Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi dulce ángel por Princesa de los Saiyajin

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Saludos a todos mis lectores!

Quisiera dar un aviso: busco traductores para mi fic “Cupido me hace bullying”, ya que me pidieron que lo traduciera al inglés algunos lectores y no soy buena en ese idioma. Si alguien puede o conoce a alguien, favor de contactarse conmigo para acordar términos. Gracias.

 

Sólo les recuerdo que el cap pasado Goku profanó la tumba de Veggie. Bye.

18

Razones

 

 

—Era obvio...—soltó un largo suspiro. Había retenido el aire por mucho tiempo debido al nerviosismo.

     Y es que en esa caja sí había algo dentro, pero no aquello que le aterraba. El hecho de que el cuerpo de Vegeta no estuviera ahí significaba sólo una cosa: seguía con vida y era quien se hacía llamar Gotenks.

     Sacó su teléfono y tomó una fotografía. Luego volvió a guardarlo. Goku observó unos segundos el interior, estaba adentro un sobre plástico transparente con varios papeles dentro. Con ayuda de la navaja pudo quitar el sello de los bordes del vidrio y lo retiró con cuidado de no cortar sus dedos. Tomó el sobre y lo guardó en la mochila.

     Se puso de pie y empezó a dejar el lugar como estaba cuando llegó. Volvió a llenarla de tierra y escondió la pala y el pico dentro del estuche. Agotado por el esfuerzo físico realizado se sentó y se recargó contra la lápida, sintiendo un gran alivio y paz interna.

     Aprovechando que la lluvia se había vuelto más ligera al punto de considerarse una llovizna, sacó su celular y realizó una llamada.

     —¿Hola?

     —Hola, Trunks—saludó  con serenidad.

     —Goku, son las  cuatro de la mañana. ¿Qué pasa?—se escuchó la voz del  pelilila algo cansado.

     —Trunks, no pude resistirlo más y… fui a la tumba de Vegeta… Me fugué de la escuela.

     —¿¡Qué!? Goku, dime que no cometiste una tontería...—notó su nerviosismo.

     —La cometí—empezó a reír sintiendo cómo las lágrimas caían de su rostro—. Estoy en paz, Trunks. Te enviaré lo que encontré.

    

***

 

Trunks se encontraba durmiendo tranquilamente con el cuerpo de su novio entre sus brazos. Hasta que su celular vibrando debajo de su almohada lo despertó. Al ver el nombre de la persona que lo llamaba se levantó cuidadosamente para no despertar a Goten y salió de la habitación. Se alejó lo suficiente de la puerta para poder responder.

     —¿Hola?—preguntó.

     —Hola, Trunks—la voz del pelinegro se oía serena, sin embargo el sonido de la lluvia de fondo lo hizo imaginar algo malo.

     —Goku, son las cuatro de la mañana. ¿Qué pasa?—se sentía tan agotado, el trabajo acumulado lo estaba dejando sin tiempo suficiente para dormir.

     —Trunks, no pude resistirlo más y… fui a la tumba de Vegeta… Me fugué de la escuela—el pelilila sintió que casi se  le paraba el corazón al oír las palabras del pelinegro.

     —¡¿Qué!? Goku, dime que no cometiste una tontería...—en esos momentos temía lo peor.

     —La cometí—pudo escuchar algunas risas—. Estoy en paz, Trunks. Te enviaré lo que encontré…

     La llamada finalizó. Trunks recibió un mensaje, y al abrirlo se llevó una gran sorpresa. Era una fotografía de una lápida con el nombre de Vegeta, y la caja abierta. Pero, aliviando su cuerpo, estaba vacía. Eso quería decir muchas cosas. Volvió a llamar a Goku, siendo contestado al instante.

     —Goku, ¿cómo te sientes?—oyó un suspiro.

     —Tranquilo… Saber que Vegeta está con vida me hace sentir bien… Aunque encontré papeles dentro  de la tumba—Trunks tragó saliva después de analizar todas las posibilidades.

     —Goku, quiero que me envíes tu ubicación. Enviaré un taxi para que vaya por ti. Iremos a la Corporación Cápsula a analizar lo que encontraste, y si no te molesta creo prudente el avisarle a Gogeta… Merece saber las conclusiones…

     —Está bien, Trunks. ¿Pero por qué en la empresa?

     —Ahí vivo… Tendremos acceso a gran tecnología para hacer investigaciones de ser necesario y podremos comer algo. ¿Te parece?

     —Sí, está bien… Y, Trunks… muchas gracias.

     El Son colgó y le envió su ubicación. Trunks la reenvió a uno de sus empleados para que hiciera su trabajo yendo por él, explicándole las características del pelinegro. Dio un largo suspiro y volvió a su habitación. Movió el cuerpo del menor para que despertara.

     —¿Trunks?dio un pequeño bostezo y talló su ojo con su puño—. ¿Qué pasa?

     —Tengo que irme de urgencia a la Corporación, habrá una junta a primera hora y necesito ordenar unos documentos allá. Goku me acompañará como reemplazo de Black—el menor se  abrazó a su cuello.

     —¡Quiero ir!—se quejó.

     —Gotenks se quedará solo… Necesitará compañía, ¿no crees?—el pelinegro asintió débilmente—. Y no hay nadie mejor que tú para que se divierta. Mañana hay entrenamiento de baloncesto, así que diviértanse demasiado, ¿sí?

     —¡Sí!—unió sus labios con los del mayor.

     —Anda, duerme otra vez—el menor se recostó nuevamente y, con ayuda de las caricias del mayor, no tardó en quedarse dormido.

     El pelilila se cambió y tomó sus llaves, maletín y cartera. Besó la frente de su novio y salió de la habitación. Tenía algo importante que hacer, así que lo efectuó rápidamente y siguió su objetivo. Caminó hasta el último piso para ver al pelirrojo y hacerle saber la situación de Goku y lo encontrado en la tumba.

     Estando frente a la puerta tocó con su puño esperando que abriera. Al hacerlo lo notó sumamente cansado, casi cayéndose de lado y con sus ojos entrecerrados por el sueño.

     —¿Trunks? ¿Qué pasa?—dio un bostezo—. ¿Ocurrió algo malo?

     —Goku se fugó y fue a la tumba de Vegeta—esto pareció quitarle el sueño al adulto.

     —Trunks, ¿acaso él…?

     —Sí, lo hizo—mostró una imagen en su celular—. Había papeles, no un cuerpo.

     —Me imagino que los investigarás—el menor asintió—. ¿Debo estar presente?

