Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Copos de nieve por SaschaBlaze

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola!, soy yo de nuevo, este es un nuevo fic que se me ocurrió y creo que no va a tener demasiados capítulos, espero lo disfruten, quiero aclarar que South Park no me pertenece, éste es propiedad de Trey Parker y Matt Stone, lo único de mi autoría es la trama de este fic que no está hecho con otro fin más que él de entretener, contiene algunas palabras altisonantes pero espero que esto no les sea demasiado incómodo de leer.

Era una nueva mañana en el pueblo de South Park, la nieve adornaba las calles pintando de blanco los techos de las casas y llenando de escarcha las ventanas, brisas gélidas danzaban con el viento por los aires del pueblo llegando una de estas a la ventana abierta de un pobre incauto que al parecer había olvidado las heladas temperaturas que atacaban South Park, las paredes del dormitorio al que pertenecía la ventana eran adornadas por algunos posters que parecían llevar ya varios años ahí pues estaban algo desgastados y se caían de las esquinas, amontonadas en pequeñas pilas yacían algunas prendas de ropa que descansaban abandonadas en el suelo junto a unos cuantos envoltorios y revistas que estaban dispersas por toda la habitación, sí en definitiva un claro ejemplo del cuarto de un adolescente, en el centro de la habitación estaba ubicada una cama de la cual asomaba de entre las sábanas una mata de cabellos rubios.

-mph-. Un quejido proveniente de esta se dejó escuchar, la fría sensación del viento helado que se había colado por su ventana lo hizo enroscarse en la delgada tela en busca de calor pero fue en vano pues seguían entrando ventiscas por la abertura y la temperatura del cuarto continuaba descendiendo.

Soltó un bufido seguido de unos leves movimientos y la colcha fue removida para revelar finalmente al dueño de esta cabellera, Kenneth McCormick hijo medio de Stuart McCormick y Carol McCormick, la puta del pueblo y el chico pobre de la escuela, se incorporaba de su cama con resignación pues ya era noviembre y el invierno estaba a punto de comenzar, por eso mismo le había prestado a su hermana menor el resto de su ropa de cama alegando que disfrutaba las frescas noches de invierno y el despertar con los fríos amaneceres, quedándose con solo una sábana que su hermana le había obligado a aceptar pues esta también se la había ofrecido.

-ah-. Suspiró, Karen…no sabía que haría sin ella era su luz, y a pesar de que ya no era necesariamente una niña el jamás la dejaría de ver como tal, era tan tierna e inocente que no podía evitar preocuparse de que alguien le fuera a hacer daño, por eso el movía cielo, tierra, mar y mucho más con tal de que ella estuviera bien, protegía de todo lo que podía a su pequeña luz velando por su bienestar aun cuando esto pusiera en juego su propia salud.

Salió de sus pensamientos al sentir un escalofrío recorrer todo su cuerpo, la ventana seguía abierta y algunos copos de nieve empezaron a entrar por ella, sonrío al recordar que en su infancia pasó toda una tarde intentando atrapar un copo de nieve para su mejor amigo en aquel entonces, ese día el otro infante había llegado junto a él algo decaído, pues sus padres habían discutido y él al ver el estado en el que se encontraba decidió animarlo regalándole un copo de nieve, tarea la cual fue imposible ya que los pequeños cristales se derretían apenas entrar en contacto con sus manos, y cuando vio al sol empezar a ocultarse la impotencia lo dominó pues había fracasado, totalmente devastado fue al encuentro del otro niño explicándole entre lágrimas y pequeños hipidos la misión autoimpuesta por animarle y su fracaso en ésta, éste le dedico una mirada indescifrable y se alejó estirando los brazos al cielo intentando alcanzar algo, él aún con algunas lágrimas recorriendo sus mejillas lo miró confundido y le cuestionó él por qué de sus acciones a lo que él otro le contesto que ahora era él el que se encontraba triste y estaba intentando coger un copo de nieve para alegrarlo, él solo atino a abrir grande lo ojos por la sorpresa y una calidez invadió su pecho, sus ojos empezaron a arder y las lágrimas volvieron a desbordarse recorriendo nuevamente su rostro , pero ahora éstas no eran amargas y eran provocadas por un sentimiento diferente, instantes después sintió el calor de un cuerpo abrazarle, y se aferró a él a la vez que oía un “idiota” provenir de la boca del otro mientras le apretaba más entre sus brazos, después de eso pasaron el resto del día recostados sobre la nieve mirando hacia el cielo y disfrutando de la compañía del otro, ese era uno de los recuerdos favoritos de Kenny, no recordaba por qué ambos se distanciaron, pero sin embargo los recuerdos que guardaba junto a él aún con el poco tiempo que duró su amistad eran de los mejores que tenía, se sonrojo, eran menos de las 7 de la mañana y ya estaba pensando en “mariconadas” como diría Cartman, así que atribuyó su creciente sonrojo a él frío de esa mañana e ignoro (o al menos lo intentó) él cúmulo de emociones que comenzaba a brotar de su interior debido a ese recuerdo (o a todo lo referente a su antiguo amigo).

