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UNA VERDADERA FAMILIA por Ina Laufeyson

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Loki corría como el viento, mientras más se alejaba del palacio y vigilaba no ser perseguido, más miedo sentía al verse solo. Y lo peor fue cuando vio que por los cielos lo seguía el mismísimo Thor.

Se detuvo del miedo, comprendiendo que no podría llegar al lugar indicado. Si Thor lo atrapaba, moriría y, no podía permitirse eso, aunque por momentos lo deseaba para estar otra vez al lado de Sentry y las nornas, conociendo al fin a su madre. Tal vez así dejaba de ser una carga pero le aterraba imaginar la forma en que sería asesinado así que volvió a correr más rápido.

Desde el cielo, Thor siguió en su persecución y al tenerlo casi cerca pudo notar que el pelinegro era diferente a todos los jötnar, iniciando por su estatura. Pero el extraño volvió a correr esta vez más rápido, haciendo que le fuera imposible verlo mejor.

En cambio, Hailstrum estaba algo más contento de ver que Loki corría más rápido y así podría esconderse en las profundidades de las montañas de hielo. Pero lo que vio venir no fue de su agrado: Thor había aumentado la velocidad del Mjolnir y vio cómo derribó a Loki. Sin saber qué hacer miró a su alrededor en busca de algo que pudiera salvarlo desde ahí.

A Thor no le importó si lastimaría con su aterrizaje más su peso a ese ser con tal de estar encima de él y así saber por qué corría sin luchar. Pero el grito de ese chico lo hizo hipnotizarse.

—¡NO! ¡Por favor, no!

Thor enmudeció al ver a la hermosa y extraña criatura que tenía debajo de él. Le pareció tan lindo que creía estar loco para verlo como un jotun, pensó que tal vez estar en Jotunheim le dejaba ver todo azul, quizá ese extraño chico era de otro color que no fuera azul. Claro, eso no le importaba y menos cuando lo miró detalladamente: sus ojos rojos como el de cualquier jotun pero con una mirada que parecía solo mirar el horror y la tragedia, sus labios eran delgados y violetas y estaban semi abiertos dejando ver un poco sus dientes. Su cabello negro era largo que a simple vista se lo veía muy delicado y maltratado por el frío, y le colgaba una hermosa cadena trenzada cuidadosamente en pocos cabellos, de ella caía una gema que tenía estampada una corona y eso solo significaba que era alguien importante.

Lo tenía boca abajo sujetándolo de las manos que los sintió tan frágiles, en realidad todo en él parecía frágil y lo que más le sorprendió fue ver que no le hacía daño tocarlo como le pasó a Volstagg, quien había sufrido una quemadura al tocar a un jotun. Todo eso le resultó algo extraño y lo soltó, alejándose ahora con culpa al ver que el pelinegro empezaba a derramar lágrimas y una vez libre se cubría su rostro para llorar.

—No me mates —le suplicó.

Mientras más muertes se regaban en Jotunheim, la muerte de Loki haría que Hailstrum sufriera. No podía permitirse eso y menos cuando ambos, Hailstrum y Sentry, dieron años de sus vidas por cuidarlo y educarlo debidamente.

—No te… tú no… preocupes —tartamudeó Thor al ver que el pelinegro se mostraba cada vez más perfecto como su voz.

Intentó ayudarlo a levantarse pero Loki, olvidando que Thor le había tomado de las manos, se negó. Torpemente se limpió las lágrimas.

—No me haces daño —al fin, Thor había logrado hablar sin tartamudear.

Loki lo miró tragando saliva mientras tomaba la mano del rubio y vio que su tacto no le causó ningún dolor y que tampoco su piel se quemaba del frío. Iba a decir algo pero Hailstrum apareció, tomando a Thor por los cabellos para darle un duro golpe en el rostro y arrojarlo contra una roca congelada. Rápidamente ayudó a Loki a ponerse de pie mientras le ordenaba escapar. Loki estaba dispuesto a obedecerlo pero primero quería decirle que Thor no parecía una amenaza, pero Hailstrum ya estaba otra vez tomando a Thor por los cabellos dispuesto a darle otro golpe y antes de que Loki le pidiera que se detuviera, solo pudo gritar el nombre del único protector que le quedaba en ese mundo gélido.

—¡HAILSTRUM! —la amiga de Thor, atravesó el corazón del gigante con una lanza.

Sin pensarlo, Loki creó enormes agujas de hielos que atravesaron el hombro y la pierna de Sif, haciéndola gritar del dolor.

