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You Belong To Whit Me por lenkautatane27

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Notas del fanfic:

Portada:

http://es.tinypic.com/r/ws1co4/9

Notas del capitulo:

Dedicado a las especiales personitas del grupo "Haikyuu Comunidad Fujoshi/Fundashi"

Se los ama <3

Resguardado tras su fiel ventana, él le observaba tratando de pasar lo más desapercibido posible: Desde hace diez minutos aquel chico llevaba hablando por celular, más bien una pelea bastante reñida con quien estuviese del otro lado de la línea. Al parecer la llamada corto, ya que este arrojo con fiereza el aparato a su cama.

Se preguntó si lo había roto por tanta fuerza.

 

Las dos ventanas se chocaban, separadas por un espacio de casi seis metros para abajo. Eso era lo único que los separaban.

 

Kenma tomo una de sus tantas hojas y escribio tan grande como pudo, así el otro podía leerlo. El chico suspiro y miro justo hacia la ventana, en donde Kozume se hacía que leía un libro para disimular, y lo había hecho muy bien.

Tímidamente alzo su mirada, esperando que sus nervios no le fallaran de nuevo, como la última vez que salio corriendo planta abajo. Sonrió levemente y tomo su hoja, mostrándole a aquel pelinegro lo que había escrito.

 

“¿Estas bien?”

 

Sonriendo, su vecino escribio y lo puso frente a la ventana.

 

“Demasiado drama. No lo soporto”

 

El chico hizo un movimiento y la expresión que puso entristeció a Kenma. No quería verlo así, ¡Quería verlo feliz!

No creyó que contestaría. El sonrojo en su rostro empezó a crecer tras sus anteojos gruesos. Rápidamente puso sus manos a la obra.

 

“Oh… PerdónL

 

La carita triste había salido de improvisto, pero supuso que quedaría bien.

Sonrió otra vez, acelerando el corazón de Kenma.

 

“No te preocupes, no es tu culpa”

 

Otra vez, le sonrió. Sabía que esas sonrisas eran solamente para él, pero no de la manera que en verdad quería.

Ya emocionado, dispuso el último cartel, pero al ver la ventana del contrario esta estaba tapada por las odiosas cortinas. Ya se había acabado.

Aun sabiendo eso, y del que el otro no le vería igualmente, levanto su hoja lentamente.

 

“Me gustas”

 

 

2 años. Dos años ya viviendo en esa casa y no había hecho casi ningún contacto con su vecino. Demasiada timidez, su cuerpo no soportaría estar junto a alguien tan genial.

Yendo al mismo instituto, aunque siempre vías distintas. Mientras que Kenma caminaba, a su vecino siempre lo pasaban a buscar; sus amigos o alguna novia.

No tenía a nadie, ni un amigo con quien compartir sus videojuegos.

En el primer año, el rumor de que ese misterioso chico teñido era nerd, friki y afeminado, sin mencionar que también gay se había esparcido por toda la escuela. No estaban del todo alejados de la realidad, pero eso hizo que Kenma se sintiera aún más solo de lo que ya estaba. Los pocos amigos que tenía los había perdido completamente.

Al fin y al cabo, eran falsos. Se terminó acostumbrando a la cruda realidad.

 

Pero, una sola vez se había enamorado de alguien, y ese era su vecino, Kuroo Tetsurou.

Obviamente no lo diría en voz alta. Lo tacharían definitivamente de homosexual y seria el marginado más marginado de todos. Y para la cereza del pastel, Kuroo lo terminaría evitando de por vida, y eso era lo que más le dolería.

El contacto que pocas veces hizo con él le parecía estar en el cielo. Una vez, su vecino fue a su casa con su familia, y del nerviosismo fingió estar enfermo para no bajar, y cada vez era lo mismo.

 

Al principio, cuando era nuevo en la ciudad, Kuroo lo visitaba para jugar voleibol cada tarde. Solo acepto unas pocas veces, y luego dejo de acompañarlo; el amor hacia él era cada vez más notorio, y tarde o temprano lo descubriría. No quería que llegara ese momento, jamás.

Desde ese entonces, apenas hablaban. Apenas eran los contactos que ellos mantenían.

Y eso, hizo crecer más el amor no correspondido de Kenma.

