-¡y eso es todo! ¡El equipo de América “unicornio” no ha conseguido pasar! ¡el siguiente enfrentamiento será entre el equipo de Italia, Orpheo e Inazuma Japon!- terminaba de gritar el narrador del partido mientras se observaba al equipo ganador, hasta que la pantalla fue apagada por Aki
-así que nos tocará jugar contra Orpheo ¿he?- decía suavemente en un susurro Kido mientras observaba aun el monitor y luego a Endou quien, se quedaba quieto y con ligeros temblores que con trabajo se podían alcanzar a ver hasta que…
-¡Muy bien!- dio un gran salgo tirando su silla hacia atrás y luego viendo con esa gran sonrisa de costumbre al resto de sus amigos
-ya es hora, ahora que sabemos quienes serán nuestros siguientes oponente es hora de entrenar ¡vamos amigos!- grito con emoción siendo seguido por el resto y en menos de lo esperado ya se veía a todo el equipo de Inazuma saliendo de la sala dirigiéndose a la cancha de futbol que había fuera
-no era para menos el entusiasmo de Endou, después de todo, el había esperado poder volver a ver a sus amigos de Italia- decía tranquila Aki mientras todas las demás asentían observando que salía con tanto animo como siempre y que rápidamente llegaban al campo para comenzar a practicar como si no hubiera mañana
Por supuesto el entrenamiento duró el infierno que debería de durar y, así mismo, todos se divertían y esperaban con emoción a que llegara el momento de poder enfrentarse al siguiente equipo y poder estar un paso más cerca para poder ser el número uno del mundo, ese era el claro pensamiento de todos los presentes y en especial de Endou quien, con gran animo, animaba a los demás a superarse por medio de sus palabras
-¡chicos! ¡la practica ha acabado!- grito Aki llamando la atención de todos junto el silbato que anunciaba el final de la práctica, todos agotados caían al suelo respirando con dificultad y luego volvían a ponerse en pie para comenzar a limpiar y acomodar todo lo que habían ocupado para ese entrenamiento
-oye, Endou ¿no vienes?- pregunta Goenji al notar que el castaño no se mueve de su lugar viendo hacia un camino vacio, cuando es llamado, Endou gira su mirada con aquella gran sonrisa de siempre
-voy en un rato, quiero ir a caminar un poco- Goenji asiente y finalmente termina de entrar, junto a los demás y las cosas de la práctica de ese día, por su parte, Endou simplemente quitándose los guantes ha comenzado a caminar en dirección a la plaza comercial de aquella zona viendo intrigado a todas partes sin nada realmente importante para ver, en su camino, piensa sobre su futura pelea que tendrá contra de su amigo Fidio y siente grandes ganas, tanto como para ir a verlo y poder tratar un rato con él para charlar y divertirse un poco pero algo llama su atención antes de darse cuenta
-buenas tardes jovencito- dice divertido un anciano de capucha y lentes gruesos, Endou, quien se ha visto atraído por el puesto ambulante se acerca sonriente mientras mira lo que se vende, pura joyería hecha a mano con shaquiras y pequeñas piezas decorativas, sin embargo, a el no le llaman para nada esas cosas, sino algo mas, un par de brazaletes con adornados bastante vistosos así como complicados
-haa, se ven geniales- dice mientras toma del puesto ambos brazaletes, uno azul cielo y el otro morado, con formas de alas, el brazalete azul con fondo de plata brillante muestra la forma de alas de ángel blancas como la nieve pura y con diversos grabados que lo hacen resaltar mucho mas, mientras que por el otro lado, el brazalete morado muestra un ala negra de murciélago que le llama igual la atención
-veo que tiene buen gusto jovencito- dice el vendedor sacando de su ensoñación a Endou y recordando que estaba en medio de la vía publica, por esto un leve rosa aparece en sus mejillas y regresa los brazaletes que tomo sin siquiera pedir prestado mientras se disculpaba
-no te disculpes jovencito, es más, como veo que te han gustado tanto puedes tenerlos- dice suave el anciano mientras toma la mano de Endou y le entrega ambos brazaletes logrando una leve sorpresa en los ojos chocolate del contrario
-ha? Pero, no puedo aceptarlo, ni siquiera tengo dinero encima- dice suave mientras se rasca la nuca con nervios, notando seguido como el anciano ríe suavemente mientras coloca su mano en forma de puño en sus labios
