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Mi linda muñequita de porcelana por Lusiam Uzuuchi

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Todo sucedió gracias a la magnífica idea de mi estrambótica, alocada y socia de risopatas anónimos; mejor amiga, no sé en qué momento, se me ocurrió contarle el motivo que mi corazón afligía, provocándome una insoportable angustia, pero mejor os cuento todo desde el principio.

Me llamo Galadier, si, se que suena raro y extraño, y si adivinaste bien es el mote por el que respondo; en realidad me llamo Gabriel Camino Alto, si, si se que suena a esos escogidos de las páginas de risa, pero mi nombre no es el motivo que mas risa le da a mi “queridísima “amiga, no que va, sino las ideas que por su mente cruzan.

Tengo dieciocho años y soy estudiante de medicina, en la Universidad de Alcalá, haciendo la carrera que mi padre había elegido para mi, no es que el me la hubiera impuesto, sino que le hacía tanta ilusión, que no me pude oponer a cursar dicha carrera, ni los años y trabajo para sacarla, pero a mi padre le hacía tanta ilusión que yo fuera medico, el daño ya estaba hecho y no había vuelta atrás posible.

Con todo lo que tenía que estudiar apenas salía y había comenzado a descuidarme , llevaba como tres meses sin ver a mi amiga , tampoco la dedicaba largas conversaciones y más tiempo sin pisar su nueva casa , la cual no había vuelto a ver desde el día, meses atrás, en el que se la compro, un acogedor chale de ladrillo, con un pequeño proyecto de jardín delantero , las paredes y estancias vaciás y un inútil garaje donde entraba un coche , lo bastante grande si contábamos que solo seria habitado por una moto, creo recordar que me dijo algo la última vez que nos vimos , apenas una hora, cuando me secuestro al terminar mis clases llevándome a un café cercano donde hablamos, yo no la preste mucha atención y pronto se marcho diciendo que tenía que ir a recoger a su hermano pequeño al aeropuerto.

Ella con sus ceñidos pantalones de cremalleras , sus botas estilo militar con hebilla y su ancha camisa de alguna banda antigua como los Barón Rojo o los Guns N´Roses; cosa que no pegaba con el moño que aun llevaba en lo alto de la cabeza cuando la vi marchar hacia su moto y ponerse el casco. Demasiado que estudiar y muy poco tiempo para hacerlo antes del examen final, mire el calendario pronto al fin tendría unas merecidas vacaciones lejos de los libros y la universidad, solo para mi, siempre fui muy meticuloso a la hora de vestirme, peinarme y arreglarme aunque solo sea para salir a la calle. Ahora apenas duermo dos horas, sussisto a base de café y no presto a tención a como salgo a la calle. El timbre de la puerta suena, espero a que mi prima, con la que me estoy quedando hasta que acabe mis estudios en la universidad, abra la puerta, hasta que de pronto recuerdo que me dijo que no volvería hasta el maldito Lunes, el mismo que mis dichosos exámenes empezaban, volvía a la casa tras un viaje de negocios. Entre bufidos y protestas me encamine hacia la pesada tabla que se interponía entre la persona que había llamado y yo. Tomando aire por última vez tome el pomo de la puerta y lo moví estirando de esta hacia dentro, dejándome ver una delicada y salvaje chica que llevaba un ceñidísimo corsé rojo, que se ajustaba a la perfección a su pecho acentuando sus curvas, sobre un vestido negro, de falda vaporosa, pero lo que más me impacto fue sentir como se abalanzaba sobre mi dejando su morado carmín en cada mejilla y riendo alegremente antes de apartar las gafas que ocultaban sus ojos.

Mi mejor amiga seguía siendo la misma loca salvaje y peligrosamente alegre de siempre, sin borrar la sonrisa entro a la casa liándose a hablar sin parar, desde que vi que me hacia una visita inesperada, savia dos cosas; 1ª Que venía a pedirme un favor. 2ª Que en lo que quedaba de día no podría volver a tocar un libro. Pero a decir verdad estaba agradecido por poder desconectar un rato de esos libros, aunque fuera para recibir alguna extraña petición de mi amiga, como la última vez. Que consiguió convencerme de hacerme pasar por su novio y besarla delante de un grupo de pretendientes que se tiraron una semana persiguiéndome para pegarme. Espero que no sea otra petición como esa o esta vez ningún desconocido portando un extraño y sospechoso abrigo beige y unas enormes gafas negras me salvarían el cuello, aunque este tratara de abusar de mí y un policía tuviera que intervenir. -Tengo una extraña petición que hacerte y a la que te vas a negar.- Me dijo entre risas con una sonrisa ladina que tanto la caracterizaba- Te aconsejo que te ahorres tiempo y la accedas sin rechistar- me aconsejo ampliándola aun mas mostrando sus afilados colmillos brillantes como perlas, demostrándome que lo conseguiría costara lo que costara haciéndonos a los dos perder tiempo, pues a cabezota y terca nadie la conseguía ganar, ni sacar la idea de su cabeza por mucho que lo intentaras, por muy absurda y loca que fuera. -Vale lo hare, pero después de que terminen los exámenes- Accedí sin mucha gana a alguna idea loca -Tranquilo cachorrito, será para mi cumpleaños y tendré un mes para comprar todo y prepararte para ella, jujuju.- Me sonrió, tomando un gran trago a su vaso de refresco.-Te va a encantar y a mi mucho mas jijijijiji, será genial-reía ilusionada, un gran escalofrió de terror recorrió mi cuerpo, siéndome imposible vislumbrar hasta que punto mi amiga era capaz de llegar e imaginar.

