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LEGALMENTE CACHORRO por desire nemesis

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Notas del capitulo:

¿Quien recibirá una lección?

 

¡Joseph, ya fue suficiente! ¡Defiéndete!—le ordenó Atem.

 

Seto y el abuelo Akira miraron a Yami y luego al rubio, su sonrisa se había acrecentado.

 

Hitomi no había terminado de dar su zancada hacia él cuando el rubio raudo dio un golpe para desviar la espada del contrario y dando un paso al costado, luego había pasado al lado de Nobunaga y la punta de la katana de madera se posó suavemente sobre la yugular del impresionado muchacho.

 

El abuelo Nobunaga estaba francamente sorprendido y molesto—Creí que usted había dicho que nunca ha practicado el Kendo—

 

Yo nunca dije tal cosa, Nobunaga sama. Dije que no practico, tiempo presente—contestó el melado bajando su espada—Hay que ser muy cuidadoso con las palabras, nos pueden influenciar a pensar cosas desacertadas. Nosotros como abogados estamos instruidos en usar el lenguaje lo menos posible y dejar la interpretación a los demás—

 

Seto estaba sorprendido. A él también se le había pasado el detalle de las palabras de Wheeler pero ahora que lo pensaba recordaba que había usado el tiempo presente. Nunca alegó jamás haber practicado Kendo.

 

Entonces, si lo practicó… ¿Cómo osa llamarlo deporte?—preguntó Akira reprochando.

 

Porque eso es lo que hacen aquí. ¿No es cierto? Su nieto y sus colegas solo buscan un trofeo y reconocimiento y eso quita la categoría de arte a lo que hace. No por ser Kendo sino por practicarlo para aumentar su fortuna y su ego. ¿Acaso es eso lo que enseña el bushido? En cambio si se dedicara a enseñar sería arte, mientras busque algún beneficio material o egoísta es un simple deportista. ¿No lo cree?—preguntó el melado con una ceja levantada al final de su extraordinaria explicación. El viejo se veía impresionado, pero había alguien que no lo estaba.

 

Hitomi levantó su katana y la bajó contra el hombre que tenía al lado llevado por el rencor y la frustración de haber sido vencido cuando él era el mejor de todo Japón. Joey sin aparentemente advertir su ataque dio un paso atrás sin dejar de mirar al viejo y luego, después de que la katana afectara su campo visual la siguió en su recorrido descendente. Miró al viejo a los ojos y luego a su rival.

 

¡Esto puede hacer daño a alguien!—le dijo como si pidiera agua, viendo como el otro empeoraba y volvía a maniobrar la espada que volvía a erguirse contra él. Mientras la espada caía y él la esquivaba con los movimientos justos y las manos hacia atrás como si bailara un minué Joseph le decía—¡Esto es peligroso! ¡Podrías lastimar a alguien!—

 

El otro gritaba de furia mientras batía ya sin táctica la espada de madera, en una de esas veces el rubio aprovechó y saltó sobre la espada con punta en tierra parándose en la punta, miró al anciano y le preguntó--¿Esto le parece un arte?—

 

El joven jalaba la espada sin poder quitarla de debajo del peso del otro y mientras hacía fuerza el divertido rubio saltó haciendo que cayera hacia atrás, trastabillando.

 

Su nieto ha cometido dos errores—dijo el melado antes de ser atacado nuevamente y eludir sin esfuerzo al otro—Perdió la ecuanimidad—alegó mientras con una de sus piernas levantada paraba la espada que se abatís sobre él, luego soltó su peso para caer en sus dos manos y mirando desde una posición boca abajo continuó—Y la técnica—luego con su pie restante abatió al joven pelinegro, barriendo sus rodillas--¿Le parece que he demostrado mi punto?—añadió parándose y desarrugando las mangas de su traje. Entonces pareció ver algo en el suelo y frunció el ceño, los demás siguieron su mirada mientras se agachaba, algo extrañamente se dieron cuenta cuando iba a mitad del proceso pues estiraba un pie hacia atrás como un bailarín. De pronto el joven Nobunaga incertó su vientre en el pie alzado, pues venía derecho a descargar su espada por detrás del melado, luego de sentir su fuerza contra su pie puso ambas manos en el suelo y levantó el otro pie mientras aprovechaba la energía cinética de este para elevarlo sobre sus pies y su cuerpo sin esfuerzo alguno, miró al joven desde abajo con una sonrisa--¡Hi-to-mi!—sabía que le ardía la manera en que lo estaba mencionando porque daba a pensar que estaba diciendo que era un nombre de niña sin mencionarlo literalmente, sus ojos estaban divertidos y sus movimientos seguros, luego soltó al joven después de hacer un movimiento de resorte enviándolo lejos.

 

Creo que debería dar esto por terminado, Nobunaga sama, ya que su nieto no parece tener la suficiente frialdad de mente para parar sus actos. Y aunque sé que usted tiene muchas influencias en el gobierno y que Pegasus sama no perdería a un cliente tan importante por mí, debo decirle que el socio de él se disgustaría demasiado si el mejor amigo de su hijo sale herido por culpa del mal comportamiento de su nieto—dijo el rubio lo más fresco mientras el otro venía a la carrera con su espada en mano, pues Joey lo había lanzado algo lejos y además había caído en su traste por lo que le fue difícil levantarse con el laborioso traje de kendo.

 

¡Hitomi!—reprendió el abuelo a todo pulmón logrando que el nieto se detuviera pero en su cara se traslucía odio por el ridículo sufrido, ese medio gaishin jamás podía ser mejor que un japonés de pura raza y mucho menos humillarlo de esa manera. En eso pensaba el joven.

 

Además creo que Hitomi ya ha dado suficiente espectáculo. ¿No cree?—preguntó Wheeler alzando la mano y todos miraron a los demás deportistas y senseis que se habían parado a mirar en el gran salón de la escuela de Kendo—Tal vez los otros estudiantes se hayan entusiasmado, y hasta sientan cierta empatía por Hitomi, pero dudo que a los senseis se les olvide tan brutal comportamiento—añadió como última cosa el joven.

 

Mientras el viejo debía de aceptar que ese muchacho era más de lo que había creído. Había demostrado sus puntos sin siquiera mostrar una gota de desesperación, frustración o encono. Ese joven escondía mucho tras esa superficial fachada y había dejado en claro sus dotes para la abogacía. Aunque no le agradara era eficiente y frío. Akira Nobunaga decidió que valía la pena confiar su caso a esos abogados, al medio gaishin en particular.

Notas finales:

Espepro les gustara

venganza

dulce venganza

Joey se ha convertido en un maestro y ha dado una leccion que el viejo Nobunaga no olvidará

ja ne y gracias a mis grandes revieros

n.n


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