Thor se puso de pie con torpeza viendo cómo Loki corría hacia el gigante y se arrodillaba y al ver que el gigante ya no se movía, Loki empezó a llorar. El rubio le lanzó una mirada molesta a su amiga, sin atreverse a ayudarla, se acercó hacia Loki, quien no paraba de hablarle entre sollozos al jotun. Por alguna razón, Thor sintió que el pelinegro lloraba como si su mundo se hubiese acabado.

Y era exactamente eso para Loki: su mundo se había terminado. Primero las tres nornas, luego Sentry y ahora Hailstrum. Todos lo habían abandonado con un padre que lo rechazaba, con los jötnar que aunque fuera coronado como su rey, ellos no lo respetaría.

—¡ALÉJATE! —le gritó Loki, al ver que Thor se acercaba. Abrazó el cuerpo de Hailstrum como si intentaran quitárselo —¡SON UNOS MONSTRUOS! ¡VÁYANSE!

—En verdad, lo siento… —dijo Thor, pero Loki estaba tan dolido que empezó a ignorar por completo a ese par de rubios.

Sif se liberó de las agujas, y se marchó cojeando, ni siquiera sintió el dolor en su pierna ni hombro. El dolor de Loki atravesó su corazón haciéndola arrepentirse de haber matado al jotun. Se dio cuenta que le había arrebatado algo preciado, y entre pasos, Thor se le unió para que abandonaran ese lugar ya que ambos habían sido solo un problema con su presencia.

Muchos cuerpos sin vida, empezaban a ser la presa para algunos animales que arrastraban algunos cuerpos para devorarlos en las cuevas que estaban cerca.

Y Odín había vuelto a derribar a Laufey.

—Dejemos las cosas como estaban antes de que mi hijo osara visitarlos.

—Nos dejas a la deriva, sin nuestra fuente de energía —expresó Laufey con fastidio —. Puedes marcharte pero nuestra alianza se termina.

—¿Hay algo superficial que necesita tu gente? Son Gigantes de hielo, todo lo que necesitan está en este mismo lugar.

Laufey gruñó, mirando de reojo a Odín. No podía solo decirle que esos jötnar que fueron a Asgard eran los que se rebelaron contra él por Loki. Que ellos solo habían obedecido por siglos a Sentry y esa pelea que estaban teniendo no fue necesaria en ningún momento.

—Nos iremos —dijo Odín —, no quiero perder más soldados en una batalla que sé Thor lo inició. Pero si realmente decides romper nuestro acuerdo, me veré en la necesidad de acabar contigo, tal vez otro rey en tu lugar beneficie el tratado.

Laufey no dijo nada, viendo cómo todos empezaban a marcharse por el portal que su guardián del Bifrost les brindaba. Una voz solo, comprendió que había sido vencido otra vez. Miró a su alrededor; muchos de sus guerreros estaban gravemente heridos, otros muertos y por último miró hacia la dirección que Loki tomó. No sabía con seguridad si estaba vivo o muerto, aunque alegaba que estaría muerto cuando Thor había ido tras él.

🌟🌟🌟

Cuando todos los asgardianos llegaron a Asgard, Odín dio órdenes de hablar con Thor urgentemente.

Thor asintió, aprovechando pocos minutos para cambiarse de ropa que estaba manchada de sangre jotun. Al tirar la ropa en el suelo no podía evitar sentirse culpable. Verse en el espejo tampoco ayudaba, sintiéndose como el mayor cobarde al haber ido a Jotunheim solo a hacerle la vida miserable al pequeño pelinegro.

Salió de sus aposentos para encaminarse hacia la sala del trono donde lo estaría esperando su padre. Por los pasillos vio cómo algunos guerreros eran conducidos a los cuartos de sanación. También vio cómo otros se encaminaban para celebrar y contar historias de cómo y cuántos gigantes de hielo habían matado. Thor desvió su camino para ver por un momento a Sif, que entre sus amigos fue la única que fue herida. La encontró siendo curada por las sanadoras y al percatarse de Thor, le dedicó una mirada molesta y no como antes que siempre le sonreía.

No podían decirse gran cosa, ni él podía recriminarla ya que después de todo ella hacía su trabajo de protegerlo, era lo que los guerreros juraban: proteger a sus reyes. Así que era claro que ella no pediría disculpas ni al jotun.

Thor abandonó el lugar dirigiéndose ante su padre y una vez allí, se arrodilló y espero la reprimenda y castigo que se merecía.

