Pov Camus:
2 años después de la batalla contra Loki en Asgard nos revivieron de nuevo… Recuerdo que Zeus hablo con nosotros: “Caballeros de Atenea debido a que muchos han abogado a su favor, he decidido darles una nueva oportunidad, espero que no vuelvan a cometer ninguna falta en contra de los Dioses, como una medida preventiva su cosmos estará restringido a menos que su uso sea estrictamente necesario”
Después de eso yo desperté en mi templo, supongo que los demás también. Fuimos hacia el templo patriarcal ahí nos esperaban Athena, el Patriarca Shion, Seiya, Hyoga, Shiryu, Shun, Ikki y Kiki, al entrar un grito nos sobresalto:
Fin Pov Camus.
- ¡Maestro Mu! –el pequeño lemuriano salió corriendo hacia su homologo que se agacho y lo esperó con los brazos abiertos, le levanto y le estrecho entre sus brazos. Una escena muy enternecedora. Hyoga se acerco a Camus.
- Maestro, es bueno verlo de nuevo.
- Igualmente Hyoga, has crecido mucho. –el rubio miro por encima del hombro del francés.
- Milo… -susurró, el griego les dedico un leve asentimiento con la cabeza y siguió su camino, luego de los saludos Atenea tomo la palabra:
- Caballeros en pago por su lealtad se ha decidido darles una nueva oportunidad, ya no tendrán su cosmos, podrán tener una vida normal y yo les ayudare en todo lo que necesiten.
- Su ofrecimiento es muy amable señorita Atenea… -dijo Mu.
- ¡Nuestro deber es con usted, no puede pedirnos que hagamos otra cosa! –exclamó Aiolos.
- Comprendo pero ya han hecho suficiente por la tierra, es tiempo de que se les retribuya, quiero que tengan una vida normal, donde reine el perdón y la camaradería entre ustedes mismos.
- Pero… -la apelación de Saga fue interrumpida por Death Mask.
- Athena tiene razón, además sin cosmos no seremos más que estorbos aquí.
- Death Mask no pienses así, ustedes son los Caballeros Dorados, los más fuertes de mi ejercito, siempre serán de ayuda aquí, su pasado ya no importa, lo malo que hayan hecho ya fue borrado, les perdono., quiero que entre ustedes también lo hagan, perdónense a sí mismos y perdonen a los demás. Esta nueva oportunidad aprovéchenla para hacer las cosas de otra manera. –esas palabras y el tono tan dulce que uso fueron suficiente para conmover a todos.
- Si no hay más que decir pueden retirarse en paz. –la voz del Patriarca lleno el recinto y todos se fueron retirando Camus no había dejado de pensar en Milo “¿Debería de ir a buscarlo a su templo? El siempre es el que viene, pero ¿y si el ya no vuelve? Tengo que ir, dejar pasar más tiempo solo empeorara las cosas. Se dirigió al 8° templo elevando su cosmos un poco para llamar la atención de su habitante, pero quien salió a recibirlo fue una de las doncellas del templo:
- Buenos Días señor Camus ¿en qué puedo ayudarlo?
- Buenos Días Acacia ¿ésta Milo?
- Si señor… pero no está muy disponible, que digamos. –la chica se notaba sonrojada cuando lo dijo.
- ¿a qué te refieres? –antes de que la chica contestara la voz del griego se dejo escuchar acompañada del sonido de sus pasos descalzos sobre la losa.
- ¿Qué es lo que pasa Camus? –el peli azul tenía una toalla anudada en su cintura y otra alrededor de su cuello, los rizos y el cuerpo le goteaban. El agua acariciaba los definidos músculos dejando formas sinuosas en la suave piel. La mirada del galo recorrió de arriba a abajo el cuerpo del Adonis frente a él, terminando en los carnosos labios donde se entretuvo y un aroma delicado a Canela llego a sus fosas nasales discordando con la esencia a narcisos que recordaba, portaba su otrora mejor amigo. Siguió subiendo terminando en los hermosos ojos que le miraban interrogantes e impacientes, ahí fue cuando volvió de su ensueño:
- N-nada… yo… quería hablar respecto a lo que paso en Asgard…
- No tenemos nada de qué hablar Camus, comprendo. –a pesar del tono frío en sus palabras, se notaba el resentimiento.
- Pero…
- Era tu deber para con Surt, tenías que salvar a tu amigo. Ahora si me disculpas quiero vestirme.
- Claro Milo, hasta luego.
- Adiós. –el onceavo guardián se fue a su templo pero no podía dejar de pensar en Milo.
Unos días después la incertidumbre respecto al futuro empezó a reinar entre la orden Dorada, muchos no sabían qué hacer, Death Mask se había empezado a llevar mejor con Afrodita:
- ¿Ya has pensado en qué hacer? –pregunto Afrodita frente a una taza de té en el jardín de Piscis.
- No. –la mirada de Afrodita le insto a mejorar su respuesta. – Por fin tenemos libertad de hacer lo que queramos pero no quiero defraudar a Athena.
- Shun me dijo que la mejor manera para empezar a buscar en que ocuparnos era saber en que éramos buenos y que nos gustaba.
