Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi dulce ángel por Princesa de los Saiyajin

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Lamento no haber actualizado, pero como se los mencioné anteriormente, el trabajo y la escuela no me dejan tiempo libre. Sé que antes actualizaba rápido, en un inicio, actualizaba mínimo dos fics por semana. Pero eso era antes de que mi vida se llenara de responsabilidades.

En fin, el hecho de que actualice hoy no quiere decir que ya tenga tiempo, al contrario, ya casi se acaba el semestre y lo más pesado viene al último. Por lo que debo esforzarme más, no quiero dejar materias porque perdería la beca que estoy recibiendo, y mi situación económica actual no es muy buena.

Como sea, a todos los que todavía siguen el fic:

Muchas gracias por no abandonarlo, y darle oportunidad a pesar de la irresponsabilidad de su autora :P Se los digo de corazón, muchas gracias.

(Segunda edición 18/01/2019)

5

Decisiones

 

 

—¿Eh?—sus ojos lenta y pesadamente se fueron abriendo. Tenía un fuerte dolor de cabeza, su pecho le dolía un poco y sentía un agotamiento considerable. Dirigió su mirada al reloj que estaba colgado en la pared—. Cinco treinta y uno—pensó.

     Fue en ese momento en el que se percató del cuerpo que lo abrazaba protectoramente. Un tenue sonrojo apareció en sus mejillas al verlo dormido a su lado. ¿Acaso había pasado la noche abrazándolo? Y si era así, ¿por qué lo hizo?

     Sintió su cuerpo cálido, realmente era reconfortante estar a su lado. Sin embargo, en sus adentros sintió que estaba mal dormir con él. Si eso creía, ¿por qué no quería hacer nada para alejarlo? Era demasiado agradable dormir entre sus brazos, le brindaba una calidez única.

     Comenzó a observar detalladamente su rostro. Tenía unas ojeras algo notorias, como si no durmiera bien en semanas; su piel era demasiado pálida, tanto que no parecía su color natural de piel; y esos labios… se veían temblorosos y acallando gemidos de dolor.

     Dirigió su mirada a sus ojos, seguían cerrados, estaba dormido aún, eso lo suponía porque se veía relajado y sus músculos no estaban para nada tensos. Volvió a ver esos labios, tan carnosos y suaves a la vista a pesar de su estado tan dolido. Alternó su mirada entre sus ojos y sus labios, seguía dormido, entonces ¿por qué estaba tan nervioso si no iba a hacer nada malo?

     Cayó en cuenta en que sí era algo malo lo que quería hacer, pero no podía evitar sentir esos deseos de probar esos labios dulces que tenía en frente. Lentamente y sin moverse mucho, inclinó su cabeza hacia adelante y, mientras cerraba sus ojos, unió sus labios con los de él, en un simple contacto.

     Se asustó al sentir una mano moverse rápidamente hacia su nuca y otra hacia su cintura, evitando que se separara. Abrió sus ojos y pudo ver que se trataba de aquel pelinegro de cabellera alborotada.

     —¿Acaso no estaba dormido?—pensó. El mayor logró moverlo, a modo de que Gotenks quedara encima de él, aún sin separarse.

     Goku comenzó a mover lentamente sus labios, en un compás simple, nada apresurado ni apasionado, más bien tierno y dulce, el cual, a los pocos segundos, fue correspondido por el menor, quien se dejó llevar. Cerró sus ojos y unas cuantas lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, éstas fueron sentidas por el de cabellera en punta, por lo que abrió sus ojos y observó su llanto.

     —¿Qué sucede?—preguntó separándose levemente. El pelinegro abrió los ojos.

     —Nada, realmente—sonrió de medio lado y lo atrajo, acostándolo sobre su pecho.

     —Lamento lo del beso, no quería…—se sonrojó completamente y apretó con fuerza las sábanas—. Es sólo que creo que… me gustas—susurró.

