Era un hermoso día miércoles, el ambiente de la escuela estaba alborotado pues ese día era el más esperado del año, era san Valentín, y ella estaba más que feliz, puesto que hace exactamente un mes el hombre de sus sueños, el gran príncipe de Hielo, le había pedido ser su novia. Había pasado toda la noche preparando el chocolate perfecto para su amado, su madre le había dicho que un chocolate casero demostraba el sentimiento puro que le profesaba al chico a quien se lo diera, así que con una sonrisa logro hacer algo decente. Cuando llego la hora del almuerzo se dirigió a la cafetería con la esperanza de encontrarse con su amado, llevaba el chocolate entre sus manos buscándolo con la mirada. Cuando lo encontró se dirigió a donde este se encontraba, pero justo cuando iba a llegar un grupo de chicas se le pusieron enfrente.
- ¿Qué crees que estás haciendo? Zorra –dijo una de las del grupo, no recordaba quien era o de que salón pertenecía.
- Le eh traído su presente a mi novio, así que apártate –su voz se notaba molesta ¿Quién se creía esa tipa?
- Tu no le darás nada a nada, facilota –le declaro con una sonrisa una chica que como la anterior no conocía mientas se le acercaba a la caja que contenía su chocolate dando un manotazo tirándolo por todo el piso. La peli rosa se quedó mirando su esfuerzo ahora desperdiciado, iba a reclamar y seguro lanzarse sobre aquella chica que había arruinado su presente cuando la voz de aquel que era su novio se escuchó por el ahora silencioso lugar, puesto lo que antes era una animada hora de almuerzo ahora se encontraba todo el alumnado viendo la escena.
- No aceptare nada de alguien que se acuesta con cualquiera.-Recalco el chico con el ceño fruncido.
- Pero..¿A qué te refieres con eso Sasuke-kun?-La chica abrió los ojos sorprendida ya que no entendía a qué iba todo eso.
- A que Sai-sama ya le dijo a tu exnovio que te acostaste con todo el equipo ¡de futbol! –no fue más que las mismas chicas que le anunciaban la cruel mentira que habían fabricado los azabaches.
Las palabras inútiles que había pronunciado después de eso, ya no le eran gratas de recordar pero sobra decir que esa mentira se esparció por todo el colegio tachándola de por vida como “la zorra” aunque actualmente ya nadie le decía así, el esfuerzo y algunos golpes hicieron entender que ella no se había metido con ninguno de club de futbol aunque había tardado más de la cuenta ya que los miembros del equipo le tenían tanto respeto como miedo al Uchiha que no quisieron contradecirlo en nada. Aun así el rencor que había sentido desde ese entonces no lo había olvidado.
- Dime lo que quieres y vete –el azabache la saco de sus pensamientos el solo quería por quedarse solo y poder pensar, necesitaba respuestas y no sabía a quién exigirlas, solo se le venía a la mente Temari.
- Yo solo quería discul…--las palabras de la peli rosa se vieron opacadas por la fuerte voz de una peli rubia.
- ¡Sakura!—Temari había aparecido por la puerta necesitaba hablar con urgencia con las chicas de algo importante, pero al solo encontrar a Ino de camino a su sala de reunión se le hizo extraño que no viera a la peli rosa junto a la ya mencionada, así que fue en su búsqueda.
- Temari…--el susurro un tanto nervioso que salió de los labios de Sakura hicieron que Sasuke levantara una ceja, ¿desde cuándo esas dos se conocían?
- Vamos –su voz fuerte y de mando hicieron temblar a la chica de cabellos rosas y sin decir más salió del aula para perderse en el pasillo, la rubia se le quedo observando solo unos segundos al azabache y volteo la mirada para al igual que la peli rosa perderse de la vista del azabache. Por su lado el azabache estaba anonadado, ¿había creído ver culpa en los ojos de la mayor?
- ¿Cuándo es que se volvieron amigas?—se cuestionó en voz alta sin saber que alguien le escuchaba.
- Creo que fue por el mismo tiempo de tu relación con Ino –Sai entraba por la puerta donde minutos antes estaba la rubia, sin que el azabache lo viera puesto que el regreso su vista a la ventana.
- Jum –el azabache a pesar de estar mediamente feliz porque su primo le dirigiera la palabra no lo iba expresar.
- Veo que la pasas mal –el moreno se acercó con pasos lentos hasta situarse enfrente del otro.
- Tú también la pasarías mal si te mintieran a tal grado –comento volteándolo a ver.
- Vamos que te lo ganaste a pulso –Sai le sonrió de tal forma que el azabache tenía unas ganas tremendas de golpearlo, pero algo que tenía el moreno que le detenía era la razón. Lo sabía, él era el único que se había ganado ese “castigo” por decirlo de alguna manera así que solo observo esa sonrisa aunque grande era falsa.
- ¿No tenías que estar con tu novio?—el cambio de tema le hizo saber al moreno que Sasuke zanjaba el tema anterior para no sufrir, Sai sabía que esa era la manera en que el azabache evitaba el dolor, aunque no quisiera admitirlo su primo era un tanto “sensible”, pero él no venía a dar buenas noticias.
- Lamentablemente su mejor amigo –hizo énfasis en las últimas palabras para que captaran la atención de su acompañante – le pidió que le ayudara a empacar, según dijo tiene un viaje a Hollywood, al parecer se ganó una beca para estudiar actuación en una prestigiosa escuela. – Sasuke había entendido esas palabras, y había quedado en un shock momentario, en su cabeza una voz le gritaba:
Naruto…el…SE VA.
Sin pronunciar palabra se levantó de su asiento y salió corriendo fuera del salón, dejando al moreno sólo. Sai solo se quedó ahí observando como su primo desaparecía, lo conocía bien tanto que sabía a donde se dirigía. Sasuke corría y corría pero los pasillos de la escuela se le hacían interminables, ya no importaba ya no quería saber quiénes habían planeado tal plan, aunque lo intuyera, ya no le importaba, la sensación de opresión en su pecho eran más grandes de lo que podía soportar, el solo saber que el rubio ese encantador rubio se iba, le hacía mal, lo sabía aunque se negara a admitirlo se había enamorado de la persona, de la chica, del doncel, de la persona que recibía el nombre de Naruto Kamikaze, y lo demás terminaba no teniendo importancia. Su intensa carrera se vio opacada por dos figuras que se posaron enfrente.