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Under The Bleachers por Gine01

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Notas del fanfic:

Este es mi primer fic, asi que no se esperen nada del otro mundo T.T

Preparense para mis orrores de ortografia y redaccion!

Vegeta caminó bajo las gradas con una mueca de disgusto, evitando un sorbo de Coca-Cola aquí y medio dulce masticado allí, cuidando de no ser ensuciado por cualquiera de las migajas que la multitud que vitoreaba al equipo de rugby por encima de él cayó dejaba caer sin resguardo alguno.

Aún no sabía cómo aquel idiota se las había arreglado para convencerlo de ir a ver el partido de aquel tonto deporte. Nisiquiera le gustaba aquel deporte, él era un fanatico del baloncesto que, por cierto, en esa escuela se consideraba marginal en favor de un saludable delirio hacia el equipo de rugby, r03;r03;que con los años había comenzado a aceptar las multitudes sintiendose omnipotente.

Vegeta resopló fuertemente y evitó una gota de la salsa de tomate caida de una hamburguesa que estaba a punto de decorarle hombro izquierdo. Él le había prometido ver a ese idiota en almenos en uno de sus partidos, pero no habia especificado desde dónde, y ciertamente no quería mezclarse con la multitud sentada las gradas por encima de su cabeza. En primer lugar,porque si el equipo de baloncesto se enteraba (siempre habían visto el rugby como su su rival) le arrancarían la cabeza sin piedad [NA: pero que violentos XD]. Y en segundo lugar, él era el primero en no querer ser asociado con la masa de cabezas huecas incitando un “touch down”, o lo que sea que fuere un maldito “touch down”.

Después de unos minutos de vagabundeos inútiles encontró un lugar decente debajo de la zona de las animadoras -que ocupaban toda la primera fila en la que ninguna se encontraba sentada, ya que pasaban todo el partido agitando su culo. Vegeta se sentó en el único espacio limpio de cesped y miró el juego de mala gana, mirando el reloj cada cinco segundos con la esperanza de que el tiempo volara.

Pero el tiempo no pasaba, por lo que se redujo a seguir con la vista la unica motivación de su presencia y apreciar por primera vez una peculiaridad del fútbol: el trasero de su amado resaltado por un apretado pantalón.

"Vamos, Leones! "Gritó una de las animadoras desde los espaltos, haciéndolo saltar y morderse la lengua.

"Zorra estúpida ...", murmuró para sí mismo mientras le dirigía una mirada hosca.

Sin nada que hacer más que poner su mirada en cierto trasero – cosa que ya no requería mucho esfuerzo, ya que se habia vuelto algo espontaneo desde hace mas de tres años - se encontró soñando despierto y preguntandose si alguien más que él sería capaz de convencerlo a someterse al tormento que era mirar un partido entero de rugby.

Se respondió a si mismo: no, nadie mas tenía ese tipo de poder sobre el. Sobre todo después de haber salido juntos una vez a raíz de una vergonzosa y confusa solicitud que había coronado sus esperanzas de tres años de espera infructuosa.

El hecho de que hubieran salido no significaba nada en absoluto, despues de todo.

Tal vez mañana me envíe al diablo, pensó cínicamente Vegeta con una sombra en el rostro. Tal vez tres años de miradas a escondidas, sueños nocturnos y el espionaje secreto que lo había hecho sentir un acosador terminaría de esta manera: con una cita, un beso apresurado que, sin embargo,le hizo sentir una descarga eléctrica en la columna vertebral y al final un tremendo rechazo, tal vez ahí, delante de todo el mundo en ese estadio.

Pero ¿por qué me habría de invitar a salir para luego plantarme de esta manera? Aunque ¿Por qué era tan pesimista? Vegeta no sabía . Simplemente lo era y no podía evitar sostener su tendencia asfixiante a querer creer lo peor de todo y de todos.

