La ciudad de los ángeles, era hermosa y enorme, los grandes edificios se alzaban orgullos, las tiendas de moda llenas de las jovencitas y jovencitos más guapos que pudieran imaginar, todo a su alrededor era tal y como lo había esperado, brillante. Naruto sentía que había realizado el mejor viaje de su vida, había comprado ropa en las múltiples tiendas de Beverly Hills, conoció los estudios de sus películas favoritas y uno que otro artista de las mismas, en ese momento podía morir en paz, pero lo que más le encanto de esa ciudad era sin duda la enorme escuela de actuación AMDA*.
La escuela AMDA contaba con gran terreno lleno de jardines y escenarios al aire libre, que se podían apreciar detrás de las rejas de metal de la entrada principal, sus edificios eran más que nada teatros de gran cobertura y uno que otro edificio con aulas y salones de baile, era sin duda el sueño de cualquiera que amara las artes escénicas, tuvo la oportunidad de recorrer todo el lugar, y de conocer a los profesores, sin duda era una gran oportunidad la beca que le brindaban.
Lo mejor de esa escuela era su plan de estudio, era totalmente dinámico, los estudiantes solo tomaban lo que les interesaba, ya sea baile, actuación de teatro, películas o series, y había más, la escuela estaba ligada a uno de los estudios de Hollywood, es decir los estudiantes tenían la oportunidad de hacer audiciones para los diferentes trabajos en los estudios mientras estudiaban.
Naruto estaba más que realizado, era un sueño, un hermoso e increíble sueño. Pero aunque haya vivido ese hermoso sueño, no podía evitar estar sumamente nervioso por lo que estaba a punto de hacer.
Hace unos momentos, tenía la plena confianza en sí mismo, sabía que esto cambiaría su vida, pero era lo correcto, así se lo decía su corazón, traspaso esas puertas que ya conocía, camino por los largos pasillos de esa institución, y se detuvo en una puerta en particular, daba gracias a que el lugar estaba vacío pues sabía que todos deberían estar en sus salones. Suspiro pesadamente y se dio ánimos a sí mismo.
- Vamos Naruto tu puedes, no te vas a echar para atrás ahora ttebayoo.
Se repitió como tres veces y por fin pudo tocar la puerta, un leve “pase” se escuchó por parte del profesor en el interior del aula, respiro profundo y abrió la puerta con la frente en alto y una radiante sonrisa.
- Perdón por llegar tarde pero mi vuelo se atrasó ttebayoo.
El silencio era total, el asombro de todos se podía reflejar en sus rostros, hasta el profesor de turno se quedó estupefacto al ver al hermoso rubio de ojos azules parado en la puerta del aula.
- Esto… ¿puedo pasar?—Los nervios de hace solo unos momentos se transformaron en diversión al ver la cara de todos.
- ¡Naruto! –fue el grito de un pelirrojo que saco a todos del estado en el que se encontraban, comenzando así los murmullos en todo el salón.
- No puede ser Naruto, Naruto es una chica no un…un…--las palabras de uno de los tantos chicos de escucho por todo el salón ya que lo había gritado.
- Soy un doncel ttebayoo, --el rubio inflo sus cachetes en un ligero puchero. Gaara se había levantado y llegado al lado del rubio en un rápido movimiento.
- ¿Cómo?... ¿Cuándo?—el pelirrojo pedía explicaciones en pocas palabras y el rubio sonrió con diversión.
- Te lo diré en el descanso ttebayoo, ya que no creo que Kakashi—sensei quiera que sigamos interrumpiendo su clase ttebayoo—a pesar de que el salón era todo un caos de confusión y murmullos el rubio se vea tranquilo así que Kakashi al ver que el rubio estaba de regreso y estaba bien y había el salido de su shock inicial mando a callar a todos y continuo con la clase, así el rubio se fue a sentar junto al pelirrojo.
Unos ojos negros se habían clavado en el rubio desde el momento de que escucho la inusual muletilla, una sonrisa pequeña y ladina se posó en sus labios cuando la mirada azulina se encontró con la suya, por unos momentos no quisieron despegarse el uno del otro pero sabían que llamarían la atención, más el rubio, pues podía sentir las miradas nada disimuladas de sus compañeros, y así regreso su vista al frente simulando poner atención, aunque simplemente esperaba la hora del receso, en cambio el pelinegro regreso a su celular debía despistar a su primo pues este le miraba con insistencia y no quería levantar sospechas.