-¡Kenny!-. El grito de su madre junto con una nueva corriente de aire lo hizo romper el hilo de sus pensamientos, había vuelto a olvidar la ventana y ahora un minúsculo montículo de nieve se había formado en el marco de ésta, suspiro mientras lo removía con su mano, esperaba no morir de hipotermia por su descuido si no Karen se sentiría terriblemente culpable y eso es lo que menos quería, desde hace un tiempo la gente había dejado de olvidar sus muertes y aunque suene egoísta lo agradecía de cierto modo ya que esto le hacía sentir que les importaba, y aunque las primeras veces casi le causa un infarto a medio pueblo pues moría un día de manera horrenda o estúpida y al siguiente estaba como si nada esperando el autobús en la parada, con el tiempo se volvió algo cotidiano y eso le aliviaba ya que el que le agrade que recuerden sus muertes no significa que quiera que sus seres queridos sufran por éstas, y tiempo después esta “habilidad” evoluciono llegando a un punto en él que ya no amanecía al día siguiente en su cama si no que momentos después de su muerte su cuerpo empezaba a regenerarse, así que ahora si por alguna razón desconocida un tacón volador llegaba a encajarse en su cabeza a media clase asesinándolo no importaría pues momentos después estaría completamente sano y tendría que continuar con ésta, suspiró, aunque debía admitir que a veces era un fastidio le gustaba más así ya que antes se perdía días enteros debido a sus repentinas muertes y eso era algo para nada agradable.

-¡Kenneth McCormick!, ¡Más te vale que vengas a desayunar ahora si no quieres que le de tu desayuno a alguien más!-. Un segundo grito de su madre lo hizo poner nuevamente los pies en la tierra, el día de hoy su cabeza estaba en las nubes más que de costumbre, volvió a remover la nieve que se había vuelto a juntar en el marco de su ventana y finalmente la cerro.

-¡Enseguida voy!-. Alzó la voz para que su progenitora lo escuchara y después de esto se dirigió hacia el baño para darse una ducha, una vez dentro de éste se desvistió y dejo su ropa caer al piso, se metió dentro de la ducha y giro el grifo de la regadera sintiendo las gotas empezar a caer tocando su sensible piel realizando un camino por todo su cuerpo iniciando en su cabeza pasando entre sus hebras de rubio cabello y descendiendo por su cuello, y finalizando en sus piernas recorriendo toda la extensión de estas hasta llegar finalmente a sus pies y chocar con el piso.

Se enjabono la cabeza aplicando un suave masaje sobre ésta paseando sus dedos entre los rizos que poseía y prosiguió llenando la esponja con jabón pasando ésta por todo su cuerpo, tallando con delicadeza y asegurándose de quedar completamente limpio, al terminar devolvió la esponja a su lugar y removió con ayuda del agua la espuma restante sobre de su cuerpo, después de esto cerro el flujo de agua y estiró su mano fuera de la ducha cogiendo lo que buscaba al sentir la textura inconfundible de la tela de una toalla tocando sus falanges, enrollo ésta a su cintura y se agacho para tomar entre sus brazos la ropa que había dejado ahí momentos antes, se levantó y salió del baño cruzando el pasillo para entrar nuevamente a su habitación.

Al entrar aventó el montón de ropa hacia una pila que estaba en el suelo y se acercó hacia una cómoda que estaba cerca de su cama, abrió uno de los cajones y de ahí saco las prendas que vestiría ese día…aunque bueno no es cómo que tuviera mucho de dónde escoger, se colocó la ropa interior seguido de unos pantalones de mezclilla algo rotos, después se colocó una camiseta blanca de manga corta y puso sus pies dentro de unos calcetines grises que era uno de los pocos pares (si no es que único) que le quedaba que no tenían un agujero en alguna parte de la tela, para a continuación ponerse unos tenis negros algo desgastados y anudarles las agujetas, en un acto inconsciente se pasó una mano por el pelo y dio un respingo al darse cuenta que éste seguía destilando un poco de agua, se reprendió mentalmente por su descuido lamentando éste aún más al sentir una corriente de aire pasar por sobre de la tela mojada de su camiseta, estúpido frío, alargó su mano hacia la toalla y restregó ésta contra su cabello hasta que considero que éste se había secado, devolvió el objeto a donde estaba y se dirigió finalmente hacia la puerta de su cuarto no sin antes tomar su inseparable parka anaranjada y meterse dentro de ésta, soltó un ruidito de satisfacción, amaba su parka, esta era realmente cálida y evitaba que se congelase con el puto clima que solía haber en South Park, introdujo sus manos en los guantes marrones que había tomado momentos antes de la cómoda y giró la perilla para que a continuación se abriera la puerta y pudiera continuar con su recorrido rumbo a la cocina, recorrió el pasillo que conectaba todas las habitaciones de la casa pasando la sala y llegando finalmente a su destino donde se encontraban Karen y Kevin desayunando junto a sus padres waffles que seguramente su madre había descongelado.

