Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

¡¿Atrapados en la Galería de Arte?! por Kuraikun

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Natsuki estaba cada vez más cerca, lo que provocaba que tanto Fubuki como yo nos encogiéramos, como si quisiéramos fusionarnos con la pared que estaba a mi espalda, para que así no nos descubriese y se marchara como si nada.

-Tsk-la escuché murmurar.- Aquí no están-y tras eso, escuchamos pasos alejarse y como cerraba la puerta al salir.

Solté a Fubuki, y a ambos a la luz suspiramos del alivio, y por toda la tensión acumulada del momento, si es que a este ritmo nos morimos de un paro cardíaco. Poco después nos comenzamos a reír, por habernos salvado y por haber tenido tal coordinación.

-No he pasado más miedo en mi vida-me soltó Fubuki entre risas, notándose aún algo nervioso su cuerpo temblaba.

-A este paso nos morimos de los sustos, ¿eh?-le contesté también entre risas bromeando con respecto al tema, y salimos de aquel lugar con el cubo de agua.

Al parecer sí que era para algo, ya que para seguir necesitábamos alguna llave, la cual conseguimos llenándolo de agua de un pequeño lago que estaba pintado en esta sala que era de lo más extraña, y regamos una planta que no las dio.

Estábamos pasando por el pasillo en el que se encontraba la entrada a la galería de arte, pero por mala suerte estaba cerrada como nombramos anteriormente. Cuando Fubuki de repente se quedó parado en mitad del pasillo mirando hacia el frente, como en trance. Miré también hacia allí, mas no había nada.

Me acerqué a él preocupado.

-¿Fubuki?-le llamé, aún sin que este reaccionara, y de verdad me estaba preocupando demasiado…¿Qué le pasaba?

Fin POV’S Gouenji.

POV’S Shirou.

Estábamos pasando por el pasillo hablando de cosas sin mucho sentido, riendo por cualquier tontería que nos hubiese pasado, cuando vi algo al final que me paralizó por completo…

¿Por qué veía a un muñeco idéntico a mí colgando del techo ahorcado…? ¿La Galería me estaba intentando decir algo…O ya me volví loco del todo y ya estoy alucinando?

El miedo me envolvió por completo, no quería morir aquí, yo aún era muy joven y tenía una vida por delante, además, no puedo dejar a mi hermano Atsuya solo, se lo prometí desde aquel accidente, y no pensaba incumplir mi promesa.

Entonces cuando menos me lo esperé de nuevo Gouenji, me estaba envolviendo entre sus fuertes brazos para tranquilizarme, cosa que milagrosamente funcionó. Él siempre aquí a mi lado, ayudándome, y apoyándome, si soy sincero no sabía cómo agradecerlo, y de cierta manera le envidiaba, él siempre tan valiente…A pesar de que se asustó con los conejitos de adornos. Yo también quería ser así, sin que nada me asustase, y ser algo más independiente.

-¿Qué ocurre, Fubuki?-me preguntó con tranquilidad y comenzó a acariciarme la espalda sin dejar de abrazarme. Le expliqué lo que había visto, que al parecer ya había desaparecido por completo, quizás solo me lo había imaginado por el estrés de este lugar.- No te preocupes, ¿te acuerdas de que te prometí que saldríamos los dos juntos? Por eso, no dudes en que te protegeré para que eso se cumpla, así que sigamos adelante, y sonríe…-mientras hablaba se ruborizó un poco-Que te sienta mejor-terminó de decir con una leve sonrisa. Aquellas palabras hicieron que mi corazón latiese como desbocado, y que mi rostro ardiese igual que el de él, o incluso más.-Venga, sigamos-me alentó, y antes de comenzar de nuevo a andar para descubrir de qué puerta era la llave, me besó en la frente, haciéndome enrojecer hasta las orejas.

Por fin encontramos la habitación para luego coger un puñetero espejo, ¡¿nos llevamos un susto tan grande como aquel y solo conseguimos esto?! Además, ¿para qué demonios nos sirve esto?