     —Eso es decisión tuya, yo recomendaría que sí para ayudarnos a armar todas las piezas del rompecabezas y…

     —Gog, ¿quién es?—se escuchó la voz de alguien dentro que después se asomó por debajo del brazo del  pelirrojo—. ¿Quién eres tú?—preguntó viendo al pelilila con molestia.

    —Mi nombre es Trunks Brief—volvió a ver al adulto—. No sabía que habías superado al fin lo sucedido.

     —Tenía la felicidad conmigo y no lo sabía—abrazó a Vegetto—. ¿Debemos irnos ya?

     —Un taxi  espera abajo.

     —De acuerdo, deja me visto y salgo…

     —¡Exijo saber de qué hablan!—dijo el menor—. Escuché que dijeron que Vegeta tenía algo que ver.

     —¿Lo sabe?—preguntó seriamente el pelilila.

     —Algunas cosas…

     —¿Cómo que”algunas”?—reclamó el peliazul.

    —Te explico cuando vuelva…

     —¡Exijo que me lleven!

     —No te llevaré—dijo seriamente el de ojos turquesas.

     —¡Gogeta!—miró con una especie de puchero a su  novio, quien sólo atinó a suspirar y ver con súplica al joven genio.

     —Trunks, por favor… Además, Vegeta se lleva bien con él y pasan mucho tiempo juntos…

     —Siempre y cuando no  interrumpa...—dio media vuelta—. Los espero aquí afuera.

     Trunks se dispuso a esperar que se vistieran. La actitud del peliazul era de alguien caprichoso y terco, notó perfectamente cómo trataba de convencer a  Gogeta de que abogara por él y lo convenciera de llevarlo. En cierto modo le recordó a Goten, ambos poseían actitud infantil a la hora de querer salirse con la suya y persuadir a los adultos; la diferencia era que ese chico se veía más caprichoso, lo cual seguramente le causaría una migraña.

     —Ya—avisó el pelirrojo saliendo de su  habitación. Atrás venía el peliazul, quien también se había cambiado de ropa.

     Comenzó a guiarlos hasta el estacionamiento. Ahí pasó una credencial por el lector y el seguro de la puerta que daba a la calle se desbloqueó. Salieron y procuró volver a cerrar bien. Señaló un auto blanco con el logo de la Corporación Cápsula que estaba estacionado metros más adelante.    

     —Pido ir al frente—dijo el peliazul adelantándose para ganar dicho lugar.

     —Lo  siento—se disculpó el pelirrojo por el comportamiento de su novio. El pelilila poco a poco sentía cómo aquella actitud empezaba a fastidiarle.

     —Espero no dé problemas—dijo antes de subir al  asiento trasero—. Shin, a la Corporación Cápsula, por favor.

     —Sí, señor…

    —Pondré música—el chico de pendientes avisó tocando el estéreo y encendiéndolo, escogió una melodía y subió el volumen.

     Trunks frunció el ceño y cerró la escotilla que había en esa especie de pared detrás de los asientos delanteros. Desconectó las bocinas traseras y la parte de atrás quedó en completo silencio. El menor se permitió soltar aire al estar algo en paz ahora.

     —Sólo cinco minutos—empezó a decirle  al pelirrojo—. ¿Por qué no puede dejar de molestar por sólo cinco minutos?

      —Vegetto es así—dijo con una sonrisa—. Sé que parece un niño malcriado, y en realidad lo es, pero también es muy inteligente y una gran persona…

     —¿Vegetto, dices?—el más alto asintió—. No puedo creer que sea él.

     —¿De qué hablas?—preguntó confundido.

     —Tengo entendido que en el examen de admisión hubo un caso especial. Un chico no terminó de contestar el examen, básicamente había dejado en blanco a partir de la  mitad de los problemas razonados, también la sección siguiente que correspondía a geografía. Según informó la directora, se dejó el examen inconcluso a propósito, diciendo que se había aburrido y que no quería seguir ahí—tocó su tabique—. Resulta que todo lo que sí había respondido estaba correcto y fue suficiente para quedar en la escuela. Y por si fuera poco el puntaje bastó para que estuviera dentro de los diez mejores.

     —No me sorprende que se haya ido por aburrimiento, es difícil de controlar—mostró una sonrisa y miró al pelilila—. Lo cierto es que aunque parece detestable, es un gran amigo… ya verás.

     —Cambiando de tema… —miró al pelirrojo—. ¿Qué pasó para que desistieras con Vegeta?

    —Si te miento te darás cuenta, así que te diré la verdad—tragó saliva y soltó un suspiro—. Casi tuve relaciones sexuales con él, me dejó solo a mitad de una felación diciendo que yo no era Goku.

     —Entiendo—cerró los ojos—. Escucha, sea lo que sea que descubramos necesito que mantengan todos la calma.

     —Hablas como si algo malo pudiera pasar—el menor mordió su labio inferior.

     —Es difícil garantizar que sea Vegeta sólo porque la tumba está vacía—sonrió con ironía—. Existen los saqueadores de tumbas, los gemelos separados al nacer, la teoría de que hay seis personas en el mundo que lucen exactamente como tú…

     —Sería necesario una prueba de ADN—dedujo.

     —La cual haré esta  noche—el adulto lo miró incrédulo—. Tardé casi un mes en conseguir una pieza para una máquina que tenemos en la corporación. Era para la policía, comparaba huellas dactilares, pero se dejó inconclusa su reparación por órdenes del jefe de policía, prefirieron comprar equipo nuevo y más avanzado.

     —¿Cómo compararás sus huellas?

     —Las de Vegeta están en su diario—miró a través de la ventana—. Y las de Gotenks están en este papel—le mostró un empaque que tenía dentro un  papel con polvillo gris que dibujaba un dermatoglifo.

     —¿Cómo conseguiste eso?—aquel adolescente era aterrador en cierta manera por la forma en que deducía acertadamente las cosas y por su alcance en muchos objetos.

     —Antes de ir contigo fui con Vegeta alias Gotenks—cerró sus ojos—. Días atrás Goten confiscó la llave de la habitación de Goku, aproveché eso para sacar una copia. Con ella pude entrar a su habitación y tomar sus huellas frescas.

     —¿Quién es Goten?

     —Mi novio, primo de Goku—el pelirrojo mordió su labio inferior.

     —Trunks, ¿y si la comparación arroja resultados negativos?

     —En ese caso necesitaré que me ayudes a detener a Goku y a atarlo. Después del shock intentará dañarse por la desesperación...—miró directamente a sus ojos—. Requerirá terapia urgente, sinceramente dudo que pueda seguir su vida normal.