—Me has decepcionado. A todos nos has decepcionado. Al principio creí que harías lo correcto pero al final del día siempre eres tú, caprichoso, arrogante. ¿Cómo crees que se vio el futuro rey? Laufey debe estar riéndose ahora mismo de ti y tu inmadurez.

Como era de esperarse, Thor no dijo nada, manteniendo la mirada baja, tratando de escuchar cada palabra pero su mente se llenó de las palabras del jotun: “¡Son unos monstruos!” y realmente se sentía como uno.

—Tu madre y yo creemos que lo mejor será que la coronación se cancele hasta que veas tus errores. No hay duda que si te vuelves rey, llevarías la soberbia demasiado lejos, por lo que gobernar desde el trono aún no es apto para ti.

—Padre —habló Thor —, tal vez sería mejor… que nos disculpemos con Jotunheim. Es decir, que me disculpe yo.

—¡No! —gritó Odín, apuntándolo con el dedo índice —¡Y te prohíbo que los vuelvas a mencionar! Hasta que decida qué castigo te mereces, no saldrás del palacio, no se abrirá el Bifrost para ti. Si al final vuelves a desobedecerme, se te juzgará como a un traidor.

Thor bajó la vista cada vez más dolido, comprendiendo que su padre se refería a un destierro. Dando una reverencia salió del lugar, encontrándose con su madre que solo le dio un leve apretón en las manos mientras lo miraba con dulzura.

🌟🌟🌟

Jotunheim era el único mundo donde la muerte podía ser lenta  y dolorosa, esperando que el frío lograra congelarte por completo. Por eso, ningún otro mundo intentaba conquistarlo. Solo los jötnar ansiaban el poder por encima del otro, para que al final regresaran siempre al gélido planeta al no soportar las vistas coloridas que los otros mundos ofrecían.

Pero a Raze le gustaba robarle los libros a Loki para ver las ilustraciones y hacerle creer que si Loki llegaba a pisar otro planeta se derretiría y sus ojos explotarían al ver el sol.

Era el jotun que más gruñidos y golpes había recibido por parte de Hailstrum. Aunque Sentry había dejado que a veces pudiera jugar con Loki, Raze era malvado por naturaleza, podría estar observando en silencio cómo Loki tallaba algunas cosas con hielo pero Raze en un segundo las destruía divirtiéndose con el enfado de su príncipe. Sin mencionar que solo a veces lo llamaba por su nombre, ya que siempre usaba los honoríficos de “alteza”, pero con clara ironía. Aun así, Loki siempre estaba dispuesto cuando Raze aparecía. Aunque fuera cruel la mayor parte del tiempo, Raze jamás se atrevió a humillarlo delante de otros, a pesar de que muchos jötnar le recriminaban de hablar con él.

Como era aún muy joven, no se le permitió participar en la reciente batalla. Junto a los demás jóvenes y niños, Raze se quedó en el refugio. Esperaba que Laufey enviara a Loki ahí, y al no ser así, solo le quedó esperar hasta que todo terminó. Fue el primero en salir, y en su búsqueda disimulada, logró hallar a Loki. Y pronto deseó no haberlo hecho.

Loki estaba lejos del palacio, tenía el cabello totalmente cubierto de nieve, no pudo imaginar cuánto tiempo habría estado sentado y llorando.

—Loki… —se acercó —, ¿Y Hailstrum?

—Se fue… —sollozó.

Raze dejó salir un suspiro, notando que a pocos centímetros la tierra había sido removida. Se sentó a su lado, no para acompañarlo sino para ver qué pasaría desde ese momento. Nunca le habían agradado los jötnar que protegían a Loki, en especial Sentry y Hailstrum, sentía envidia. En Jotunheim nadie protegía a nadie. Pero ahora, Loki lo había perdido todo. A pesar de tener un padre, que era el rey, Loki siempre estaría solo. No había forma en que pudiera consolar al príncipe, no podía jurarle lealtad, si lo hacía, probablemente terminaría muerto como los demás.

—Debe estar maldito —pensó Raze, mirándolo de reojo. Con el silencio reinando en todo el reino, Raze no pudo dejar de escuchar el constante llanto de Loki. Y fue casi un alivio cuando Loki le pidió que se fuera, que no se preocupara por él.

Raze aprovechó todo eso para informárselo al rey. Le comentó sobre la pérdida que Loki había sufrido pero que estaba vivo. Tal vez fue mucho lo que había esperado, ya que la ira lo quemó por dentro al escuchar a Laufey decir que no era de su interés, y le ordenó no volver a verlo.

