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Blue Tomorrow (feat. Kangin) por lunafang

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Notas del capitulo:

Esta vez la canción relacionada con este maravilloso capítulo es One confession de At Gwanghwamun, el primir miniálbum de Kyuhyun:

https://www.youtube.com/watch?v=Xwu2b33YTEs

Te amo tanto que tengo que esconder esas palabras… Te amo

-          Nunca me dijiste en qué trabajas –manifestó Kangin con el ceño fruncido.

-          Tampoco me lo preguntaste antes, Youngwoon –le sonrió con inocencia Donghae–. Además preferiría no decírtelo. No se trata de un trabajo al que todos ven con buenos ojos.

Ambos estaban desayunando en el departamento del mayor una tranquila mañana de sábado de principio de noviembre. Si bien Kangin había planeado dormir gran parte del día después de una abrumadora semana de trabajo, recibir una visita sorpresa de Donghae lo alegró profundamente. En un instante preparó una gran jarra de café negro y rebuscó en la alacena algunas galletas de vainilla para tener un desayuno decente que ofrecerle. Su reciente amistad con su nuevo primo fue un hecho que nunca se atrevió a imaginar luego de conocerse en la boda de su tío, ya que apenas mantenía una relación cordial con Jongwoon. Empero la compañía de Donghae fue muy agradable en el transcurso de las últimas semanas y se había abierto ante él como si se conocieran de toda la vida. Había sido demasiado sencillo para los dos volverse amigos a pesar de tener personalidades muy diferentes. Por esto es que Kangin no había notado el hecho de que Donghae callara su trabajo durante todo ese tiempo.

-          En cuanto no se trate de algo como matar por encargo, no tengo ningún problema con ello –decidió recurrir a una broma estúpida, ya que el delirio místico en el que estaba sumida la pareja era una gran caja de pandora que debía ser tratada como una mina a punto de explotar.

-          No, no es ilegal... no al menos desde mi punto de vista. En realidad trabajo en equipo con Yesung. Es una forma de ayudar a las personas desesperadas, una forma de sanación poco reconocida.

-          ¿Cómo una especie de medicina alternativa? ¿Se trata de algo así como el reiki?

-          Bastante cerca, aunque no entra en el campo de la medicina, ni siquiera de la alternativa. Es un ámbito más bien profundamente emocional y espiritual. Trabajamos con una opción, ¿cómo decírtelo?... una opción diferente que puede tanto brindarles una solución como crearles otro problema. No es una opción que se pueda recomendar a todo el mundo –describió lentamente sin perder su sonrisa.

-          ¿Acaso venden drogas? –bufó con molestia tras escuchar la rara perorata, aunque sólo provocó que Donghae soltara una ruidosa carcajada.

-          No, Youngwoon. Vendemos ilusiones.

Aquella respuesta tomó desprevenido a Kangin, quien no pudo encontrarle sentido a la simple oración. Dos palabras. Vendemos ilusiones. ¿Qué significa exactamente vender ilusiones? Frunció el ceño de tal forma que creía que las marcas no desaparecerían jamás y trató de pensar en la vida que llevaba Jongwoon anteriormente, cuando todavía no se había alejado de su familia y tenían una relación semiamistosa. Unas cuantas veces lo encontró en situaciones extrañas en las que las personas que lo acompañaban estaban extremadamente exaltadas. Algunos lloraban de forma desconsolada, otros parecían capaces de molerlo a golpes por la furia que los invadía y unos pocos se mostraban sumergidos en una felicidad quisquillosa. El único rasgo en común que los podría relacionar era el hecho de hablar incoherencias. Sin embargo ninguno de los dos primos hizo el intento de aclarar siquiera una de las absurdas situaciones. Ahora Kangin se arrepentía de no inmiscuirse en el asunto durante aquella época.

-          Déjame que te explique –volvió a hablar Donghae con lentitud luego de unos minutos de silencio–. Imagina que una persona tiene un problema que no lo deja continuar con su vida de forma amena, cualquiera sea el problema. Nosotros le vendemos a esa persona una ilusión que dura un día. Durante ese día tiene el poder para intentar solucionar su problema del mejor modo que se le ocurra. Luego, al día siguiente, todo volverá a la normalidad. Eso puede servirles para tener una idea de cómo enfrentar realmente su problema, como una especie de prueba y error que sólo tú conoces.