Por otra parte cuatro personas estaban que sudaban de lo nerviosas que estaban, bueno aunque uno no demostraba eso, Sakura, Ino, Gaara y Sai estaban que no se la creían, Naruto había regresado, después de casi dos semanas de que el rubio tomara ese avión, el rubio había vuelto y estaban que se comían las uñas, no sabían qué iba a pasar ahora, pues el pelinegro no había dado señales de nada, no habían ni siquiera visto que levantara la vista de su celular, y esto más los confundía.
Las dos clases antes del segundo receso solo sirvieron para que la noticia se esparciera como pólvora por la institución, aunque no sabían cómo, pero ya toda la escuela sabía que Naruto había vuelto y que él era un doncel. Decir que la escuela se había transformado en un mercado era poco, nadie podía creer que la rubia jovencita que se ganó el cariño de muchos chicos, entre ellos los pocos donceles del lugar, y algunas chicas en realidad era un doncel, pero las que estaban furiosas era un grupo de chicas, un equipo de unas seis jovencitas que eran lideradas por una que estaba particularmente indignada y colérica, quien más podría estar más que molesta, pues por supuesto que Mikuru, esa chica que había sido humillada por el apuesto Sasuke Uchiha solo hace unos días atrás por defender a su “novia”.
La campana sonó y el segundo descanso se anunció, de inmediato el rubio se vio rodeado de todos los de su salón que lo bombardeaban con preguntas, ¿Es verdad que eres doncel? ¿Por qué te vestiste de chica? ¿Pero qué pensabas? ¿te gusta el travestismo?, esas y otras locuras eran lo que mencionaban el rubio solo miraba a todos con una sonrisa, fue con suma calma que levanto la mano para pedir la palabra y que todos se callaran, pero al parecer no funcionaria. Con pesadez estaba a punto de gritar cuando una voz fuerte y demandante que sonaba sumamente molesto se escuchó sobre las demás.
- ¡Ya cállense! Déjenlo en paz—Sasuke se levantó de su asiento y un aura maligna se esparció por el lugar haciendo callar y temblar a todos, incluyendo a cuatro personas que no habían hecho movimiento alguno pero que miraban insistentes al moreno. –Y tú, sígueme – el moreno miro al rubio directamente y se movió tres pasos antes de escuchar esa melodiosa voz que se dirigía a él.
- ¿Por qué tendría que hacerlo? –Y ahí todos y cada uno de los que estaban presentes habían caído en cuenta del pequeño detalle que habían dejado pasar, se suponía que “la rubia” y el azabache eran pareja, todos se estremecieron ahí correría sangre, se habían dado cuenta de la magnitud del problema y que era mejor mantenerse al margen.
- ¿Quieres que todos escuchen lo que tengo que decirte? – las palabras frías y demandantes se escucharon como un susurro aterrador.
- Tks—el rubio chasqueo la lengua y se dirigió a la salida—bien teme vamos ttebayoo – Con esas últimas palabras todos los alumnos compañeros de esos dos observaron cómo desaparecían por el pasillo.
-
Tensión eso sentía Gaara, lo sabía tenía que salir tras su amigo, no podía dejarlo solo, pero su cuerpo no se había movido de su asiento, fue en el momento en donde vio salir corriendo a la peli rosa seguida de Ino que reacciono, esto iba acabar mal, asi que corrió a la salida no sin antes gritarle a un estático Sai.
- Muévete idiota.
Sai al igual que todos los del salón reaccionaron de inmediato y siguieron al pelirrojo, uno preocupado por su primo y su novio y claro el mejor amigo de este último, y los demás porque simplemente se querían enterar del chisme.
El azabache y el rubio buscaban un lugar “tranquilo” para hablar pero al parecer toda la escuela jugaba en su contra por que no sabían en que momento, se habían visto seguidos no solo por su grupo si no por toda la escuela, incluyendo a algunos profesores y habían acabado en la cafetería rodeados por todos.
- ¿Y bien? –la voz del rubio se alzó entre el bullicio de todos los presentes. —Como al parecer todos quieren enterarse, dime, ¿Qué querías decirme?—el azabache movió la boca para pronunciar la oración que había practicado durante algunos días, pero dichas palabras no salieron si quiera de sus labios, el grupo conformado por Mikuru y sus amigos se abrió paso entre la multitud y se situó justo en medio de ambos siendo la líder en interrumpir a Sasuke.
- ¡Alto ahí travesti!—la voz molesta y chillante de la chica se escuchó por todo el lugar—Tú no tienes derecho de dirigirte a Sasuke-kun –el señalamiento con el dedo y una pose de niña creída eran lo que veían, las chicas que venían con Mikuru solo asintieron apoyando a su líder.
- ¿Ah? – Tanto el rubio, el azabache y todos en general fruncieron el entre cejo aunque se notó más en el primero.
