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El final es un nuevo comienzo. por Azumi Kuriaki Makara

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Notas del fanfic:

Hallo, niños frkis del planeta urano! CX    Hoy les traigo una historia que se me ocurrió hace no mucho, cuando me pregunté ¿Si me gustan tanto las series de zombis, por qué no tengo una historia con ellos? Así que aquí está. Trataré de hacer los capitulos un poco más cortos de lo que acostumbro para publicar rápido, espero y le guste.

Mi nombre es Kevin, tengo diecinueve años, puedo parecer un humano  normal, pero no es exactamente así. Mi verdadero nombre es “Proyecto K”, soy el resultado de un experimento llamado “Renacimiento” elaborado por la CIA, el experimento consistía en rehacer las formas de vida en peligro sin necesidad de una matriz y con ayuda de ADN neutro.

En el siglo XXI se quiso hacer algo similar con los mamuts en Siberia, Rusia, pero ellos planeaban clonar a Lyuba, no rehacer de nuevo a la especie, con base a esto se fueron haciendo más y más experimentos que no daban muchos resultados positivos porque la tecnología era poca. Con la llegada del siglo XXII y el llamado “futuro” de las personas del siglo XX, la tecnología se hizo mucho más avanzada, y así, el experimento de Lyuba dio frutos, aunque con algunos retrasos, como el que su crecimiento y su comportamiento no eran muy normales, y queda nombrar que durante el siglo XXI se perdieron casi por completo alrededor de doce especies diferentes de animales y cinco especies de plantas en todo el mundo, si este proyecto daba frutos, todas esas especies a punto de desaparecer de la faz de la tierra volverían a su gloria natural sin darse cuenta de que eran fetos nacidos en un laboratorio, pero tenían que hacer pruebas, pues la creación de una nueva Lyuba y su especie, era un poco atrasada. Dejaron en observación al mamut Lyuba II de dos años de “nacida” y un metro de altura, y en conservación a los restos de la original, pues sería una pena que se acabaran y no pudieran continuar. 

El proyecto “Renacimiento” se dividía en dos, la primer parte era para las formas de vida como animales, y la segunda era para la flora, que era un poco más avanzada. Se decidió empezar el experimento con humanos nacidos en laboratorios con el mismo fin, a los que llamaron “Proyectos”, a cada bebé que se creaba le ponían una letra del alfabeto, así que mis hermanos mayores serían “Proyectos A, B, C, D, E, F, G, H, I y J”, si existieran, claro, pues todos ellos fueron fallidos, yo fui el primero que resultó bien, si se podría decir así. 

Los científicos estaban satisfechos con mi nacimiento, la noticia fue difundida mundialmente y yo, aun siendo de su propiedad, fui encomendado a los cuidados de la familia  Jefferson, que me dio el nombre de “Kevin” por la letra K en mi nombre científico, donde vivía una vida casi normal en un pequeño puerto de Estados Unidos, Houston, cerca de México. El señor que se hizo pasar por mi padre por dieciocho años con nombre de un expresidente, Thomas Jefferson, padre de dos hijos, uno niño y otra niña, llamados Louis y Katherine, y su esposa, la señora Lucy Jefferson, fue una familia que escogió la CIA especialmente para mí, no porque fuera rica o bien reconocida, sino porque era una familia de  clase media completamente normal que se dedicaba al comercio, tenían parientes, como hermanos que también tenían hijos, y tenían ciertas similitudes físicas conmigo; como su piel morena, su cabello lacio y negro, y el idioma. La idea era que me adaptara a su forma de vivir,  lo logré, aunque con unas cosas extras. Mi vida con la familia Jefferson fue estupenda, como cualquier chico normal en una familia normal, los llegué a querer como mi familia verdadera, pero era un tanto diferente, pues cada año la CIA iba a ver cómo me encontraba y los avances que había en mí.    Yo no era un humano muy normal, pues mi crecimiento tanto físico como mental era bastante rápido,  era más fuerte y alto que Louis, que era dos años mayor. Yo era el que tenía el mejor promedio de mi escuela, y mi “primo” Carter, de la misma edad que yo, fue el mejor amigo y compañero que hubiera podido tener, nos perecíamos en muchas cosas, aunque él también era un poco más bajito que yo.  A los ocho años nos empezamos a interesar en los métodos de combate del ejército y cosas de ese estilo, así que nos metieron a un campo de entrenamiento donde junto a otros cinco chicos y dos chicas aprendimos combate cuerpo a cuerpo, uso de armas blancas y de fuego, métodos de emboscada, escape y supervivencia, de los que Carter, otro chico, una de las chicas y yo nos  graduamos con los más altos honores después de dos años, principalmente Carter y yo, si bien no era un humano de verdad y mi cuerpo era diferente al de personas comunes, me gustaba que Carter pudiera igualarme en fuerza y destreza, me hacía sentir un verdadero humano, pero era terriblemente malo en sus estudios, era realmente distraído y desinteresado. Recuerdo aquella vez, que incluso aunque pereciera una reverenda estupidez, había tenido razón…

-Carter, ¿se te dificultan las clases?- le pregunté pensando que tal vez era por eso que no eran buenas sus notas.