Había, sin embargo, momentos en los que dejaba de lado esa tendencia suya y era feliz. Por ejemplo, cuando Goku se dio cuenta de los dos ojos negros que salían de la oscura esquina en unas gradas y perdió tanto tiempo en darle una sonrisa eufórica que uno de los miembros del equipo contrario se abalanzó sobre él haciendolo caer .

Vegeta sonrió, pero la idea de que Goku estaba herido por su culpa le hizo fruncir el ceño.

Tal vez, al final, aún podía darse el lujo de tener un poco de esperanza.

Finalmente llegó el final del juego, marcado por el silbato de un árbitro con cara de aburrimiento, que envió a la audiencia en éxtasis - los leones habían ganado - y Vegeta, en éxtasis casi místico, no podía creer que había sobrevivido.

Estaba a punto de escapar e ir a esperar a que Goku llegara al vestuario cuando la voz del entrenador, amplificada por un megáfono de un llamativo color púrpura, penetró en sus oídos: “Y ahora, más aplausos para el mariscal de campo del equipo ganador ... Son Goku!”.

Hubo un estallido audiencia: algunos tiraban flores, algunos lanzaban besos, y otros que tratabam de cruzar las barricadas para ir a robar una pieza del uniforme del chico que, rojo como un tomate, saludaba tímidamente a sus fans.

Vegeta lo miró con una mezcla de orgullo y enojo - era su campeón, pero consideraba estúpido que lo adoraran ciegamente sólo porque era bueno en lanzar una pelota y hacer caer a unos cuantos gorilas [N/A: se refiere a los demas jugadores, no se exalten XD] - hasta que cogió un movimiento delante de él, en las gradas de las porristas.

La jefa de las animadoras se había separado del grupo para ir -meneando el culo- cortando la distancia que la separaba de Goku para luego arrojarse a sus brazos, obligandolo a hacer un casquet [N/A: es un movimiento de danza clasica -.-] para no dejarla caer.

El chico, perplejo, se deja manejar como un juguete, y antes de que alguien pudiera intervenir, la animadora agarró el borde del uniforme de Goku y lo atrajo hacia si, haciendo chocar sus labios.

Sin siquiera ser bien consciente de lo que estaba haciendo – ¿por que el campo se veía rojo? - Vegeta se metió en el hueco entre las gradas y salió a la luz. Saltó los obstáculos con un salto ágil que ni siquiera sabía de ser capaz de realizar y se dirigió a la pareja que, bajo incitación del público, siguió besandose.

Sin decir una sola palabra, y olvidandose momentaneamente de ser observado por un millar de personas más o menos, agarró a la animadora de los cabellos con tanta fuerza de tirarla al suelo.

Antes de pasar a la manifestación practica de celos y posesivdad [N/A: esa palabra existe?] que tenía en mente le dio una mirada de desafío y disgusto profundo, luego hizo lo mismo que ella y atrajo a Goku hacia si mismo, arrebatándole el segundo beso del dia y acallando a todos los espectadores.

En contra de todas las expectativas, Goku respondió al beso con entusiasmo tomandolo de la nuca para acercar mas su rostro y asi profundizar el beso.

Cuando finalmente se separaron - y Vegeta se dio cuenta de lo que había hecho – se enfrentaron a miles de miradas alucinadas y un mutismo alarmante, teniendo en cuenta que hasta pocos minutos antes el ruido del estadio se podía oír desde kilómetros de distancia.

La animadora todavía estaba en el suelo, mirando con odio e incredulidad.

Finalmente Goku, después de haber intercambiado una mirada rápida con Vegeta, se encogió de hombros, le tomó la mano y se lo llevó, temblando, lejos de cualquier mirada acusadora.

Pero antes de que pudieran cruzar la salida que conducía directamente desde el campo a los vestuarios, una fuerte voz femenina resonó en el aire:

“¡Pero que lindos!”

El estadio entonces estalló en aplausos y aclamaciones entusiastas que ninguno de los dos habria imaginado nunca.

Sin embargo, no le prestaron atención y se diriegieron hacia los vestidores -que estaban algo aislados- : habia mucho que discutir, en el caso de que sobrara algo de tiempo .

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado nwn


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