-          ¿Hablas en serio? –preguntó el muchacho con los ojos bien abiertos–. Pero, espera… ¿cómo…?

-          Sé que es un poco complicado de entender y realmente prefiero no darte detalles sobre esto. Como te dije, puede ser tanto una solución como un nuevo problema. Sólo quienes son fuertes acaban recibiendo un beneficio.

-          ¿Y cómo saben quienes son fuertes?

-          Lo descubrimos cuando se acabó la ilusión y pudieron enfrentarse con la realidad.

El sonido de una persona inoportuna tocando la puerta dio por finalizada la charla de forma abrupta. Donghae se llevó una galleta a la boca y se chupó el dedo índice con la mirada perdida en el suelo sucio, como si no supiera el grado de interés que suscitó en Kangin con sus palabras. Había muchas preguntas que el mayor quería hacerle sobre la dichosa ilusión, pero el constante ruido del timbre chillando una y otra vez le impidió expresarlas. Así que con desgana tuvo que caminar los pocos metros que lo separaban de la entrada. Casi se le escapó el aire de los pulmones cuando, al abrir la puerta, se encontró con Siwon, el dueño de sus pensamientos. Su amigo moreno le regaló su hermosa sonrisa con hoyuelos antes de darle un abrazo.

-          Hola, Kangin hyung. ¿Cómo estás? –dijo luego de separarse y entrar al departamento.

-          Bien. Lo normal –encogió los hombros de forma automática, intentando que no se notara su repentino aturdimiento. Normalmente habría saboreado aquel momento, pero su mente continuaba rememorando la reciente conversación con el castaño e imaginando lo que podría pasar si decidiera tener una ilusión con su amigo.

-          Buenos días, Siwon hyungnim –saludó Donghae desde su lugar.

-          Buenos días, Donghae –esta vez el rostro de Siwon se volvió rígido y su voz sonó seca, sin un atisbo de su anterior estado.

-          Creo que será mejor que me vaya –expresó el castaño sin perder su sonrisa mientras se levantaba de la silla y se acercaba a los dos mayores–. Yesung debe estar esperándome para hacer la limpieza en nuestra casa. Es difícil mantener las buenas vibras por mucho tiempo.

-          No, no te vayas, Donghae. Quédate un poco más –rezongó Kangin en actitud infantil, consiguiendo que Siwon se sorprendiera y Donghae ampliara su sonrisa.

-          Realmente es necesario hacer limpieza –habló del mismo modo en que una maestra jardinera se dirige a uno de sus alumnos traviesos–. Mucha gente visita nuestra casa para hacernos consultas, así que debemos hacer limpieza seguido si queremos permanecer en armonía. Demasiadas emociones externas quedan flotando en el lugar después de que las personas se marchan. Adiós.

Hizo una corta reverencia dirigida a Siwon, pero luego se acercó a Kangin y le dio un beso en la mejilla. Rápidamente se puso sus zapatos negros y se marchó, recibiendo otra mirada dura de Siwon mientras este se descalzaba. Kangin observó la escueta escena con confusión. No era la primera vez que notaba la hostilidad de su amigo hacia su primo. Sin embargo había creído que sólo era cuestión de tiempo para que se mostrara ante él como el hombre simpático y amigable que era con todo el mundo. Tal vez había encontrado a la primera persona a la que Siwon no estaba interesado en hacer el esfuerzo de caerle bien, aunque no estaba realmente seguro del motivo de su desagrado.

-          Si sigues viéndote con Donghae, voy a comenzar a creer que quieres reemplazarme por un dongsaeng más joven, Kangin hyung –dijo el moreno tras sentarse en el sofá negro de cuero que estaba a tres pasos de la mesa donde antes compartieron el desayuno los dos primos.

-          No seas exagerado, Masi –le sonrió Kangin mientras se sentaba a su lado sin dejar espacio entre ellos–. No podría reemplazar tu enorme trasero con nadie, ni siquiera con Donghae. Sólo quiero llevarme bien con uno de los pocos cuerdos de mi familia.

