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UNA VERDADERA FAMILIA por Ina Laufeyson

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Día uno:

Era de noche y Thor aún tenía las esperanzas de pasarla bien con el príncipe de Jotunheim: contarse historias, soltar algún secreto de sus reinos, y una competencia de quién aguantaba mantenerse despierto. Y todo se esfumó cuando Thor vio cómo Loki se durmió de golpe, dando la espalda a la puerta en señal que no le importaba el mismísimo asgardiano. Sin un solo buenas noches, ni un descansa.

Aun así, Thor no dejó de rodear la cama para ver al jotun, profundamente dormido, y darse la libertad de observar cada detalle en él a pesar de lo poco que ofrecía la luz de la lámpara. A pesar de ya haberle observado, para Thor no era suficiente, y menos cuando Loki, pese a estar deprimido, si podía, le devolvía una mirada con una mezcla de odio, y eso a Thor le bastaba para desviar su mirada.

A Thor siempre le parecieron bestias salvajes todos los jötnar, torpes y tontos, ¿pero por qué, por qué Loki no lo era? Si Loki era hijo del mismísimo rey de Jotunheim, eso significaría que los jötnar no eran como realmente lo creían. A todo eso, algunos jötnar eran cambiaformas, pero no podían mantenerse en una sola forma sin recurrir a su forma natural para tomar un descanso, por eso Loki no podía haberse permitido ser un jotun pequeño. Los jötnar se transformaban en animales o algunas apariencias bastante engañosas, y no en algo que solo les disminuyera el tamaño. Y Thor sabía muy bien que todas sus preguntas solo Loki podría responderlo, a no ser que regresara a Jotunheim a preguntárselo a Laufey. Pero tenía prohibido salir de Asgard.

Loki tenía todas las características de un jotun, y a Thor ya no le importaba ver eso, lo que realmente quería ver o quería descubrir era qué le llamaba tanto la atención para no dejar de pensar en él y sentir esa responsabilidad de protegerlo. Y no era por haberle destrozado toda su vida en Jotunheim, sino algo que había en Loki. Thor estaba seguro que tal vez era su mirada profunda y triste.

Sintió que Loki respiraba acompasadamente, entregado en completo al sueño, tanto para no percatarse lo cerca que estaba Thor. Sus pestañas negras y largas, sus cejas bien delineadas, y sus labios… Thor nunca creyó que labios tan finos y delgados fueran los más bonitos que haya podido deseas. No, Thor se alejó de golpe al verse a solo centímetros del rostro de Loki, estuvo a punto de… besarlo.

 

Día dos:

Cuando Loki despertó, vio a Thor sentado en un banquito cerca de la cama. Parecía mirarlo con la mente perdida.

Loki tuvo que carraspear para que el rubio se diera cuenta que ya estaba despierto. Y solo así, Thor pestañeó un par de veces para realmente ahora mirarlo.

—Buenos días, Loki —sonrió Thor, algo cansado. —¿Te duele algo? —Loki negó con la cabeza —. ¿Tal vez tuviste alguna pesadilla?

Loki volvió a mentir.

—Quería despertarte pero luego parecías…

—Estoy bien.

🌟 🌟 🌟

Sif había dormido muy bien, se sentía espléndida de que al fin podía hacer algo para remediar el daño que le había causado a Loki. Así que se presentó ante Frigga para decirle que se ausentaría por ese día. Para evitar una búsqueda de su persona hasta el bosque y en eso descubrir al jotun.

—¿Piensas ir a Vanaheim? Sabes que puedes tomarte más días, yo hablaré con Odín.

—No, mi reina. Iré a con Thor, quedamos en hacer algo —mintió Sif.

Frigga dibujó una sonrisa de felicidad sin poder evitarlo, y con complicidad le pidió que podían quedarse más días y que nadie los molestaría.

—Haré que cada día un guardia les traiga comida hasta allá…

—¡No! —gritó aterrada, pero pronto de repuso tomando un tono más suave y bajo—. Quiero decir que no es necesario. Solo me quedaré por hoy, y ya tengo la comida preparada para ambos.

Frigga aceptó, confundida pero feliz por Thor y Sif, creyendo que al fin se habían reconciliado. Pero esperaba aún, con esperanzas, que Sif le contara con detalle su reconciliación, o los planes que realmente tenían. Y no sucedió.

Vio cómo Sif se marchaba, y Frigga no tuvo más opción que hacer sus deberes como reina. Además en seis días llegaban visitas y había muchas cosas por hacer, lo importante la acogida que se les presentaría. Si el o los visitantes eran alguien de otro mundo, debían asegurarse tener lo necesario para ofrecerles algo digno. Así que fue primero a la cocina, a revisar que no faltara nada y si faltaba algo tratar de conseguirlo de alguna forma antes del día indicado. Y antes de poder decir algo a los sirvientes, Thor apareció.

—Cariño —saludó Frigga, contenga —¿olvidaron algo?

—No…? Solo vine a llevar algo de comida, madre —Thor sacó una bolsa y sin decir nada, tomó pequeñas porciones de las cosas que encontraba ya puestas en la mesa para el desayuno.

—Thor, cariño —llamó su atención —si mezclas así la comida, será amarga para comerla. Además, ¿no pediste a Sif pasar el día juntos? Te llevó comida.

