¿Qué haces aquí?—preguntó el castaño.
El otro le mostró una sonrisa sardónica—Pescando y veo que obtuve uno bueno—
¡Pescarás una expulsión como sigas entrando a mi oficina sin tocar!—le gritó el ojos azules.
¡Mira quien habla! ¿Habla la vergüenza no? Por cierto, toqué. 3 veces—dijo Joseph y mostró 3 dedos además de una sonrisa más amplia—Pero al parecer estabas demasiado ensimismado—
¡Eso es mentira!—exclamó Kaiba acorralado. Ahora no puedes negar que te intereso. ¡Mira que mandarme investigar! ¡Hombre! Hubieras preguntado—dijo el melado.
¡Como si fueras a responder!—trucó Seto.
¡Podías intentarlo al menos!—dijo el otro sentándose en su escritorio.
¡Quítate de ahí!—le gritó el ojos de zafiro furioso.
¡Uy que rudo! Y yo que estaba preocupado por ti—le soltó Wheeler sin vacilar mientras permanecía sobre el mueble muy repatingado.
¿Preocupado?—se extrañó el castaño.
Meterte a investigar a mi familia no es muy saludable. ¿Lo sabes no?—preguntó el ojos mieles con una cara mas seria.
¡Ya! ¡Viniste a amenazarme! Pues te…--intentó responder el ojos azules.
El otro sacudió la cabeza y adujo—Vine a advertirte—
Es lo que dicen todos—contestó Kaiba.
Levantándose de manera casual del objeto en el que se apoyaba Joey le dijo--¡Yo no soy todos, Kaiba! Personalmente me importa un pepino que me investigues pero a mi familia le molesta ser investigada. Es lo que te estoy diciendo. Eres algo como mi tutor en este lugar y podías haberme preguntado. No siendo con quien me acuesto te hubiera contado lo que hubieras preguntado. ¿Ves? Te hubieras ahorrado la pasta que le pagaste a la agencia de detectives. Al menos me hubieras invitado a cenar con ella. Hubiéramos salido ganando ambos—se encogió de hombros—pero te gusta hacerlo de ese modo. A hurtadillas. ¿Qué vamos a hacer? Eres un gato de biblioteca—
¿Gato de…?—Seto estaba sorprendido y algo ofendido.
Gato de biblioteca son esos gatos que ponían para que…--intentó explicar el rubio.
¡Sé perfectamente lo que son!—gritó el ojos azules furioso—Lo que no entiendo es como puedes com…--
¡Fácil! Eres curioso y siempre has vivido entre libros. ¿O no me reconocerás eso, señor “mispadresnomedejabanhacerdeporte”?—preguntó el ojos mieles sonriendo.
Si todo lo que viniste a hacer es advertirme puedes irte ahora—dijo el castaño señalando la puerta.
Wheeler le sonrió con las manos en los bolsillos y se dirigió hacia la puerta con desgano pero antes de que lograra llegar esta se abrió y Yami apareció por ella.
¡Sabía que te encontraría por acá!—dijo Atem—Apenas te dejo solo te vienes a ver al gato—añadió su amigo y el mencionado lo vio con ojos crueles. Que uno de dijera por una vez “gato”, valía pero que empezaran a llamarlo de esa manera le erizaba.
¿Y ahora que? No me digas que continúas siguiéndolo—exigió saber el tricolor.
¡No! ¡Ahora me manda investigar!—se rió el rubio y los ojos violetas se fijaron en los azules con fiereza.
¡Vamos que tenemos asuntos que atender!—dijo Atem empujando al otro de la oficina y cuando cerraba la puerta tras él los zafiros y las amatistas se volvieron a encontrar.
Al terminar la tarde una conocida visita entró en el despacho del castaño—Creí que con lo que te dije era suficiente para matar esa curiosidad gatuna que tienes—dijo esta.
Kaiba con parsimonia se echó para atrás y lo miró acomodándose los lentes—No me dijiste todo. Omitiste algo muy serio o no lo sabes—dijo este.
¡Sé de sobra que es un Katsuya si es a lo que te refieres! ¡No conocía a su abuelo personalmente pero sabía que lo era!—contestó el tricolor.
¡Y aún sabiéndolo lo metiste en este bufete en el que…!—le dijo feroz el castaño y el otro levantó una ceja.
¿Acaso crees que el doctor Pegasus no sabe quien es él?—preguntó para su sorpresa el ojos violetas—Veo que eres más ingenuo de lo que pensaba—
El ojos azules miró por la ventana, luego volteó para verlo de nuevo—Tal vez sea un Katsuya pero no es más que un arrimado. Esta claro que su familia no aprecia su ascendencia gaishin y…--dijo pero el otro lo cortó.
¿No lo sabes cierto?—preguntó el tricolor empezando a sonreir con malicia—¡Tus prejuicios no te dejan ver! Deberías hacer cita con el oculista—
¿Y que es lo que según tú debería saber?—preguntó el ojos azules.
Que J…--iba a decir Atem cuando la puerta se abrió y los dos miraron hacia ella. Una cabeza rubia y sonriente con ojos melados apareció.
¡Ahora eres tú el que persigue al gatito! ¡Sabía que estarías aquí! ¡Me debes una pizza y la quiero ya!—dijo Joseph.
¡Joey! ¿No puede esperar?—preguntó el ojos violetas.
¿Hablaban de trabajo?—preguntó el melado y al no obtener pronta respuesta supo esta—Pues si no es de trabajo déjenlo para mañana. ¡Kaiba! ¿Quieres pizza?—preguntó luego.
¡No!—contestó el harto castaño.
¡Pues tú te la pierdes! ¡La pediré con anchoas! Y sabemos cuanto le gustan los pescados a los gatitos curiosos—le dijo Wheeler mientras Yami pasaba a su lado por la puerta todo resignado a dejar eso para el día siguiente, haciendo adiós con la mano y luego cerró dejando a un frustrado gato bufando de cólera.