-Sinceramente, no- me respondió muy tranquilo sin voltear a verme y yo solo me quedé sorprendido. Nos detuvimos frente al cruce de peatones a esperar la luz verde del semáforo y él bajó la caja que tenía en su hombro y se lo frotó -. La verdad es que son muy sencillas y fáciles, pero no me interesan en lo absoluto- dijo y yo bajé también mi caja.

-¿Entonces por qué asistes a la escuela? ¿Lo más normal no sería dejarla?- le pregunté y él chistó.

-Mi madre tiene grandes expectativas de que me convertiré en un profesionista, pero yo también me quiero dedicar al comercio y quedarme juntos a ellos- me dijo y el semáforo se puso en verde. Ambos tomamos nuestras cajas serios y seguimos nuestro camino hacia la tienda de sus padres -. Cambiando de tema…- dijo con una sonrisa, igual que siempre.

-¿Si?- dije acomodándome la caja en mi hombro.

-¿Crees que algún día haya un apocalipsis zombi?- preguntó y yo solo me le quedé viendo con cara de “¿En serio?”.

-No creo- le respondí bien firme y él hizo un puchero.

-Yo creo que sí, quiero decir, mira hasta donde hemos llegado, no solo hemos avanzado en tecnología, ¡la raza humana también corre peligro! ¿Acaso no eres resultado de un proyecto que trata de evitar la extinción de cada cosa en este mundo? ¿Tus genes no son realmente de una persona que murió hace más de treinta años?- me dijo y yo, de la sorpresa, dejé caer la caja de mi hombro, y es que en ese momento Carter hablaba en serio, lo cual era algo extraño.

-¿C-cómo sabes… eso?- le pregunté dando un paso hacia atrás, por alguna razón me dio miedo lo que dijo.

-La noticia fue difundida mundialmente hace doce años, si buscas, encuentras ¿sabes?- dijo y unas lágrimas amenazaron por salir de mis ojos, yo pensaba que él no sabía sobre Renacimiento ni mi verdadero origen, realmente me lastimaba, y al parecer pudo notarlo porque bajó su caja y me abrazó –Lo sé, antes no lo sabía, pero no es muy normal que una organización como lo es la CIA te visite cada año y no te llamen Kevin, sino “Proyecto K”, no quería herirte, realmente te considero mi familia y te adoro, pero es algo que no se puede ocultar- dijo y yo froté mis ojos y le sonreí ligeramente.

-¿Por qué metiste el tema?- le pregunté y él me soltó.

-A lo que quería llegar es que si pueden hacer a una persona con ADN neutro y sin necesidad de matriz, no están muy lejos de hacer que los muertos caminen…