Frigga pudo notar lo tenso que se puso Thor al oír eso. No pudo simplemente ignorar esa reacción.

—¡Qué bueno que me lo recordaste! —sonrió Thor, nervioso mientras daba pasos hacia atrás, dispuesto a dejarla hablar sola en cualquier momento.

—Pero ahora que estás aquí, desayuna con nosotros. Y no me hagas rogarte, hijo.

—La verdad me encantaría pero no quisiera hacerla esperar… a Sif.

Y solo esa frase bastó para que Frigga lo dejara ir, repitiéndose que Thor y Sif estaban avanzando bastante rápido, nunca habían pasado tiempo a solas y para Frigga era suficiente de creer que tal vez pronto tendría nietos.

🌟 🌟 🌟

Loki estaba bastante tranquilo solo, no le molestaba, de hecho esperaba estar solo en ese lugar, mirar las cosas sin sentirse observado y tal vez…

Cuando Thor habló de comer, Loki quiso decirle que estaba bien si no comían por ese día, ya que en Jotunheim era normal no conseguir algo de comer para todos los días, al menos para Loki. Pero Thor dijo que traería algo del palacio.

—Te dejaré solo por un momento.

Y a Loki le pareció maravilloso aunque no lo dijo en voz alta. Y antes de que Thor se fuera, tomó a Loki de la mano, caminaron hacia afuera mientras pequeñas caricias recibía su mano por el dedo pulgar de rubio. Se sintió extraño y tuvo que soltarse.

—Puedes quedarte aquí, si quieres. Tomar aire.

Y solo cuando Thor se fue, Loki dejó ir toda la tensión de sus músculos, dejándose caer en el suelo boca arriba, mirando el cielo tan claro, limpio de nubes. El sol ya estaba a la vista y Loki se permitió hacer una mueca de alegría.  Qué suerte tenían otros de nacer en un mundo que les ofrecía todo.

Pero no estuvo solo por mucho, cuando escuchó la voz de Sif. No era como si Loki le temiese pero no podía bajar la guardia. 

—¿Y Thor? —preguntó Sif.

—Fue a traer algo.

Si Loki fuera de corazón cruel, ya la habría matado y tal vez escondido su cadáver, pero en ese momento no era capaz de hacerlo, ni siquiera pensarlo. Nunca había asesinado a nadie, solo lastimado como a Sif con las agujas de hielo.

—Yo te traje algo de comida y ropa —Sif le sonrió aunque también sin bajar la guardia.

—Gracias —alcanzó a decir apenas el jotun.

Y ninguno se movió. Loki se sintió otra vez un monstruo al sentirse observado, ¿acaso esperaban que gruñera? No sabía qué esperaban encontrar en él cuando lo miraban así.

—¡Loki! —ambos pelinegros levantaron sus vistas y en efecto era Thor, llegando a ellos tan rápido y aterrizando en medio de ambos, pareciendo furioso pero con Sif. —Tú, ¿qué haces aquí? —señaló a su amiga, con el dedo índice, amenazante.

—Solo vine a traer comida y algo de ropa para Loki —explicó Sif, cambiando el tono a uno indignado. —He visto que sigue con la misma ropa, ¿acaso no lo notaste?

Thor apretó los puños, molesto y sin decir nada le quitó la bolsa con ropa que traía Sif y se la dio a Loki.

—Puedes cambiarte si quieres.

Loki tomó la bolsa y desapareció dentro de la cabaña. Curioso de ver la ropa que había.

—Tengo todo bajo control —empezó a decir Thor, una vez estuvo a solas con su amiga. —No necesitamos que más personas se enteren que él está aquí.

—Bajo control —repitió Sif, burlona—. Si yo pude descubrirlos, otros también podrían hacerlo.

—No ahora, Heimdall me ayudará a cuidar este lado del bosque.

—Y también yo puedo ayudarte. Solo dime hasta cuándo se quedará aquí o por qué lo trajiste.

Thor suspiró, resignado, y no tuvo otra opción que contarle la verdad. Después de todo, Sif siempre fue su mejor amiga, en la que más confiaba después de su madre.

—Heimdall me dijo que Loki es el príncipe de Jotunheim, y me sentía tan culpable por cómo lo dejamos que… fui a escondidas a Jotunheim. Y descubrí que sí era un príncipe pero rechazado no solo por Laufey sino su misma gente. —Thor se dio la vuelta, temeroso de que Loki estuviera escuchando. —Y solo sé eso, es lo que vi. No me atreví hasta ahora a preguntarle algo sobre su vida porque tengo la sensación de que será como abrirle heridas. Y también… está enfermo, y no sé qué es lo que tiene.

—Podemos traer sanadoras para que lo revisen —dijo Sif y antes de añadir algo notó la mirada triste de Thor. —Ya lo hiciste.

Thor asintió, sin dar más detalles.

—Entonces, debemos decírselo a Odín. No, a Frigga —se corrigió Sif. —No podemos mantenerlo aquí para siempre. Si su enfermedad es algo grave y muere… Asgard es el protector de los nueve reinos, estoy segura que los reyes aceptarán ayudarlo a pesar de ser el hijo Laufey.

—No es tan sencillo —increpó Thor—. Loki nos odia, a nosotros. Y llevarlo al palacio podría ser una ofensa para él o puede creer que amenazamos su vida. Loki sigue creyendo que alguien lo va a matar.

