces?

Bueno, el primero en atacarme de esa manera también. ¿Por qué me reclama a mí, y no a George?

-No lo sé.  ¿Lo hizo? –Digo, fingiendo que no sé de qué habla.

Tiene esa actitud de estar a la defensiva.

-Sí, ¿no estabas con él? –Contesta Adam.

-No… Bueno, sí. Bueno, no escuche nada. –Maldita sea, no es mi intención verme tan nervioso…

-Ya veo. ¿Con qué vinieron a acabar? –Dice.

¿De qué habla? ¡Necesito que George me saque de esta!

-Sí, escuche a George decir, “acabemos con esto” ¿a qué se refería?

Oh. Eso.

¡Mierda!

Eso fue en casa de George, cuando hablábamos de él. Y de mi secreto… ¿Habrá escuchado?

Bueno, de haber sido así. No estaría preguntando. ¿Cómo puedo evitar decirlo sin verme como un idiota?

Bueno, él también ha ocultado cosas, ahora que lo recuerdo…

-A nada. –Soy consciente de la sonrisa que mi rostro forma- Algo estúpido solamente.

-¿No puedo saber? –Pregunta.

-No.

-¿Por qué?

-Porque yo no puedo saber que soñaste anoche.

Sonrío incluso con más emoción. Adam se pone nervioso. Bueno, eso es algo a lo qué estoy más acostumbrado. El silencio es poco, pero claramente presente.

Creo que hasta ahora he sido yo el nervioso con Adam, y no esperaba que yo reaccionara de esta forma. Finalmente habló.

-Eso es injusto. –Dice.

-¿lo es? –Pregunto- Yo no lo veo así, tienes el poder absoluto de saber de qué hablábamos. –Mi voz segura volvió a mí de alguna manera.

-Sí, le puedo preguntar a George –Dice, en tono de broma. Algo me dice que cree que puede hacerlo de todas formas.

-Oh, George no te dirá.

-¿Cómo estás tan seguro?

-Solo lo sé. –No estoy tan seguro, a decir verdad. George se ha portado muy bien con Adam. Y él ni siquiera lo sabe- Entonces, está en tus manos.

-Me estás diciendo que si te cuento mi estúpido sueño, me dirás tu estúpida charla con George –No había duda en eso. Su voz lo decía de manera firme, solo se aseguraba…

-Exactamente. –Confirmo.

-Entonces, esto se reduce a quien aguanta más. –Dice. De nuevo, no es pregunta.

-Si es así como lo ves…

-Yo no perderé. –Sonríe.

-Yo tampoco.

Me doy cuenta apenas de lo que ha pasado.

Yo no quiero hablar de esto con Adam. Prácticamente sería hablarle de mi sexualidad. Y que me gusta… O algo así.

Al menos parece firme en no compartir su sueño.

Pero si por alguna razón se abre conmigo. ¿Podré yo devolverle el favor?

 

Para mi sorpresa, pasar el rato con Adam estuvo bien. George llegó de la tienda. Adam insistió un poco en el asunto, pero afortunadamente George no es tan tonto como para decirlo. Le dijo a Adam que no eran sus asuntos.

Ahora estamos en el cuarto de Adam. No puedo evitar querer estudiarlo. Es algo…acogedor. Veo su librero. Esto puede darme una pista de la personalidad de Adam, supongo.

Un completo desastre. Me haría bien una ayuda de mi hermana.

No encuentro un patrón. Tiene novelas románticas, y clásicos… ¿Es eso un libro de ciencia ficción? Y una novela de misterio…

George hace comentarios que me dan a entender que ya ha estado aquí. Ignoro eso un poco. Veo por la ventana. Bueno, ese manzano es realmente grande.

-El árbol está a punto de entrar a tu cuarto. –Bromeo.

George me lanza una mirada. ¿Qué?

Reviso mi celular. Tiene un mensaje de George.

Lo apruebas? :p

Ruedo los ojos… Pero pase una buena tarde hoy.

Las ansias vuelven a mí.

No quiero intentarlo… no con un chico.

