Seto dijo--¿Pero qué…?—
Mientras el criminal de la parte trasera preguntaba--¿Quién diablos eres tú?—mientras comenzaba a levantar su arma.
En lo que tardó en lograrlo Joey avanzó como resorte una de las piernas que tenía debajo de él pues había estado arrodillado bajo la manta, su pie izquierdo impactó con la rótula derecha del tipo que estaba a su izquierda en esos momentos pues él había estado en uno de los lados de la van.
El tipo trastabilló mientras el acompañante giraba la cabeza para mirar el escándalo que sucedía. Joey se impulsó con su mano derecha para que su torso fuera en la misma dirección que su pierna y manoteó el arma del tipo que asustado por la caída había perdido el control de esta.
El acompañante estaba sacando su arma de su cinturón cuando inesperadamente el rubio apareció a su lado y golpeó su sien con la culata. La cabeza de este rebotó en la ventanilla de su lado después de ser golpeada y antes de que el otro quedara totalmente inmóvil. Para cuando el conductor se preocupó de la situación del grupo tenía el caño de una pistola apoyado en su sien.
Mirado por alguien que no supiera lo que estaba pasando y que no advirtiera el arma en manos del melado, su pose parecía a todas luces distendida. Tenía ambos brazos apoyados en el lado derecho del respaldo del asiento del conductor, como alguien que disfruta de la vista del panorama de delante, su cara tampoco advertía tensión alguna y cuando habló su tono no fue amenazador, ni siquiera serio.
¿Ahora te orillarás y nos dejarás bajar, cierto?—preguntó el melado como si estuviera hablando con un compañerito de excursión, luego añadió para el que estaba tras él pensando en tirársele encima, mientras su pierna estirada para atrás le apuntaba--¿Piensas seguir jugando?—
El conductor estaba tenso, no podía apartar los ojos de la calle--¿Por qué lo haría? Tú eres uno y nosotros dos, yo conduzco y mi compa está allá atrás con tus amigos. Tenemos las de ganar—aunque lo decía algo en la sonrisa del rubio, que tenía su cara al lado de la suya pero un poco más atrás por lo que solo podía ver la parte baja de su rostro, lo inquietaba. Una persona en tal posición estaría más seria o nerviosa pero este tipo parecía muy relajado, incluso divertido. Se le pasó por la mente que podía estar loco.
Tal vez tengas razón pero como es evidente mi final si entrego el arma te diré un pequeño secretito, si tu amigo se mueve de forma peligrosa de nuevo yo te vuelo la cabeza y espero lo mejor. Tenemos posibilidades de sobrevivir a un accidente de tránsito pero una bala en la cabeza. M.m.m. Dudo que sea bueno para tu salud. En cambio si te orillas nosotros haremos como que aquí no ha pasado nada. No quiero problemas con la policía por este ataque inesperado de violencia. Prefiero mi expediente limpio. ¿Qué dices?—dijo el ojos mieles como si hablara de algo que escuchó en la radio mientras permanecía con los brazos apoyados en el asiento y una sonrisa feliz.
Seto se dijo que Wheeler podía ser un psicópata y le recorrió un escalofrío.
¡Buen chico!—dijo el rubio al chofer que se orillaba—Ustedes dos bajen y tú mantente quietito—dijo a los de detrás mientras el tipo se apartaba para el lado contrario a la portezuela corrediza que daba a la calle. Cuando Atem y Kaiba hubieron bajado Wheeler sonrió ampliamente—Es un placer hacer tratos con una persona tan cumplidora—Iba a bajar de la van cuando el castaño vio como el tipo de detrás de pronto se le venía encima.
Un codazo en el pecho puso fin al problema, el tipo cayó doblado dentro de la van mientras Joseph saltaba fuera de ella, un segundo antes de que esta arrancara y enfilara hacia la autopista.
Yami y Seto lo miraban algo perplejos, el ojos azules estaba preocupado por estar en compañía de Wheeler. Este sonrió y estirando los brazos dijo--¡Uffff! ¡Que bueno que salió todo bien!—
¿Todo bien?—preguntó el castaño algo cabreado.
¿Lo dices por tu mejilla, cierto? Sorry pero yo no provoqué eso—dijo el melado con un encogimiento de hombros.
¡No lo digo por mi mejilla!—dijo el ojos azules algo arrebatado.
Kaiba se levantó del lado equivocado de la cama hoy—dijo a Yami y cuando vio que su amigo lo observaba en silencio exclamó--¡Oh, vamos! ¿No vas a decirme que te creíste todas esa sarta de sandeces que dije allá en el auto?—
Parecías muy sincero—acotó Yami.
¡Ese es el punto! ¿Querías que amenazara al tipo temblando de miedo? ¡Oye! Esa gente solo tiene miedo de los que son peores que ellos—le explicó Joey a su amigo.
¿Y tú como sabías que decir?—preguntó Seto.
¡Oye, viejo! ¿No conoces a Bruce Willis?—preguntó el rubio.
Esa pregunta sin aparentemente nada que ver descolocó al mayor.
Te refieres a…--dijo de pronto Atem.
¡Claro! Me pregunté que diría Bruce en una escena como esa y lo demás fue pan comido. Dotes histriónicas que uno tiene—dijo Wheeler muy paradito—Ahora vamos a tomar un taxi que tengo un hambre infernal—añadió agarrando su celular para llamarlo.
Primero llama al bufete para avisar que estamos bien—dijo el castaño.
Joseph lanzó un suspiro mientras subía y bajaba los hombros--¡Viejo! Todo lo que he hecho por ti y ni siquiera dejas que me coma unos bocados antes de escuchar a los aburridos jefes—se quejó Wheeler.
¡Llámalos! ¡Y no soy ningún viejo!—dijo algo acalorado el ojos azules, era difícil no entrar en rencillas con ese sujeto. Tenía algo que le rechinaba.
¡Pues actúas como uno! ¡Aguafiestas!—recalcó el melado antes de hacer la llamada.