—¿Y qué sugieres?

—Convencerlo de que no le haremos daño, que nadie lo hará.

—¡Por las nornas, Thor! ¿Y crees que tendremos tiempo? Ahora mismo Laufey podría estar camino a Asgard para recuperar a su hijo. Sí, dijiste que lo rechazaban como príncipe, pero eso no impide que Laufey tome tus acciones a su favor.

Thor se llevó las manos al rostro ante el verdadero problema que no había siquiera pensado. Realmente tenía que hablar con sus padres sobre Loki.

 

Día tres

 

Loki había vuelto a soñar con su padre.

Se veía a sí mismo de bebé, siendo abandonado por Laufey en una roca de hielo, en medio de la nada mientras la oscuridad lo tragaba.

Cuando despertó, encontró a Thor dormido en una silla que estaba a lado de la ventana. Loki se levantó de la cama sigilosamente, esperando no despertarlo. Tomó una de sus sábanas para cubrirlo pero Thor abrió los ojos, dejando que Loki lanzara un pequeño grito del susto, al segundo acompañado por el de Thor que fue más fuerte.

—Ya, basta —se quejó Loki cuando Thor seguía lanzando pequeños espasmos ante el mínimo ruido.

Cuando quiso reírse después de tanto tiempo, un dolor punzante en su pecho lo detuvo. Aguantó el dolor por minutos.

🌟 🌟 🌟

Una vez amaneció, Sif estaba lista a primera hora, paseándose en el palacio como si fuera alguien más de la realeza. Ese beneficio se lo ganó por ser la mejor amiga de Thor, y también porque Frigga así lo deseó. Fue hacia el área de las sanadoras, solicitando específicamente hablar con las dos gemelas que ya habían ayudado a Loki.

Thor le pidió que ese día llegara a la cabaña acompañada de ellas. Al inicio ellas se mostraron bastante convincentes de no haber ayudado alguna vez a un amigo jotun de Thor.

Cuando llegaron, encontró a Thor cortando troncos para el fuego.

—Demoraremos un poco —dijeron las gemelas una vez Thor les pidió revisaran a Loki—, necesitaremos bañarlo y cambiarle las vendas.

Las sanadoras desaparecieron dentro de la cabaña, llegando hasta la habitación donde Loki parecía esperarlas, nervioso.  Ellas le preguntaron si había tenido algún malestar esos días, Loki solo negó. También le preguntaron si podría contarles alguna enfermedad que arrastraba años, o que tuvo desde niño, pero Loki solo dijo que no recordaba nada.

Las sanadoras le guiaron al cuarto de baño donde le pidieron se desnudara para que pudiera bañarlo y lavar sus heridas.

—¿Por qué el agua está tan caliente? —preguntó Loki.

Helmi, preocupada, metió la mano en el agua por si realmente habían exagerado en la temperatura, pero estaba normal.

—Es para que no se resfríe, alteza.

Loki parpadeó de extrañeza ante el título. Las mujeres parecían muy serias y respetuosas con él, pero eso no quitaba el hecho de desconfiar en ellas. Antes de quedar completamente desnudo, ellas le pidieron que no tenía por qué avergonzarse cuando era normal que las sanadoras a veces bañaran a sus majestades y altezas, y además tenían que limpiar bien las heridas que habían curado.

El pelinegro no opuso resistencia mientras las dos gemelas empezaron a quitarle las vendas, con cuidado. Mientras lavaban su cabello con extraños líquidos que lanzaban un dulce aroma, Loki cerró los ojos sintiéndose otra vez cerca de las nornas. Después del baño, le pusieron una túnica color rojo y empezaron a curar otra vez sus heridas, solo las que necesitaban un poco más de medicina, ya que algunas habían desaparecido por completo, dejando su piel intacta.

Y sacaron las prendas que Sif había traído un día antes, un par de hermosos camisones largos, con unas pantaletas sueltas y zapatillas. Cuando Loki estuvo listo, las sanadoras le pidieron que descansara hasta que Thor lo llamara.

🌟 🌟 🌟

Cuando Thor vio a las sanadoras salir de la cabaña, corrió hacia ellas, agradeciendo que Sif no lo siguiera aunque poco le duró al ver cómo su amiga se daba la libertad de ir hacia Loki.

—Alteza—empezó Lena—. El príncipe Loki se ve mejor de cuando llegó aquí, pero descubrimos que está protegido o tal vez maldito con magia, y no podemos ver bien qué es. Si no nos apresuramos, él podría…

—Thor —dijo Helmi, borrando las formalidades, para poder hablarle como una amiga —, sé que estamos cometiendo un error al esconderlo, pero la reina necesita saberlo.

Thor entendía muy bien esa sugerencia, sabía que Odín, su padre, era reacio con el tema de los jötnar y si era el primero en enterarse de Loki, Odín lo enviaría de vuelta a Jotunheim sin siquiera escuchar nada de lo que Thor pudiera decir. Al menos eso es lo que pensaba Thor. Pero su madre, ella era lo opuesto a su padre. Frigga investigaría todo antes de enviar a Loki de vuelta a Jotunheim.

 —Y es bastante extraño —continuó Helmi. —Loki no se comporta como un jotun, es decir, no nos congela con su tacto, tampoco parece afectarle el clima cálido de nuestro mundo. Cuando lo bañamos, dijo que el agua estaba caliente y temimos que tal vez luego le quemara la piel pero Loki se adaptó rápidamente a la temperatura sin causarle ningún daño…

—¿Y eso qué significa?

