‘’ Lo prohibido tiene un sabor especial ‘’
Muchos dicen que está mal, que hay que caminar en la misma corriente que los demás, que hay que seguir las normas, incluso las que no están escritas. Muchos hablan, pero pocos cumplen. Esa era la situación de Luhan y Minseok.
Ambos chicos eran amigos desde la adolescencia cuando se conocieron en el instituto. Luhan llegó a Corea del Sur por el trabajo de su padre y todos se burlaban de su acento tan marcado, pero solo Minseok le tendió una mano y se molestó en conocerle. Le ayudó con su coreano, le enseñó lo que era la amistad, lo hicieron todo juntos y cuando decíamos todo era TODO.
Juntos experimentaron el primer beso y la primera vez en el ámbito sexual. Como esos ejemplos, hubieron muchas primeras veces: La primera vez emborrachándose, la primera vez viendo películas para mayores de edad, la primera vez saliendo de fiesta…
Todo juntos.
Se enamoraron el uno del otro, se amaron… Pero nada era sencillo.
Para la sociedad en la que estaban criados, ser homosexual era un pecado, era el fruto del diablo. Ser gay era una aberración. Te pegaban, te insultaban… Nadie entendía que no se podía mandar en cuestiones del amor y del corazón. Solo ellos.
Amar como se amaban ellos era prohibido y si alguien les descubría sería el fin para ambos.
Fue una dura decisión la que, con veinte años, ambos chicos tuvieron que tomar. Los padres de Luhan estaban buscando una jovencita, guapa y educada, para poder casar a su hijo y que les diera descendencia; los padres de Minseok comenzaban a exigirle buscar una novia, una futura madre de sus nietos.
El tiempo se les acababa y, ambos sabía, debían de pensarlo bien. Sería muy bonito huir juntos, salir del país e ir a uno más liberal como Estados Unidos, por ejemplo, sería una historia de amor preciosa pero Luhan y Minseok eran conscientes de los riesgos que debían enfrentar. Un nuevo país, un idioma diferente, una cultura y sociedad alejada de la propia y abandonar a la familia, a aquellos que aman.
Después de una noche llena de gemidos y besos que sabían a despedida, después de llantos y reclamos por parte de ambos, no pudieron encontrar otra solución: Casarse y alejarse.
Su amor estaba mal; era un amor que debía ser eliminado.
La sociedad mandaba sobre sus mentes.
Pero dicen que cuando se ama a alguien con locura, cuando encuentras a tu alma gemela, da igual el tiempo o la distancia, jamás podrás olvidarle. Quizás por eso, diez años después, ambos con una familia formada e hijos, estaban en un hotel alojados amándose como no se amaban desde hacía tiempo, sintiendo piel con piel.
No se habían visto desde aquella noche, pero seguían amándose como el primer día.
Poco importaban sus esposas, ambas mujeres hermosas, a las cuales llegaron solamente a apreciar y querer como hermanas o amigas, daban igual sus hijos los cuales amaban con locura y no tenían culpa de nada. Solo importaba ese amor prohibido, pecaminoso y mal visto.
Se vieron en una reunión de negocios y a pesar del tiempo, de los cambios físicos y de la madurez de sus rostros, se reconocieron al primer instante.
Y ahora estaban ahí, haciendo el amor como hacía tiempo no lo hacían. Minseok cabalgando encima de Luhan, sintiendo el miembro del chino entrar y salir de su entrada. Luhan cogía las caderas de Minseok ayudándole con la penetración, gimiendo su nombre, sintiéndole.
Era la segunda ronda, la segunda de muchas otras.
Se besaron, se tocaron y se amaron y, al día siguiente, se dieron sus teléfonos.
Una vez, prometieron amarse para toda la vida, pero no se cumplió; luego, prometieron olvidarse y centrar sus vidas solamente en sus futuras esposas, tampoco se cumplió; pero a la tercera va la vencida y, esta vez sí, cumplirían la promesa de amarse aunque estuviera mal.
Porque Luhan y Minseok se amaban y ¿Saben qué? Sabiendo que lo que estaban haciendo estaba mal, que estaban siendo egoístas y malos con sus esposas, no les importaba porque su amor, prohibido, pecaminoso y malvado, era sabroso.
Ya saben, lo prohibido tiene un sabor especial y ellos lo habían probado durante mucho tiempo… Y lo seguirían probando en lo que quedara de sus vidas.