-no te preocupes jovencito, se ve que te gustaron mucho, te las regalo, por favor, acéptalas- dice sonriente y Endou sonríe igual mientras toma ambos brazaletes colocándolos en sus muñecas, el brazalete morado en su muñeca izquierda mientras el de ala de ángel en la derecha
-¡gracias señor!... waa… son geniales- susurra embelesado por aquellos brazaletes que mira con asombro y brillo sin notar que el anciano que le ha hecho entrega de eso sonríe de un modo para nada bueno mientras que en sus oscuras gafas, la silueta de Endou se muestra brillante y perfectamente delineada
-pero ten cuidado, ángeles y demonios bendicen y maldicen a aquellos que portan los brazaletes, no vayas a ser tú la siguiente victima bendecida- escucha algo Endou pero justo cuando se levanta y gira para verlo “quitando por fin la mirada de ambos brazaletes” con gran sorpresa se encuentra con que, el puesto que estaba viendo hace cosa de nada ha desaparecido y no solo eso, ahora se encuentra en otra calle diferente a la tan trascurrida donde estaba
-¿d-donde estoy?- se pregunto mientras se ponía azul del miedo y miraba a todas partes, por suerte, ahora que se fijaba y dejaba de lado el miedo, veía que era una calle cercana a la posada donde estaban hospedados todos, se tomo el pecho con algo de miedo mientras su corazón no paraba de latir acelerado y finalmente decidió no prestar más atención mientras comenzaba su camino en dirección hacia la posada, tal vez había sido un buen susto como para hacerlo mayor por ese día
Comenzó a caminar en dirección donde el creía que estaba la posada, y mientras más caminaba notaba el crepúsculo ya comenzado a volverse noche, eso y que algo andaba diferente, algo, simplemente no andaba bien, miro a sus espaldas pero no noto nada, miro sus brazaletes y no noto nada diferente, por lo menos aun las tenía en donde las había dejado, las miro y sonrió divertido, de verdad le gustaban sus nuevas adquisiciones y mas por que las había podido conseguir gratis pero algo mas llamo su atención
-hey! ¡están brillando!- se dijo sorprendido mientras veía que, efectivamente ambos brillaban de un modo intermitente y lento, sorprendido trato de ver al frente, iba a correr para avisarles a sus amigos de algo sorprendente pero antes de poder hacer otro movimiento además de levantar la mirada pudo ver frente suyo a un hombre que le veía desde la lejanía impidiendo su camino, iba a retroceder pero noto a alguien más a sus espaldas y antes de poder hacer nada sintió un fuerte golpe en su nuca para luego notar como su mirada se volvía borrosa y su cuerpo caía pesadamente sin poder sentir el dolor, perdiéndose en la inconsciencia aun antes de poder tocar el suelo
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-mmggg…. Auchh… duele- susurra suavemente mientras abre con trabajo sus ojos chocolate encontrándose en un bosque que no cree reconocer en absoluto, al levantarse viendo a todas partes se encuentra con que hay a sus espaldas un volcán, mira intrigado el lugar donde se encuentra rodeado del espeso bosque y trata de buscar algún modo de volver pero algo mas llama su atención
Nota intrigado como es que los brazaletes que, a ultimo segundo brillaban intermitentes ahora brillan con más intensidad y con una intermitencia más rápida, como si dijeran que esta cercas de algo importante, sin embargo agita rápidamente su cabeza mareándose un poco por el brusco movimiento para dejar de verlas y ver al frente
*tengo que volver con los demás o podría preocuparlos* se dice a si mismo mientras se pone en pie por fin, notando para su mala suerte que, ya era de noche y que los sonidos de la naturaleza por primera vez le sonaban tan tenebrosos estando en un lugar que no conocía
*huu… ¿Dónde estoy?* se preguntaba mientras comenzaba a caminar notando que, apenas había dado 2 pasos en dirección al busque frente suyo los brazaletes brillaron mas en sus muñecas, giro a verlos pero decidió seguir su camino, hasta que sintió como chocaba contra algo que lo obligaba a volver hacia atrás disparado varios pasos
-¡¿pero qué?!- se dijo mientras se levantaba del suelo, camino de nuevo de forma lenta, mientras extendía una de sus manos, notando que sus dedos eran ligeramente electrocutados con algo que no podía ver pero que, al tacto lanzaba pequeños destellos de luz y que a los pocos segundos lo lanzaban hacia atrás con un ligero impulso, miro intrigado lo que ocurría, miro a todas partes, no traía ni siquiera su balón, de haber sido así, hubiera podido haber pasado y sin embargo, ahora no puede