—Que no está completo, algo le detuvo de niño para ser un verdadero jotun.

Thor se frotó la frente, viendo ahora cómo las gemelas se retiraban ya sin nada que aumentar, recordándole que debía apresurarse  en llevar a Loki al palacio.

En cuanto a Sif, ella estaba trenzando el cabello de Loki, después de una no muy placentera charla que tuvieron. Loki le había pedido que se fuera, pero Sif se negó, insistiendo en que tenían que hablar. Y aprovechó para comentar cómo funcionaba su trabajo como guardia real, y que su misma vida estaba en juego siendo a veces que ella era el escudo para los reyes o para Thor. Le contó cómo una vez en  Alfheim casi pierde la cabeza por proteger la vida de Thor.

—Hailstrum también hacía su trabajo de protegerme —espetó Loki. —Que te justifiques no cambia nada.

—Loki, realmente no sé cómo pedir que me perdones, si pudiera hacer algo por ti.

Por la voz compungida de Sif, Loki extendió el collar que Hailstrum y Sentry le habían regalado.

—Podrías guardarla por mí hasta que… tenga a donde ir.

Sif tomó el collar, impresionada por la belleza que éste resaltaba. Y antes de formular la pregunta de dónde lo había conseguido, Loki le contestó:

—Fue un regalo de cumpleaños. Hailstrum y Sentry lo hicieron.

A pesar de que Loki no parecía enojado, bastó para que Sif bajara la mirada por la culpa, sabiéndose entonces que siempre se sentiría así.

Loki pareció darse cuenta y torpemente le mostró la cadena que tenía trenzada en su cabello, contándole que su padre se lo dio, omitiendo claramente que fue Sentry quien lo exigió para que en todo Jotunheim quedara claro que Loki era el príncipe.

Entonces Sif, esbozando una temblorosa sonrisa, se ofreció peinarle y trenzarle el cabello.

 

Día 4:

 

Thor tomó la decisión de dormir en otra habitación, dejando solo a Loki, solo para no incomodarlo cuando despertaba. Además, necesitaba descansar.

Antes de que el sol saliera, Thor ya estaba en la habitación de Loki, observándolo dormir con el ceño fruncido. Pensó que tal vez estaba soñando algo.

Por la poca luz del alba, Thor podía verlo con claridad, se sabía de memoria todos los rasgos de Loki, tanto así que faltaba verlo sonreír, feliz. Devolverle esa felicidad que le robó, aunque por la poca información que tenía de él, dudaba que alguna vez fuera realmente feliz.

Se mordió el labio inferior, agotado de las miles formas que había pensado decirle a su madre acerca de Loki. ¿Y si al final su madre actuaba igual que su padre solo porque se trataba de un jotun, un enemigo?

Y al otro lado del bosque, Sif también estaba ya lista para ir hacia Thor y Loki. Su rostro se veía cansado por el poco sueño que tuvo, pensando en toda la noche en Hailstrum, dándose cuenta que todos esos “monstruos” que los aesir temen, en realidad no lo son, no con las personas que aman. Guardó el collar de Loki en una cajita especial, esperando que Loki pronto pudiera encontrar un lugar donde vivir feliz.

🌟 🌟 🌟

—Ya son cuatro días —suspiró Odín, mirando el puente Bifrost desde su balcón.

Pensar en las visitas lo afligía porque no sabía quiénes eran ni a qué veían para descartar un posible problema.

—Te preocupas demasiado —le dijo Frigga, mientras se arreglaba el cabello.

—No puedo solo ignorar esto —Odín se sentó en una silla, esperando pacientemente la hora para tener una reunión con sus guardias que habían reportado calma absoluta hasta en los bares, como si los asgardianos durmieran en un hechizo de mantener el orden. —¿Y Thor? No puede estar por siempre en la cabaña sin aburrirse.

—Oh, no, no se está aburriendo porque está con Sif —sonrió Frigga, feliz —. Claro, Sif viene a pasar la noche aquí, y muy temprano va donde Thor.

Odín se contagió de la alegría de su esposa, pensando lo mismo que ella: que pronto Thor tomaría una esposa. Y solo podía ser Sif.

Siempre creyeron que sería ella, porque se conocían desde que eran casi unos niños.

Y no muy lejos de ellos, Sif ya había logrado llegar a la cabaña sin encontrar ni a Thor ni a Loki. Sospechó que seguro Thor lo había sacado a dar un paseo.

Y no estaba equivocada, Thor era de los que les gustaba mostrar o presumir las cosas que tenía o contar las batallas que ganó, a pesar de ser alguien amable y lleno de virtudes, también tenía algún defecto que a nadie le molestaba.

—¿Hay más jötnar como tú? —se atrevió a preguntar Thor mientras seguían adentrándose al bosque, sin un camino seguro. —De tu estatura.

Esto último lo dijo apenado.

—No. Era el único.

—¿Entonces nunca te has enamorado? —preguntó Thor ya más tranquilo de ver a Loki neutro, y curioso de lo que preguntaba Thor.

—¿Enamorar? ¿Cómo?

—Sentir amor por otra persona.

