Capitulo 2
Lo que vivo
TU ELECCION.
El tiempo paso rápido y ahora entiendo porque bien dicen que este (el tiempo), es como el agua entre los dedos, rápidamente se desvanece. Solo dejando un rastro de que estuvo y paso por ahí.
No comprendía como mi padre de había vuelto Sultán. Después lo recordé, fue por la misma razón que yo, éramos de linaje real... sangre, nada mas que sangre con ese “sello”, que hacia cambiar las cosas y que fuese distinto a los demás.
Sin duda nunca añoraría el estar en este lugar y tener este poder, pues ya lo poseía, sin embargo las demás personas creían que yo era feliz por el simple hecho de haber nacido en cana de oro, pero, ¿que sabían ellos de lo que implicaba es “cuna de oro”?, ¿de que me sirve tener tanta riqueza, si esta me había quitado a mi Sultán?
Según los sabios e historiadores del palacio decían que no hubo un tiempo con tanta paz en el reino como la que hay ahora que yo gobierno. Las cosas iban bien, técnicamente Nanase acepto su derrota y ahora el y sus ciudadanos me pagan por el liquido vital que necesitan.
Las doncellas del palacio eran atraídas por mi buen parecer, en la opinión de ellas era hermoso, y no solo las doncellas incluso los donceles pensaban de la misma forma. Y no los culpo por ellos realmente soy guapo y tengo un cuerpo bien trabajado, nunca me a importado demasiado la apariencia física ya que en la guerra eso es lo que menos interesa.
Aunque era de buen parecer tenia un semblante de villano, y mis ojos de color semejante al de los de un rubí, le daba el toque perfecto de maldad a mi mirada, sin contar mis muy bien cuidados y afilados dientes que se encontraban en mi rostro. Esta cualidad hacia que la gente me tuviese respeto, pero se muy bien que en la mayoría es miedo no solo a mi pesada e impositiva mirada, si no a mi poder. Quien no sentía ninguna de estas dos emociones, la cambiaba por una muy distinta, el odio, pero ya estoy acostumbrado a vivir con eso.
Matas o te matan, ganas o te ganan. Es algo que quedaba a tu elección.
Mi educación era distinta ya que subí al trono muy joven, lo que no significa que fui el primero que lo hizo, en una de mis clases de historia me prestaron una genealogía de mi familia, averigüe que uno de mis tatarabuelos ascendió al mando recién cumplidos los once años. En ese caso yo tenia un punto a mi favor, me prepare tres años mas que el.
Rei ademas de ser nuestro mensajero era mi maestro, ese hecho me hacia exasperar un poco, ya que es cuatro años mayor que yo, y en esta no tan grande diferencia de edades, ya sabe todo lo que yo tengo que aprender. No me puedo quejar de sus métodos de enseñanza, ya que eran realmente efectivos y lograba aprender lo necesario o por lo menos lo requerido para seguir al mando de esta tierra.
Estaba tan perdido en mis pensamientos que me distraje de la clase y fui reprendido.
-Señor, si pudiese poner más atención a sus clase, sería de mucha ayuda. Haga eso en lugar de andar vagando en sus pensamiento. Recuerde que debido a...
-Rei. -Le interrumpí, no quería escuchar su sermón, hoy no estaba para eso, tenia una duda aquejando mi ser. -Tengo que preguntarte algo y quiero que respondas con toda sinceridad.
-Claro que si mi Señor, estoy para lo que usted necesite. Solo recuerde que la curiosidad mato al gato. ¿Qué desea saber? -Acomodo sus lentes y me mostró una sonrisa ¿burlesca?
-Al menos murió sabiendo, y no se que a que se debe tu sonrisa, conmigo no se juega. -No iba a pasar inadvertido su reto, si creyó que no lo notaria, esta en un grave error. Rei era muy amable conmigo la mayoría de las veces, pero de ves en cuando me lanzaba retos, y eso me lograba irritar demasiado rápido. Aun así el era de mi plena confianza. Me quede callado un momento y el sujeto de cabellera azul que se encontraba frente a mi cambio se expresión a una seria y sus ojos me decían que le preguntase, corte el silencio y lo solté de tajo. -¿Quién es el sucesor de Nanase?
Los ojos violetas que me pedían una pregunta ahora estaban abiertos de par en par, un tanto sorprendidos pero se notaba mas lo confusos que se encontraban.
-Perdone mi atrevimiento al contestarle con otra pregunta, pero ¿para que necesita saber tal información?
Ahora el chico volvió a imitar la acción con sus lentes, pero miraba directamente al suelo.
-Estoy consciente de que Nanase ya esta viejo, no durara demasiado y quiero saber quien será el nuevo Sultán de las tierras vecinas. Acaso tu no, o ¿será que no conoces la respuesta mi querido Rei? -ahora yo era quien lanzaba el reto, odio perder.
-No es eso Sultán Matsuoka, simplemente que no hay sucesor, Nanase no tiene hijos, y si los a tenido no han sido procreados con su esposa, a lo que se me ha informado el no tiene descendencia.
-Oh, pero si muere, ¿la tierra a donde va a parar?, ¿quién será el encargado de esos asuntos?, ¿cómo van a obtener agua?, ¿quien me va a pagar? Oye soy generoso, pero no tanto.
-No tengo las respuestas a esas preguntas, con respecto a su dinero y el agua, podemos consultarlo con Matoko, el lleva las finanzas y nos podría dar un informe detallado de todo lo que quiera saber.
-Si, hazle ese pedido por favor, si es posible que lo tenga listo para las tarde de este día.
-Como ordene, mi Sultán.
Rei salió de la gran habitación donde tomaba mis clases, yo tenia mucho que pensar, y agradezco que me haya dejado solo, ese viejo decrépito ya no me duraría mucho tiempo, su dinero no me importaba, era mayor mi riqueza en comparación a la de el. ¿Pero que pasaría con esa parte de Arabia, de MI Arabia? obvio que no dejaría a los ciudadanos por su cuenta, en estos días tendré que hacerle un visita a mi querido vecino.
El Sultán Nanase
Narrador omnisciente:
Mientras tanto en el palacio del lado contrario se debatía sobre el asunto en el cuan nuestro querido Matsuoka se encontraba involucrado, ¿Quién se quedaría con el trono?
-Busquen hasta que aparezca.
-Pero señor...
-Te atreves a contradecir mis ordenes, si yo digo buscadlo lo buscas y punto.
-Si, mi Señor.
-No te saldrás con la tuya Matsuoka, y de eso, yo me encargo. -Finalizo la frase y una risa maquiavélica se escucho en el interior de la habitación.