*¿Qué hago? Todos deben de estar preocupados por mi* se dice a si mismo mientras mira a todas partes, comenzado a caminar lo mas cercas que puede de lo que sea que le evita poder avanzar
-esta cosa esta parpadeando mas- dice luego de un rato de tratar de avanzar sin lograr ir mas que en línea recta, notando que, efectivamente sus brazaletes brillaban aun más que antes, al ver por todas partes, rosando suavemente con los dedos de cuando en cuando para corroborar que aun estaba el campo que lo detenía, notó la entrada a una cueva y que, curiosamente, el camino se cerraba justo en aquella cueva pues, al tratar de avanzar pasando de largo aquella cueva, el mismo campo lo devolvió algunos pasos hacia atrás, al darse la vuelta con la intención de volver sobre sus pasos para ver si había salida se encontró con que, el mismo campo ahora lo encerraba de ese lado dejándolo solo con un único camino
-¿quieren que entre a la cueva?- se pregunto a si mismo en voz alta mientras notaba aquella cueva y sintió un revoltijo en sus tripas, sabiendo que algo no iba para nada bien y que debía de volver cuanto antes con sus amigos antes de que fuera demasiado tarde, trago duro y finalmente decidió entrar en aquella cueva al ser su único camino por ahora
Pero no todo era tan fácil como parecía y, apenas entrando a la cueva comenzó a escuchar un suave, casi imperceptible sonido, como a un susurro de seda que le llama para que lo alcance, aunque no sabe a qué o a quien, simplemente no tiene de otra más que seguir a aquella voz que, de a poco comienza a aclarecerse pero que aun parece ser indescifrable pues, por momentos le parece la voz de Goenji, por otras más, pareciera ser la voz de Kido, luego la de Kazemaru y finalmente una que parece ser la suya y que le llama insistente para que llegue a su lado, no puede entender nada y la verdad quiere dar marcha atrás para buscar algún otro camino pero es tarde, su cuerpo no reacciona a sus pensamientos, solo sigue caminando, cada vez comienza a sentirse más adormecido tanto mental como físicamente
Sus ojos se van cerrando lentamente dejándolos apenas entreabiertos mientras miran un camino que parece no tener fin y que, aunque esta oscuro, el puede alcanzar a ver levemente, escuchando los susurros que ahora se vuelven indescifrables, comienza a caminar en aquella dirección con mas tranquilidad, sin notar que sus brazaletes brillan ahora fijamente sin parpadear y que, a su vez, comienza a perder el sentido de todo lo que le rodea, simplemente camina como si ahora estuviese en trance
Su rostro tranquilo he impasible se niega a mostrar la incertidumbre que aún le queda en la poca consciencia que aun mantiene, notando apenas que va caminando por un lugar en penumbras, apenas iluminado por un fuego que no logra ver de dónde está situado y sin embargo, su mirada se niega a ver algo que no sea el camino frente suyo, encontrándose después de un rato un camino dividido en 3 partes, mira los 3 sin saber cual tomar, los brazaletes que brillan en sus muñecas comienzan a quemar su piel y lo hacen sentir nervioso e inestable, sintiendo como si le robasen la fuerza vital, gruñe levemente cansado mientras mira los caminos, entre más tiempo pasa se siente aun más cansado y mareado pero al final, decide seguir su camino de frente, tomando el camino por en medio de los 3
*¿En dónde estoy?* se logra escapar ese pensamiento fugazmente pues su mente se niega a tener algún pensamiento estable, ahora, se encuentra completamente en blanco y solo observa fijamente el camino que ha elegido
El tiempo se le hace eterno en este recorrido sin sentido, hasta que, sintiendo que sus pies no pueden mas, ha notado que por fin ha topado con pared, pero no una pared cualquiera, sino que, en su fondo, iluminado con antorchas, puede ver con claridad un gran mural con pinturas desgastadas que no puede ver con la luz que posee y que brota de las antorchas; siente un fuerte sentido de tener que correr antes de que algo malo llegue a pasar, sin embargo su cuero continua sin responderé y por fin ha llegado al centro de aquella cueva, notándose ahora rodeado de antorchas que, sin precedencia se iluminan desde las 2 prendidas haciendo un circulo de fuego en su camino y por fin iluminando el lugar donde se encontraba