     —Veg… Gotenks—corrigió—, ¿cómo te sientes contigo mismo?—preguntó.

     Esa pregunta era demasiado rara, lo desconcertó completamente.

     —¿A qué te refieres?

     —A que…—dudó un poco. Si bien recordaba, Vegeta tenía un odio hacia su persona, pero no podía decirle directamente eso, por lo que decidió buscar otra alternativa que disimulara sus intenciones—, verás, anoche mientras dormías llorabas mucho… creí… que tal vez te sentías mal por algo…

     —Oh, eso…—se quedó callado unos segundos y después levantó la mirada, topándose con ese par de orbes negros que lo miraban con preocupación—. Suelo tener pesadillas muy raras, cuando despierto no recuerdo mucho, pero realmente son algo recurrentes y extrañas… no sé cómo describirlas…

     —¿Y no te sientes mal por ellas?

     —¿Por qué preguntas eso?—arqueó su ceja, en signo de confusión.

     —Etto… olvídalo, estoy aturdido, eso es todo. Lo siento si te incomodé.

     Goku cerró los ojos, y al abrirlos posó su mirada hacia el techo. Estuvo a punto de cometer un error que lo haría perder la relación tan amena que llevaba con él.

     —Yo perdí la memoria—confesó. El mayor se incorporó rápidamente, de modo en que quedara sentado, con él de frente sentado en sus piernas. Eso hizo sonrojar al menor, sobre todo por la mirada fija sobre sus ojos.

     —¿No recuerdas nada?—preguntó incrédulo.

     —He pensado que…—calló unos segundos y se abrazó a él, escondiendo su rostro en su cuello, aspirando su aroma—esas pesadillas tienen que ver con mi anterior vida—susurró. El mayor comenzó a acariciarle la espalda.

     —No tienes que decir más si no quieres—dijo comprensivamente, aunque lo cierto era que por dentro deseaba saber todo lo que tenía que ver con ese tema, pero debía ganarse su confianza y no atacarlo con preguntas.

     —Gracias… etto… ¿puedo preguntarte una cosa?—el mayor emitió un sonidito a modo de afirmación—. ¿Me abrazaste esta noche por mis pesadillas?

     —Sí—susurró, incluso pudo sentir el calor que emanaba el cuerpo del más pequeño por su sonrojo—. Pasé la noche a tu lado, creí que te podrías calmar un poco si sentías la compañía de alguien…—se excusó.

     —Bueno, gracias. A decir verdad me siento cómodo contigo—confesó—. Otra cosa… cuando te besé… ¿tú…?

     —Llevaba rato despierto, pero no quería moverme para no despertarte. Sentí que te moviste, pero creí que estabas incómodo. Me sorprendió que me besaras, pero quise corresponderte—admitió.

     —Pensaste en él, ¿no es así?—dijo en susurro. El mayor suspiró. Ayer le había contado lo que le pasó a Vegeta y ahora se arrepentía en cierta manera.

     —Pensé en otras cosas… En la manera en cómo te conocí, por ejemplo—mintió, no quería admitir que había pensado en Vegeta mientras besaba a “Gotenks”, a pesar de que él los consideraba la misma persona—. Me gustaste desde entonces.

     El menor se acomodó a modo de verlo de frente, por lo que Goku siguió hablando.

     —Me duele todavía lo de mi anterior pareja—reconoció, el rostro del menor se decepcionó—. Tengo que superarlo, lo sé. Por eso quiero hacerlo antes de iniciar algo contigo, porque a pesar de que realmente quiero ser tu novio… no quisiera arruinar nuestra relación por mis inseguridades.

     El más bajito sonrió de medio lado y se volvió a aferrar a su cuello.

     —Tómate todo el tiempo que necesites.

 

***

 

—Mgh, Rad…—gimió tímidamente al sentir las manos del mayor acariciando su pecho desnudo.

