- Tengo a la persona indicada, ella lo ara sufrir –volteo a ver a sus compañeras— destrozaremos a Uchiha Sasuke.
Todas en esa habitación miraban fijamente a la chica de ojos verdes claros, en ellos se veía la convicción de sus palabras. En su mente batallaba para idear su siguiente paso, ya que era el más difícil, después de todo convencer a esa persona era una tarea titánica, pero sabía con seguridad que con la ayuda correcta podría lograrlo.
- Temari, ¿qui…— las palabras de Ino se cortaron cuando la campana del fin del descanso se escuchó por todo el instituto.
- Bien chicas, nos vemos en la salida—dijo la rubia de chongos dirigiéndose a la salida de esa habitación, que no era otra que uno de los almacenes de materiales de la escuela.
- Pero…—
- Tranquila Sakura—le dijo con una sonrisa juguetona que no pronosticaba nada bueno—ustedes espérenme en la salida, iremos por nuestra pieza clave.
Cada una de las chicas restantes se quedaron con la intriga de quien sería esa chica en la que pondrían toda su confianza. Con esos pensamientos se dirigieron a sus salones. Sakura e Ino compañeras de salón y de primero grado, Hinata y Tenten otras de primero pero iban en distinto salón y por ultimo Temari y Karin chicas de segundo y diferentes clases. Cada una esperando el fin del día escolar para así poner en marcha el primer pasó de su plan. Las clases pasaron eternamente lentas para cuatro de las chicas, mientras para las dos restantes Hinata y Temari, cada que la hora se acercaba se ponían cada vez más nerviosas, en su cabeza cada una pensaba en cómo convencer a esa persona terca y testaruda.
- Esto será complicado—pensaron con un suspiro tanto la rubia como la morena.
Por otro lado en otra prestigiosa escuela, en el auditorio para ser exactos, se encontraban un grupo de chicos practicando una especie de obra, dentro de ese grupo se podía apreciar una hermosa jovencita, que se encontraba memorizando un guion, sin saber que pronto irían a buscarla.
En otro lugar el tiempo ya había avanzado y la hora de la salida ya había llegado. Un moreno salía del instituto con su fiel primo a lado.
- Entonces Mikuru-chan es la más adecuada—dijo un sonriente Sai.
- Mmm…—el moreno analizaba lo dicho por su primo, Mikuru era una chica de tercer año, encabezaba la lista de las chicas más buenas de último, con gran personalidad y ex capitana del equipo de volibol, se rumoreaba que había tronado con su novio y estaba deprimida, Sai le había dicho que esa era una ventaja y que una chica sensible en busca de cariño era pan comido para él.
- Vamos ¿no me digas que te estas arrepintiendo? – pregunto burlón Sai.
- Para nada –menciono con el ceño fruncido—solo cuento los días que tengo que esperar para poder atacar
- Cierto, sería muy sospechoso que de un día rompes con tu novia y al otro ya tengas otra.
- Eres un genio—dijo con sarcasmo sabiendo que eso era más que obvio.
Mientras los morenos planeaban su siguiente jugada, más atrás de donde se veían los chicos, el grupo de chicas esperaban cerca del portón de la escuela. Cada una con un pensamiento diferente y a la vez iguales, todos relacionados con la chica que les ayudaría, tan sumidas estaban que no se dieron cuenta de que una rubia les miraba.
- Chicas se hace tarde—dijo Temari— ¿no se piensan mover?
- Tema-chan –llamo Hinata, la primera en salir de sus pensamientos observando que la rubia emprendía la marcha— ¿estas segura de que nos ayudara?—dijo una vez que la alcanzo seguida de las demás chicas.
- Hinata –dijo con una voz calmada la mayor—tu mejor que nadie sabes que esa persona es terca, pero su terquedad será lo que nos ayudara
- ¿Cómo estas segura de eso? –se unió a la plática la peli-rosa—
- Simple y sencillamente, porque esa persona cree en la justicia y siempre está dispuesta hacer su voluntad por lograr lo que se propone –dijo con calma mientras caminaba con rumbo desconocido a ojos de sus acompañantes— además con las palabras adecuadas y la ayuda necesaria no dudara en ayudarnos –dijo con una sonrisa un poco siniestra.
