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mi primera razón por emib

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Notas del capitulo:

a leer!!!

Inhalo por última vez el humo del cigarrillo que tenía entre sus dedos para luego botarlo al piso y pisarlo tratando de ese modo apagar el cigarro, boto el humo de sus labios y prosiguió su camino para la escuela, realmente odiaba eso, odiaba levantarse temprano, odiaba ver a sus compañero y recibir las aburridas clases de los profesores, pero todo aquello era mejor que estar encerrado en su estúpida casa sin nada que hacer. Reafirmo la mochila en sus hombro y entro al establecimiento siendo recibido por un considerado grupo de chicas las cuales lo miraban con la ensoñación impregnadas en sus ojos y con la esperanza de que algún día el eligiera una de ellas para ocupar su corazón

-Santiago, Santi, llegaste tarde- hablo melosamente una chica que se amarro a su brazo e hizo un puchero un tanto cómico para Santiago quien solo hizo una sonrisa arrogante en sus labios

-Lo siento preciosura, me quede dormido- las chicas solo soltaron un suspiro ensoñezedor al recibir la respuesta de aquel chico, parecía que Santiago llamaba mucho la atención de las chicas y así era, con su porte de 1.80 , su pelo negro, piel pálida y aquellos ojos crises achinados le daban un toque de salvajismo y misticidad, un manjar para la vista de cualquiera, Santiago Miller, era realmente muy popular en el colegio y el realmente gozaba de aquello, siguió caminando por los largos pasillos del establecimiento, hasta que escucho como la campana que daba inicio a la primera hora sonaba y el grupo de chicas se esparcía con un semblante de decepción en sus miradas, Santiago por su parte se quede en el pasillo recostando su espalda en una pared mientras se despedía de ellas moviendo su mano. Muy pronto el pasillo quedo totalmente vacío, el pelinegro suspiro, tomo sus cabellos tirándolos para atrás comenzando a caminar al ultimo piso de el edificio directo a la azotea Santiago no quería entrar a clases y menos si la primera hora le tocaba matemáticas. Abrió la puerta de color rojo haciendo un sonoro sonido al ser abierta, paso el umbral inhalando el fresco aire que soplaba allí arriba

-Otra vez saltándote las clases Santiago- hablo un rubio de ojos verde, de cabellos hasta el hombro, media 1.76 de piel bronceada,  estaba sentado en el piso y con su espalda recostada en la pared, el rubio levanto su vista observando el fornido cuerpo de su amigo

-Ya sabes odio matemática- se sentó junto el rubio y de su bolsillo saco una cajetilla de cigarrillos, le ofreció uno al rubio pero este se negó recogiendo las piernas y se abrazo a  ellas- Henry- Santiago llamo al rubio este solo hizo un sonido con su boca informando que lo escuchaba, el moreno lo miro y prendió su cigarrillo inhalando el humo he inundado sus pulmones con ese toxico humo para luego botarlo- no es normal en ti que estés tan callado y pensativo- el rubio solo entrecerró sus cejas- tuviste problemas con Marion

-Como es que siempre sabes lo que me pasa- Henry estiro sus piernas y puso recta la espalda- el me odia, definitivamente esta vez si me odia, se que esta vez fue mi culpa pero me dijo muchas cosas hirientes, no sabes cómo me hizo sentir, escuchar todo aquello me dejo impresionado y dolido  y luego de todo eso, el solo se fue y me dejo allí como si nada, no me dejo explicarle lo que paso, el solo me grito y se fue…

-Y como esperabas que reaccionase si llega a tu casa y te encuentra de los besos con una chica, le haces problemas a Mario cuando este se acerca a Sofía, pero él no puede enojar cada vez que te ve coqueteando con alguna chica,  yo ya te hubiera partido la cara- Santiago dio otra inalada a su cigarro- me sorprende la paciencia que tiene Mario contigo

-Sabes, me encanta la forma que tienes de aconsejarme- ironizo Henry mientras se ponía de pie- además él fue quien acepto este tipo de relación-Henry  saco su celular marcando un numero esperando que el chico del otro lado le respondiera pero eso nunca paso- Maldita sea, no responde- confeso enojado