     Su relación, en ese tiempo, había progresado demasiado. No era tan bien visto por otros que ambos estuvieran juntos por la notoria diferencia de edades, pero a ellos no les importó, ya que sus padres lo habían aprobado desde un inicio. En ese tiempo sus inocentes muestras de afecto fueron aumentando de intensidad, a tan punto de que ya no había nada de inocente en ellas.

     Raditz había demostrado que no quería aprovecharse del menor, en cada oportunidad que tenía lo llenaba de detalles, algunos simples, pero eran con gran cariño.

     Aunque en ocasiones, por el aumento de temperatura en el ambiente y su estancia solitaria en una habitación, ambos estaban casi por efectuar el acto más puro de amor, lo único que se los impedía eran interrupciones externas.

     —Raditz…—gimió el nombre de su pareja. Estaba recostado completamente en el colchón, su playera estaba tirada en algún lugar de la habitación y el mayor, aún vestido, estaba posicionado encima de él, acariciando su torso delicadamente. Las luces estaban apagadas y las cortinas cerradas, lo único que iluminaba la habitación era la pequeña lámpara de lectura que estaba cubierta por la sábana que arrojó el mayor cuando comenzaron a besarse con más pasión.

     —Tarble… —se acercó a su oído—. Te amo—susurró sensualmente y le mordió sutilmente el lóbulo de la oreja.

     —Raditz… yo… también…—el de cabellera larga se acercó al torso del menor y deslizó su lengua en su pezón izquierdo—. Mgh.

     —¡Todo por tu estupidez!—un grito proveniente de la parte de enfrente de la casa, seguido de un fuerte portazo, los hizo separarse inmediatamente y cada uno arreglar su vestimenta. Salieron sigilosamente, y pudieron observar a los padres de ambos, furiosos, tomando asiento en el sillón de la sala. Vegeta tenía un ojo hinchado y Bardock tenía su labio partido y un golpe en la mejilla.

     —Padre, ¿qué pasó?—preguntó Raditz acercándose. Al estar a unos metros pudo percibir el gran olor a alcohol proveniente de ellos.

     —El idiota provocó que nos echaran del bar—dijo con desprecio y su voz sonaba rara, como si en cualquier momento él fuera a perder la conciencia.

     —Fue tu culpa por… —bostezó y sacudió su cabeza, estaba mareado.

     —Llevan bebiendo tres días seguidos, ¡ya basta!—dijo el de cabellera larga con voz autoritaria.

     —¡Tú cállate!—dijo lentamente, arrastrando varias letras al pronunciarlas—. Que yo no te digo na… nada cuando casi… le rompes el… ga a mi… mijo…—dijo torpemente, sin que se le entendiera fácilmente lo que dijo. El más pequeño de los cuatro se sonrojó al escuchar lo que (probablemente) su padre intentó decir.

     —Se equivoca—dijo el hijo mayor del Son—. Yo no pienso tocar de ese modo a Tarble—dijo molesto ante esa insinuación—. Iré a casa—dijo apretando sus puños y saliendo de la residencia.

     El menor se quedó ahí, observándolo irse. ¿Acaso era un juego lo que estaban haciendo hace unos minutos? No quería quedarse con la duda, por lo que siguió al mayor con pasos firmes y decididos a enfrentarlo. Antes de salir vio de reojo a su padre y al padre de Goku ya dormidos en posiciones muy raras, roncando sonoramente. Salió y cerró. Visualizó a su pareja caminando lejos, por lo que lo siguió con cierta distancia.

     Luego de varios segundos, él se sentó en la banca de un parque, se veía muy frustrado, por lo que caminó y se paró frente a él.

     —Te ves muy molesto, ¿realmente te incomodó lo que dijo mi padre?—cuestionó.

     —No es eso…—se hizo a un lado, invitándolo a tomar asiento en su costado—. Tarble, ¿qué somos?

     —Pues novios…—dijo confundido por su pregunta.