Las otras chicas solo suspiraron su “superior” podría ser tenebrosa cuando se lo proponía. La siguieron durante unas dos cuadras hasta tomar el metro que las llevaría a su destino, pasaron unos treinta minutos en él y en completo silencio hasta que anunciaron la estación esperada, con un movimiento de manos la rubia de cuatro coletas llamo a sus compañeras para que bajaran y estas así lo hicieron, una vez a bajo del transporte se encaminaron durante unas cinco cuadras más hasta llegar a un enorme portón como el de una modesta mansión. La mayor de todas llamo por el intercomunicador.
- Bienvenidos al colegio Taira, ¿en qué puedo ayudarlos?—se escuchó en el pequeño aparato.
- Buenas tardes soy Sabaku no Temari, y estoy aquí para ver a mi hermano menor Sabaku no Gaara –respondio la mayor con una voz por demás dulce.
- ¡Oh! Señorita Sabaku, que placer es volver a escucharle, pero como sabe debe solicitar un permiso ya que las visitas son en fin de semana – dijo la voz del otro lado con tono tranquilo.
- Lo sé, pero esta es una emergencia, necesito verlo ¿cree que pueda llamarlo?—su voz sonó desesperada como si algo grave hubiera pasado.
- Como ya sabe no puedo dejarlo salir –se escuchó un suspiro—pero puedo dejarla pasar
- Es que, bueno no vengo sola, traigo a unas amigas.
- No hay problema—rio un poco—ahora el director no se encuentra asi que pueden pasar
- ¡Se lo agradezco mucho en verdad! –dijo la rubia dándoles a sus acompañantes una señal de victoria.
- La puerta se abrirá en un minuto
- ¡Muchas gracias! –las chicas escucharon un tipo de chirrido y vieron como una pequeña puerta del gran portón se abrió.
- El joven Sabaku se encuentra en el teatro, ¿sabe cómo llegar? –se escuchó aun por el pequeño aparato.
- Si no se preocupe –contesto la rubia para luego ingresar a la escuela, con todas las chicas siguiéndole.
Al entrar las chicas se asombraron, bueno no era para menos puesto que si su escuela era grande, esta era enorme, contaba con canchas para todos los deportes que se veían a lo lejos, los edificios eran de primera, se podían distinguir los salones, laboratorios de todo tipo, incluso su cafetería era inmensa, caminaron por varios lugares de la institución, hasta llegar a un edificio algo antiguo pero no dejaba de ser grande, la fachada se veía de madera al igual que la puerta. Se encontraban dirigiendo a esta última mencionada cuando la puerta se abrió dejando ver un hermoso chico de tez blanca, cabello rojo como la sangre, ojos agua marina delineados con negro que lo hacían ver más hermoso, y en su frente un kanji que las chicas identificaron como el kanji de amor, se encontraba vestido con el uniforme típico negro ((pantalón y saco con botones dorados y cuello alto)). Las chicas al verlo suspiraron todas excepto una. El chico por su parte repaso por las visitantes hasta que paro en una rubia de ojos como los suyos vestida con una falda gris a cuadros con detalles en rojo y blanco, con una blusa blanca y un moño rojo como corbata, la miro fijamente.
- ¿Qué rayos estás haciendo aquí Temari?—dijo con una suave pero fría voz característica de un doncel.
- ¿Esa es la forma en que te diriges a tu hermana?—lo miro con una ceja alzada.
- ¡¡Contéstame!! –le dijo cruzándose de brazos—
- ¿Que no puedo venir a ver a mi dulce, tierno, y dulce hermanito? –dijo la rubia mayor con voz tierna mientras abrazaba a su hermano.