Pero Adam… Bueno. Me gusta.

Siempre puedo arrepentirme y arreglar los daños después. Respondo rápido.

Sí.

Deberias invitarlo a tu fiesta

En TU casa.

-Aaah, Adam. Habrá una fiesta en mí casa. La estamos planeando. –Dice George. Entendí que su énfasis en la frase iba dirigido hacía mí. No me importa- La estamos planeando, deberías venir.

-Claro, ¿Por qué y cuándo es la fiesta? –Contesta Adam.

-Por nada en realidad. Es al final del mes. ¿Irás?

-Por supuesto.

¡Genial!

George debe notar mi emoción. No debería notarla… No debería estar emocionado. Como sea.

Después de un momento, Adam nos dirige hacía la salida, cuando por fin era hora de irnos.

Aprovecho cuando estoy en la camioneta para dar un pequeño grito ridículo. George ríe.

-Sabía que te gustaría Adam. –Dice.

Riendo un poco aún, volteo a ver a la casa de Adam. Sigue ahí, en su puerta. ¿Me habrá visto? ¡Qué vergüenza! Solo puedo darle una sonrisa de despedida.

En casa, me tranquilizo un poco. Mi hermana y mi cuñado siguen de visita. Agradezco eso. Tuve tiempo de jugar un poco con mi sobrino, y olvidarme un poco del día de hoy.

Y pude enseñarle a Ralph a jugar de verdad, y no ser un maldito dependiente de su Tablet.

-No llevaba mucho tiempo con ella. –Dice mamá- Se la dimos porque estaba cansado.

-No se ve muy cansado ahora. ¿Verdad, campeón? –Digo.

-Es por ti. –Mamá ríe.

-Es verdad. –Dice mi cuñado- Llegaste y su energía volvió.

Ralph solo se queda callado y ríe un poco. Me provoca gracia. Es contagioso.

Cuando mis padres se acuestan y me dirijo a la habitación a hacer lo mismo, me propongo sacar mi cuaderno de dibujo.

No recuerdo la última vez que dibujé. Mucho menos la última vez que pinté. Pareciera una completa eternidad. Mi último dibujo fue el de unos peces en una piscina. Hay cosas raras en el tanque. Creo que dibuje llamas.

De cualquier forma, tomo lápiz y comienzo a trazar las líneas por el papel. Me siento nervioso por lo que estoy a punto de dibujar. Debo ser extremadamente cuidadoso.

Dibujo la nariz de una persona. Y los ojos.

Ojos demasiado grandes. Cambio de hoja.

Ojos demasiado pequeños.

A la próxima es mejor. Dibujo ojos y boca. Dejé la nariz para después… Debo ahora concentrarme en recordar sus facciones… Algo duras, pero no lo suficiente. No son suaves en sí. No es cara puntiaguda, tampoco.

Cabello. El cabello ayudará. Y también la manera en que exprese la piel. ¿Cómo más puedo representar lo que quiero, ahora? ¿Quiero si quiera representar algo?

Lo haré por el mero placer. Pero claro, debo dibujar una mujer, en caso de que alguien más lo vea. Después lo pintaré.

Debo estar demasiado jodido para querer dibujar una versión femenina de Adam Sky.

Notas finales:

Espero les haya gustado. No olviden seguirme o poner el fic en favoritos. Y lo más importante, deja comentarios, pues tu opinión me importa.

Les quería pedir opinión. Creo haber comentado sobre un capítulo de Robyn en el que trabajo, que se lleva a cabo en Diciembre (Al final de la 2da parte de la historia). ¿Les gustaría que lo publicara? Para los que ya leyeron Fools in Love, calmaría las ansias, y daría un pequeño adelanto de lo que pasaria en la segunda parte de la historia completa (Entendiendose a Fools in Love y Secret como la primera parte)

Me gustaría recibir sus opiniones sobre eso para saber la rapidez con la que debo escribirlo. O si no debo escribirlo:p Y por supuesto, sus opiniones del capítulo.

¡Hasta la proxima!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).