     —Exacto… Antes que nada, quiero que sepas que no me quiero aprovechar de ti… Sé que ya te lo he repetido muchas veces, pero… —suspiró hondo y prosiguió—cuando estamos solos… ocurren ciertas reacciones involuntarias que…—su frente se perló de gotas de sudor—bueno, ya eres un niño grande, sabes a qué me refiero…

     —S-sí—dijo con un tenue color carmín en su rostro.

     —Y eso me hace dejarme llevar y querer pasar a la siguiente base—rascó su nuca y vio hacia el cielo—. Y cuando veo tu disposición, esos deseos aumentan—su tez se había tornado del color de un tomate maduro al decirle eso, no era capaz de verlo a los ojos.

     —Raditz—susurró viendo hacia el suelo. Los temas de sexualidad siendo explicados por su pareja eran sumamente incómodos, diría que más que a cuando los tratan con los padres.

     —Pero siempre hay interrupciones…—aclaró y después lo volteó a ver, lo tomó de la barbilla, y lo obligó a verlo a los ojos—. Aunque no sólo por eso me detengo… Tarble, tú lo has dicho, somos novios, pero eso no me da derecho a querer “profanar” tu inocencia—el menor estaba confundido—. Quiero decir que, a pesar de que estamos en una relación, yo te pienso respetar hasta el último momento… Si estuviéramos a punto de hacerlo, si tú ya no quieres sea cual sea la razón, yo me detendría completamente.

     —Rad… gracias…—murmuró.

     —¿O en serio creíste que desaprovecharía la oportunidad que tuvimos cuando estábamos solos en tu casa hace una semana, sólo por el mensaje de Shima que quería que le pagara lo que le pedí prestado para el autobús? —dijo riéndose un poco. Soltó el mentón de su pareja y volvió a ver hacia el cielo—. Tú me sigues la corriente, pero en el fondo sé que no estás listo y que tienes miedo de decírmelo y decepcionarme, ¿no es así?

     —Bueno, yo…—desvió la mirada a otro lado.

     —Yo no te presionaré. Si no estás listo, esperaré hasta que lo estés. Así sea en un mes, o en un par de años, yo esperaré…—dijo y le sonrió. El menor se abrazó a su costado.

     —No creo que sea tanto, sólo necesito pensar unas cosas…—aclaró avergonzado.

     —Aun así, lo que te digo es verdad…

     —¿Por eso te molestaste por lo que mi padre dijo?

     —Sí. Sé que por ser mayor cree que lo único que quiero es sexo, pero se equivoca…

     Tarble sonrió. Realmente tenía gran corazón, y, aunque su apariencia era hostil y tenía un gran orgullo, le había demostrado en más de una ocasión lo mucho que lo quería.

 

***

 

—Buenas noches—dijo el menor mientras se recostaba. La noche ya había caído y todas las luces estaban apagadas.

     —Buenas noches. Etto… Necesito hacer una llamada, iré al pasillo y usaré el teléfono que está al inicio del corredor…

     —Está bien—respondió adormilado—. Ehm… cuando vuelvas… ¿podrías dormir… aquí… conmigo…?—pidió tímido—. Digo, sólo si tú quieres…

     —Sí, está bien. Ahora vuelvo—dijo con una sonrisita y salió de la habitación. Caminó por el pasillo hasta llegar al teléfono. Metió una moneda y marcó el número de la persona con la que necesitaba hablar. El sonido de varios “bip” se hizo presente, y luego una voz conocida le habló.

     —¿Quién es?—se escuchaba aquella voz adormilada y grave.

     —Uub, soy Goku. Disculpa que te llame tan tarde, pero era urgente—dijo mientras observaba a su alrededor, cuidando que no hubiera alguien que pudiera escucharlo.

     —¿Eh? ¿Goku? ¡Amigo! Cuánto tiempo sin saber de ti… ¿cómo has estado?

     —Bien, gracias. Uub, seré breve. Estoy estudiando en el internado que está a cinco cuadras de tu casa.

