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Mundo I: entre robos y sombras. por Hon no inku to tsuki no hana

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Notas del capitulo: Bueno, empezaré de nuevo la serie de mi Ooc, pero esta vez a lo grande, por lo que espero que le guste a más gente.
espero que os guste.
si teneís alguna duda sentíos libres de mandarme un review o si quereís saber más sobre nosotros podeís pasar por nuestra página de facebook:
https://www.facebook.com/Hon-no-inku-to-tsuki-no-hana-420147944835116/?ref=hl
ossu!!
-Ezequiel-
Las alarmas sonaban de una manera ruidosa y estridente, avisando de que un supuesto ladrón había conseguido robar delante de sus narices la tan preciada joya que custodiaban con tanto esmero los policías bajo el mando de Hacamari, que gritaba de un lado a otro del enorme museo en el que se encontraban.
Justo cuando llegó a la azotea, supuestamente acorralado por la fila de policías, mientras el aire agitaba su pulcra chaqueta blanca que descansaba sobre sus hombros, sujetada por una simple cadena dorada. Sonrió satisfactoriamente, haciendo reventar de rabia al inspector, que dio la orden de atraparlo, pero éste se adelantó y desapareció literalmente de su vista. Todos intentaban buscarlo con la mirada. No es que fuera muy difícil buscar un traje completamente blanco y dorado en una inmensa oscura noche, pero nadie lo encontró. De la nada, se escuchó echarse el pestillo echarse desde el interior del edificio, específicamente cierta puerta que era la única que daba a la azotea y que sólo se habría desde su interior. El inspector gritaba por todo lo alto, siendo escuchado por todos sus compañeros, que parecían incluso desilusionados por el hecho de que haya aparecido otro ladrón que según ellos podía igualar a Kaito kid. De la nada, cayó una carta encima de sus cabezas, que al leerla, El llamado Ginzo la quiso destrozar en miles de pedacitos, pero eso significaba que perdería una importante pista del próximo robo de ese nuevo ladrón.
Al día siguiente, el anuncio del próximo ataque se anunciaba por la televisión, siendo escuchados atentamente por cierto ladrón retado y un pequeño detective curioso por el mensaje oculto.

x10;Cuando el día y la noche coincidan
Y el fragante olor de los geranios
Acompañe a las voladoras hijas de los panaderos,
Competiré
Con el ladrón de la blanca luna
Por la incomparable lágrima ambarina
Atrapada en una enredadera de albinas hojas
Al sonido de las doce melodías
Con una ilusión más
Que nadie descifrará.
Atte., Kami daiyaru x11;

Para la suerte de Kaito, que se encontraba como siempre, viendo las noticias en el teléfono en medio de la clase, entendió parte del mensaje, dicho en otras palabras, ese nuevo “ilusionista” quería competir con él por esa joya.
Sonrió de soslayo. Si él quería retarle, que lo rete. De una manera u otra, le ganaría. Kaito Kid no se rebajaría tanto como para que un novato le ganara.
Esa misma tarde, Conan daba ideas de lo que podría significar el mensaje a los que se suponían que eran los que cuidaban de él, o mejor dicho, se lo decía discretamente.
-x10;Cuando el día y la noche coincidan y el fragante olor de los geranios acompañe a las voladoras hijas de los panaderos […]- repetía en voz alta Kogoro, sin tener la remota idea de qué quería decir con eso- ¿qué son, ladrones o poetas? ¡No hay manera de que alguien sepa qué significa esto!
En ese justo momento, el niño, que cuando el detective estaba distraído leyendo, se había posicionado encima suya, para así poder leer mejor el mensaje. Obviamente, cuando Mouri lo vió, se lo quitó de encima, no sin antes darle un buen golpe en la cabeza y gritarle que eso no eran cosas de niños.
Ran, que según el padre que consentía mocho a Conan, le regañó por haber hecho tal acto, mientras que él pensaba una manera de decirle que significa eso.
-Ran-neechan, ¿no podría referirse al equinoccio de primavera?
-¿por qué crees eso, Conan?
- Porque ese día es cuando la noche y el día tardan 12 horas exactas ¿no? Además, “los panaderos” es otra forma de decir los dientes de león, que comienzan a sembrar en marzo. Lo he leído en un libro.