 

 

 

Unas semanas más tarde, Kenma se encontraba sentado en una banca en la acera de su casa, en realidad al medio de la de él y Kuroo. Sus rodillas estaban juntas en su pecho para mantener el calor, el frio era algo que no soportaba.

Jugando uno de sus videojuegos favoritos, sonreía. Pocas veces lograba sonreír, pero esta vez era especial. ¡Estaba a punto de vencer al jefe final!

No escucho cuando el pelinegro había salido de su casa. Y menos cuando se sentó junto a él.

-Hola- toco la mejilla del teñido con un dedo y sonrió.

Kenma casi cae de la banca por el susto. Estaba tan concentrado en su juego que no escucho el momento en el que se sentó. Apego más su cuerpo y bajo su gorro negro con orejas- Ho-hola…- contesto bajito, casi susurrando. Poco a poco subía la sangre, al igual que sus palpitaciones.

Kuroo desvió la vista hacia el gorro del más bajo y toco una de las orejas- Lindo gorro. ¿Qué juego estás jugando?- pregunto el pelinegro tratando de sacar charla a tan misterioso y tímido chico.

Kenma se quedó mirándolo, era aún más hermoso de cerca. Aquel cabello negro, algo rara la forma, pero le quedaba muy bien, la piel bronceada, y esa mirada salvaje y picara lo hacía derretir completamente… claro, por dentro. Por fuera, Kozume era un bloque de hielo sonrojado.

 

Bajo su mirada repentinamente, nervioso -Final…- hecho una ojeada a Kuroo que seguía observándolo- Fantasy…- respondió con su usual tono de voz.

El pelinegro volvió a sonreírle de esa manera tan sensual, Kenma parecía que no resistiría por mucho -¡Ohoho! Ese juego está muy bueno, lo jugué en mi computadora-

Internamente, el rubio reunió valor para invitarlo a tomar un helado, le había costado tanto prepararse para este momento…- Disculpa, pero ¿Quisieras ir…-

 

El pitido de un auto frente suyo interrumpió a los dos chicos. Un gran auto de última generación deslumbro la vista de ambos, y la de Kuroo al ver a su novia tan ardiente al volante.

Con la mirada perdida tras sus anteojos, Kenma mantuvo su vista en el coche reluciente. La caricia amistosa en su cabeza fue lo último que recibió de Kuroo antes de que el subiera al asiento copiloto.

 

Por favor, no me dejes solo… no te vayas.

 

Oh, pero la tipa del auto tenía más todavía: ella había escuchado los rumores sobre ese bastardo, y si en verdad eran reales, con su hombre no se metería.

Tomo al pelinegro de la nuca y estampo sus labios en un pasional y carnoso beso. Sin tomarle mucha importancia del porqué, correspondió.

 

Eso termino por destrozar el corazón de Kenma. Mordió su labio con molestia, ahogándose en las ganas de ir y destrozarle la cara a esa perra… y tener a Kuroo solo para él. Pero, “Imposible” se dijo a sí mismo. Ella tenía más derecho de estar junto a Tetsurou que el… no podía reclamar nada, no había nada que reclamar.

Los miro brevemente y trato de desviar la mirada hacia todas las direcciones, sintiéndose realmente molesto y triste, decepcionado de no poder hacer nada y sentirse tan patético.

 

“Él es mucho para ti. Supéralo”

 

En un abrazo, la chica sonrió con malicia.

 

*********

 

Los videojuegos le cansaron, y no tenía suficiente ganas para leer. Comer; no. Dormir; Joder, el día era tan pesado que ni ganas de dormir tenía ¡DORMIR! Le encantaba dormir…

Fue ahí, cuando el sonido tan alegre de una canción hizo que su ánimo subiera de repente. Con una camiseta blanca y shorts de pijama, se puso a bailar con pasos improvisados, pasos tan ridículos que solo se reía. Meneando para allá, para el otro lado, intento de break dance, patada… movimientos tan estúpidos que alegraban su pésimo día.

No hace falta mencionar que no era un bailarín profesional ¿Verdad?

 

El momento de clímax estaba por llegar, lo sentía profundamente y estaba preparado. Una lata de desodorante bastaría.