-Quizás ya se aburrió de ti y de esa estúpida relación que tienen- Hablo Santiago desinteresadamente, consiguiendo que Henry lo observara enojado para luego marcho de ahí, dejando completamente solo  a Santiago, por su parte este también se levanto y se dirigió al barandal de la azotea, mirando el patio totalmente vacío se permitió pensar en que haría su amigo en ese momento, quizás volvería a llamar a Mario para pedirle disculpas o solamente lo sacaría de la sala de clases causando un escándalo como siempre, ese par no tenia solución estaban metidos en una relación totalmente toxica la cual los consumía cada vez más, metidos  en un infernal irse y volver. Santiago dio la ultima calada a su cigarrillo y boto la colilla por el barandal hacia el exterior viendo como este caía piso tras piso hasta llegar al suelo, y en ese momento se pregunto, ¿realmente cual era el sentido de su vida?, se sentía tan perdido, tan frustrado, se supone que el ser humano llegaba al mundo por una razón, unos para ser abogados, otros doctor, algunos maestros, pero para que estaba el, cuál era su razón de existir, no lo entendía realmente. Su familia era un montón de materialistas que antes que cualquier cosa  ponían siempre primero al Dinero, vivió de forma solitaria gran parte de su vida  hasta el momento que decidió irse y dejar todo atrás pero ahora se encontraba con esa decepción en su interior, se encontraba  en esa ciudad en ese colegio en esa azotea, preguntándose qué hacer y cómo seguir adelante, tenía todo, dinero, popularidad, alguno que otro que se decía ser su amigo, a Henry, pero Santiago realmente sentía que le faltaba algo a su vida, le faltaba esa chispa, esa emoción ese no se qué que lo hiciera sentir vivo - tiro su cuerpo  hacia atrás sosteniendo sus manos en el barandal  que separaban su cuerpo de una inédita y larga caída, y se quedo así por unos momento, en calma en silencio, dejando que el aire removiera aquellos negros cabellos que le caían rebeldemente por su frente, dejándose influir por esa tranquilidad que albergaba el lugar, paz que se vio interrumpida tras escuchar el claro sonido del rechinar de  la puerta al abrirse

Vio como por la puerta pasaba un pelirrojo claramente enojado, tenía el ceño fundido y respiraba con ferocidad, se acerco con rapidez al barandal, pasando por el lado de Santiago sin percatarse de su presencia, en ese momento el pelinegro observo más de cerca al pelirrojo, tenía casi su misma altura, con un tono de piel rosa claro, pequeñas pecas al contorno de su nariz sus labios eran de un rojo intenso quizás por la fuerza de cómo los apretaba, el pelirrojo solo apretaba el barandal observando aun con el seño fundido al frente mientras su cabello era removido por el viento

-Valla, parece que la llama de flama está encendida- hablo fuertemente Santiago recostado en el barandal viendo de forma divertida al pelirrojo, este por su parte se giro y lo miro enojado

-A quien mierda le hablaste- el pelirrojo  se acerco enojado a Santiago y lo tomo del cuello de la camiseta, Santiago solo sonrió de forma arrogante

-Y tú sabes a quien mierda esta tocando- Santiago también lo tomo del cuello de su camisa y acerco aun más el rostro del pelirrojo al suyo

-Eres un puto arrogante- el pelirrojo levanto el puño dispuesto a golpear el rostro de Santiago pero este solo alejo su rostro esquivando el golpe y sosteniendo su mano con fuerza acerco de nuevo su cara al pelirrojo

-Realmente estas enojado cerecita, pero, cuida tu tono de voz  cuando me hables a mi  

-Ha!, ¿es broma?, y si digo que no- el pelinegro sonrió de forma altanera mientras su puño se clavaba en la boca del estomago del pelirrojo sacándole el aire y asiendo que su cuerpo se encogiera dejando su cabeza en el hombro de Santiago- te dolió cerasita- hablo Santiago de forma sarcástica fingiendo compasión, Santiago se hizo a un lado dejando que el cuerpo del pelirrojo se sostuviera del barandal de la terraza

-Eres un maldito salvaje- hablo entrecortado el pelirrojo, Santiago solo sonrió ampliamente, la forma arrogante y orgullosa de ese pelirrojo le agradaba

-Pero si el que quiso golpearme primero fuiste tú

- Te moleré a golpes. Te lo juro bastardo

Santiago lo tomo de la mandíbula levantándole la mirada haciendo que los castaños ojos del chico se encontraran con los ojos grises afilando de Santiago quien acerco mas su rostros haciendo que sus narices se tocaran, consiguiendo un pequeño nerviosismo en el chico pelirrojo -lo que tu digas, quiero verte intentar hacer eso  cerecita- lo soltó para después alejarse un poco a la salida del lugar siendo detenido por la vos del otro.

-¡Que mi nombre no es cerecita, es Daniel!

-Y yo Santiago, gusto en conocerte cerecita- y dicho eso salió  de la terraza dejando atrás a un muy enojado pelirrojo.

Es sorprendente como una sola persona puede lograr cambiar tu vida de un momento a otro, como una sola persona puede reconstruir tu perdido y destruido mundo y como esa única persona puede darte la razón que necesitabas para vivir. A veces las cosas no pasan cuando uno realmente  las desea sino cuando uno realmente las necesita.

Notas finales:

espero que les haya gustado si es así, díganmelo  por los comentarios me encanta cuando que dejan saber su punto de vista o opinión sobre las cosas que escribo, espero que sigan con la historia, alguna duda, consulta cualquier cosa solo digan y yo responderé, adiós/. 


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