- Eso va a estar difícil, hemos vivido siempre aquí, yo no se me todas las carreras que imparten las universidades y si hay alguna que combine con mi personalidad.
- …Tener un bar no es tan malo.
- Tal vez… ¿tú que harás?
- Pensaba en tener una cafetería o una…
- Una…?
- Olvídalo me quedo con la idea de la cafetería.
- Si quieres poner una floristería yo no me opongo, tienes buena mano para las plantas. –la mirada anonadada del sueco se fijo en el rostro sonriente de su interlocutor, se rindió cuando no pudo interpretar los pensamientos del de Cáncer y siguió con la plática:
- También me dijo Shun que Hyoga se va a ir a Siberia y que parece que Camus lo va a acompañar.
- Bueno eso no me sorprende, aunque creo que de todos modos Camus va a terminar siendo doctor o abogado. –en el templo de la vasija Camus leía unos libros respecto a leyes, después de todo, Death Mask no estaba tan equivocado. Quería ir a estudiar a Rusia, debido a su magnífico plan de estudios, tal vez se iría dentro de 2 meses hasta que Athena tuviera todo listo, escucho pasos:
- Caballero de Acuario solicito permiso para pasar. –el galo se levanto al escuchar la inconfundible voz de Milo.
- Hola Milo ¿de dónde vienes?
- De hablar con Athena.
- Ah, ¿no te vas a quedar?
- No, tengo cosas que hacer y es obvio que tu estas ocupado. –dijo mirando al libro que el acuariano tenía en su brazo.
- No tanto, quédate, si quieres. –Milo pareció meditarlo un poco:
- Acompáñame.
- ¿A dónde?
- Mü me invito a comer a su templo, también irán Aioria, Aldebarán, Kanon y Saga, dudo que se enoje si te invito.
- Entonces déjame ver que puedo llevar a la comida, llegar con las manos vacías me parece descortés. –luego de un rato apareció con 1 botella de vino bastante fino y añejo. Al llegar a Escorpio el dueño del templo salió con un pastel y una bandeja con comida, al llegar a Aries, Saga, Mü y Aioria miraron al francés pero quitaron la mirada al escuchar a Milo:
- Invite a Camus, espero que no te moleste Mu.
- No, no. Camus, se bienvenido. –la comida estuvo en paz, Kiki demostró ser muy educado, al terminar de cenar se quedaron platicando un poco hasta que llegaron a un tema crucial:
- ¿Ustedes ya saben que harán? –pregunto cauteloso Mü.
- Yo pensaba en poner un restaurante. –dijo Aldebarán.
- ¿El platillo que trajiste lo preparaste tú? –preguntó Saga
- Si.
- Entonces te harás rico. –dijo Kanon, causando una risa general.
- ¿Y los demás? –volvió a preguntar Mü.
- Yo pensaba en estudiar medicina. –dijo Saga.
- Yo ingeniería. –dijo Kanon.
- Tal vez también estudie medicina. –dijo Aioria.
- Derecho. –dijo Camus.
- ¿tu Mu? –pregunto Milo.
- No lo sé, pensaba en conseguir cualquier trabajo para ener los estudios de Kiki. –al decirlo miro al pequeño pelirrojo que comía un pedazo del pastel que trajo Milo.
- Si estudiaras una carrera podrías ganar más. –dijo Saga.
- Los ingenieros ganan mucho, podrías enviar a Kiki a las mejores escuelas. –dijo Kanon.
- Lo pensare… Milo, tú no has dicho que harás.
- No lo sé, conseguiré un trabajo mientras pienso que hacer. –luego de un rato más todos se empezaron a retirar, Camus se veía un tanto molesto, las miradas constantes de todos sobre Milo le tenían así, luego de unos días le fue notificado por Hyoga que ya debían irse a Rusia. Justo cuando se retiraban, al pasar por Escorpio el francés se acerco a las habitaciones privadas y toco suavemente, le abrieron al 3° toquido:
- ¿Qué pasa Camus? –pregunto un somnoliento y despeinado Milo.
- Ya me voy Milo, solo vine a despedirme.
- ¿A dónde te vas?
- A Rusia, ahí estudiare Derecho.
- Ah… ¿Hyoga ira contigo?
- Si.
- Bueno pues… cuídense ambos.
- Gracias, tu igual Milo, suerte en tu vida.
- Tu también. –el francés se retiro.
5 años después…
Pov Camus:
Han pasado 5 años desde que vi a Milo, llevo 6 meses ejerciendo mi profesión de abogado, Hyoga trabaja junto con Atenea en sus empresas, de vez en cuando me trae noticias, parece que a todos les va bien, pero de quien no he tenido noticias es de Milo solo supe que vivía cerca de Kanon y Mü. Tal vez debería ir a visitarlo.
Camus llamó a Hyoga esa misma tarde y le pidió los datos de Mü, si Milo vivía cerca del lemuriano este tenía que saber algo de él o si no le preguntaría a Aioria. Voló hasta Grecia y rentando un coche se dirigió hacia una zona de apartamentos, subió hacia el 5° piso y toco en el apartamento 15. Grande fue su sorpresa al ver que quien le abrió fue Milo:
- ¡Camus! ¿Qué haces aquí?