     —Trunks, tal vez sea fuerte y pueda aceptarlo… Tal vez incluso le dé una oportunidad a  Gotenks…

     —He observado a fondo a Goku. Tal vez no soy psicólogo, pero su comportamiento y las estadísticas dicen que así resultará.

     —Trunks… Si da un resultado negativo… miéntele—pidió tras oír las consecuencias.

     —No lo haré—cruzó sus brazos—. Porque por defender a un amigo, otro quedará destrozado por tratar de imponerle una realidad que no es suya.

     —...—suspiró—. Tienes razón.

     El auto se detuvo, el motor fue apagado y la puerta a su lado fue abierta. El chofer esperó a que bajaran para poder cerrar. Los tres se encaminaron al interior de aquel enorme lugar, Trunks se veía muy serio en su andar, mientras que Gogeta y Vegetto miraban las instalaciones con curiosidad.

     —Señor Brief, el joven Goku está en su cuarto de estudios—el empleado caminaba a su lado para informarle la situación.

     —¿Le ofreciste algo para tomar?

     —Sí, señor. ¿Gusta usted algo?

     —Gogeta, ¿prefieres café o jugo?—preguntó volteando hacia él.

     —Un café está bien—respondió llegando a su lado.

     —Bien, yo también quiero un café, llévalo allá—miró su reloj—. ¿Llevaste lo que te pedí?

     —Sí, todo está listo. ¿Necesita algo más?—el pelilila miró de reojo al peliazul, chasqueó la lengua y soltó aire—. Vegetto, si quieres algo puedes pedírselo a Kaio.

     El pelilila siguió su trayecto, mientras el adulto lo seguía. Llegaron a una habitación y  ahí estaba Goku sentado frente a una mesa. Parecía un laboratorio, tenía una  gran mesa al centro, pero había muchas más pegadas a la pared. Había grandes pantallas y computadoras, la más grande tecnología. El pelilila analizó rápidamente a Goku, se veía levemente tranquilo, como si el haber profanado aquella tumba y no haber encontrado nada calmó su alma.

     —Hola, Trunks—saludó el pelinegro cuando llegó.

     —Hola, Goku—señaló un sobre transparente manchado de lodo—. ¿Eso es lo que encontraste?

     —Sí. Hice lo que me pediste, no lo abrí porque ibas a hacer algo antes—miró a la puerta y vio que entraba un peliazul, quien se sentó sobre uno de los bancos y dio vueltas—. ¿Qué harás, Trunks?

     —Escucha, Goku. Lo que te diré a continuación es delicado y necesito que mantengas la calma en todo momento—el más alto asintó—. Independientemente de los resultados dentro de esa tumba, sólo hay una manera de comprobar si Gotenks es Vegeta.

     —Momento, ¿por qué hablan de tumbas?—preguntó el peliazul viendo a los dos amigos.

     —Después sabrás—fue la única respuesta del de ojos  turquesas—. Goku, cuando me contaste lo sucedido empecé una búsqueda de una  pieza que requería para este aparato—se acercó a una máquina con pantalla, parecía un escáner combinado con una computadora portátil—. La conseguí apenas hace dos días.

     El pelilila, con ayuda de un desarmador, abrió la coraza del aparato e instaló la tarjeta. Estuvo colocándola cuidadosamente para echarla a andar. Cuando vio que funcionaba la cerró y encendió.

     —Compara huellas dactilares—cerró los ojos—. Goku, lo que quiero decir es que, si las huellas que están en el diario son diferentes a las de Gotenks, Vegeta está muerto.

     —Pero…

     —Es la única forma de saberlo—cruzó sus  brazos y lo vio seriamente—. Es tu decisión si continúo o dejo las cosas así.

     —Yo...—mordió su labio inferior—. Hazlo.

     —¿Entiendes las consecuencias?—el mayor asintió—. Lo haré.

     Trunks tomó el diario de Vegeta, específicamente las hojas que había arrancado. En ellas se podía apreciar sangre seca, pero con ella habían quedado grabadas algunas huellas de sus dedos. Las escaneó en aquella máquina y a los  segundos apareció en  el lado izquierdo de la pantalla la huella resultante. Sacó de su bolsillo la muestra que había obtenido del pelinegro e hizo lo mismo, apareciendo la huella en el lado derecho. El aparato empezó a comparar ambos registros, para finalmente desplegar el resultado.

     —Coinciden—Goku dejó correr unas  lágrimas de alegría.

     —Era obvio… Tanta coincidencia no podía ser casualidad…

     —Señor Brief, traje lo que pidieron—se adentró el empleado a la sala de estudios—. Dos tazas de café,  le traje otra al señor Son—se acercó al peliazul—. Malteada de chocolate y pastel de fresas para usted—hizo una reverencia—. Si necesitan algo más, llámame.

      —¿Por qué le pides tus caprichos?—reclamó el joven, pero el chico empezó a degustar el postre—. Bah, mantente lejos para que no manches nada.

     —Disculpa—le dijo el pelirrojo disimuladamente.

      —Espero que sirva para mantenerlo lejos—se colocó unos guantes y abrió la bolsa. Sacó las hojas que había dentro y las pasó por el aparato—. Sólo hay un tipo de huellas aquí—mencionó el pelilila.

     —Eso significa que sólo una persona está detrás de eso—sugirió el pelirrojo.

     —O sólo una encargada del envío—aclaró el de ojos turquesa—. Les leeré lo que viene escrito aquí.

 

Proyecto Mariposa

Vegeta Saiyan, ingresó al hospital de la Ciudad del Este el día 26 de septiembre del 737. Tenía daños internos, fue inducido al coma para la ejecución del proyecto Mariposa.

El sujeto de quince años de edad presentaba heridas autoinflingidas en ambos brazos y piernas. El estudio de sangre reveló que padecía anemia.

Fue declarado muerto el 31 de septiembre del 737, se programó para que sus signos vitales dejaran de leerse a las 19:37. Los únicos testigos a partir de ese momento fueron los fundadores de este proyecto, quienes seguíamos operando como doctores y enfermeras luego del rechazo público de esta alternativa.

El cuerpo aún con vida fue aislado y los arreglos funerarios fueron planeados por parte del personal para cumplir con nuestro fin.

La identidad que se le otorgará fue de Gotenks, perteneciente al Orfanato Esperanza de la ciudad del Norte.

Las razones de su selección para este proyecto fueron los indicios de intento de suicidio presentados en su cuerpo y posibles traumatismos emocionales. Se estima la tardanza de tres semanas para desaparecer sus heridas y conseguir una amnesia inducida con posible fuga disociativa.