     —¿En La Esfera Del Dragón?—preguntó.

     —Sí. Necesito pedirte un favor urgente…—sus manos empezaban a temblar y miraba desesperado a todos lados, no quería que nadie se enterara de lo que iba a pedir.

     —Te escucho, amigo—dijo con voz seria, sabiendo que era muy importante lo que iba a pedir, conociendo que jamás le llamaría a media noche a no ser de que fuera una verdadera emergencia.

     —Necesito varias linternas, una soga muy larga y resistente… También un impermeable, una navaja y… un boleto para autobús nocturno con rumbo hacia el oeste.

     Un silencio se hizo presente al otro lado de la línea. Por momentos creyó que había colgado, pero volvió a escuchar su respiración.

     —¿A dónde piensas ir?

     —Tengo que hacerle una visita a alguien…

     —¿Y acaso a ese “alguien” lo piensas secuestrar? ¿O por qué pides eso?

     —Tengo que hacer varias cosas, y el camino es peligroso, podría caer o pasarme algo. El autobús me dejará un poco lejos, tengo que atravesar un pequeño bosque…

     —Ou ou ou… Espera, espera… El único bosque que hay para esos rumbos está junto al cementerio, ¿qué piensas hacer, Goku?

     —Debo ver a alguien colina arriba… Descuida, no haré nada malo…

     —Goku, ¿qué clase de persona te cita en un bosque profundo, de noche, y que su única entrada es atravesando un cementerio?    

     —Uub, por favor, es urgente. Prometo pagarte tan sólo te vea, tengo ahorros, te daré el dinero que te gastes en todo lo que compres, pero necesito que me ayudes en esto…

     —…—el silencio al otro lado lo hizo sentirse nervioso—. Goku, te ayudaré. Tardaré dos semanas en conseguirte lo que me pides, recuerda que también tengo que ocultárselo a mis padres. Y por el dinero no te preocupes, tú siempre me apoyaste cuando no tenía dinero para el almuerzo, en esos días en los que mi familia estaba por una crisis económica, te lo debo… Sólo prométeme que, sea lo que sea que debas hacer, sea quien sea la persona a la que debas ver… tendrás mucho cuidado…

     —Te lo prometo.

     —Bien. Estaré en la entrada el viernes dieciocho a las tres de la tarde, ¿está bien?—preguntó.

     —Sí, está bien. Gracias amigo.

     —No es nada… Y por favor, cuídate mucho…

     —Sí.

     El joven Son terminó de despedirse de su amigo y suspiró. Sonrió de medio lado al saber que pronto lograría su cometido. Caminó hacia su habitación y vio al de cabello bicolor poniéndose sus zapatos.

     —¿Pasa algo, Gotenks?

     —Ah, Goku. Nada, es sólo que tardaste mucho. Iba a buscarte—dijo sinceramente. Se quitó las zapatillas deportivas y se volvió a acomodar en la cama.

     El azabache se acercó y se recostó a su lado. Lo abrazó por la espalda y colocó sus manos en su cintura.

     —Luces preocupado, ¿estás bien?—preguntó el menor quien, a pesar de no verlo en esos momentos, lo había observado cuando llegó.

     —Sí, solamente llamé a un amigo de la infancia. Quizás algún día me visite…

     —¿Y eso era motivo para que te pusieras en este estado?

     —Ah… A ti no se escapa nada, ¿verdad?

     —No tienes que decirme, respeto tu privacidad y…

     —Pienso salir—dijo interrumpiéndolo. El menor se giró y se colocó completamente encima del mayor, quien se sorprendió por el movimiento y, más que nada, por la posición: él recostado boca arriba, y el menor sentado a la altura de su entrepierna, colocando sus manos a cada lado de la almohada, viéndolo de frente.

     —¿A dónde?—preguntó seriamente.

     —No importa—dijo un poco nervioso, la posición era demasiado comprometedora.