- …me dijeron que vivías cerca de Mü y quise saber si él sabía de ti pero por lo visto ya no es necesario que le pregunte. –una diminuta sonrisa adornaba su rostro. Tal parece que Hyoga se equivoco.
- Si… ¿quieres pasar?
- ¿Y qué es lo que te trae por aquí, para que querías buscarme?
- Para hablar… -el francés se fijo en las fotos que había colgadas en las paredes, fotos de los caballeros que vivían en Grecia tomadas en la playa, en un parque de diversiones, en los negocios de algunos, eran muchas.
- ¿y de que querías hablar? –la voz del bicho lo saco de su ensimismamiento.
- De cómo te ha ido, que has hecho de tu vida. Por lo visto casi todos mantienen contacto.
- Algunos… me ha ido bien, Athena me ayudo a conseguir un empleo y ahora con lo que pude ahorrar estoy estudiando Arquitectura, sigo trabajando pero los fines de semana. ¿Y cómo te ha ido a ti?
- Estoy ejerciendo en un bufete de Abogados en Rusia… pero yo quería decirte que en todo este tiempo no he dejado de pensar en ti, siempre te he tenido muy presente. –Camus intento tomar la mano de Milo pero este la retiro.
- Camus…
- Déjame terminar por favor, sé que cometí muchos errores antes y estoy muy arrepentido. Te pido perdón por las veces que te herí, estos 5 años me han hecho pensar mucho y han sido una tortura al no tenerte. Te pido una oportunidad para enmendar todo y demostrarte lo mucho que te quiero.
- Camus… no puedo. Yo tampoco he dejado de pensar en ti, pero lo nuestro ya no puede ser. Tengo pareja y nos vamos a casar.
La expresión de Camus quedó congelada en su rostro, ¿Milo se casaba? ¡¿Su Milo?! Debía de ser una broma; una pesadilla mejor dicho. No, tenía que haber escuchado mal. Sabía que 5 años eran demasiados pero no pensó que fuera tan tarde. Con los dientes apretados pregunto:
- ¿Quién es?
- … Es Kanon. –Luego de un tenso silencio Camus volvió a hablar.
- ¿Cómo fue que paso?
- Camus no me pidas que…
- ¡Dime! Quiero saber. –de pronto la puerta se abrió dejando entrar a un sorprendido Mü.
- ¡Camus! ¿Qué haces aquí?
- Vine a ver a Milo.
- Ah… ¿te vas a quedar?
- No, Camus ya se iba… -dijo el griego.
- No hasta que me respondas Milo. –el tono dolido del francés alerto al lemuriano.
- Es que no hay nada que responder Camus.
- ¿Qué pasa?
- Nada… es que…
- Lo que pasa es que quiero saber cómo fue que Kanon ahora está con Milo.
- ¿Qué es lo que no comprendes? –la pregunta de Mü fue soltada con mordacidad.
- ¿Por qué esta con él? ¡es un traidor a Athena!
- Si mal no recuerdas Camus, Kanon se redimió ante Athena y quien le otorgo el perdón fue Milo. Y antes de que digas algo más, Kanon estuvo 2 años tratando de que Milo le diera una oportunidad, tratando de sanar el corazón del bicho y mejorar su imagen ante los demás y restaurar su relación con Saga….
- ¡YO AMO A MILO! –interrumpió Camus.
- Qué bien lo demuestras Camus ¡Tú te fuiste a Rusia, ni siquiera te esforzaste mucho en tratar de conseguir su perdón! ¿pensabas que el amor de Milo sería tan fuerte como para perdonarte todo, qué el siempre estaría ahí para ti? Ese fue tu error Camus. Fuiste un excelente caballero de Athena, cumpliste a cabalidad tu deber pero al hacer todos esos sacrificios también descuidaste el amor; lo diste todo por tus principios y responsabilidades, diste por hecho que Milo se quedaría a tu lado sin pensar que también tenías que luchar por ese derecho. –un tenso silencio lleno el lugar.
- Comprendo… Perdona Milo no fue mi intención venir a molestarte… debo retirarme Adiós.
- Cuídate Camus. –dijo Milo.
- Adiós Camus. –dijo Mü.
Las palabras del lemuriano le habían calado hondo; tuvo que hacer esfuerzos sobrehumanos para que las lágrimas no salieran mientras aún estaba con ellos, comprendía que había sido un estúpido al pensar que Milo siempre le iba a esperar y aceptar no importara lo que hiciera, no se arrepentía de las decisiones que había tomado pero tal vez si hubiera actuado con mayor delicadeza quizás aún Milo estaría con él. Pero ya no podía lamentarse por el pasado. Al conducir hacia el aeropuerto puso la radio se puso una canción nueva, la letra le recordó su situación y estuvo tentado a cambiar de estación pero decidió dejarla. Una parte de la canción se le quedo pegada:
Hello from the outside
At least I can say that I've tried to tell you
I'm sorry, for breaking your heart
But it don't matter, it clearly doesn't tear you apart anymore