Loki pareció pensarlo por unos instantes hasta que pronunció con un deje de añoranza:

—Sí, estaba enamorado. Aunque ahora ellos están muertos, eran como mis padres. Sobre todo Sentry. Él murió cuando vino aquí a robarles el Cofre.

Thor se sintió mal por haberle preguntado siquiera lo último, diciéndole lo tonto que fue, que era obvio que Loki nunca pudo sentir amor romántico por alguien si su vida era cruel en Jotunheim.

—¿Podrías hablarme de tu vida en Jotunheim? —pero Thor realmente necesitaba saber más, Heimdall le negó más información de la que le dio, y para poder hablar con su madre, necesitaba que Loki cooperara.

Loki se detuvo, mirándolo con sus profundos y tristes ojos.

—¿Qué es exactamente lo que quieres saber, hijo de Odín?

—Muchas cosas. Primero, si sabes por qué eres diferente a los demás jötnar…

—No lo sé. No hubo alguien que lo supiera.

—Sobre tu padre…

—Es el rey de Jotunheim. Y hace de mi existencia invisible.

Y Thor se acobardó de hacer otra pregunta, sintiendo una daga en el corazón ante las respuestas crueles pero sinceras de Loki.

Después de un incómodo silencio, retomaron el camino. Thor quería mostrarle el mar, porque estaba seguro que en Jotunheim no había ni ríos que se pudieran apreciar sin temer el frío.

Y claramente, Loki abrió más los ojos, sorprendido al ver el mar, pidiéndole a Thor por primera vez el permiso de poder mojarse los pies. Thor no se lo negó. Una vez llegaron a la playa, Loki se quitó las zapatillas que Sif le había traído, y con cuidado los dejó encima de una roca y dejó que las olas bañaran sus pies.

Thor quiso ver qué expresión ponía Loki, pero se sintió satisfecho de verlo desde atrás.

Una vez volvieron a la cabaña, encontraron a Sif preparando comida, aunque parecía estar haciendo un gran esfuerzo ya que ella era más una guerrera que una dama en apuros con dotes femeninos. Thor le agradeció el gesto.

Comieron juntos. Y sin ignorar la presencia de Loki, Sif habló con confianza sobre el mensaje que Odín había recibido de Nornheim. 

Loki parecía bastante interesado.

—¿Mensaje? —preguntó Thor, confundido.

—Sí, pero solo sé lo que los guardias murmuran. Sería bueno que te informes del mismo Padre de Todo, siendo que pronto serás el rey de Asgard. Y no deberías tenerlos tan preocupados a tus padres, se sienten cómodos de saber que estamos pasando tiempo juntos pero en el fondo ellos quieren verte al menos una vez al día.  Y para no levantar sospechas, sería bueno que pases la noche ahí, en tus aposentos. No podemos permitirnos que nos espíen.

Loki sintió envidia a lo último. Se preguntaba si algún día su padre se preocuparía por él, pero esa idea se esfumó sabiendo que no pasaría.

—No dejaré solo a Loki.

—¿Por qué no? —esta vez habló Loki. —Estaré bien.

Thor sabía que si se negaba estaría diciendo indirectamente a Loki que era débil, y no podía hacerle eso. Aunque temía que si regresaba ya no lo volviera a ver.

🌟 🌟 🌟

Después de encargarle a Loki muchas cosas como en qué momento debería cenar solo, y si escuchaba algún ruido o personas acercándose a la cabaña debía esconderse y no hacer ningún tipo de ruido para evitar que alguien se atreviera a entrar adentro.

Sif había decidido acompañar a Thor, solo porque el rubio la necesitaba ahí además, estaba dispuesto a hablar a su madre sobre Loki.

Cuando llegaron al palacio, Odín y Frigga le dieron la bienvenida a Sif, y Thor aprovechó el tiempo para darse un baño y empacar algunas prendas, incluso para Loki.

—Oí sobre un mensaje —curioseó Thor, inocente con la boca llena.

Cenaban solo los cuatro, con Sif como su invitada.

—Hablaremos de eso con detalle después de la cena. —Pronunció Odín.

—Dicen que es una visita misteriosa —continuó Thor, sin obedecer. —Me pregunto si no serán las nornas a presagiarnos una desgracia.

—No lo sabemos —dijo su madre—, puede ser cualquiera.

—Tal vez sea Laufey, por algo que les quité.

—Thor, basta —le recriminó Sif, completamente consternada de que Thor no estuviese siendo ingenioso.

—¿Y qué les quitaste? —preguntó Odín —Tal vez la palabra correcta es qué destruiste: siglos de paz entre Asgard y Jotunheim.

—Pero eso ya estaba pendiendo de un hilo. —dijo Thor, cada vez desesperado por soltar la verdad. —Y cuando los jötnar irrumpieron en mi coronación…

—Ya hablamos sobre eso —Odín dejó caer la cuchara con la que comía, claramente molesto. —No vuelvas a mencionarlos.

—Sí, por qué mejor no nos cuentan algo de ustedes, seguro tienen muchas cosas que decir —intervino Frigga, con su sonrisa que transmitía tranquilidad.

—Sí, mucho —dijo Sif, nerviosa—. Por primera vez el trabajar en equipo nos fue difícil, entre Thor y yo no pudimos cazar un ciervo. Tal vez porque estábamos bebidos o quizás el ciervo era muy inteligente.