- Sí, podría ser ese día. ¿No, papá?
- ¿ha?... eh… s-sí, es cierto, seguramente es ese día. ¡Yo tenía una corazonada de que era ese día!
Y con esa mentira dicha, empezó a reírse de manera estruendosa. Ciertamente, Kogoro era un completo desastre como detective.
- el ladrón de la blanca luna…-musitó por lo bajo la chica.- Tal vez se refiere a que está retando a Kaito kid, pero… la incomparable lágrima ambarina atrapada en una enredadera de albinas hojas… ¿a qué joya se referirá?
Dejando un incómodo silencio después de decir eso, se escuchaba e fondo la voz de la mujer de las noticias, dando como no, las noticias.
-dejando de lado al nuevo anuncio de otro robo, esta semana se expondrá en el museo nacional de Tokio el exclusivo collar L´incomparable protagonizada por un hermoso diamante amarillo de 407 quilates en forma de gota y acompañado por 90 pequeños diamantes blancos sobre una base de platino en forma de enredadera sobre la joya anteriormente mencionada […]
-¡eso es! ¡Con la lágrima se refiere a la forma del diamante amarillo y las hojas son los otro diamantes más pequeños y –gritó de una manera sorprendente el pequeño, dando completamente en el clavo
- y las doce melodía son las doce campanadas de la catedral Santa María! –Completó Ran.- ¡ahora que hemos resuelto el mensaje, podremos cogerlos!
Y con esa idea en la cabeza, el trío fue a cierto inspector para avisarle.
Pasaron los días, mientras el ladrón de guante blanco se ocupaba de prepararse para el próximo show y el pequeño detective se preparaba para intentar encerrar a ambos en la cárcel en ese sorpresivo ataque, dando al día, o más bien noche, en que ocurriría todo.
El cielo estaba completamente estrellado, mientras que la luna se situaba justo en el centro del oscuro escenario donde se libraría la batalla entre un ilusionista y un mago. Faltaban sólo cinco minutos para la fecha acordada y la policía estaba concentrada tanto en su interior, como exterior del famoso museo.
Se notaban los nervios fueras a donde fueras, entre las aclamaciones de la gente que espera la llegada del tan famoso mago. Quedan tres minutos. Nakamori, que creía tener la corazonada de que esta vez atraparía ambos ladrones, pulsó un interruptor que cerraba automáticamente todas las cerraduras eléctricas que formaban un círculo alrededor del cristal extra-ancho, que en su interior se encontraba la tan preciosa joya que robarían. Queda un minuto. Conan aprovecha que Ran está distraída y se marcha fuera de su vista, corriendo por los pasillos a saber dónde.
Es la hora. Justo en el segundo cuando empiezan a sonar las doce campanadas, una luz como las de los espectáculos alumbró la punta de la cúpula central del edificio, haciendo ver cómo aparecían los culpables del alboroto que formaron los espectadores al verlos.
Arriba, en la parte más alta de ese increíble edificio, se encontraba el ladrón blanco, a la vez que hacía una reverencia al público mientras que, abajo, se encontraba el otro chico sentado en el bordillo con las piernas cruzadas y sosteniendo una rosa blanca.
-¡Ladies and Gentlemen! –comenzó a hablar Kaito, a la vez que cogía del borde de su capa para alzarla.-Hoy les presentaré un gran espectáculo para vosotros; compitiendo contra el ladrón que me retó, Kami Daiyaru, hoy robaré el collar L´incomparable con grandiosos trucos de magia.
-pareces muy seguro de ti mismo, Kaito kid.-afirmó, haciéndose notar aquel extraño sujeto.
-“¿desde cuándo está ahí? Kaito, cara de póker, cara de póker.”-Se decía a sí mismo al notar cierto ladrón.
-Bueno, tal vez puede que sea yo el que robe la joya y no tú. Ciertamente, tú llevas mucho más tiempo ante este tipo de escenario, pero quién sabe si la suerte del principiante me acompañará.
-¿y a qué esperamos para comprobarlo?
Y dicho eso, Kami Daiyaru sopló en la rosa, haciendo que millones de pétalos los envolvieran y desaparecieran de delante de los espectadores.
