II
Cuando me cito para darme esa trágica noticia, nunca creí que también me presentaría a aquel que me lo arrebataba. Tenía los cabellos y los ojos lilas, una piel tan blanca…era precioso. Quise odiarlo, en verdad quise hacerlo pero no podía ni debía, pues si quería odiar a alguien debía odiarme a mí mismo porque fui yo él que callo y dejo que esto pasara.
Me habló de lo mucho que Milo le había hablado de mí y que aunque no me conocía, sabía que era una buena. Me invito cordialmente a su boda y con una sonrisa me pidió ayuda. Eso fue la segunda vez que lo vi, me cito después de habernos conocido…
Sé que es inusual y sobre todo cuando apenas nos conocemos- me expreso después de haberme saludado e invitado a tomar asiento en la mesa de aquel café- pero me gustaría que me ayudaras…-después de ello, solo lo vi mover la boca sin prestarle verdadera atención realmente- quiero que me ayudes a organizar la boda- esa palabras me sacaron del trance en el que me había metido. Mes estaba pidiendo ayuda?, dioses seguramente uno de ustedes me odiaba. Me pedía ayudarle a llevarse a mi querido Milo- eres su mejor amigo y bueno yo pensé que…-quise decirle que NO, que no lo ayudaría pero otra vez me calle y acepte-
Me encantaría- una sonrisa ni tan falsa se formo en mi rostro, en verdad Mu, así se llamaba, me caí muy bien a pesar de que él sería que me alejaría de Milo-
Gracias, con tu ayuda sé que conseguiré que la boda sea más de ambos- me comento alegremente-
Claro- me odie en ese instante por no poder odiar al que frente a mí estaba-
Si tienes tiempo hoy, me gustaría que me acompañaras a ver las flores- me pidió y un brillo hermoso había en sus ojos, no podía ser más evidente que amaba a MI Milo. Era cruel el solo pensarlo, pero en verdad me gustaría que Milo solo me amara a mí-
Si, no tengo que hacer por la tarde- acepte después de todo ya había aceptado ayudarlo-
***M***
Recorrimos por largo rato la ciudad y me extrañe, al ver que nos alejábamos de está. Pero unas horas después tuve mi respuesta a la extraña pregunta que tenía. Mu, estaciono el auto cerca a una gran casa de campo que en su entrada había una gran cantidad de hermosa rosas, más a lo lejos pude ver un invernadero. Mu me había llevado seguramente aun conocido que se encargaría de las flores.
Disculpa si no te lo dije antes- su voz me trajo de vuelta a él y es que aun seguía contemplando el paisaje de aquel hermoso lugar-
Descuida, me gusta este lugar- lo tranquilice – es un conocido tuyo el dueño de esto?- pregunte volviendo mi vista a mi alrededor-
Un amigo, su nombre es Axel Von Fisher, pero todos le decimos Afrodita- me explico con una gran sonrisa. Así seguimos nuestro camino a la puerta principal de aquella casa antigua-
…-un par de golpes a la puerta y unos minutos después un hermoso joven de cabellos celestes y ojos del mismo color, abría la puerta- Mucito?!, Mucito pero por qué no me avisaste que vendrías!- su voz me aturdió un poco. Deje salir un suspiro, ese joven era un poco chillón para mi gusto-
Hola Afro, disculpa salí de improvisto y pues no me dio tiempo. Mira te presento a Camus Kelch, recuerdas que Milo nos hablaba de él- me presento y entonces sufrí lo que se llamaría un escaneo rápido. Esos ojos celeste me miraron de pies a cabeza, eso me hizo sentir incomodo al extremo-
Hola, soy Axel von Fisher, mucho gusto- me tindío la mano, su voz y su mirada era de una persona muy diferente de la que había recibido a Mu- Milo nos a hablado mucho de ti- continuo-
Igualmente, es un gusto conocerte- exprese después de que soltara mi mano, algo me decía que aquel sujeto sería una pieza importante desde ahora- hermoso lugar…- comente, girando a ver el lugar-
Gracias, pero adelante- nos invito a pasar- DM, no está así que no hay problema- le guiño a Mu y yo no entendía nada.-
Afro, Camus me ayudara a escoger las flores adecuadas- la sonrisa que le mostro a su amigo, me hizo creer que este chico era muy inocente o muy tonto, como podía confiar tanto en un extraño como yo?-
Vamos entonces, aunque me molesta que me excluyas, Mu- nos hizo un gesto que le siguiéramos mientras decía aquello-
Pero Afro…- me era sorprendente ver a ese par, eran tan diferentes pero se entendían tan bien-
Si, ya sé Mu- le corto el otro sin importarle la cara de pena del peli lila. Dioses del Olimpo sí que era extraño ese par, sobre todo el peli celeste que parecía poder cambiar de humor y de personalidad rápidamente-
Así entre peleas y reclamos, intercambio de gusto y opiniones, llegamos al invernadero. Si no quede con la boca abierta, estoy seguro que estaba cerca. El lugar era hermoso, una mescla de colores increíble. Flores y rosas de diferentes tipos y colores reinaban en ese lugar. Sin lugar a dudas, Mu me había llevado a un hermoso lugar.