-Hasta que llegas, estaba a punto de darle tu parte a Kevin-. Le regaño su madre señalándole un plato servido frente a una silla vacía, así que simplemente asintió y se sentó en ésta.

-¿Ah?, eso significa que ya no me los podré comer-. Dijo su hermano mayor con un tono de decepción en su voz.

Unos leves toques en su brazo le llamaron la atención así que volteo hacia esa dirección encontrándose con Karen quien le dijo en un susurro-No lo habría hecho, y aunque lo intentará mamá no se lo permitiría-.

Kenny sonrió bajo la parka su hermana era una verdadera ternura preocupándose por él.

-Claro que lo habría hecho, comida es comida, además mama me lo ofreció-.

…Pero Kevin era un verdadero imbécil.

-Pues te jodes porqué esta comida es mía-. Contestó llevándose un trozo de comida a la boca burlándose del mayor el cual soltó una maldición por lo bajo y le levantó el dedo de en medio gesto que inevitablemente le recordó al hijo de los Tucker, rio al ver como su padre lo reprendía por hacer esa seña frente a la menor y él volteo a ver a Karen-Nunca confíes en ese monstruo del mal-.

-Kenny-. Le habló su madre.

-No hablo de ti mamá-. Se apresuró a decir.

…Gran error…

-¡Eso no pedazo de mierda!-. Su madre ahora lo veía con furia y si en un principio creyó las palabras de Karen ahora no estaba tan seguro de ellas porque pareciera que después de eso su madre le fuera a dar su comida hasta a las ratas con tal de hacerlo sufrir. -Se te ésta haciendo tarde para ir a la escuela-. Finalizo suavizando un poco (solo un poco) su expresión.

Kenny observo el reloj que había en la pared de la cocina….Mierda ¡Faltaban 5 minutos para que pasara el transporte!, se paró de su asiento y salió de la cocina corriendo a grandes zancadas.

-Eeeentonces… ¿me puedo comer su comida?-.Pregunto mirando el plato casi intacto de su hermano excepto por el mordisco que le dio hace un rato.

El rubio volvió a la cocina, tomó el plato y metió de manera casi imposible el contenido de éste dentro de su boca desapareciendo la comida junto con la esperanza de Kevin de recibir una segunda porción y la de su madre de tener venganza, lo supo por que ésta le envió una mirada que le dio escalofríos, así que se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla. -Adiós, te quiero Ma-. Dijo saliendo apresurado, sabía que eso calmaría un poco a su progenitora por el momento.

-Te veo en la escuela Karen- se despidió de ella pues unas amigas de la castaña siempre la venían a recoger, le dio un beso en la frente y le dedicó una sonrisa bajo el cuello anaranjado, pero ella pareció verla ya que se la respondió con otra, se colgó su mochila a la espalda y abrió la puerta que daba hacia el exterior pero antes de irse volteo hacia la cocina. -Hey, Kevin-lo llamo el joven ojiazul desde la entrada.

-¿Mh?-. Un pequeño sonido salió de su boca mientras lo observaba invitándole a continuar.

El más bajo al saber que tenía la atención del mayor llevo su mano hacia su ojo derecho y con el índice estiro el parpado inferior hacia abajo a la vez que sacaba la lengua y se inclinaba hacia adelante en una mueca burlesca, vio como las cejas del otro se fruncieron hasta casi tocarse entre sí y su mano se dirigía hacia su zapato para rápidamente quitárselo a lo que Kenneth reaccionó rápido cerrando la puerta tras de sí y soltando unas cuantas carcajadas al oír el improvisado proyectil estamparse contra la puerta seguido de unas fuertes maldiciones provenientes de Kevin y su padre que acababa de salir momentos antes que él a sacar la basura lo miró divertido, imaginándose ya lo que había pasado dentro.

Su familia era más unida, sus padres solucionaron sus problemas y por muy cliché o ñoño que suene Kevin volvió al buen camino, y eso lo hacía muy feliz.

Pero fue ahí cuando lo vio caminando por la otra acera, y él se percató de su presencia, sus miradas chocaron y el los vio…

Vio a los copos de nieve caer.

Notas finales:

Si has llegado al final te has ganado un abrazo cibernético y un agradecimiento de mi parte por haberte tomado el tiempo de leerlo, me gustaría saber si les gusto el primer capítulo y que me mandaran sus críticas para poder mejorar, eso me motivaría mucho, disfrute mucho escribiendo este primer capítulo y espero que ustedes también hayan disfrutado leyéndolo, me despido y les deseo que tengan un buen día!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).