-Me das mucho miedo – La dije sin ocultar el temor que en mi cuerpo recorría e imaginar en qué apuro me metería o vergüenza que sería capaz de pasar y mas sabiendo que él, su hermano pequeño, de la misma edad que yo, estaría allí, el mismo del que yo llevaba enamorado desde segundo de secundaria, el tan perfecto y hermoso, con ese pirsin en el labio que tanto me ponía, en esos carnosos y apetecibles labios. Pero solo éramos amigos, nada más que los mejores amigos, siempre me contaba sus conquistas y lo buenas que estaban, era una pena que sus ojos no vieran más que a su mejor amigo en mi.

Ella lo savia, yo mismo se lo había contado y ella me había consolado y apoyado , y otras tantas cosas que no tanto me gustaron, pero que por mí las había hecho .Como echarle tinte verde en el champú, a esa morena que en tercero salía con él, la muy guarra me conto que usaba su ducha y ella la había echo una inocente y sana bromita, la cual provoco que llevara un gorro en la cabeza medio año y se cortara el cabello a la altura de la barbilla , también y mucho más importante habían roto y yo estaba ahí para consolarle .

-Hey, Gala, ¿Hey estas aquí?- Se rio pasando su mano por delante de mi rostro mientras enfocaba los ojos

-Si Lun,… ¿Qué decías?- la pregunte sonriendo y enfocando la vista

-Que me voy ya, que pronto llegara mi enano y no tenemos cena- rio despidiéndose, su enano, ¿el iba a estar esa noche con ella?, Con una sonrisa cerré la puerta y me dispuse a preparar la mía propia, cosa imposible dado que la olvidadiza de mi prima, se le olvido hacer la compra de la semana y ya todos los centros comerciales estaban cerrados, tendría que pedir algo por teléfono, entre suspiros de resignación marque el numero del restaurante chino de la esquina.

Como ella había prometido, lo que quedo de mes no me molesto dejándome terminar mis exámenes en paz. Y pronto descubrí que mis días tranquilos no llegarían hasta que ella no llevara a cabo su loca idea, quería hacer una fiesta de disfraces para su cumpleaños, y eso salto todas mis alarmas, ¿qué diantres querría hacer con migo?

La misma tarde en la que mis vacaciones empezaron tras terminar todos los exámenes, ella estaba reclinada sobre su moto, en la calle frente a mi universidad, todos se la quedaban viendo y eso que mi querida amiga hoy ,por una puñetera vez, venia vestida normal y no con uno de esos modelitos que eran poco más sencillos que los que portaba al subir a los escenarios para sus conciertos, y lo cierto es que su amada banda, fue lanzada al estrellato cuando una importante compañía les publico su primer disco y les obligo a modificar su nombre por uno más…, como decirlo…, comercial, por lo que desde que íbamos a tercero , el empezó a faltar a clase cuando tenía un concierto a la otra punta del país, a pesar de que solían hacer su gira en verano, al tener los dos clases , los últimos días desaparecían para terminar los preparativos para la gira, a mí siempre me tocaba recoger sus notas y hacer mis maletas en el último minuto, al serme imposible negarle nada a ese par de hermanos demonios que tenia de amigos.

Seguro, más de uno la había reconocido y quería un autógrafo; otros quizás solo se habían quedado prendados por su aspecto de ángel caído del cielo.

-¿Qué tenemos aquí?-Se burlo uno de mis compañeros con sarna y desprecio- Pero si es la zorra de la clase- se burlaba levantando mi pelo, yo solo sople con paciencia- Seguro que estas desesperada por tener un buen polvo, oh si es verdad ,no creo que nadie quiera a un hombre que parece una mujer….- su risa fue amortiguada por el inmenso grito de alegría que dio Lun al verme ahí parado y salir corriendo chocando contra todos los que se ponían en su camino, hasta al fin tener el camino libre para lanzarse a mis brazos y plantando un pico dejando mis labios negros por su carmín

-Gala, te tardaste mucho- hizo un gracioso mohín separándose y dejando a todos con la boca abierta

-Lun, Lun, nunca cambiara- reí alegre al ver la cara de idiotas que se les quedo al ver a Lun

-Es…Es…Es Lunna de Tears of death- susurro tragando mientras veía como me arrastraba con prisa hacia su moto y me tendía un casco.

Sin murmurar, me subí a la preciosa joya, con la que mi amiga hacia arder las calles a su paso, sujetándome con fuerza a su cadera mientras ella se colocaba unos guantes negros y subía la cremallera de su cazadora.

Me mareo por todo el centro comercial más cercano sin hallar lo que estaba buscando, llegue a casa molido y con unas únicas palabras de desaliento; mañana seguiríamos con la búsqueda.

Suspirando busque algo en el refrigerador y arrastrando los pies llegue a la cama donde cay dormido al instante.

Tras muchos días de agotadora búsqueda, entramos a una tienda donde unas preciosas muñecas de porcelana, eran vendidas a precio de coleccionista.

Todas eran preciosas pero una llamo mi atención al instante con sus lindos cabellos morenos rizados hasta la cintura con un lindo listón rojo a modo de diadema y un precioso vestido negro de tirantes con vuelos en el pecho, para luego ceñirse en la cintura por un lazo rojo oscuro a juego con el del pelo, la falda caía hasta las rodillas en múltiples vuelos en cascada adornada en el de arriba por dos lacitos granate al final de pequeñas y lindas costuras del mismo color.


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