Las lilas, estas preciosas- y no era más que la verdad esas hermosas flores eran bellas- los lotos también…-y a pesar de estar un tanto embobado con la belleza del lugar pude notar como los ojos de Mu brillaban a un más- estoy seguro que a Shaka le encantarían- y quién diablos era ese y que pintaba aquí y más allá de eso, debía ser alguien especial porque una hermosa sonrisa acompaño a esos ojos que no dejaban de brillar-
Me extraña que no vinieras con él- comento Afro, sin quitarle la vista unas rosas del lugar-
No tenía tiempo- expresó Mu sin más, me sentía excluido entre ese par-
Bien Mu, cuales te gustan?- lo escuche suspirar con resignación antes de preguntar aquello, había algo allí que no me cuadraba-
Aun no lo sé Afro, las rosas lilas y azules me encantan y más porque las hiciste con mucho cariño para mí pero…- Mu miró por un momento el lugar- tu qué crees Camus?- me miro con una sonrisa-
Pues son una elección muy buena…-exprese sin tanto rodeo-
Entonces que esas sean Afro- me sorprendió que tomara mis palabras encuentra-
Listo entonces- esas palabras bastaron para salir del lugar.
Nos pasamos un par de horas en la casa de Afrodita, en las cuales me incluyeron en su grupo de pláticas, fue así que me entere que DM era la pareja de Afrodita y otras cosas sin mucha importancia. Al despedirnos Mu le extendió la invitación a su matrimonio y le pidió que no faltara, que él era alguien importante para Mu.
Así regresamos a la ciudad. Mu me comento que iría a ver a alguien y que si deseaba acompañarlo o si prefería que me dejara en algún lugar. Le respondí que lo acompañaría que no tenía nada mejor que hacer, eso lo tomo con una sonrisa y decidió ir directamente a ver a aquella persona.
Por unos minutos el carro siguió en marcha, hasta llegar a la corte suprema de Atenas, allí esperamos un rato. Mu no decía nada y yo tampoco preguntaba que hacíamos allí. No fue hasta que vi salir a un rubio enternado y con un portafolio en mano, que Mu hizo algo. Toco la bocina por largo rato, pegándole un susto al sujeto, este giro con el ceño fruncido hasta que reconoció a mi compañero, una sonrisa se formo en su rostro antes de acercarse al auto.
Casi me matas, Mu- le reclamó-
Hola Shaka- la sonrisa que tenía se hizo más grande y sus ojos se iluminaron el doble. Así que era él, pensé- te presento a Camus Kelch- la mirada azul del rubio se concentro en mi-
Hola- me saludo sin mucho entusiasmo- Shaka Jungfrau, fiscal superior- se presento sin más- y que hacen por aquí?- pregunto regresando su vista a Mu-
Buscándote- respondió con obviedad el peli lila-
Entonces vamos- acepto antes de subirse al auto-
Esto Mu, me dejas en casa?- pedí, ya me había dado cuenta que haría un mal tercio en ese lugar-
Como no- me sonrío y con ello me llevó a casa-