- Te estoy hablando a ti rubio oxigenado, no puedo creer que hayas regresado, pero enterarme que la idiota rubia, era un doncel es asqueroso, oh pobre de mí Sasuke-kun que tuvo que posar sus hermosos labios ¡en un ser tan asqueroso como tú!—todos estaban en un silencio sepulcral, las palabras de la chica estaban dichas con veneno, asco y repulsión, todos los ojos se posaban en ella, así que no notaron el incremento en el enojo del azabache.-- ¿Cómo puede una persona ser tan…repugnante? Solo mírate nos hiciste creer que eras una mujer, ¿y ahora sales con que eres un doncel?, ¿Pero que pasa por tu cabeza? De seguro solo regresaste para burlarte de todos aquellos con los que saliste, ¡no eres más que un cualquiera! Por qué no te vas y de…--las palabras de la chica fueron cortadas por una fuerte cachetada.
- ¡Cierra tu maldita boca zorra ardida!—no se supo como pero en un parpadeo Sakura, quien había permanecido a una distancia cercana al rubio, llego justo enfrente de la castaña y le propino la cachetada que le volteo la cara.
- ¿Pero qué mierda te pasa?—Mikuru solo se tomó la mejilla donde la nada suave mano de Sakura fue a impactar.
- Tú no sabes nada maldita resbalosa, ¡no te permito que le hables así a Naruto! –la peli rosa estaba furiosa, todo el remordimiento, y culpa que sentía con toda la situación se veía reflejada ahora en su enojo.
- ¡Yo le hablo como se me pega la gana! ¡El problema no es contigo perra! – Mikuru estaba igual de enojada y sus palabras lo de mostraban, estuvo a punto de golpear a Sakura por su atrevimiento en interrumpirla, pero su mano solo se alzó para ser fuertemente detenida por la mano nívea de un azabache que no simplemente estaba enojado, si no que estaba furioso. – Sasuke-kun…
- Te lo dije muy claro la última vez – la voz fría y enojada salió de los pálidos labios de Sasuke. —Te dije que no volvieras a hablar así de mi Novio –recalcando la última palabra que pronuncio, soltó el ante brazo que tomaba— ¡Que Naruto es mucho más mujer de lo que ustedes llegaran a ser!—silencio eso era lo que había a su alrededor, Sasuke miraba fríamente a las chicas pero en un momento cambio su dirección a los ojos azules que miraban atentos—dije que lo mío con Naruto iba enserio, que le traería de vuelta, y es aquí en donde quiero pedirte perdón, sé que no soy el mejor, sé que no soy perfecto pero yo… --las palabras del azabache murieron por un repentino beso de ese doncel rubio quien se le aventó al simple hecho de escuchar tales palabras.
- Teme…--susurro con los ojos llorosos y al termino del suave beso susurro—yo soy el que tiene que pedir perdón, te mentí y…
- Shh –el azabache poso un dedo en los labios rosas de Naruto para callar sus palabras, para ese entonces ya nada existía a su alrededor, no se percataron que el silencio ya no era lo que les rodeaba si no un sinfín de comentarios. —ambos cometimos errores pero aquí y ahora, quiero que comencemos de nuevo, ¿me darías una segunda oportunidad?
- ¡¿Qué?!—el asombro de tales palabras y el increíble beso que estaban presenciando fueron acompañados al grito de Mikuru, la cual al sentir una furia incontrolable, además de verse humillada salió corriendo y con ella su sequito.
La campana sonó para indicar que las clases continuaban, los maestros que presenciaban tal espectáculo tuvieron que prácticamente arrastrar a los alumnos de vuelta a las aulas, Naruto y Sasuke se quedaron hasta el último puesto que a pesar de ser escoltados por los profesores pudieron ir quedándose en el camino. Una vez se vieron libres de la vigilancia de los mayores corrieron hasta la azotea del edificio.
- No sabía que se te daba bien la actuación—el rubio fue el primero en romper el silencio que los envolvió.
- Dobe—el azabache aprisiono a en sus brazos, puesto que el rubio le daba la espalda, posando su cabeza en el hombro de Naruto. – no era actuación
- Lo sé—sonrió recargándose en el fuerte pecho del azabache observando ahora los patios vacíos de la escuela. —tenías razón este es mi mejor escenario.
- ¿La escuela?—el azabache por primera vez en toda su vida se sentía pleno y tranquilo, sabía que ya no habría más mentiras ni secretos ahora podía amar sin restricciones.
- No –con una sonrisa en los labios volteo a verlo—tus brazos.
En la memoria de un celular se guarda un simple y sencillo mensaje cuyas palabras engloban muchos significados, pero un hermoso sentimiento.
“¿Te arriesgas a escribir nuestra propia obra?”