El palacio real de era invadido por gran cantidad de soldados que celebraban la reciente derrota de Freezer a manos del Rey, en una cruel batalla el soberano salió victorioso y muy lastimado.
Vegeta se encontraba en cama siendo atendido por Bardock, éste Saiyajin se había ofrecido a cuidarlo; algunos aunque eran expertos en medicina no se atrevieron, pues el temperamento del rey y su mirada eran algo intimidantes.
-mira cómo te dejó ese malnacido – el de cabellos alborotados le estaba pasando un paño con agua oxigenada para sanar las graves heridas
El rey gruño, no le gustaba ser tratado como una nena - el caso es que salí victorioso, y deja de tratarme como si fuera un debilucho; yo soy un guerrero de clase alta
-entiendo - agachó su cabeza - no eres débil, pero me preocupo por ti. Por cierto el general Paragus me ordenó ir a un planeta que tenía relaciones comerciales con nosotros, dice que debemos ayudarlos a reconstruirse de la devastación que la lagartija de Freezer causó
El de cabello castaño abrió sus ojos como platos, ¿Qué fue lo que escuchó? ¿Qué se iba y además se quedaría solo? – bien entonces vete – volteó a verlo algo decepcionado, el otro lo miró cabizbajo por tal respuesta, los nervios le entraron al rey y como pudo sacó fuerzas para empujarlo - ¡que te largues ya!
-Como desees su majestad - se levantó suspirando y soltando un leve sollozo para luego salir sin ni siquiera verlo de reojo - por si acaso, salgo en dos días - dicho esto cerró la puerta suavemente
Y así pasó, el rey no podía dejar de pensar en su soldado, estos días fueron tortuosos, en primer lugar no regresó a verlo, y en segundo él no tenía alguien de confianza cómo para que llamará al de clase baja sin levantar ninguna sospecha. °°° ese Paragus es un lambón °°° hizo rechinar sus dientes y tomando algo de fuerza se levantó de la cama, los asistentes le rogaban que se quedara quieto pero no hacía caso - déjenme levantar, soy su rey y se los ordeno
-si mi lord – dijeron al unísono los presentes dejándolo salir de la habitación
Vegeta se dirigía cojeando por sus heridas hasta la base aeroespacial de la armada. De lejos vio a su soldado subirse con una cara de corderito degollado - ¡Hey! - Gritó para hacerse escuchar
Esa voz era inconfundible, Bardock volteó su mirada sonriendo embobado – Mi señor - corrió hasta él para ayudarlo pues se veía muy agotado - ¿Qué vienes a hacer?
-vine a hablar con Paragus - sonrojado volteó su mirada hacia algún punto ciego que no fuera la cara del menor
El de cabellera alborotada sabía que vino por él, pero era muy orgulloso para admitirlo, así que sólo lo ayudó a entrar a la nave
Paragus se inclinó ante la presencia del rey – Mi señor ¿Qué se le ofrece?
-voy con ustedes –
El general se sorprendió y se levantó para reprocharle –No mi lord, usted se encuentra en recuperación, además no debe abandonar el planeta ¿Quién dará las ordenes?
El de cabellos en punta le sonrió para tranquilizarlo – es lo de menos, encargue a Nappa de eso, él es un buen líder, estaré en comunicación, ese maldito palacio me aburre; necesito diversión y aventura
Bardock interrumpió la charla de sus superiores -pe, pero señor ¿no crees que es peligroso viajar en su estado? No tendrá tiempo para recuperarse y… – cuando iba a continuar un puñetazo de Paragus fue a parar a su cara mandándolo unos metros lejos
-como se atreve a hablarle así a su majestad, maldito maleducado, de castigo te quedas aquí - se acercó para sacarlo a patadas de la nave pero una voz lo detuvo antes de propinarle otro golpe
-¡cálmate Paragus déjalo, es uno de clase baja pero es un buen soldado! - con su mirada pudo pedirle perdón al de cabello alborotado - pues yo creo que si habrá tiempo para recuperarme, según me informaron el viaje dura unos dos meses - Paragus asintió con su cabeza y se retiró- ¿y donde dormiré? - susurró para sí “no lo pensó muy bien, era una nave de guerra sin ninguna comodidad”
-pues señor - dijo Bardock limpiándose la sangre de sus labios – mi cuarto es el más decente que hay, los demás son algo ya sabes… - antes de continuar alguien lo interrumpió
Un soldado se acercó haciendo reverencia - El general pregunta si el rey tomará su habitación, la de Bardock o si lo desea esperar a que le arreglemos un cuarto para usted
El rey no contestó, se dirigió al cuarto de mando - Paragus - el mencionado volteó a verlo - me prestas a Bardock, él estaba a cargo de mis cuidados y además me informan que su cuarto es el más ordenado.
El hombre al que le faltaba un ojo agachó su cabeza vergonzosamente – Mi señor, es que no esperábamos que usted viniera con nosotros
-Bien entonces él será mi guardaespaldas – vio a su soldado - ayúdame – hizo una mueca de dolor – quiero descansar
Bardock sin dudarlo le ayudó a llegar hasta su habitación, le dio unas pastillas para calmar su dolor - descanse señor - sonrió ayudándole a recostarse en la cama, luego se sentó en una butaca de al lado para estar al pendiente de cualquier cosa que necesitara
El rey tenía mucho sueño, sus ojos se cerraban poco a poco - Ven – hizo mueca con sus dedos - dame un beso - estiró su mano para que fuera correspondido
-¿eh? - se sorprendió ante aquel repentino humor de su señor – claro por supuesto - antes de corresponder se aseguró que el seguro de la puerta estuviese puesto, luego se encaminó dejando su estorbosa armadura en el piso, se subió a la cama y le tomó del mentón y acercó sus labios a los del mayor.
Un dulce beso empezó, era de labios nada más, cada vez más sonoros, la saliva empezaba a producir excitantes sonidos, pero antes de continuar el rey se quedó profundamente dormido arrullándose en el pecho del de clase baja.
El de cabello alborotado sonrió feliz y lo abrazó protegiéndolo del molesto frio del espacio sideral