Frigga los miró con cara de indignación. No quería creer que ellos siguieran llevándose como amigos, y sin darse cuenta dijo:

—Espero que pronto den una buena noticia que alegre a los nueve reinos.

Thor al darse cuenta de lo insinuado, se puso de pie, enfadado. Odiaba cómo su madre siempre buscaba la forma de que Thor buscara una mujer y así darle hijos, muchos hijos. Y muchas veces siempre estaba en conversación el nombre de Sif.

—¡Si quieres ver niños en el palacio, ve al pueblo y roba algunos! Veremos si no te aburres, además un nieto solo te llenaría de canas.

—¡Thor! ¡No le hables así a tu madre! —bramó Odín.

—Mejor me voy —Thor salió, ofendido.

Frigga sonrió a Sif, tratando de mostrarse neutra como si lo ocurrido no le hubiese afectado, siendo vano el intento. Hasta que tuvo que retirarse, pidiendo disculpas.

Y Odín no tardó en seguirla.

—Tal vez no debería exigirle tanto a Thor en formar su propia familia…

—No, querida. —Odín la consoló —Como futuro rey, es su obligación tener su consorte.

 

 

Día 5:

 

Thor había vuelto a la cabaña a pasar la noche. Loki en ningún momento le preguntó sobre su regreso, siendo que Thor debía pasar la noche en su hogar.

Ni en el desayuno tocaron el tema, al menos no ese.

—Dijiste que hay un guardián que todo lo ve, que todo lo escucha.

—¿Heimdall? —preguntó Thor, interesado.

—Quisiera verlo.

Thor no pudo negarse, ayudando a Loki a sujetarse a él mientras tomaran vuelo por el cielo con el Mjolnir ya que caminar hasta el Bifrost dejaría expuesta la presencia de un jotun en el reino.

Tomaron pequeños vuelos para que Loki pudiera acostumbrarse, siendo también una buena estrategia, así Thor podía tener muy cerca a Loki, sujetarlo de la cintura y sentir cómo las manos de Loki lo abrazaban.

Se aseguró que ningún guardia ni persona estuviera atento al puente del Bifrost, y solo entonces le indicó a Loki que podían marcharse. El vuelo les tomó más tiempo en el que Loki pudo observar mejor la ciudad a la que no podía entrar.

Una vez llegaron, aterrizando ahora sin caerse, Heimdall se aproximó a ellos, haciendo una reverencia a Loki y luego a Thor.

—¿En qué puedo servirle, alteza? —Heimdall le preguntó directamente a Loki, sin realmente sorprenderlo ya. Loki sabía que si todo lo escuchaba, era obvio que era él quien necesitaba verlo.

—¿Puedo saber algo sobre mi padre? Lo que puedas ver… —dijo Loki, quedamente, sin estar muy convencido de su pregunta, pero deseaba escuchar algo bueno. Después de todo estaba ansioso de saber cómo tomó su padre acerca de su ausencia.

Heimdall hizo un gesto con la mano, para mostrarle los infinitos cuerpos celestes que mostraban algunas ventanas del Bifrost.

—El rey Laufey ha ordenado el arduo entrenamiento de los guerreros, y preparando campos de batallas.

Loki miró hacia Thor, con las ganas de pedirle que lo dejara a solas para hacer una pregunta personal. Pero Heimdall pronunció justamente lo que buscaba preguntarle.

—Su padre piensa atacar Asgard cuando usted muera, tomando ventaja de eso y así recuperar la gloria que perdió.

Heimdall había escogido incluso un tono amable para decirle eso, decepcionando por completo a Loki. ¿Qué esperaba? Era Laufey, jamás mostraría el mínimo amor por él. Y ahora estaba sintiéndose una carga, un verdadero peligro al quedarse en Asgard.

—Mi padre cree que me secuestraste…

Una vez llegaron a la cabaña, Loki se había sumido en la tristeza, casi tangible para Thor.

—Por mi culpa van a…—sin poder aguantarlo más, Loki empezó a llorar.

—Nada de esto es verdad, y Laufey no se saldrá con la suya. —Thor estaba furioso para con Laufey, haciéndole daño a Loki incluso desde millones de kilómetros de distancia.

—Sí moriré. Desde que soy niño siempre he sido enfermizo… y mi padre se enfadaba al no saber cómo volverme normal, como los demás.

Thor se mantuvo en su lugar, desesperado por abrazarlo y decirle que todo estaría bien, que no importaba lo que Laufey le hubiese hecho creer, sino que Loki era una criatura hermosa y se aseguraría de ayudarlo y darle una vida mejor.

—Tus padres… —Loki no pudo continuar por el nudo en su garganta que quemaba.

—Los conocerás —Thor se acercó formando una sonrisa, para intentar calmarlo, limpiando así sus lágrimas con cuidado. —Estoy seguro que mi madre te amará.

Para sorpresa de Thor, Loki lo abrazó. Y fue así como Thor realmente pudo consolarlo, dándole caricias en la espalda y la cabeza, sintiendo cómo se disipaban algunas emociones como la ira y la tristeza.

Y recordó lo mal que se había portado con su madre, normalmente nunca le gritaba, soportando sus constantes indirectas de tomar a Sif por esposa. Así que pensó pedirle disculpas esa misma noche.

Para animarlo, Thor le mostró un rió donde se podía pescar, y para distraerlo intentó enseñarle a pescar peces. Loki solo atrapó uno, usando su magia.