 

—Eso dice la primera hoja—terminó de leer. El pelinegro suspiró.

     —No entiendo nada—su estómago gruñó, así que colocó su mano en su abdomen—. Perdón, no he comido en horas.

     —Descuida—tomó su teléfono—. Pediré que traigan algo para comer, tardará alrededor de media hora, ¿está bien?

     —Sí, gracias, Trunks.

     —Ya terminé—dijo el peliazul acercándose. Colocó el plato frente a Goku, quedaba la mitad de la rebanada de pastel—. Les ayudaré.

     Goku miró con duda al pelirrojo, extrañado por la actitud del chico. Gogeta sólo sonreía tiernamente y le hizo una seña para que comiera. Vegetto había dejado a medias su preciado pastel de fresas al verlo tan hambriento, pero era demasiado orgulloso para admitirlo. El de cabellera alborotada sonrió y se dispuso a degustarlo.

      —Trunks, ¿puedo leer el resto de las hojas? No entiendo nada—pidió el pelirrojo.

     —Sí, ya terminé yo de leerlas.

     —¡¿Tan rápido?!

      —Les contaré algo confidencial, chicos—soltó aire y cerró los ojos para mantener la concentración—. He acompañado a mi abuelo los últimos tres años a las muestras científicas, una reunión anual donde los más grandes en la ciencia muestran su talento y una forma revolucionaria para cambiar al mundo… Hace dos años un grupo de tres integrantes propuso el proyecto Mariposa.

     —¿O sea que esto… en serio es real? ¿No se trata de una broma?—preguntó el adulto.

     —Me temo que no—bebió un poco de café—. El proyecto consistía en elegir a una persona  que tuviera grandes dificultades y que se necesitara, en el sentido literal, una nueva vida para salir adelante. La idea era alejarlo de  sus recuerdos para que empezara de nuevo otorgándole una nueva identidad.

     —Eso explica el término Mariposa—susurró Goku—. Realmente era un buen proyecto. Es decir, podrían ayudar a mucha gente que se encuentra desesperada.

     —Es atractivo, lo reconozco. Pero se generaría un gran dilema en cuanto a las familias. Simplemente no podrían dejar ir a alguien querido…

      —Trunks, te juro que no  te estoy entendiendo nada—dijo el pelirrojo tomándose la cabeza.

     —Es simple, Gog—el peliazul metió una paleta de caramelo en su boca—. La idea era cambiar su vida, que olvidaran todo lo que les hacía daño. Estar con su familia, o el simple hecho de estar en la misma ciudad los harían recaer en la depresión.

      —Se negaron a apoyar el proyecto por eso—el pelilila suspiró—. Debido a las insistencias se hizo una prueba experimental con una chica llamada Launch. Ella era una asesina serial, ya la habían condenado a la pena de muerte por las masacres que había hecho; la eligieron como candidata por ese detalle. Tenía varias cicatrices y tatuajes, los quitaron con un tratamiento, el cual era muy costoso y esto era una de las muchas razones por las que seguían negándose en llevarlo a cabo. Tiñeron su cabello a azul y sus ojos… la hacían llevar pupilentes como excusa de una falla retinal, inducieron una amnesia que terminó como fuga disociativa.

     —¿Fuga disociativa?—repitió Goku.

     —Dame un minuto, es una llamada de Black—pidió saliendo del laboratorio.

     —”Fuga disociativa: es una clase de amnesia en la que el individuo que la padece sufre una o más "salidas" de su personalidad de manera repentina e inesperada, es decir, que no recuerda una parte o la totalidad de su vida pasada y no sabe quién es. Ello puede dar lugar a la creación de una nueva identidad”—leyó Vegetto de su celular tras haber investigado en internet—. También dice que puede durar incluso años.

     —¿Por qué Vegeta terminaría con un problema así?—suspiró.

     —Defensa, tal vez—el de cabellera alborotada miró confundido al peliazul—. Por los intentos de suicidio—explicó.

     —Black acaba de decirme que habrá una visita de rutina aleatoria—miró con seriedad a todos—. La directora irá a habitaciones al azar, y si alguien no está por alguna razón injustificada  tendrá problemas.

      —¿Qué problemas?

     —Suspensión, incluso una expulsión si se trata de algo grave—sonrió—. Gogeta, eres un adulto. Por  tanto eres libre los fines de semana, ese día le toca guardia a otro maestro en nuestro edificio—miró al pelinegro—. Llamé a Goten y le pedí que fuera a tu habitación y se hiciera pasar por ti en caso de ser necesario, aparentando que sigues profundamente dormido—miró al peliazul—. Tu coartada es que estuviste con Black.

     —¿Y qué hay de ti, Trunks?

     —Mi abuelo me llamó urgentemente para negociar una inversión en esa escuela por parte de socios de la compañía.

     —Señor Brief—entró el empleado y empezó a servirles un buen desayuno a todos—. ¿Algo más?

     —Así estamos bien, gracias—se sentó y empezó a comer sus hotcakes—. Me quedé en el experimento Launch. Después de la fuga disociativa se comportó de una manera dulce y maternal con los niños, se veía muy diferente. Podría decirse que estaba una persona completamente distinta a la anterior—bebió jugo de naranja—. Dos meses después, tras haber visitado un lugar donde había cometido un asesinato, recordó todo. Tuvo un colapso nervioso, empezó a arañarse la piel y finalmente se suicidó. No soportó la conmoción.

      —Eso es horrible—dijo Goku—. ¿Acaso Vegeta puede terminar así?

     —Creo haberte dicho antes que sí—terminó de desayunar y dejó el plato a un lado. Sacó su laptop y empezó a investigar—. Se negaron a que se llevara a cabo el proyecto, era muy riesgoso y costaba mucho por paciente—le mostró una fotografía en la pantalla—. ¿Reconoces a alguien?

     Goku se puso a observar los múltiples rostros, tanto femeninos como masculinos, de un grupo de científicos en bata. Luego de unos segundos miró al pelilila.

     —Este señor de aquí fue el que dio la noticia de que Veg murió—señaló a un hombre calvo y bajito—. Y ella fue la enfermera que me sacó del lugar cuando le dio el supuesto paro cardiaco—siguió viendo los rostros—. Sólo recuerdo a ellos dos, nadie más me parece familiar.

     —Son Pilaf y Mai, son los del proyecto. El tercer integrante había fallecido poco después de su fracaso en un accidente de avión.