Después de eso, no dejo de pensar que realmente tenía razón, y más con las miles de enfermedades nuevas que se presentaron. Cuando tenía trece, el ejército me reclutó para combatir junto a ellos internacionalmente, ya que mis técnicas de combate y mis conocimientos era ilimitados, y nunca dejaba de aprender, durante mi servicio en el ejército viajé a muchos sitios, conocí a mucha gente y me hice más importante de lo que ya era, pero tres años después renuncié y me dediqué a trabajar con la CIA con tan solo dieciséis años de edad, era realmente genial ya que con ellos llegué a conocer  mis verdaderos orígenes y cómo me hicieron realmente, colaboré con la creación del “Proyecto T”, que fue el primero en ser mujer. Cuando cumplí diecisiete me enamoré de una chica albina que padecía de una enfermedad a la que nosotros le buscamos cura, pero hicimos tantas pruebas con ella que justo cuando la encontramos y pensé que viviría junto a ella murió a causa de su enfermedad y una sobredosis, juntas. Me decepcioné muchísimo, pero me prometí que mientras tuviera la vida de una persona bajo mi cargo, no se escaparía de las manos.  Unos tres meses antes de que cumpliera los diecinueve, me informaron que una pandemia arrasó con África e iba avanzando de manera drástica, consistía en que las personas contagiadas murieran pero siguieran en pie, como zombis. Ahí pensé en Carter y mi familia adoptiva, como el mar nos conecta entre continentes, me asusté porque ellos vivían en un puerto, vivían cerca del océano, así que decidí visitarlos para ver cómo se encontraban, pero cuando llegué el lugar se encontraba en cuarentena, no me dejaban pasar a ver cómo estaban, me dijeron que me iba arrepentir, más sin embargo entré a escondidas con un rifle en manos por si había algún peligro, y al entrar vi que la pandemia había llegado hasta ahí. Había muertos caminado sin rumbo por todos lados, fue realmente difícil llegar hasta la casa de mis padres, entré y Thomas, Lucy y Katherine estaban muertos, parecían haber sido mordidos vorazmente por algún animal, y Louis trató  de atacarme como zombi, no fue fácil, pero supe que ese ya no era mi hermano, así que me armé de valor y le di un tiro en la cabeza. Salí lo más rápido que pude de mi casa y me dirigí a la casa de Carter, él no estaba dentro de ella, estaba fuera, aún con vida, pero sus extremidades izquierdas estaban completamente destrozadas y su ropa completamente sucia y manchada de su propia sangre…

 -¡Carter!- solté al verlo ahí, tirado con su cuerpo destruido.

-Kevin, sabía… que vendrías- me dijo con mucha dificultad y con lágrimas en los ojos.

-No hables, te sacaré de aquí- le dije pero me detuvo con su brazo derecho.

-Yo solo quería despedirme- dijo sonriendo ¿cómo podía sonreír estando así? -, Kevin, ya te lo había dicho, quiero… permanecer junto a ellos- me dijo volteando a su izquierda, seguí su mirada y me encontré a sus padres también muertos, los dos tenían un disparo en la cabeza, claramente él lo había hecho.

-¡Pero yo quiero estar contigo! Te salvaré, no me importa que no tengas un brazo y una pierna, déjame ayudarte- dije tratando de cargarlo y él me rechazó ¿Por qué así? ¿Por qué ahora? ¡No lo entendía! -¡Carter!

-¡Kevin!- me gritó, ambos teníamos lágrimas en los ojos –Escucha, eres una forma de vida brillante, te dije que esto no tardaría en suceder y no me creíste, por primera… vez te gané en conocimiento, ¡pero sé que eso no es todo! Realmente te amo, Kevin, pero… también los amo a ellos, no podía dejarlos a pesar de que tenía la posibilidad de… no terminar así. Encuentra una cura para esto, sé que puede haberla, no importa que no se trate de genéricos… yo sé que lo lograrás- me dijo y exhaló profundo, su respiración estaba cortándose -. Has encontrado la cura de varias enfermedades, pero yo no estoy enfermo, mira- me dijo apuntando a su sangre en el suelo –, el charco aun crece…

-¿Y por qué sigues consiente? Eso es mucha sangre…- dije apoyando mi frente en su cabeza y él puso su mano en mi mejilla.

-Por ti…- dijo y tomó algo del suelo, era el dije del signo infinito a la mitad que nos habíamos obsequiado cuando teníamos doce, la otra mitad la tenía yo –Toma, consérvalo…- me dijo y yo lo tomé y me lo guardé en el bolsillo de mi pantalón -…Te quiero, Proyecto K…- dijo y yo lo iba a abrazar cuando me empujó, tomó el rifle y sin pensarlo dos veces se disparó en la garganta provocándose una muerte instantánea.

-¡¡CARTER!!- grité al ver cómo se disparaba, sus ojos se cerraron y su corazón dejó de funcionar, y de la nada aparecieron más zombis, tomé el rifle y me eché a correr hacia la salida –Carter, te prometo que encontraré la cura…- dije vagamente mientas subía las escaleras de un edificio para llegar al límite de la reja…

Eso dije pero, ¿realmente queda algo de esperanza? Traté de hacer todo lo que pude, y sin embargo, el mundo fue completamente devastado, ni una sola guerra se le podía comparar a esto. Mis padres siempre nos decían que el final, era un nuevo comienzo. El final de la raza humana ya llegó, ¿dónde está su nuevo comienzo? El final de mis esperanzas ha llegado, ¿qué se supone que tiene que comenzar ahora? ¿Nuevas esperanzas? Eso ahora ya no existiría. Thomas, Lucy, Carter, ¿cuál es y en dónde está mi nuevo comienzo?

 

Fin del capítulo 1.


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