 

Dimos unas cuantas vueltas más, ahora había dibujado un sol y me puse debajo de él sintiendo su calor, era como un sol verdadero, y por ahora quisiera aunque sea un poco, descansar, me duelen los pies.

Me senté en el suelo y Gouenji hizo lo mismo, disfrutando al igual que yo de los rayos del sol que por mala suerte, eran falsos.

-Fubuki, tienes la rosa a buen recaudo ¿verdad?-asentí con la cabeza.-Asegúrate de no perderla, y no dejes que nadie se la quede, aunque-se llevó la mano al mentón pensativo.- Me sigo preguntando por qué tenemos estas rosas, bueno había una escultura en la galería llamada ‘’la reencarnación del espíritu’’ Tal vez tenga algo que ver.-no sabía de cuál me hablaba por qué esa parte le tocaba a Atsuya, pero tal vez sí que tenga algo que ver.-También ponía que solo florecía en cuerpos sanos, así que de algún modo…¿Nos tenemos que sentir afortunados por estar aquí?-terminó de decir inseguro de aquello, y reímos levemente, me importaba más bien poco tener un cuerpo sano, no me siento para nada afortunado de estar en este sitio del demonio.

-¿Entonces tu amigo y mi hermano son unos pervertidos por no estar aquí?-pregunté de repente, haciendo que nos empezáramos a reír todavía más, ya todo tenía lógica.

-A lo mejor-me respondió sin dejar de reírse. Tras eso nos quedamos unos minutos callados, sin decir nada, solo disfrutando de aquella tranquilidad, que por mala suerte no duraría mucho, después de todo teníamos que seguir adelante.-¿Sabes que son los macaron?-negué con la cabeza sin saber qué era aquello, aunque me sonaba a macarrones los cuales los odio.-Son como unos pastelitos pequeños rellenos de chocolate, y me estaba preguntando si te gustaría venir conmigo a una cafetería no muy lejos de aquí, e invitarte, para así poder agradecerte todo lo que has hecho por mí hasta ahora-se expresó con un cierto rubor casi imperceptible por su piel morena.

-¿Qué?-pregunté sin creerlo, y con un leve rubor en mis mejillas, la idea me encantaba, pero me daba algo de vergüenza que me invitase, de esa forma parecía una cita, al pensarlo mi corazón de nuevo empezó a latir como desbocado, ¿qué me estabas haciendo Gouenji?-Claro que iré, pero no es para tanto, cualquiera lo haría.

-¿Entonces es una promesa que cuando salgamos iremos allí?-asentí con la cabeza y acercó su dedo meñique y lo entrelacé con el de él para así no fallar a esa promesa que para mí de alguna forma era muy especial.

Después de descansar varios minutos más continuamos. Lo que teníamos que hacer era poner el espejo debajo de los rallos del sol, haciendo de esta forma que la puerta que se encontraba congelada, se descongelase, pudiendo entrar.

En esa sala fue imposible sin salir heridos, ya que cada vez que nos equivocábamos nos dañaban la rosa, mas por nuestra suerte, encontramos un jarrón y nos pudimos recuperar sin problemas. Por un momento pensé que iba a morir allí dentro, y que no volvería a ver la luz del sol verdadera.

Avanzamos hasta la siguiente, encontrándonos con la caja de los juguetes, la cual no parecía tener fondo, se veía todo negro, ¿de verdad que allí se encontraba la llave? Porque no lo parecía.

-¿Se encontrará aquí la llave?-se preguntó el rubio en voz alta extrañado.

-¿Por qué no lo comprobáis?-oímos a nuestras espaldas antes de que Natsuki nos empujase dentro de allí, haciéndonos caer a ambos.

Al parecer estábamos tan concentrados en ver el fondo y descubrir si de verdad la llave se encontraba, que no nos percatamos de que se había acercado por detrás para tendernos una emboscada. La habíamos subestimado.

No sé cuánto tiempo pasó exactamente, sin embargo cuando me desperté no estaba en la habitación de antes sino en otra totalmente diferente a la anterior. Por el suelo había bastantes garabatos, algunas estatuas sin cabeza,  cabezas de maniquíes, algunos muñecos inquietantes.