-          ¿Cuerdo? –rió con diversión– Acaba de decirnos de tiene que limpiar su casa para mantener las buenas vibras. ¿Dónde encuentras lo cuerdo en eso?

-          Es que… ya conoces a Jongwoon. Siempre se sintió fascinado por lo espiritual. Y Donghae, en ese aspecto, es igual a él. A veces me sorprende cómo es que parecen que tienen un mismo discurso.

-          Sólo hay una pequeña diferencia –exclamó con seriedad para luego sonreír con burla–. Jongwoon parece un psicópata y Donghae, un integrante de una secta.

-          Ey. No es bueno hablar de personas que no están presentes –expresó enojado debido a su broma–. No tienes ningún motivo para hacerlo. Son mis familiares, no los tuyos. Además a ti no te gustaría saber que otras personas hablan a tus espaldas.

-          ¿Desde cuándo tienes esa postura, Kangin? Muchas veces hablaste sobre lo desquiciante que es Jongwoon. Por algo dejaste de verlo hace años –se defendió sin mostrarse ofendido por la llamada de atención–. De todas formas, puedes elegir un nuevo tema de conversación si este te desagrada.

-          Me gustaría saber el motivo de tu visita, ya que nunca vienes aquí los fines de semana, salvo cuando vamos juntos a una discoteca en la noche –frunció el ceño con enfado.

-          ¿Qué pasa, Kangin? ¿no puedo venir a ver a mi mejor amigo porque lo extraño y deseo tener su compañía? –exclamó con voz melosa al abrazarlo por los hombros y tumbarse encima suyo sobre el asiento del sillón.

-          Ya basta, Masi –protestó Kangin con un hilo de voz. Sus ojos se agrandaron por la sorpresa de tenerlo a horcajadas suyo.

Entonces Siwon metió sus manos bajo la remera de su amigo y comenzó a hacerle cosquillas a lo largo y ancho de su trabajado torso, a sabiendas de que lo tendría destornillándose de risa en menos de un segundo. Aquel era sólo uno de los pocos juegos que continuaban haciendo entre ellos a pesar de que ya no se encontraban en una edad apropiada para eso. Kangin ni siquiera intentó reprimir las carcajadas asfixiadas que salían de su boca debido a los bruscos toques del moreno. Escuchaba que este le decía algunas palabras mientras lo torturaba, pero no podía entenderlas. Seguramente se trataban de las mismas frases de amistad que Kangin siempre creía encontrar un doble sentido, así que prefería no oírlas. Por desgracia Siwon tuvo que detenerse unos minutos después al notar cómo la piel de cuello y rostro del mayor se volvía colorada debido a la falta de aire.

-          ¡Cómo envejeciste, hyung! Ya no soportas ni un ataque de cosquillas –sonrió socarronamente el moreno mientras ayudaba a Kangin a incorporarse en su lugar.

-          No digas tonterías, que todavía soy joven. Aún no llego a los treinta –se quejó con la respiración agitada sin poder mantener la mirada en un punto fijo. Con un movimiento pesado se dejó caer contra el respaldar del sillón.

-          Sí, puedo verlo –le dio un beso en la mejilla y lo abrazó colocando un solo brazo sobre los hombros del mayor para permanecer unidos–. Sigues siendo el mismo niño grandulón y malhumorado al que todos temían por sus movimientos de judo, pero que en el fondo es más blando que un chocolate derretido.

-          ¡Miren quién habla! Tú también eres un blandengue –apoyó su cabeza contra el espacio entre el hombro y el cuello del moreno. Le agradaba estar así, aunque fueran sólo unos minutos. Aquello era suficiente para sentir el acelerado latido de su corazón, que no tenía ninguna relación con la actividad reciente.

-          Nunca dije lo contrario. Fue tu idea llamarme Masi –le recordó con una sonrisa infantil.

-          ¿A qué viniste, Siwon? –volvió a preguntar Kangin, esta vez en voz baja y sin emoción, como un suspiro repentino.

