Durante cuarenta y cinco minutos los jefes lo halagaron y miraron con incesante curiosidad después de saber la noticia. En especial el doctor Pegasus. Joseph bromeó y pareció no percibir sus miradas aunque el castaño estaba seguro de que lo hacía. A ese tipo no se le escapaba nada.
Era hora de irse, se dijo el rubio mientras salía del edificio. Miró al cielo con las manos en los bolsillos y luego empezó a caminar.
Seto estaba impaciente por hablar con él del tema pendiente de como los encontró y todo lo que hizo en la camioneta. Eso de Bruce Willis no lo convenció como el otro pretendía. Después de unos momentos de intentar ir tras él decidió que tal vez si lo seguía esta vez averiguaría más allá de las artimañas de ese tipo.
Caminó dos calles tras este y de pronto este se volvió y lo miró de una manera un tanto extraña en su semblante siempre divertido. Estaba serio, sus ojos tras los cristales de los lentes lucían fríos y opacos.
¡Déjalo para otro día! ¡Hoy no!—le advirtió el melado antes de voltear y seguir su camino sin mirar de nuevo atrás. Seto se sintió frustrado consigo mismo. Se quedó parado ahí mirando como el otro se perdía entre el gentío. Más le perturbaba como le había afectado ver esa otra faz de la persona de la que sospechaba que tenía más de una faceta.
Cuando volvió a su despacho para trabajar un poco y poner las cosas en claro, encontró al primogénito del doctor Atem sentado en su escritorio.
¿Qué haces aquí?—preguntó con mal talante el ojos azules.
¿Te dije que lo dejaras en paz, cierto?—preguntó el de ojos violetas.
¿Acaso te llamó para quejarse?—preguntó Kaiba.
¡Él no me ha dicho nada! Te vi salir tras él y solo lo supuse—dijo el tricolor--¿Por qué te cuesta tanto dejarlo?—
¡Él está ocultando algo! La forma en que actúa es…--acusó Seto.
¿Y qué si lo hace?—preguntó Yami poniendo una mano sobre el escritorio—Él tiene lo que se llama una vida personal. Tú no puedes venir a intentar meterte a la fuerza en ella. Te dije que lo traje conmigo para que pudiera vivir en paz, no para que un idiota curioso se entrometa en su vida—Atem parecía furioso, aunque su tono de voz no había subido un ápice se notaba la amenaza en sus palabras.
¡No lo haré!—se negó el castaño—No sé que tiene ese idiota pero podría ser peligroso para nosotros un día. Y estoy seguro que los jefes no desearían verse involucrados con una persona como él—
De pronto el tricolor sonrió amargamente y el de lentes no pudo evitar preguntar que era lo que le hacía gracia.
¡Sabes! Los jefes esos a los que defiendes tanto en contra de Joey, esos jefes entre los que está mi padre, ellos pensaban pagar la recompensa por mí sin decir palabra a la policía—le dijo el ojos violetas.
Eso era lo mas lógico—dijo el ojos azules tratando de defenderlos.
¿Acaso olvidas lo que esos idiotas dijeron? ¿Qué hubiera pasado contigo si mi padre pagaba sumisamente por MI rescate?—las palabras de Atem calaron hondo en Kaiba porque este recordó al tipo que le tenía idea. Si hubieran pagado el rescate posiblemente él…--Joseph fue el único que se preocupó lo suficiente para indagar donde estábamos y tratar de liberarnos. Si no hubiera ido por nosotros tú estarías muerto y a nadie de aquí le importaría demasiado. Así que no hables tan mal del hombre que te salvó la vida. ¿Quieres? Y si te interesa saber Joseph tiene sus propios problemas—
¡Ya! Con que pierna pegarle a la gente. Ese debe ser su mas grande pro…--dijo el mayor.
¿Todavía sigues con eso?—Yami decidió no insistir más y trató de irse pero el otro lo retuvo.
Entonces explícame su triste historia y dejaré de perseguirle—le dijo el ojos azules.
El otro pensó por unos momentos—Si así dejarás a Joey en paz te contaré lo más importante—le dijo al fin.
Seto se puso alerta. Por fin sabría la historia que escondía detrás ese misterioso sujeto.
Solo te diré lo más importante para que comprendas un poco su proceder y lo dejes en paz—Joseph es hijo de un americano y de una chica japonesa—eso no era una sorpresa para Seto—La muchacha era de una estricta familia japonesa pero se enamoró de un joven militar americano estacionado en Japón. Desafiando a su familia se fugó y casó con él. Por supuesto ella fue desheredada y su familia actuó como si ella hubiera muerto—eso era natural en una familia de clase alta en Japón porque casarse con un gaishin era una vergüenza—Cuando Joey tenía dos años el padre debió darse cuenta que no era posible que la familia recapacitara y que nada obtendría de su joven esposa por lo que los dejó. Todos sabemos como actúa una honorable japonesa cuando es abandonada—ahí Seto se puso a pensar que ese tipo tal vez era más merecedor de pena de lo que él había creído—Joey fue criado por sus abuelos pero a estos les importaba más su parte gaishin que su lazo de sangre. Toda su vida Joey tuvo que demostrar que era bueno en todo lo que se proponía buscando ganar el aprecio de su familia. ¿Te diste cuenta que es un año menor que yo? Tal vez parezca un atolondrado pero revisa su escritorio. Tiene su trabajo ya hecho y aunque parece tomarlo con calma es muy eficiente. El no solo fue promovido a una clase superior por sus logros sino que se graduó “cum laude” (con honores) ¡Así es! Ese idiota del que sospechas fue el primero de la clase—
Seto estaba impresionado—Era tu compañero y…--dijo tratando de excusar porque lo defendía con tanta vehemencia y Yami entonces dijo algo diferente.
¡Te equivocas! Joseph no era mi compañero—