Me levanté un poco aturdido, y en cuanto lo hice, sentí como todo me daba vueltas, y una leve punzada en la nuca, me llevé la mano ahí notando algo tibio salir. Me observé la mano, y en efecto, era sangre, el golpe sí que fue fuerte.

Como era obvio tenía que llevar mi rosa a un jarrón para recuperarme, pero…No me lo podía creer, ¡no estaba! No la tenía, es como si se hubiese esfumado.

Decidí llamar a Gouenji, y…tampoco me lo podía creer, me quedé petrificado en mi sitio, sin poder pensar con claridad. No estaba a mi lado, de nuevo, estaba solo, y lo peor de la situación es que no sabía dónde estaba mi rosa, podría tenerla algún muñeco de estos escondida, o peor aún tenerla Natsuki, quizás era capaz de romperle los pétalos restantes y entonces yo…Negué con la cabeza rápidamente.

‘’Venga, Shirou tranquilo, no nos pongamos en la peor de las situaciones, Gouenji cayó junto a mí porque lo recuerdo, y yo antes de caerme con él, tenía mi rosa así que lo más seguro es que ambos estén por aquí’’

Respiré hondo, este no era yo, por supuesto que no, era negativo, pero no tanto. Tenía que tranquilizarme, buscar a la rosa y a Gouenji, y seguro que doy con ellos, no me tenía que ir abajo.

Comencé a andar sin un ritmo fijo, y entonces me doy cuenta de que cada uno de ellos tenían sus miradas puestas en mí, como si estuvieran esperando al momento perfecto para saltar sobre su presa, es decir a mí.

¡Así era más que imposible buscar las cosas tranquilo!

Encontré un rastro de pétalos azules, y seguí seguirlos, ya que eran míos hasta dar con mi preciada rosa, la cual ya no estaba tan radiante como antes, ahora estaba algo chuchurrida, y solo le quedaba un pétalo. La abracé con fuerza, como si con eso se fuese a regenerar, tal y como hacía el agua, me aterraba pensar en la posibilidad de que podría morir si a esta se le cayera el último pétalo.

Seguí caminando por la extensa habitación, con la idea de encontrar un jarrón o a Gouenji. Mas no aparecían, hasta que divisé casi al final de esta, a una figura muy conocida, tumbada boca abajo en el suelo, diría que al igual que yo, habría quedado desmayado por el golpe.

-¡Gouenji!-grité acercándome a él con rapidez, comprobando que al escuchar mi voz se había despertado por completo.

-Uhg…Me he dado en la cabeza-expresó con una mueca, y levándose al instante.-¿Tú cómo estás Fubuki? Esa Natsuki nos ha pillado por sorpresa…

-Estoy bien-mentí a pesar de que se veía a la vista de que a mi rosa solo le quedaba un pétalo.

-No me mientas tonto-me decía con cariño el rubio golpeando suavemente mi frente.- Tenemos que tener cuidado, no quiero que te pase nada, además te prometí que íbamos a salir los dos, así que no permitiré que te pase nada-al escuchar tales palabras, sentí que era el chico más afortunado por haberme encontrado con alguien tan bueno como él, que era capaz de sacrificarse por mí, si la situación lo requiriese.-Bueno, encontremos esa dichosa llave y salgamos de aquí-asentí con la cabeza y ya mucho más animado que antes, y proseguimos.

Con rapidez encontramos la llave, sin embargo el ambiente cambió de repente; el suelo tembló como si de un terremoto se tratase, y con miedo me aferré a Gouenji.

-¡¿Qué está pasando?!-pregunté aterrado, y de un momento a otro sentí como me elevaba entre sus brazos, justamente al estilo nupcial.-¿Q…qué haces?-volví a interrogar con el rostro ardiendo. En eso me doy cuenta de que todo a nuestro alrededor se había comenzado a mover, persiguiéndonos, para por fin hacer de esto nuestra tumba.