- ¿Qué es lo que quieres Temari?—las chicas miraron al chico que no se había movido ni cambiado su actitud en ningún segundo.
- Bueno veras jejeje –la rubia sabía que su hermano la conocía muy bien, suspiro pesadamente, mientras se colocaba de nueva cuenta a lado de las chicas.—necesito tu ayuda y la de…. – sus palabras se cortaron cuando la puerta de madera, de lo que todas sabían que era el teatro se abrió de nueva cuenta, pero esta vez mostrando a una hermosa jovencita de cabello rubio y dos coletas trenzadas* hasta las caderas con una falda azul marino tableada con un saco del mismo color con botones dobles al frente, una blusa blanca que se apreciaba en el cuello, unos lentes que resaltaban sus ojos azules como el cielo y en sus piernas morenas llevaba una calcetas largas de color negro, lo que más llamo su atención de las chicas es que se veía realmente bella con esa sonrisa impregnada de felicidad y con sus marquitas en cada mejilla que la hacían ver terriblemente tierna.
- Gaara, el maestro te está buscando ttebayoo –dijo con una melodiosa voz, como el de toda chica. “La rubia” observo a las chicas paradas frente a su amigo y sonrió en grande más de lo que ya estaba sonriendo—Temari-chan!
- ¿Na…Naru-chan? –la rubia mayor veía a la más joven con asombro, que paso hacer una hermosa sonrisa—¡¡Naru-chan!! –tan rápido como reacciono corrió a abrazar a la chica que gustosa acepto el abrazo.
- ¡¡Cuánto tiempo sin verte Temari-chan!! –dijo aun con su voz “femenina”.
- Naruto ya deja el juego y tu Temari ya suéltalo –dijo el pelirrojo suspirando pesadamente mientras los observaba.
- Bueno, Gaa-chan no te enojes ttebayoo –su voz cambio por completo, sonó un poco más grave sin dejar de ser aterciopelada.
- ¿Naruto? –una cuarta voz se dejó escuchar.
- ¿Hinata? –el rubio miro a la que había sido su amiga de toda la vida—Hinata que haces aquí, mejor dicho que hacen aquí chicas? –dijo con una hermosa sonrisa.
- Eso es lo que yo quiero saber—dijo el pelirrojo ya con una venita saltándole en la frente.
- Jeje pues verán –trato de hablar Hinata.
- Antes de explicarles dejen y los presento –hablo rápidamente la mayor de todos ahí.—estas chicas son, Yamanaka Ino, Haruno Sakura, Taka Karin, y Ama TenTen –presento a cada una de las chicas señalándola con una sonrisa.—chicas él es mi hermano menor Sabaku no Gaara y su mejor amigo Namikaze Naruto
- ¡¡Un chico!! –las otras chicas se quedaron sorprendidas después de todo el pelirrojo se había referido a la chica no como a una ella si no a como aun él.
- Soy un doncel ttebayoo –sonrió ampliamente.
- Temari estas segura que él... –dijo Sakura mirando a Naruto de pies a cabeza.
- Si estoy segura—dijo con una sonrisa la mayor.
- ¿Ya quieren dejarse de rollos y decirnos que maldita sea hacen aquí? –dijo un pelirrojo sumamente enojado, ya que conocía muy bien a su “querida nee-san” y si estaba ahí no era para nada bueno.
- Ya no te enojes Gaa-chan –le dijo el rubio con una hermosa sonrisa— ¡seguro que solo vinieron a verte ttebayoo!
- No te equivocas Naru-chan—le sonrió la chica mayor—pero venimos a verlos a ambos
- ¿Ambos? –los dos chicos se extrañaron, pero la curiosidad mato al gato.
Las chicas se sonrieron entre si y comenzaron a platicarles a los chicos de su plan para vengarse. Las expresiones de los chicos comenzaron con curiosidad, pasando a hacer asombro para terminar con el ceño fruncido, en pocas palabras los chicos no podían creer lo que sus oídos escuchaban, ¿estas chicas habían planeado todo en tan solo unas horas?