     —Trunks, ¿es posible que pueda ir con ellos para preguntarles si hay algún modo de que Veg recuerde sin  sufrir algún daño emocional?

     —Goku, puedes preguntarles. El problema está en que te respondan.

     —¿A qué te refieres?

     —Se suicidaron hace alrededor de un año. Los estaban investigando, trataron de huir y al no encontrar escapatoria se arrojó el auto de arriba de un puente con ellos dentro.

     —¿Por qué harían algo así? ¿Acaso eran criminales o..?

     —Se sospechó que ejercían la medicina en un lugar fuera de un hospital. Eso es motivo para arresto.

     —¿Pero si no era cierto?

     —Era peor lo que hacían en realidad, así que evitaron cualquier condena y ese fue el veredicto final—sonrió—. Al menos hasta que alguien saqueara la tumba y se diera cuenta de que hicieron mucho más—miró fijamente sus ojos—. Trataban de cambiarle la vida a un chico que había sufrido mucho, y darle otra oportunidad en el mundo.

     —Si Veg estabiliza sus  emociones… ¿Crees que apoyen el proyecto?

     —No en su totalidad—sonrió—. Eso es lo bello de la ciencia. Los fracasos son los más importantes porque a partir de ellos se aprende más.

     —Entiendo—dejó su plato vacío a un lado.

     —Creo que es buen momento de recapitular esto—miró a los tres—. La historia empieza con…

      —Conmigo—susurró Gogeta, sintiendo la mirada levemente celosa de su pareja.

     —No, empieza con Nappa—susurró Goku.

     —Pero terminaron cuando nos conocimos…

     —Goku tiene  razón—apoyó Trunks—. El diario dice todo.

     —La historia empieza con Nappa. Vegeta y él eran pareja, pero ese sujeto era muy celoso y le prohibió entablar amistades. Incluso repelió a mi hermano, su mejor amigo, a base de mentiras. El cariño se apagó, Veg se hartó, y terminaron. Nappa dijo que se arrepentiría por eso—miró a Gogeta—. La historia te corresponde ahora.

     —De acuerdo. Conocí a Vegeta cuando terminó con su novio.  Éramos amigos, me enamoré y le pedí que fuera mi novio.

     —Y lo llenaste de detalles—colocó la caja de cartón sobre la mesa, Vegetto con curiosidad miró su interior. Sacó un collar que le llamó la atención, tenía el nombre del pelirrojo escrito. Volteó a  verlo y vio que se quitaba un collar, el cual nunca había visto con detenimiento.

     —Era un regalo suyo—le aclaró al menor—. En fin, para nuestro segundo mes juntos tenía planeado llevarlo a la playa. Dejó su maleta en mi casa días antes, y ya había pedido permiso para ir a la casa de un amigo a pasar la noche. Él iba a pedir pasar la semana conmigo estando de camino a la playa—tragó saliva—. Llegaría a mi casa a las diez del día veintinueve de diciembre… nunca llegó.

     —Fue el día de la violación, ¿cierto?—preguntó el peliazul abrazando el peluche que había ahí.

     —Sí. Me enteré días después y le pedí que nos diéramos la oportunidad de estar juntos… nos amábamos—cerró los ojos, todavía le dolía hablar de eso—. Una semana después arruiné todo por dejarme llevar, recayó en su trauma y lo nuestro acabó… Iba a verlo de lejos cuando salía de la escuela, nunca me atreví a acercarme y dejé de verlo cuando lo vi con sus brazos sangrando…

     —Gog se mudó al lado de mi casa—el peliazul tomó voz en el relato—. Recayó en él el peso de Vegeta.

     —Bueno, creo que me toca a mí ahora—vio a los tres chicos con duda—. Cuando lo conocí no pensé que fuera alguien malo, creí que era tímido. Me enteré de su pasado porque leí su diario…

      —Al cual le había arrancado hojas—aclaró Trunks—. Hablaban de Gogeta y su relación, estaban manchadas de sangre. Creo que se cortaba, las arrancó las abrazó con dolor y escondió todo en esta caja. Los recuerdos que tenía de Gogeta los asociaba con la violación por ser en el mismo lapso. Sin embargo no quería deshacerse de ellos porque los recordaba con cariño, simplemente los guardó y trató de no pensar en ello para no manchar la belleza del momento.

     —Así es. Yo no sabía que hubo alguien después de Nappa y antes de mí—mordió su labio inferior—. Leí todo y fui a buscarlo a su casa. Ehm… Raditz y él eran amigos de años, mientras yo estudiaba en un colegio privado enfocado en deportes… Por eso di con su casa. Vegeta se desahogó conmigo y se veía más animado, la compañía le hacía falta y… pude sanar sus heridas un poco—frunció el ceño—. El problema es que esa noche el maldito de Nappa abusó de él.

     —¿¡Qué!?—el pelirrojo se puso de pie—. ¿Dónde está? Voy a matarlo con mis propias manos…

     —Está en prisión—aclaró Goku, el adulto relajó su expresión y volvió a sentarse—. Una segunda violación  lo hizo recaer e intentó suicidarse, pero lo evité—sus mejillas se sonrosaron—. Nos dimos una oportunidad de estar juntos.

     —Vegeta estaba feliz por eso—dijo el pelilila cruzando sus brazos y cerrando los ojos.

     —Sí, pero… mi mamá y la suya tuvieron un accidente de auto—sus ojos se cristalizaron—. El maldito de Nappa tuvo la culpa, y logró sacar de prisión y contactar a los malditos que abusaron de Vegeta—limpió con su puño las lágrimas que alcanzaban a salir—. Vegeta… logró que confesara y lo arrestaron, pero después llegaron esos tipos y recayó en el trauma… Intenté hacerlo reaccionar pero no pude, discutimos y le dije cosas horribles. Lo dejé y cuando él me fue a buscar un auto...—Goku quebró en llanto, provocándole  un nudo en la garganta al pelirrojo.

     El pelinegro había estado con Vegeta en los momentos más difíciles, y además le tocó presenciar cómo aquel chico luchaba contra sus demonios internos.

     —Lo llevaron al hospital, y varios días después dijeron que había muerto…

     —Y no lo dejaron ver el cuerpo, sellaron la caja y vivieron creyendo que en serio estaba dentro cuando en realidad estaban experimentando con él—completó  el pelilila—. Mi teoría dice que sacaron a Vegeta del hospital y lo llevaron a su hogar. Trataron de darle una nueva vida, pero se ven descubiertos. Lo abandonan en un callejón y huyen. Los localizan, persiguen, pero se quitan la vida.