*¡¿Qué está pasando?!* se preguntaba alarmado, deseando ver a todas partes y aun así, su cuerpo se negaba a moverse bajo sus órdenes hasta que escucho el repiquetear de los pasos de mas personas, fue solo así que su cuerpo se movió, encontrándose sorprendido con que, el camino por el que había llegado había desaparecido y ahora era solo una parte del gran muro de piedra que lo encerraba sin ver a nadie más, su cuerpo poco a poco comenzó a reaccionar mientras miraba a todas partes, no había salida ni entrada por los lados, las únicas que habían estaban por mucho muy lejos de el, y no era solo una, sino varias como si fueran puertas, miro todo con sorpresa y entonces el suelo que pisaba, encontrándose tal cual como esperaba con varios signos y un circulo donde se encontraba justo en el centro, trago duro y observo también que sus brazaletes brillaban por fin de un modo genuino que, si no fuera por el momento, se hubiera emocionado de ver y que ahora, le preocupaban mas que nada
-¡al fin ha llegado! ¡nuestro sacrificio!- escucho de pronto una voz gritar y asustarlo, su cuerpo deseaba reaccionar rápido pero, aun sintiéndose bajo trance, solo pudo alzar la mirada de forma lenta y tranquila; todo aquel que lo viera pudiera pensar que era alguien demasiado callado y serio, casi, como si realmente estuviera bajo una terrible hipnosis pues esos ojos chocolate tan llenos de brillo y vida ahora se veían completamente opacos y a medio abrir, sin contar que inexpresivos junto a su rostro, solo una gota de sudor bajando lentamente por uno de sus costados se mostraba para aquellos que pudieran ver realmente lo que ocurría
-¿q… q… que… esta… pasan…do…?- para sorpresa de todos los presentes y para el mismo Endou, pudo escuchar aquella pregunta que se había estado haciendo desde ya bastante, asombrando a todos, comenzó a escuchar un cuchicheo y a varias personas encapuchadas salir desde las entradas que estaban inalcanzables para él y en especial en esa situación, sin embargo, algo que lograba entender era que decían “es imposible que haya alguien capaz de liberarse de la hipnosis” entre otros tantos dichos como “el realmente es fuerte” “será un digno sacrificio para nuestro señor” y cosas más descabelladas que comenzaban a asustar a Endou
-¡ya es hora!- sonó una voz más fuerte que los susurros y cuchicheos, callando a todo el mundo y obligando a todos los presentes “incluido a Endou” a dirigir su mirada al frente, justo donde estaba el mural que estaba medio despintado y que, justo arriba de este se encontraba un sujeto, el primero que había gritado, era el mismo que ahora se hacía paso entre tantos susurros y la atención de todos para verlo solo a el
-¡que comience la ceremonia de preparación! ¡Entregaremos a este sacrificio a nuestro señor demoniaco para que despierte y se haga con su sangre para poder destruir a la humanidad!- gritaba ganando ovaciones y asentimientos de parte de los presentes y que un escalofrió recorriera por completo el cuerpo de Endou mientras pensaba con desespero que tenía que escapar, aunque, de nuevo y para su desgracia, su cuerpo se negaba a moverse a su voluntad y ahora solo veía al sujeto que lo veía como a un sacrificio
*no, esto no puede estar pasando* piensa mientras cierra sus ojos notando como debajo suyo un brillo carmesí aparece en sus pies, eran lar marcas que anteriormente había visto dibujadas, ahora iluminadas; su cuerpo por fin pareció reaccionar mientras a su mente llegaba la imagen de todos sus amigos, sus rivales, sus peleas entre el futbol y demás hasta el último momento y su promesa de regresar
*no puedo… ser un sacrificio… mis amigos me… esperan… Fidio y los otros… la cima del mundo… no puedo…* sus ojos se abren, su cuerpo comienza lentamente a reaccionar, todos lo miran con preocupación y desconcierto, en todo el tiempo que han hecho aquello nadie había tenido la fuerza para liberarse de la hipnosis y es una gran sorpresa que haya alguien que pueda, mas no es todo y eso, quien lleva la ceremonia lo nota
-¡no puedo quedarme aquí!- grita Endou volviendo todo el lugar en una brillante y abrazadora luz que ciega a todo el mundo…