Cuando Sif volvió, Thor le pidió si podía quedarse a dormir con Loki, diciéndole que tenía algunos asuntos que resolver con sus padres.

—Esto es una promesa de que todo saldrá bien —le dijo Thor a Loki, aprovechando que Sif estaba en otra habitación. Y entonces Thor llevó ambas manos al rostro de Loki, acunándolo con cuidado para atraerlo hacia él y depositar un beso en su frente.

Antes de siquiera ver la expresión de Loki, Thor salió disparado del lugar avergonzado pero feliz. No entendió esa necesidad de hacerlo.

En el palacio, con el silencio reinando por la noche, Thor se encaminó hacia el ala de los aposentos de sus padres. Para su fortuna, su madre fue quien lo recibió.

—Madre, quería disculparme. Sé que siempre deseas lo mejor para mí y soy afortunado por ello.

—Cariño, no necesitas disculparte. —Frigga tomó de las manos a su hijo, feliz de comprender que a veces erraban ambos.

—Debo hacerlo. Además, he cometido unos errores… recientemente. Y quiero creer que todo saldrá bien. Con tu ayuda, obvio.

—¿Qué errores? —Frigga lo miró, extrañada.

—Madre, necesito contarte algo. Pero debes prometerme…

—¿Esperas que se quede aquí afuera, congelándose, mientras escucha las faltas que ocasionaste estos días? —Odín salió al pasillo, sonriendo y orgulloso de que su hijo se hubiese disculpado con Frigga.

Aunque a ambos reyes les pareció extraño, Thor no era de quienes se disculpaban admitiendo que había errado en su comportamiento.

—Tienes razón, tengan buena noche —se despidió Thor, frustrado de no haber podido hablar con su madre, pero lo intentaría al día siguiente.

 

Día 6:

 

Thor y Sif buscaban a Loki por todo el bosque, desesperados de que algo le hubiese pasado o que alguien realmente se lo hubiera raptado.

Pero Loki estaba escondido en una cueva que había hecho al destrozar parte de unas rocas con su magia. El dolor en su pecho había sido tan repentino y ardiente que no pudo respirar y tuvo que escapar de la cabaña con la intención de quitarse la vida, pero como los últimos días, el dolor cesó, aunque esta vez tardó.

Le pareció bastante sospechoso que el dolor se centrara en su corazón. Recordando que una vez su padre le alivió el dolor, pues ahora eran más constantes y fuertes.

—¡Loki! —se estremeció al escuchar la voz molesta de Sif, lo había encontrado —¿Sabes lo mucho que nos preocupaste?

Loki salió del lugar, encogiéndose de hombros. Si ni su padre se preocupaba por él, ¿por qué el enemigo lo haría?

—Ahora busquemos a Thor, está buscándote como loco —jadeó Sif, se veía cansada.

Loki obedeció, siguiéndola a pasos rápidos, y no avanzaron mucho cuando  Thor los alcanzó a ver desde el cielo.

—¿Se puede saber a dónde intentabas escapar? —le gritó Thor, también preocupado.

Loki contuvo sus ganas de llorar, sintiéndose conmovido por las personas que le habían quitado lo último que tenía en Jotunheim.

🌟 🌟 🌟

Era ya tarde y Sif estaba preparándose para volver al palacio, lista para poner en marcha el plan de Thor. No podían pasar el día sin  decirle la verdad a Frigga sobre Loki.

Pero los planes se vieron aplastados por la fiebre que Loki presentó. Ardía tanto que Thor decidió quedarse mientras Sif enviara a las sanadoras.

Y no tardaron en llegar, y estabilizar la temperatura del pelinegro. Thor les agradeció pidiéndoles que se quedaran toda la noche por si ocurría algo.

—Hablamos con la maestra sobre enfermedades —dijo Helmi—, de jötnar en específico. Dijo que los jötnar no se enfermaban salvo algunos que nacían deformes, pero que eran asesinados como acto de piedad.

—Así que no hay forma de poder curarlo, ¿eso tratas de decir? —preguntó Thor, afligido.

—Sí.

 

Día 7:

Odín estaba nervioso, era el día en que llegaría la visita. A pesar de estar todo preparado, guardias en las entradas al reino, arqueros listos para rodear el Bifrost  por si la visita era una guerra directa o un enemigo no deseado, los nervios estaban presentes en todos.

Después del desayuno, Thor apareció para su alivio.

—Hoy llega una visita tal vez muy importante, y considera ser respetuoso —empezó a decirle. —Además, por hoy debes quedarte aquí a mi lado como el príncipe de Asgard y futuro rey.

Thor sonrió, no muy feliz y Odín no pudo evitar sentirse preocupado. Thor estaba extraño.

—¿Realmente protegemos a los nueve reinos? —preguntó Thor. —Quiero saber si, digamos, si algún príncipe de Jotunheim necesitara nuestra ayuda, ¿se la daríamos?

—Ellos no necesitan ayuda, Thor.

—¿Y cómo lo sabes? Solo imagina, si lo necesitaran…

—No. —declaró Odín—Además, Jotunheim no tiene un solo príncipe.

—Príncipe o no, nuestra obligación es ayudarlos. Eso nos hace los protectores de los nueve reinos.