Nakamori junto a Kogoro y varios policías rodeando la joya se encontraban literalmente, con los ojos bien abiertos para atrapar a los culpables de que se encontraran en ese preciso momento allí, hasta que de la nada, se apagaron todas las luces.
-¡Por nada en el mundo, os separeís de la joya! ¡Kaito Kid y el otro intentarán robarla de todas las formas posibles!-gritaba el inspector, desesperado por que sea ese el día en el que libre a Japón de ese maldito ladrón.
-“¿Kaito Kid y el otro?” eso es muy hiriente, inspector Nakamori.-se escuchó decir desde su espalda el anteriormente mencionado, concretamente encima del cristal, con una sonrisa de lado a lado.-Pero, ¿acaso sabe cuál es la diferencia entre “mago” e “ilusionista”? No, ¿verdad? Mucha gente se confunde, pero no son lo mismo. Atiende, por favor. Los magos hacen magia, no ilusiones, que es lo que hago yo. Entonces, ¿cómo diferenciamos una cosa de otra? Es muy sencillo, se sabe por la pregunta que se hace uno con cada tipo; con los magos se preguntan “¿Con qué me sorprenderá nuevamente?” pero con los ilusionistas es “¿Lo que veo es real o no?” Por ende, Inspectores, les haré una sencilla pregunta.-Terminó de explicar, dando una pausa para intrigar a todos los que se encontraban allí, que al parecer no se podían mover porque había una especie de hilos enganchándolos.-Esta joya y yo,-Se agachó sensualmente, intruduciendo su mano por el cristal. Al parecer, su mano estaba traspasando esa barrera, hasta coger entre sus manos la tan preciada joya.-¿somos reales o no?
En el preciso momento en el que el chico dejó de articular la pregunta, apareció nuevamente pétalos de rosas que lo envolvieron y las cuerdas que ataban a los agentes desapareciendo, dejando que ellos intentaran ir por él libremente, topándose con uno trozo de papel continuo detrás del pedestal. Aun descorcertados por lo ocurrido, miraron que en su interior seguía el trofeo de aquella competición.
-¡Rápido, ábranlo!-gritó Kogoro desesperado, cogiendo lo primero que había en su interior, que no era nada más y nada menos que la mano de Kid sobre el collar L´incomparable. Sorprendido, soltó aquello que se movía haciendo que el mago aprovechase ese momento de confusión para salir de su escondrijo y desaparecer con un “poof” rosa- ¡Es Kaito Kid! ¡Se lleva el collar!
Y mientras todas las personas del edificio le perseguían costosamente, el ladrón se metió dentro de un balcón para salir de él con su ala delta, cosa que todos lo confundieron por el real, cuando sólo era un muñeco dirigido desde el verdadero en la azotea, que sonreía victorioso levantando la joya de sus manos de arriba abajo.
-Parece ser que esta vez no tuviste suerte, Kami Daiyaru.
-¿estás seguro de ello?-formuló el mencionado desde la cúpula.
Kaito lo miró extrañado.
-Lo dije antes, la pregunta hacia los ilusionista era “¿Lo que veo es real o no?”
El pelirrojo alzó su mano, que al parecer brillaba algo con intensidad. Era L’incomparable.
El mago miró en su mano y se encontró un trozo de papel que ponía “gané”.
-“¿Cuándo?”
-¿ves, pequeño detective Conan? Ni el mismísimo Kaito Kid es perfecto.
De repente, una pelota salió volando directamente hasta Kami Daiyaru, pero éste, cuando estaba a punto de darle, dio un suave suspiro e hizo que el balón se convirtiera en pétalos y palomas.
-tristemente, a pesar de que la noche es joven, he de irme. Todavía es demasiado pronto para que me captures, pequeño detective-chan.
Y desapareciendo de la vista, dejando como sustituto un pequeño paquete en paracaídas que bajaba en dirección al pequeño, haciendo que Kaito aprovechara esa oportunidad para escaparse de su robo fallido.
Dentro de la caja se encontraba el collar y un papel.
“En la plenitud de la noche
Del cuarto mes
Derrotaré
Al ladrón de blanco
Por la joya marina
De la familia Wittelsbach.
Esperaré con ansias
Tu próximo truco.
Atte. Kami Daiyaru”
Notas finales: gracias por leer!!!!
ciao!!
-Ela-

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