     —Dijo que había encontrado un papel con ese nombre y su fotografía, por eso se nombró Gotenks—jugó con el vaso—. Pero en el orfanato no había registro suyo.

     —Hay muchos orfanatos llamados así—susurró Gogeta.

      —En fin… yo caí en depresión e intenté suicidarme arrojándome del puente Wiss, pero él lo evitó. Lo volví ver en mi habitación, como mi compañero. Pero entre pesadillas delataba que era Vegeta—sonrió—. Así acaba la historia.

     —Tiene sentido, excepto un  detalle—mencionó el peliazul—. ¿Quién en realidad era Gotenks?

     —Voy a investigar—empezó a teclear en la computadora—. Demonios, no podré obtener datos personales, están encriptados por seguridad—bufó—. Tardaré al menos una hora tratando de desbloquear, me pide una contraseña.

     —Pon mi nombre y mi número favorito—dijo el peliazul. El de ojos turquesa miró molesto al chico.

     —Escucha, no he dormido en días, tengo más experiencia que tú en informática y con tu comentario no ayudas en nada—replicó harto.

      —Tsk, quítate.  Yo lo hago—se  colocó a su lado, pero el pelilila  frunció el ceño.

     —Ya deja de creerte un dios…

     —¡Soy un dios!—dijo engreído—. Ahora  muévete—lo empujó y empezó a  teclear cosas en la laptop—. Genial, gracias a que todos tienen tecnología de aquí y conectada a la empresa puedes obtener todo lo que quieras…

     —Información asegurada, te recuerdo.

     —Bah, sólo no sabes el truco—sonrió burlón—. Shift, más mi nombre y mi número favorito y ¡Bum! Desbloqueado.

     —¡¿Qué?!—miró la pantalla y, efectivamente, ahora tenía acceso a todos los  datos del orfanato—. ¿Cómo lo…?

     —Ya te lo dije, soy un dios—el de ojos azules frunció el ceño.

     —¡Que hayas desbloqueado esto no quiere decir que seas un dios! ¡Sólo eres un tipo con suerte y ya! No eres la gran cosa—explotó, estaba  demasiado estresado que no  pudo contenerse. El peliazul se quedó callado unos segundos, observando seriamente al heredero.

     —Te doy envidia.

     —¡Suficiente! Vuelvo en cinco minutos—salió del laboratorio. Goku suspiró y fue tras él.

     —¿Por qué lo trataste así, Vegetto?—preguntó el pelirrojo.

     —Estaba  empezando a aburrirme—cruzó sus brazos y miró al hombre—. ¿Por qué a mí no me das cartas?

     —Porque todas las cosas que siento por ti  te las digo al oído mientras te abrazo.

     —¿Por qué no me das peluches?

     —Te da alergia la pelusilla—respondió divertido del pequeño mohín.

     —¿Flores?

     —Te empalaga el olor.

     —¿Collares?

     —Tú sólo usas oro blanco, y con salario de maestro no creo poder conseguirlo pronto.

     —¿Hacer el amor?

     El hombre guardó silencio al oír eso—. No estás listo, eso es todo.

     —¡Claro que lo estoy!

     —Vegetto...—acarició su rostro—. ¿Por qué la prisa?

     —¿Todavía lo preguntas?—cruzó sus brazos y desvió la mirada—. Es la segunda vez que tratas de tener sexo con él.

     —Eso no quiere decir nada…

     —Sólo que no te atraigo lo suficiente—el adulto se acercó y tomó su rostro entre sus manos.

     —¿Podemos hablarlo cuando volvamos? No es lugar para hacer un drama  con algo tan íntimo—besó sus labios—. Sólo quiero decirte que a mí me aterra el lastimarte.

 

***

 

—Trunks, ¿estás bien?—se acercó al menor que estaba recargado contra un barandal, admirando el inmenso jardín.

     —Es tan molesto...—cerró los ojos y tomó su cabeza.

     —Lo sé—rio un poco—. Es curioso que cuando dijo ser una deidad habló de un modo que sonó muy sincero, como si en verdad fuera un dios.

     —Dios del fastidio, quizá—miró al pelinegro—. Goku, estoy demasiado agotado. Desde que empezó el asunto de Vegeta he pasado mi tiempo libre haciendo muchas investigaciones. Y por trabajo de la empresa no he dormido lo suficiente.

     —Perdona que tengas que ayudarme—bajó la mirada.

     —En un inicio lo hacía para probarme—admitió—. Quería ver de qué soy capaz… Después mi objetivo era ayudarte a estar en paz, por ser mi amigo… —sonrió—. Pero ahora sé que mi prioridad es poder ayudar a Vegeta… Es mi amigo y por eso no pude dejar las cosas así.

     —Gracias—lo abrazó, siendo correspondido.

     —Volvamos. No quisiera que cometiera un accidente creyéndose  inmortal.

      Ambos regresaron al laboratorio, donde estaban ambos sentados esperando pacientemente. O al menos eso hacía Gogeta, ya que Vegetto usaba su laptop.

     —¿Qué haces?—preguntó el pelilila.

     —Investigando—sonrió ampliamente—. Encontré lo que buscamos, pero no sé si decirlo o si primero tenemos que terminar con la historia de Vegeta.

     —¿De qué hablas? Eso era todo lo que sucedió—dijo Goku. Vegetto negó  lentamente.

      —Hablemos de Black. Lo emborrachó, lo llevó a  la cama y al intentar tocarlo causó que recordara cosas referentes a la violación—miró con burla al pelinegro—. ¿Metemos sus conflictos maritales? El día que Goten tendría su partido casi lo violan.

     —¿¡Qué!?—el pelilila golpeó  la mesa—. ¿Por qué no lo dijo? ¡Aseguró estar bien!

     —Tsk, detesta que lo vean débil—colocó sus manos en la cintura mientras alzaba su pecho—. Por suerte súper Vegetto fue al rescate—empezó a reír—. Pasó la noche conmigo, y me contó que gracias a ese incidente se convenció en que lo que sueña fue real.

     —Vegetto, gracias por cuidar de él—dijo el pelinegro, sintiéndose un poco culpable por  lo que casi le pasó a Vegeta cuando ellos dos habían peleado.

     —No es nada… En fin, lo siguiente fue su pleito con Gogeta—miró de reojo a su pareja, sonriendo satisfecho al verlo tragar saliva—. Casi se lo lleva a la cama, pero Vegeta sobrepuso su cariño hacia ti y salió corriendo a buscarte—cerró los ojos—. Su reconciliación fue buena, pero cometiste un pequeño error que ha provocado que se atormente mucho sobre qué vivió y qué no.