-Te queda solo un pétalo, ¿no?-comenzó a decir, mientras yo me aferraba a él con fuerza, comenzando a correr hacia alguna salida, la cual no veíamos por el momento-Si esas cosas te tocan, es posible que la rosa sufra daños, y no pienso correr el riesgo de perderte, ahora que estamos tan cerca del final-terminó de decir con una de sus sonrisas, quedándome sin poder evitarlo embobado, a pesar en la situación de riesgo en la que nos encontrábamos. También noté, que se quería hacer el fuerte, estaba tan asustado como yo, su cuerpo no dejaba de temblar, mientras me sostenía; aunque no demostrase mi miedo como yo, debo decir, que era digno de admirar, era muy fuerte.

Por suerte, aunque suene raro decir que aquí teníamos suerte, encontramos una salida, y todos los maniquíes, estatuas y muñecos inquietantes dejaron de seguirnos. Gouenji con la respiración agitada me dejó en el suelo con cuidado.

-¿Estás bien?

-Sí, no te preocupes, solo necesito recobrar un poco el aire-me sonrió de manera tranquilizadora, y continuamos nuestro rumbo bastante felices, ya solo quedaba abrir la puerta, entrar en la galería y salir de este infierno, o por lo menos lo que esperábamos.

Antes de salir, nos extrañamos porque esta habitación había cambiado por completo. Estaba la puerta que daba a la salida, y en frente otra, sin embargo estaba bloqueada por flores…¿Verdes?

-Esta habitación ha cambiado ¿no?-asentí con la cabeza.-¿Quieres que echemos un vistazo antes de continuar?

-Claro, pero ¿cómo?-deseaba salir, sí, pero también me daba curiosidad saber qué se encontraba tras esas plantas.

-No te preocupes, yo tengo la solución-tras decir eso sacó su mechero, y quemó las flores, para así poder pasar a la sala, y lo hicimos sin dudar.

Al entrar vimos al fondo, un cuadro roto, como si alguien hubiese salido de allí. Eso me recuerda a que esta Natsuki es un cuadro, y en ese no hay nada dibujado, oh mierda, la hemos liado, pero bien…

-Gouenji, vámonos-me di la vuelta tirando de su muñeca, sin embargo ya era demasiado tarde, la chica nos había encontrado a ambos, por así decirlo en su propia ‘’casa’’.

-¡¿Cómo habéis llegado a esta habitación?!-nos preguntó exaltada y con el cuchillo en mano.-¡Marchaos! ¡MARCHAOS AHORA!-el suelo comenzó a temblar un poco, y la chica, como una fiera se lanzó sobre nosotros. Gouenji se zafó de mi agarre, para comenzar a correr hacia el cuadro del fondo, mientras este sacaba su mechero.-

-¿Qué piensas hacer con eso, Gouenji?-exclamé, sin dejar de correr imaginándome lo que iba a hacer.

-¡¿No te das cuenta?! ¡Ella no nos va a dejar salir, Fubuki! ¡O muere ella, o morimos nosotros, y no pienso dejar que te ocurra algo, cumpliré mi promesa hasta el final!-corrimos hasta por fin llegar al final donde el rubio alzó la llama del mechero quemando el cuadro. La verdad es que me daba algo de pena, pero era la única solución…Lo siento Natsuki.

-¡Por favor, parad!-gritó antes de convertirse en cenizas por completo. Los cristales del cuadro se rompieron cayendo al suelo, mientras Gouenji y yo nos abrazamos aún con miedo, y con los nervios recorriéndonos por todo el cuerpo. Sé que esto no había sido un error, solo lo hicimos para protegernos. Además esta Natsuki no era humana, solo una obra de arte.

Al ver que todo había terminado, las piernas de Gouenji flaquearon, y se dejó caer al suelo, a pesar de que los cristales seguían en este.