🌟🌟🌟

Por dos días, Thor no había logrado dormir. Se lo notaba devastado. En sus pensamientos solo estaba el jotun.

En el desayuno del segundo día, Thor fingió comer algo para no preocupar a sus padres, en especial a su madre, pero a Frigga no se le escapaba nada. Thor agradeció el desayuno, saliendo de prisa del lugar ante la insistencia de su madre por comer más.

—No me gusta cómo está nuestro hijo —una vez solos, Frigga comentó a su esposo.

—Quizá la batalla no fue de su agrado —dijo Odín.

—O quizá dijiste algo grave para lastimarlo.

—Querida, si quieres pregúntale a Heimdall. Te repetí cada palabra que le dije.

Frigga se limitó a cuestionarlo. Al retirarse fue en busca de Sif, quien había sido herida en el campo de batalla. Para la reina, Sif sería la futura reina de Asgard, fue evidente para ella ver los sentimiento de la guerrera por Thor, solo faltaba que Thor abriera los ojos.

Al verla, Frigga no pudo evitar comparar su estado anímico con el de Thor; ambos mostraban evidente aflicción. Fue claro que había pasado algo con ambos en Jotunheim.

—Sif. ¿Estás bien? —preguntó Frigga, tomándole de la mano, para indicarle que podía confiar en ella.

—Sí, mi reina. —Sif intentó sonreír.

Frigga pensó que tal vez Thor y Sif habían intentado dar un paso más allá de su amistad y que se echó a perder. No podía negar que sin duda Thor sería el culpable, así que trató de animar a la rubia:

—Sabes que Thor dices o haces cosas que no siempre son gratas. Y no está en tu derecho soportarlo, pero debes saber que su actitud no puede cambiar de la noche a la mañana. Por ahora importa el buen corazón que tiene.

Sif se sintió apenada al entender a lo que realmente intentaba llegar Frigga. Sí amaba a Thor, y fue por eso que lo seguía a todos lados, esperando que un día el rubio la pudiera ver más que a una amiga, pero cada esperanza murió cuando el único interés de Thor eran la guerra y las fiestas. Ni siquiera pasar por la cama de muchas mujeres era de gran interés para el rubio. Y eso no evitaba que Thor llevara a la cama a muchas mujeres, pasando siempre de ella.

—No se preocupe, Thor está bien y hasta ahora no me ha faltado el respeto. —Dijo Sif sonriendo, pero de pronto sus manos temblaron al recordar cómo había asesinado a Hailstrum, haciendo que el pelinegro la hiriese. Pero esas heridas dolían poco que el llanto del pelinegro.

Sif se disculpó, diciendo que había olvidado hacer algo importante e inmediatamente caminó lejos de la reina. Se preguntaba por qué le dolía, ¿por qué no podía ser feliz y celebrar con los demás guerreros? Y al parecer no era la única sufriendo ese momento en Jotunheim.

Al estar prohibido de salir del palacio, Thor se escabulló para hablar con Heimdall. Solo él podría darle algunas respuestas, o quizá todas.

—Buen Heimdall —le saludó, posicionándose a su lado, y apuntando su vista a las estrellas que tan absorto miraba el guardián. —Supongo que sabes a qué vengo. Verás, por temas de alianza… ya sabes con Jotunheim —susurró bajito, al ser prohibido a mencionarlo—, dime cómo está… el jotun al que seguí.

—Está como lo dejaste.

Thor no supo cómo imaginar esa respuesta. Abrió la boca para preguntar su nombre pero no salió un solo sonido. No sabía por qué, Thor temía estar haciendo algo malo al interesarse por un extraño. Alguien que ni era la mitad de un jotun.

—Se llama Loki —le dijo Heimdall, volteando a mirar a los ojos de Thor —y es el príncipe de Jotunheim: el hijo de Laufey.

—¿Príncipe? —preguntó Thor desconcertado —¿Cómo es que un príncipe huía sin guardias? ¿Además por qué huir? ¿Y por qué es tan diferente a los demás?

—Puedo ver millones y trillones de vidas, sin concentrarme solo en una —contestó, regresando a su labor de vigilar el reino.

Thor comprendiendo que Heimdall no diría más, se marchó mientras recordaba en la bonita trenza que colgaba en la cabellera de Loki, y sonrió al saber que realmente pertenecía a la realeza.

—Loki Laufeyson. No, solo Loki —pronunció Thor con una sonrisa, prometiéndose que volvería a Jotunheim lo más pronto posible para conocerlo formalmente. —Lindo nombre.


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