     —¿A qué te refieres?

     —Mientras te daba placer “Gotenks” dijiste el nombre de Vegeta… Y te escuchó—Goku se asustó ante eso—. Le parece extrañamente  familiar ese nombre y cree que es de tu ex, pero al mismo tiempo sospecha que sabes más de él que él mismo.

     —No puedo creer que lo hiciera—se sentó en la silla y tomó su cabello.

     —Ahora sí. Fin de la historia—empezó a teclear en la laptop del pelilila—. Encontré a un chico de nombre Gotenks, pertenecía al orfanato Esperanza. Tenía quince cuando huyó porque todavía no era adoptado. No pudo conseguir empleo, así que se fue por el camino delictivo. Cuando huía de la policía en una moto robada se vio en un choque. El auto de enfrente  chocó y él intentó desviarse pero volcó  la moto y él cayó sobre los vidrios rotos de los autos. Murió por un vidrio que atravesó su yugular—explicó.

     —¿Por qué escogerían su identidad? Es decir, habiendo muchas más personas, o crearle una falsa...—mencionó el pelirrojo.

     —Es más fácil cuando ya hay un registro. Pueden invadir la base de datos y modificarlos—aclaró Trunks.

     —Chicos, vean al muchacho—giró la computadora para que pudieran ver la pantalla. Era la fotografía de un muchacho de cabellera en punta pero corta, con cabellos negros con mechones lilas a los costados. Sus ojos eran negros y su tez clara—. Independientemente del cabello, tiene cierto parecido con Vegeta por sus expresiones.

     —¿Habrán escogido a Gotenks por su parecido con Vegeta?

     —O más bien escogieron a Vegeta por su parecido con Gotenks—dijo Vegetto, consiguiendo que todas las miradas se posaran sobre él—. Entré más en los archivos, la mujer que abandonó a Gotenks en el orfanato se llama Mai Shimizu. Trunks, sé que ya pensaste lo que yo.

     —De hecho se rumoró dentro de la comunidad científica que ella había perdido a su bebé. Jamás se pensó que lo había abandonado—suspiró—. Una pérdida de ese tipo jamás se supera. Es decir, dejó a su hijo en un orfanato y su destino fue la muerte, tal vez quiso compensarse.

     —O la mujer enloqueció y quiso que Veg fuera su nuevo hijo—soltó aire—. Sea cual sea la razón, ahora ya están todas las piezas juntas. Sólo falta que Goku le diga su identidad—miró al pelinegro—. Es tu decisión cuándo y cómo le dirás. Pero te recomiendo que no tardes mucho, podría reconocerte pronto.

     —Entiendo… Lo haré cuando se presente la oportunidad—sonrió—. Gracias por todo.

     —Creo que es buen momento para volver a la escuela, ya casi son las nueve…

 

***

 

—De acuerdo, todos saben qué decir si preguntan. Black estuvo espiando a la directora a lo lejos, al parecer no visitó nuestras habitaciones. Aun así nuestra historia debe concordar para evitar dificultades—dijo en el pasillo, ya estaban dentro de la institución.

     —Rayos, la directora quiere verme—mencionó viendo su teléfono—. Vegetto, nos vemos esta noche. Adiós, chicos—se despidió antes de irse.

     —Trunks, iré con Veg y le diré a Goten que puede volver—le dedicó una tierna sonrisa—. Estoy seguro que querrá venir a cuidar de ti ahora que estás cansado.

     —Sí, gracias. Nos vemos.

     —Adiós, Vegetto—se despidió del peliazul y se fue en dirección a su habitación.

     —Quiero hablar contigo—dijo el  pelilila cruzando sus brazos—. Eres un patán, pero debo reconocer que sabes suficiente de informática—desvió la mirada—. La Corporación Cápsula fue invitada a un concurso juvenil, se trata de formar un equipo por compañía y desarrollar un videojuego que concientice a la sociedad… El máximo de integrantes es seis, de dieciséis a dieciocho años.

     —¿Y?

     —Soy el capitán, Goten se encargará de las pruebas y Goku del diseño. Vegeta,  alias Gotenks, me ayudaría como asesor creativo. Pensé que tal vez querrías unirte.

     —¿Y por qué pensaste eso?

     —Vi el historial de búsqueda, tienes un hermano estudiando en Europa—el peliazul desvió la mirada—. El primer premio es una fuerte cantidad de dinero. Incluso dividiéndolo en partes iguales sería suficiente para que pudieran financiar su transferencia a esta escuela.

     —¿En serio?—volteó a verlo.

     —Sí. Escucha, tengo muchas responsabilidades en la empresa, por lo que mi tiempo es limitado—sonrió de medio lado—. Me serviría que me ayudaras.

     —¿A la programación?

     —Sí. He notado que sabes demasiado, sería útil—sonrió—. ¿Lo harás?

     —Tsk, obvio… Debo demostrar mi superioridad ante todos—colocó sus brazos detrás de su cabeza—. Iré a ducharme. Avísame si Veg necesita algo.

     —Lo haré.

 

***

 

     —Hola—saludó al entrar en la habitación. Su primo inmediatamente se puso de pie y corrió a abrazarlo, colgándose de su cuello.

     —¡Goku!—lo miró a los ojos con una sonrisa—. ¿Cómo les fue? ¿Eh?—olfateó su ropa—. Hueles mal, ¡te ayudaré a ducharte!

     —Sería mejor que volvieras con Trunks—el menor hizo un puchero. Al ver que iba a replicar continuó hablando—. Él está muy agotado, debe descansar. Sería bueno que estés con él para que se relaje.

     —Tienes razón...—susurró, luego ensanchó su sonrisa—. Iré a darle un masaje—bajó de sus brazos—. ¡Adiós, Gotenks! Otro día nos vemos para jugar… Adiós primo.

     Cuando el menor salió, Goku cerró con seguro la puerta. Observó que el de cabellera bicolor tenía una expresión de alivio al verlo, aunque su rostro como quiera demostraba preocupación.

     —¿Cómo te fue?—preguntó el más bajo en un susurro.

     —Bien… ya estoy en paz—sonrió—. Tú siempre fuiste mi luz de esperanza.

     —Tú...—se acercó y le dio un golpe en la cabeza.

     —¡Ouch! ¿Por qué me pegas?—se quejó sobándose la parte donde recibió el impacto de su puño.