-¿Estás bien, Fubuki? Después de todo el cristal se ha roto-me preguntó con algo de preocupación, cuando era él quien se debería de preocupar, ¡está de rodillas sobre los cristales! Se apoyó con una de sus manos y se levantó del suelo, y pude ver cómo ponía una mueca de dolor. Con cuidado cogí su mano, viendo como se había hecho un corte, el cual no cesaba de sangrar. Eso le pasaba por tonto, un tonto el cual le haía cogido mucho cariño, y aprecio.

-Te has cortado…¿Te duele? ¿Estás bien?-era un exagerado no era para tanto, pero aún así no podía dejar de preocuparme por él ni un solo instante.

-No te preocupes, no tiene importancia-tras eso, saqué mi pañuelo de mi bolsillo, uno que le tengo mucho cariño, porque eran de mis padres biológicos, junto con mi nombre y apellidos bordados, no me importaba dárselo, con tal de que la pequeña hemorragia se detuviera.

-Toma-con cuidado le hice un pequeño nudo sobre su mano herida, tapándola de esa forma.

-¿Eh? N-no hace falta, no es nada-trató de que no lo hiciera algo ruborizado, aunque yo no me di cuenta de aquello.-Bueno, ya es un poco tarde, ya me has dado, gracias. Bueno, será mejor que sigamos, la salida nos llama-reí levemente y seguimos hasta llegar por fin a la galería.

-¡Por fin!-exclamé con felicidad sin poder creerme que volver a la galería me hiciese tan feliz, mas ahora había un problema. Era verdad que estábamos aquí, pero ¿y la salida para volver a nuestro mundo normal por así decirlo?-¿Y la salida?

-Mmmm, haber-estábamos en la recepción, intentando hacer de memoria para descubrir cómo empezó todo esto.-¿Te acuerdas del cuadro del ‘’mundo fabricado’’?-asentí con la cabeza y prosiguió con su explicación.- Si mal no recuerdo, tras haberlo visto y leído el título, todo cambió, es decir, la gente desapareció, y se oían pasos, y los cuadros que algunos al pasar, hacían algún ruido, así que creo que éste tiene la clave para salir.

-Ya, es verdad, pero ¿crees que nos hablará para que nos diga dónde está la salida?-teniendo en cuenta que aquí podría pasar de todo, no me parecía nada extraño, que nos hablase para poder salir de este infierno.

-Quizás, nunca se sabe.-así que marchamos hacia allí.

Al llegar Gouenji leyó el título, ya que al parecer había algo más allí, que anteriormente no estaba. Pero antes, nos quedábamos absortos mirándolo, se podía ver la galería a través de este, lo cual significaba que era la salida. Gouenji y yo nos miramos con unas sonrisas de oreja a oreja, estaba claro volveríamos al mundo exterior.

‘’Mundo fabricado, una vez que adentres ahí, no hay vuelta atrás. Todo el tiempo que hayas pasado aquí se perderá, ¿aún así, quieres saltar?’’

-Gouenji, ¿y si cuando saltemos hacia el cuadro de verdad no nos acordamos de nosotros? Con todo lo que hemos hecho los unos por los otros, no me gustaría olvidarte, ni que tú tampoco te olvidases de mí…-le expresé con total sinceridad y sintiendo una opresión en mi pecho, no me gustaría olvidarle, después de todo lo que habíamos vivido, tanto buenos como malos momentos. Sin embargo su sonrisa, logró tranquilizarme, aunque fuese un poco, no sabía lo que tenía él, que con tal solo mirarlo, todas mis inseguridades se iban. Nunca podría olvidarme de él.

-No te preocupes, con todo lo que hemos vivido, estoy seguro de que no nos olvidaremos, así que tranquilo ¿vale?-asentí con la cabeza.-Pero, ¿cómo se supone que debemos saltar a un cuadro?-cuando preguntó aquello, el cuadro hizo como un parpadeo, y el marco desapareció.- ¡Es nuestra oportunidad!-él con rapidez se subió al cuadro mirándome aún sin entrar por completo esperándome.- Fubuki, date prisa-me apremió y estaba comenzando a subir al cuadro, cuando de repente, vi algo que me dejó paralizado…¿Qué hacía él aquí? ¿No se supone que estaba en el otro lado de la galería?