Aumento el volumen y se arrodillo para su entrada máxima y…

 

“If you could see
that i'm the one
who understands you
been here all along

 

¡Bam! Un loco estribillo hizo saltar con fuerza su voz. La sonrisa feliz en su rostro delataba sinceramente como se sentía. En ese momento podía ser libre, podía liberar sus sentimientos…

 

No se percató de que, Kuroo limpiándose las lágrimas que le había provocado su novia, sonreía y reía mirando a aquel tiernísimo chico bailar tan absurdamente. Solo él pudo apreciar el momento tan vergonzoso que Kenma hacia sin saberlo… pero, esa alegría, esa sonrisa tan linda y conmovedora le contagiaban.

Algo en su pecho comenzó a moverse al ritmo de la música, y de los pasos extrañamente coordinados.


“So why can't you
see you belong with me
you belong with me.”

 

Que estribillo tan intenso.

Jadeando como si estuviera en el desierto, Kenma no paraba de bailar. Vueltas y vueltas le hicieron caer en la cama mientras carcajeaba por su baile, estaba tan feliz como nunca.

 

La ventana.

 

Rápidamente se paró en seco y casi se pega al vidrio para buscar un indicio de la ventana del vecino… pero esta estaba cerrada, las cortinas quietas, como si nadie las hubiese tocado.

Sus manos palparon algo suave, liso. Bajo la vista y se encontró con la última hoja, la que no le pudo mostrar a Kuroo. Y su ánimo bajo.

Ahora si tenía ganas de dormir.

 

******

 

Los roles por fin se han intercambiado. ¿Ahora quién es el que espera en la ventana, eh Kuroo?

 

Tetsurou llevo toda la tarde esperando a que Kenma mostrara indicios en su ventana, pero esta seguía con sus cortinas amarillas impasibles.

Cada minuto chequeaba por si acaso; mientras se ponía los pantalones negros, mientras se ponía la camisa, mientras se ponía el chaleco, mientras se ponía los zapatos lustrosos… pero nada. Ya lo había perdido todo… hasta esa propuesta y ahora quedaría solo.

Tomo su saco, y con las esperanzas a punto de irse, miro por última vez en el día; Kenma abría la ventana para que entrara luz en su cuarto desordenado.

Con el saco en mano se acercó, tratando de llamar la atención del rubiecito hasta conseguirla.

Puso su cartel ya escrito frente a la ventana.

 

“¿Tienes algo que hacer esta noche? El baile de otoño”

 

Kenma bajo la mirada triste y escribio.

 

“Lo siento mucho. Estoy estudiando”

 

Kuroo suspiro, ya no había nada más que hacer. Se puso el saco y escribio una última nota.

 

“Oh… perdona molestarte. Estudia bienJ

El rostro de Kuroo…

Eso lo lleno de completa culpa. Claro que habría aceptado ir, pero ¿Qué dirían sobre Kuroo si los veían juntos? ¿Comenzarían a evitarlo, a insultarle como lo hicieron con él? No quería causarle eso a alguien tan preciado como lo era él. Sus problemas eran solamente suyos, no tenía que involucrar a nadie más, solo saldría herido.

 

Aguanto las ganas de llorar cuando Kuroo cerró su cortina.

 

****

 

Quiso ir caminando al salón del baile. Total, no tenía a ninguna pareja con quien estar acompañado… si tan solo él hubiera aceptado…

Pateo una piedra con tanta fuerza que cuando toco el suelo se partió en dos.

“La piedra no tiene la culpa de tu fracaso amoroso”.

 

¿Por qué se enamoró de ese chico antisocial? ¿No podría haber sido, nose, una muchacha con muchas curvas? ¿Una tetona rubia?

No, se había enamorado de Kenma Kozume, el marginado otaku del instituto.

¿Cuánto le costaría conquistar su corazón? ¿Ya tendrá a alguien?

 

“Oh Kuroo, definitivamente eres un desastre en esto…” Su mente no tenía por qué recordárselo… tenía bastante con la situación que estaba pasando.

Para colmo, la perra de Mizusu lo había dejado por el capitán de natación, ese que se quería hacer el machito. De una sola patada en los…

 

¿Era porque no se peinaba al despertar? ¿Era por eso que lo dejaste Mizusu?