- Entonces ¿aceptas Naru-chan? –dijo la morena con una sutil sonrisa.
- ¿Que ustedes están locas ttebayoo?—dijo el rubio sin poderlo creerlo—para empezar ¿por qué yo?
- Solo mírate Naruto –dijo Temari con una sonrisa. —si sales vestido así ¡te comen vivo!
- Además ya nos habías comentado que estabas en el club de teatro—dijo Hinata con una sonrisa—y el hecho de que siempre salgas en las obras como mujer ayuda
- ¡Ya tienes el papel más que memorizado!—continuo la rubia.
- Eso…--el rubio no sabía ni que decir o pensar, así que opto por ver a su amigo con cara de “sálvame”, el pelirrojo por su parte se mantenía sereno y al ver la cara de su amigo no le quedó más que intervenir.
- En todo caso—llamo la atención de todas sus acompañantes—en caso de que les ayudara y digo que no va hacerlo, estamos a mitad de semestre, los exámenes se vienen pronto y como le van hacer para que ellos se conozcan si van a diferentes escuelas –dijo el pelirrojo con la voz tranquila, el rubio sonrió dándole las gracias, sabía que en el plan había fallas.
- De eso no me preocuparía—dijo la mayor con una sonrisa terrorífica que su hermano conocía bien y sabía que no se zafarían de eso tan fácil—hablare con tus padres Naru, les diré que mi hermano se cambiara de instituto y tú quieres irte con él, pero no tienes el valor para pedirles eso
- Temari, tú no puedes hacer eso ttebayoo –la miro con un poco de miedo, miedo que se esfumo cuando recordó que su padre se negaría rotundamente diciendo que su “tesoro” era muy inocente y no sería bueno que asistiera a una escuela mixta.
- Claro que puedo –dijo sin cambiar su expresión—después de todo tu padre no está y tu madre estará de nuestro lado –dijo cruzándose de brazos y sonriendo victoriosa al notar la tensión en el rubio, mira que no acordarse de que su padre estaba en una junta de negocios al otro lado del mundo para poder hacer crecer más la empresa, y que su madre con su gran sentido de justicia accedería a tal loca petición. —vamos Naru además ¡será divertido!
- Te daremos lo que quieras—dijo Ino con una sonrisa.
- Yo sé que amas el ramen—dijo Hinata.
- Yo sé que te gustan los deportes extremos, que tal si Karin te lleva a esquiar en las montañas, ¡sus padres administran una cabaña para esquiadores!—dijo Temari comenzando a ver emoción en los ojos azules de Naru.
- Por mi encantada—dijo la pelirroja acomodándose los lentes.
- No, ¡¡no lo are!! –dijo cruzándose de brazos y dándoles la espalda. Él tenía su orgullo aunque la tentación le llamaba no accedería fácil, después de todo no quería salir vestido de mujer. Viendo que sus persuasiones no eran suficientes, las chicas se miraron entre sí, Sakura siendo la más cercana al rubio , que se sentó en el suelo y comenzó a llorar—
- pero yo... yo... ¡¡aun te amo!! --los chicos que la veían se quedaron en shock no solo por las lágrimas derramadas si no porque todos les miraban puesto que algunos alumnos transitaban por el lugar — ¡¡yo sé que eres doncel pero no me hagas esto!! --sigo con su monologo la peli rosa llamando aún más la atención--
- Haruno-san?? --el rubio comenzaba a entrar en pánico, se esperaba todo de Temari y Hinata pero de Sakura? Una chica que apenas y conocía -- levántate por favor! --trato de acercarse a ella, pero recibió un manotazo--
- ¡¡Ni hablar!! ¡¡si no quieres que me mate no me dejes!! --dijo aun entre lágrimas mientras se le colgaba de las piernas. Temari sonrió al ver la desesperación del rubio después de todo ya eran el centro de atención, así que despacio se acercó a Naruto.
- Entonces ¿lo harás? --le susurro.