-Shirou-escuché como me llamaba, ¿Atsuya?

-Fubuki, ¿qué ocurre? Vamos.-me volvió a llamar Gouenji, pero le ignoré por completo.

-Shirou, por fin te he encontrado. Dios, te he estado buscando por todas partes, no has aparecido a la hora acordada-me decía un poco alterado, aunque de alguna forma tranquilo. Fruncí el ceño sin entender nada de lo que pasaba, ¿por qué estaba aquí? ¿Por qué no ha aparecido antes? ¿Él no tiene rosa? Estaba tan sorprendido, que no podía ni articular palabras, sin poder creer lo que veían mis ojos.

-Fubuki, ¿qué estás haciendo?-me dijo esta vez Gouenji, exaltado, y algo nervioso, porque me estaba esperando para irnos juntos, mas yo no le hacía caso, y me quedaba mirando a Atsuya todavía sin poder asimilar nada-¡Date prisa, y ven aquí ya!

-Shirou, ¿cuántas veces te he dicho que no hables con desconocidos?-me regañó esta vez Atsuya, sin embargo, soy yo el que siempre le dice esas cosas, por precaución.

-Oye, no hay nada que temer ¿vale? Te sacaré desde aquí-me tendió la mano, y en ese omento, Atsuya se acercó algo más a mí, algo me decía que este no era mi verdadero hermano, sino que el otro, estaba tan feliz dentro, o estresado aún haciendo el dichoso trabajo.

-Shirou, escucha a tu hermano, y no vayas con desconocidos. Ven conmigo-me sonrió de manera amable, aunque su sonrisa no me daba buena espina, tenía un mal presentimiento…

-Coge mi mano…

-¡Shirou!-gritaron los dos al unísono, y yo estaba sin saber qué hacer. Tenía que tomar una decisión y rápido, pero ¿cuál?

‘’Pensemos de manera rápida, si en el caso de que este Atsuya fuese el verdadero, estoy totalmente seguro, de que no habría reaccionado de esa manera, primero se lanzaría a mis brazos diciéndome algo así como que me había echado de menos, y luego preguntaría por Gouenji, y después me diría en todo caso que no debía de juntarme con desconocidos, por lo tanto, si me razonamiento no ha fallado, este no existe, es una ilusión o replica o lo que sea’’

Antes de que éste lograse atraparme, con rapidez cogí la mano de Gouenji.

-¡Shuuya!-exclamé con euforia una vez que estuve en el cuadro junto con él, los dos abrazados, sintiendo la calidez del otro, y como poco a poco volcimos a la galería de arte.

 

¿Qué ha pasado? Me pregunté mirando a mi alrededor, ¿me había quedado dormido mientras hacía el trabajo? ¿Tan tonto era como para hacer eso? Miré la hora, alarmándome, Atsuya me iba a dar una buena como no me de prisa en llegar a recepción, ¡me estaba atrasando por una hora! Aunque me es raro que no me haya encontrado, conociéndolo, seguro que se hubiese puesto histérico buscándome por toda la galería.

Fui en su busca, pero no sé por qué sentía que se me olvidaba algo importante.

Como mi sentido de la orientación era nulo, no encontré la recepción y encontré otra parte de la galería que no había visto antes, debido a que esta parte le tocaba a Atsuya.

Había una escultura de una gran flor llamada ‘’la reencarnación del espíritu’’ No me había percatado, pero al lado mía se encontraba un chico alto, rubio, con la mano en el mentón, observando atentamente la escultura, tal vez él sabía qué significaba, porque yo de hecho no tenía la menor idea.

-¿Qué significa esta escultura?-me atreví a preguntar, sacándole de sus pensamientos.

En eso me fijé que en una de sus manos, tenía un pañuelo muy parecido al mío, o más bien, el mío, ya que revisé en mis bolsillos sin encontrarlo, y viendo como en éste estaban bordados mi nombre y apellidos, ¿cómo era posible que lo tuviera si no lo conocía de nada? ¿O quizás sí?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).