—¿A qué quieres llegar con esto, Thor? ¿Planeas acaso enviar víveres o algo así a Jotunheim como disculpa de lo que ocasionaste? Déjame decirte que ellos son orgullosos, jamás aceptarían nuestra ayuda. Tú eres el obsesionado con ellos, deberías saberlo.

Y al otro lado, Sif también hablaba con Frigga, primero mostrándole el peinado que se había hecho. Frigga la halagó, diciéndole que le sentaba mejor el pelo suelto. Y Sif se lo agradeció.

—Mi reina, hay algo que me gustaría saber —dijo Sif, mientras caminaban hacia el salón —¿qué pasaría si Thor hubiese vuelto a Jotunheim, siendo prohibido por Odín?

—No lo verías tal vez por unos años, Sif. Odín lo encerraría en los calabozos.

—¿Y si trajera a alguien de Jotunheim?

—Me impresionan tus preguntas, ¿acaso Thor trajo un jotun como su saco de boxeo? —sonrió  Frigga, sin gracia. —Estaría desafiando a Odín, desafiándolo a ser desterrado.

—No, no, solo lo pregunto porque tuve un extraño sueño. Thor traía a un jotun de Jotunheim para ayudarlo y Padre de Todo… y usted, solo recriminaban a Thor, sin ayudar al jotun.

—Si fuera real, mostrar indiferencia a un ser que necesita nuestra ayuda, me parece terrible.

—¿Entonces…

Se vieron interrumpidas por Lena, la sanadora que debía estar con Loki y su hermana. Sif entró en pánico, y más cuando el rostro temeroso de la sanadora le confirmó que algo malo estaba pasándole a Loki.

—Tengo que hacer algo —se disculpó Sif de Frigga. Saliendo apresurada con el vestido que tenía, pidiéndole a Lena que buscara a Thor para informarle que Loki los necesitaba.

Su llegada a la cabaña no fue larga puesto que había tomado esta vez un caballo, sin importar si llamaba la atención. Y cuando llegó, vio a Helmi angustiada, mientras no paraba de hacerle beber a Loki, una infusión. Cuando vio a Sif, Helmi se sintió aliviada y le pidió ayuda, contando que Loki había gritado de dolor, dañándose el pecho.

Sif trató de obligar a Loki de tomar la infusión pero Loki solo gemía de dolor, repitiendo palabras inentendibles, transpirando cada vez más.

—Estarás bien, Loki…

Y Loki empezó a vomitar sangre, oscura, cayendo al piso sin dejar de vomitar. El rostro de Loki solo gritaba de terror, haciendo que Sif empezara a llorar por la impotencia, no sabía qué hacer al igual que Helmi que al menos le daba golpes en la espalda para ayudarlo a vomitar. Pero todo empeoró cuando Loki empezó a rasgarse el pecho con violencia, manchando su camisa de sangre.

—No puedo… respirar…

—¡Loki, por favor, detente! ¡Helmi ayúdame a sacarlo afuera!

Sif empezó a tomar a Loki del brazo, dispuesta a llevarlo en el caballo hasta el palacio, esperando que Thor los alcanzara si es que Lena ya se lo había dicho. Loki creó una daga de hielo, dispuesto a clavárselo en el pecho pero Sif lo detuvo a tiempo.

—Mátame, mátame —rogó Loki, buscando aire.

Y Thor llegó, encontrando todo el desastre y sin pensarlo dos veces, obedeció a Sif. Tomó a Loki en su hombro izquierdo, porque era obvio que no podía sujetarse de él. Y salió volando hasta el palacio, viendo desde los cielos cómo los guardias estaban atentos al Bifrost, y sus padres. Ellos sí alzaron sus vistas para verlo. Espero que el cabello negro de Loki pudiera hacerles creer que tenía a Sif.

Sin perder el tiempo, llegó al cuarto de sanación, derribando con el Mjolnir las ventanas, ya que una entrada por las puertas le exigía una vuelta por el gran salón.

—¡Por favor, tienen que salvarlo! —ordenó Thor a las sanadoras que estaban ahí, y la misma maestra. —No les hará daño.

Thor puso a Loki en el arca que las sanadoras usaban para detectar rápidamente la zona del cuerpo que estaba desconectada para poder arreglarla. Las sanadoras, temerosas, obedecieron sin dejar de mirar sorprendidas al jotun.

Tomó de la mano a Loki, esperando que pudieran curarlo, pero su padre y madre irrumpieron en la sala.

—¡No puede ser! —Odín miró a Loki sin poder creerlo —¿Pero qué has hecho Thor?

—Padre, por favor. Él se muere, debemos salvarlo —suplicó Thor, sin dejar de apurar a las sanadoras.

Odín estuvo de pedir a todas las sanadoras que se fueran, pero Frigga lo detuvo, pidiendo a Thor que explicara quién era.

—Es el hijo de Laufey —contestó Thor. —Si no lo salvamos…

Odín miraba entre incrédulo y furioso a Thor. El hijo de Laufey en su reino y muriéndose.

—¿Cómo llegó aquí?

—Odín, creo que debemos hacer algo para que las sanadoras puedan salvarlo —dijo Frigga, preocupada por cómo Thor había empezado a llorar en silencio. —Ya habrá tiempo para que Thor nos cuente la verdad.

—¡Mi rey, las visitas llegaron! —informó un guardia, entrando en las sala de sanadoras—. Son las tres nornas de Nornheim.


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