     —¡Eres un idiota!—le gritó, mientras sus ojos se ponían vidriosos—. La directora pudo haberse dado cuenta de tu ausencia, ¡te habría expulsado por irte!—golpeó su pecho con ambos puños, eran débiles sus ataques en medio del pequeño llanto que inició—. No quiero que te alejes…

     —Ya no lo haré—tomó su rostro entre sus manos y lo besó con ternura—. Te amo.

     —¿Eh?—sus mejillas se coloraron, ya que era la primera vez que el mayor decía esa palabra, siempre había recibido sólo “te quiero” por parte de él.

     —Te amo—repitió en su oído, sintiéndolo estremecerse entre sus brazos.

     —Yo...—apretó su playera entre sus manos—. También te amo.

     —Oye, espero no te moleste. Quiero tomar una ducha, Goten tiene razón, ¡apesto!—pero el menor seguía aferrado a él—. ¿Estás bien?

     —Sí, no es nada—limpió sus ojos con su puño—. Sólo te extrañé…

     —Ya no me iré a ningún lado—besó su frente—. Me sorprende que sigas tan cerca considerando que huelo como perro mojado.

     —No me importa—empezó a deslizar hacia arriba la playera del mayor—. Quisiera… ducharme contigo…

     —Claro—amplió su sonrisa—. ¡Tomemos una ducha!

     Goku se arrodilló y tomó las piernas del menor, para que su abdomen quedara en su hombro. Así, al alzarse, pudo cargarlo. Gotenks, por otra parte, sólo atinó a patalear, completamente avergonzado de ser llevado así.

     —¡Bájame!—exigió cuando se adentraron al baño.

     —Alistaré la bañera—dijo bajándolo y acercándose a la tina. Ahí empezó a llenarla de agua caliente. Una vez terminó, se empezó a desvestir con lentitud, sin tener ninguna prisa por acabar pronto.

     Goku volteó, y pudo ver al más bajo desnudo, desviando la mirada con un tierno sonrojo adornando sus mejillas. Sonrió y se acercó, lo besó con dulzura mientras se adentraban a la ducha y abría la llave del agua, pronto aquel líquido cayó sobre ellos acariciando sus pieles.

     —Te amo—besó su cuello, sacándole un suspiro—. Te amo tanto…

     Empezó a bajar, repartiendo muchos besos en su abdomen. Se arrodilló y tomó el miembro semierecto del más bajo, empezó a acariciarlo de arriba a abajo, consiguiendo que se pusiera rígido. Miró tiernamente al menor antes de introducirlo en su boca.

     —¡Ah!—gimió fuertemente mientras cerraba sus ojos.

     El Son siguió su labor, satisfecho por escuchar los sonoros gemidos de su Vegeta resonando en todo el baño. Nunca antes había probado su esencia, era la primera vez que lo hacía y se sentía extrañamente feliz. Siempre se había reprimido por un cargo de consciencia, sintiendo que el hecho de no estar cien por ciento seguro de que era Vegeta era como una traición hacia él y hacia sí mismo.

     Pero ahora que ya lo había confirmado se sentía libre de poder amarlo con fuerza, dándole a su mente la paz que necesitaba y siendo el impulso que lo orillaría a poder demostrarle todo, absolutamente todo, lo que sentía por él.

     —Voy… a…

     Aumentó la velocidad de sus movimientos y la fuerza de sus succiones. Recibió aquel líquido blancuzco directamente en su garganta, pasándolo gustoso. Saboreó hasta la última gota, para después ponerse de pie y sostenerlo, casi caía por la intensidad de su orgasmo.

     —Yo...—tomaba aire agitado—. Yo…

     Con sus ojos entrecerrados y sus pulmones intentando estabilizar su respiración empujó al más alto contra el azulejo y empezó a besarlo, para después succionar la piel de su cuello, marcándolo. Acarició ambos brazos, tomó sus manos y las estampó contra el muro, sosteniendo fuertemente sus muñecas para que no se moviera.

     Goku sonrió internamente al verlo así, tan dominante, tomándolo a su merced. Dejó que siguiera tomando el control, disfrutando sus caricias un poco agresivas pero al mismo tiempo dulces. Gimió al sentir las manos del más bajo acariciando su intimidad, lo hacía de una forma espectacular. Poco a poco fue cediendo, soltando profundos suspiros de placer mientras era besado en sus pectorales.

     —¡Ah!—gimió al liberar su esencia. Miró con sus ojos entrecerrados al más bajo, percatándose que llevó su mano a su rostro para saborear su semilla.

     —Te amo, idiota. Aunque me hagas preocuparme como loco por ti—susurró en su oído.

     Ambos se besaron, transmitiéndose lo que sentían, Un amor tan puro y fuerte, un lazo que no dejarían que se rompiera tan fácil, pese a los obstáculos que les había presentado el destino.

     Se terminaron de duchar apropiadamente y fueron a la bañera, para relajarse un poco estando en el agua. Goku estaba abrazando al menor, quien tenía su espalda contra el pecho del mayor. El de cabellera alborotada tenía sus manos en el abdomen de Vegeta, sintiéndose completo al tenerlo con él.

      —Pronto te diré quién eres, sólo ten paciencia… Tu hermano estará feliz de verte, te extraña tanto. Tu padre también estará contento de tener a su hijo de vuelta. Y tú  y yo volveremos a estar juntos—tragó saliva—. Aunque tengo miedo de cómo reaccionarás al enterarte de la verdad… Espero que no me odies…

 

Notas finales:

-Frases épicas de Vegetto: “Soy un dios”. “Sólo pones shift, más mi nombre y mi número favorito y ¡bum! Desbloqueado”. “Te doy envidia”. Jajajaja En serio amo su papel en este fic, es tan... *¬*

Okey, aclaremos. Vegetto no es ningún idiota sexy, es un genio, pero le gana el desinterés o se fastidia rápido. Además es tan dulce, aunque amara su pastel de fresas se lo dejó a Goku que estaba hambriento.

-Vale, estuvo raro el cap, mucha información, pero… ¡Vegeta está vivo! (Ven que no maté a nadie ya, al menos no los principales).

-Gog se preocupa por Vegetto (éste anda urgido xd), le da miedo lastimar a su lindo peliazul.

-Goten: “Te ayudaré a ducharte” jaja, no sean malpensados, no lo dijo de mala forma.

-Goku por fin está en paz, pero le queda un último asunto pendiente. ¿Cómo le dirá su pasado y todo lo vivido? ¿Cómo lo tomará Vegeta?, ¿estará molesto de que no se lo haya dicho antes?, ¿o reaccionará mal y atentará contra sí mismo.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).