-          Pues estuve pensando en hacerle una despedida de soltero a Sungmin antes de la ceremonia del próximo mes –le contó sin rodeos.

-          Va a comprometerse, no a casarse –rió brevemente–. No tiene sentido hacerle una despedida de soltero ahora. Podrían pasar años antes del casamiento.

-          Eso lo dices por celos –bajó un poco su brazo para frotar el costado del mayor.

-          ¿Qué celos? –murmuró con los ojos cerrados.

-          Porque sabes que haríamos la despedida en algún lugar con un show de mujeres strippers y tú te aburrirías. O peor, te asustarías y huirías –ambos se rieron al imaginar la escena, una visión no muy lejana a lo ocurrido varios años atrás.

-          Me ganan los hetero en número. Eso siempre lo supe –fingió enojarse, aunque en ningún momento hizo el amago de separarse de su amigo.

-          A veces creo que te molesta… ser el único gay en el grupo –comentó el moreno con un tono de duda en la voz.

-          Tampoco voy a obligarlos a ir a un lugar gay sólo por mí. Sería incómodo para todos. Estoy feliz de que me acepten… y eso es suficiente para mí.

-          Aun así, a veces parece que…

-          ¿Qué? Oye, espera… ¿porqué estamos hablando de esto ahora? –decidió dar por terminado ese asunto, aunque estaba agradecido de que Siwon no intentara alejarlo mientras conversaban sobre aquello– Dijiste de hacerle una despedida a Sungmin. ¿Hablaste con él?

-          Se supone que es sorpresa. Todavía no se los dije a todos, sólo a ti y a Heechul. Pensé en avisarles a Shindong y Leeteuk cuando tuviera una idea más concreta. Ya sabes lo difícil que es planear algo con tantas cabezas juntas.

-          Tantas cabezas vacías y aún así es imposible dominarlas –bromeó.

-          No estés tan seguro. Parece que Heechul finalmente encontró a alguien que sabe cómo dominarlo –esta vez habló con seriedad el moreno.

-          ¿Quién? ¿Sohee? Sólo es una niña –le discutió con voz perezosa–. Esto no va a terminar bien cuando la deje de lado dentro de un tiempo.

-          Sin embargo, yo lo veo a Chul más centrado desde que sale con ella. Creo que de verdad le importa. El otro día mencionó algo sobre que le gustaría vivir con Sohee. Ya llevan juntos un par de meses, que es más de lo que dura una relación normal de Heechul.

-          Está loco. Es un pedófilo.

-          El amor nos vuelve locos. Rompe con todas las barreras, incluida la de la edad –dijo con el entusiasmo que se siente al recitar la frase de su película favorita, aunque en realidad la acabara de inventar.

-          No lo sé, Siwon. Nunca estuve con alguien que realmente me importara. Nunca… nunca me la jugué por amor… y tampoco nadie se la jugó por mí –carraspeó con fuerza para quitarse el nudo que se le formó en la garganta al decir la última oración.

-          No hables de esa forma, Kangin. Suenas muy melancólico –volvió a bromear, esta vez dándole leves palmadas en la cintura, como si estuviera haciendo un látigo de amor.

-          Eso es porque no tienes idea de las cosas que decías luego de terminar tu relación con Hyoyeon –contraatacó con un suave codazo.

-          ¿Por qué siempre me repiten lo mismo? –rió con vergüenza a la que vez continuaban forcejeando débilmente– Tampoco es como si hubiera...

-          Parecía que en cualquier momento te cortarías las venas. Apenas podíamos dejarte solo.

-          Son unos exagerados. Estaba triste porque fue mi primera relación seria. Hace tiempo que lo superé.

-          Primera y última –dijo en un murmullo rápido que Siwon escuchó con claridad. Así fue como nuevamente se encontraron ambos inmersos en una sesión tortuosa de cosquillas.

Notas finales:

Muchas gracias a Eros por ser mi primer comentario. Lamento haberte tardado tanto en actualizar, pero estuve desde el sábado sin internet en mi casa y con el capítulo listo.

Espero que les gustara este nuevo capítulo y me dejen su opinión en un comentario. Acepto todas las críticas.


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