     —¿No importa? Si no importara no irías… Goku, por favor…—suspiró y dijo más calmado—: no tengo derecho a meterme en tu vida, lo sé. No te conozco lo suficiente y no puedo juzgar tus actos, estoy de acuerdo… Pero no quiero que te pase nada, estoy preocupado, eso es todo… No me digas si no quieres. Sólo dime, no, prométeme que no harás nada malo y que estarás bien.

     —Vegeta…—pensó—. Jamás lo había visto tan decidido y tan… dominante…—un ligero sonrojo se divisó en sus mejillas—. Así que, si esos sujetos no le hubieran hecho nada, sería así…—reflexionó—. Gotenks, te aseguró que estaré bien, sólo debo arreglar unos asuntos…

     —Dime, ¿puedo ir contigo? Así estaré más tranquilo—dijo.

     —¿Eh? No, no creo que sea buena idea. Mira, yo sé que te esforzaste mucho en entrar aquí, vi tu nombre en los diez mejores… Y si se enteran que te fuiste, podrían expulsarte, por eso no quiero que me acompañes, no haré que desperdicies tu esfuerzo sólo por mis asuntos…

     —¿Y que te expulsen a ti no es malo?—dijo sarcástico.

     —Gotenks, por favor…—el menor entendió a qué se refería con eso, por lo que tuvo que acceder—. Gracias por tu preocupación, pero es urgente ese viaje. Haré todo lo posible por que no se enteren, y además tendré cuidado…

     El de cabellera en punta se acercó a su rostro, dejando sólo unos centímetros de distancia.

     —Prométemelo.

     —Te lo prometo.

     El azabache lo tomó de la nuca y lo besó, a los pocos segundos fue correspondido.

 

 

***

 

Yacía dormido en su pecho, estaba muy cansado, por lo que dejó de besarlo luego de unos minutos y lo había dejado descansar. Ahora se encontraba mirando hacia el techo, acariciándole su cabellera en forma de flama. Ya tenía planeado qué haría exactamente en dos semanas, su cuartada y la ruta que tomaría. Sólo faltaba una cosa:

     Preparación emocional.

     Hacía ese viaje por una razón, y era comprobar que sus sospechas eran ciertas. Vegeta estaba ahí, con él, en esos momentos, durmiendo plácidamente sobre su pecho. Pero su mente aún le decía que estaba equivocado, que Vegeta había muerto y que sólo era una muy grande coincidencia todo lo que había pasado.

     Suspiró derrotado, tenía que afrontar la realidad, por eso iría a ese bosque, debía buscar aquello que le daría todas las respuestas.

     —Sólo espero estar en lo cierto. Porque, de no ser así, yo… no podría con esto. A pesar de que la persona que está aquí tiene todo tuyo, si no eres tú, yo no podría seguir. Porque… sólo te quiero a ti Vegeta. Aunque existiera otra persona como tú, sólo te amo a ti—vio al menor que estaba profundamente dormido y sonrió—. No me queda duda, eres tú. Sólo debo comprobar para que así tu hermanito y tu padre se den cuenta de ello—le besó la frente—. Te amo Vegeta…

 

 

Notas finales:

Ay, Goku sólo quiere a Veggie :3

 

No es por ser exigente, y sé que no tengo derecho a pedir nada considerando mi larga ausencia, pero me esforcé mucho en este capítulo y me gustaría recibir un comentario.

Otra cosa necesito ideas de personajes con quienes quisieran que convivieran en el internado. Ustedes pueden poner su descripción en los  reviews, tanto física como personalidad. Escogeré los que crea que se podrían acoplar a la historia.

 

Por cierto, jeje When crees que habrá lemon, but interrumpen siempre XD

 

Eso es tutto, nos leemos a la próxima.

En serio, disculpen mi ausencia, espero que el capítulo de +3000 palabras haya valido la pena.

Sin más, me despido.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).