Kuroo suspiro y vio las luces del baile resplandecer en la noche tan fría para su corazón. No dejaría de querer a Kenma solo por esto, pero aquella era su oportunidad para decirle lo mucho que le gustaba, aunque fuese un hombre.

 

“¡Es lo de menos! Si se ve como una linda niña”

 

Reuniendo valor y enfrentando a todas las parejas acompañadas. Su voluntad era inimaginable.

 

-¡Kuroo Tetsurou!- habían gritado tan fuerte que se había escuchado más fuerte que la música. Todos lo habían escuchado claramente.

Hasta el DJ, sorprendido, paro el bochinche de la fiesta.

 

Kuroo volteo para ver quién era y sus ojos casi se salen; Kenma respiraba agitadamente mientras lo miraba, con lágrimas a punto de salir. Resaltaba más ya que este no estaba vestido de gala ni traía sus usuales anteojos. Llevaba una camiseta simple, un chaleco, un jean ajustado y converse normales.

Nada de elegancia por supuesto.

 

El pelinegro sonrió con felicidad y a pasos decididos se acercó al más pequeño, haciéndole frente

 

Dilo. Di que eres para mí

 

Kenma tenía el rostro como un tomate y no lo aguantaba. Reunió el suficiente coraje y saco el papelito doblado en su bolsillo. Con timidez, lo fue abriendo hasta develar el mensaje oculto en el… el tan esperado mensaje.

 

“Me gustas”

 

Kuroo se sorprendió enormemente. ¡Debía ser el que dijera esas palabras!

Tomo el papel de su saco y lo puso frente a Kozume, sonriendo tan sinceramente como su corazón quería.

 

“Te amo”

 

-Sabes… quiero jugar contigo al Just Dance desde que te vi bailar, se nota que te gusta mucho- dijo develando ese pequeño secreto de aquella tarde. Sonrió al ver la reacción de Kenma

-¿¡Me has visto bailar!?- casi lo grita, por suerte la música volvió. Se tapó la cara con las manos para que el lindo chico frente suyo no viera como se estaba muriendo del amor- Que vergüenza…-

Kuroo sonrió de la ternura. ¿Hasta dónde podía llegar a tocar su corazón? Puede que ni siquiera este en su límite. Tomo las manos de Kenma y las bajo delicadamente, ahora sabia cuan valioso era.

 

Él era el que lo entendía, el que había estado en sus días tristes, en los días felices… El que sabía de sus intereses, de sus disgustos, de todo sobre él.

Ahora, sabía que ese niño tan lindo era para él.

 

Un besito en la frente basto para demostrar su amor, por ahora. Y con solo ese besito las piernas de Kenma temblaban.

-Tengo ganas de tomar un batido. Vayamos- le pidió poniendo ojos de cachorrito. ¡Difícilmente podía negarse!

 

Ojos de cachorrito de Kuroo Tetsurou han causado daño crítico.

Usted ha perdido 1300 de su conciencia ante tan kawaii imagen”

 

Kenma iba a desmayarse si seguía así.

 

-¡Kuroo-kun!- Reconoció esa voz abriéndose paso entre la multitud de personas tratando de alcanzar a su ex. Tuvo el descaro de abrazar su brazo con tal fuerza…- Vayamos a bailar. La relación con Haru se acabó, solo era una prueba para ti… sabes que te amo-

Como si fuera una garrapata bien molesta, Kuroo sacudió su brazo quitándose a Mizusu de encima. Si tan solo le hubiera prestado atención al paquete completo en vez de esos grandes pechos no se hubiera arrepentido hasta ahora.

-Pinche perra. Das lastima- insulto Kuroo tomando a Kenma de los hombros y saliendo del salón rumbo a la heladería. El destino favorito de ambos.

Ya no estarían alejados uno del otro, jamas.

 

 

-Lindo bóxer de gatos…-.

-Lindo lunar en el trasero…-.

 

Como toda pareja enamorada debería ser.

Hay que admitirlo amigos, ellos son el uno para el otro.

 

Fin!

 

Notas finales:

Espero haberles sacado al menos una sonrisa, o mi proposito en la vida ha fracasado uwu

 

Con muchos saludos, yo (?


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