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Drugs. por CherryVampire

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Notas del fanfic:

Hola a todos! Aquí regresando con mis cosas deprimentes. Tiene tiempo que me llegó esta idea a la cabeza y como hoy especialmente está el día sumamente nublado como tanto me encanta me decidí redactar esta historia; sé que a muchos les parecerá sumamente rara la última pareja pero… ya sabes, siempre ando emparejando a todos con todos. Sin más, no olviden comentar gente!


ENJOY IT!

La noche era oscura y bastante fría, típica de un día de invierno en Seoul. Se podía escuchar la música proveniente de aquél edificio en la Universidad de Seoul; justamente donde estaban las demás fraternidades. Se detuvo un momento junto a los arbustos, preguntándose a si mismo una vez más el porqué de su repentina decisión de asistir a aquella fiesta… ‘la fiesta del siglo’ como la llamaban todos los alumnos de aquella prestigiosa universidad, pero como toda prestigiosa escuela, también contaba con unos no tan prestigiados alumnos.

 

Podía ver cada uno de los autos lujosos que iban desfilando frente a él, uno a uno, buscando un lugar en donde aparcar. Sólo los más ricos podían aspirar a acudir a aquella universidad y, afortunada o desafortunadamente él era uno de ellos.

 

Aquél frío viento revolvió sus castaños cabellos y lo hizo estremecerse un poco. Tomó aire y se dirigió hasta la entrada donde se encontró con Siwon, aquél apuesto chico de facciones varoniles y tez blanca; quien casualmente era el presidente del club de religión. Soltó una ligera risita al ver como le alegaba algo al gran chico que estaba en la puerta, permitiéndole la entrada a los invitados, algo acerca de que detuviera aquél sacrilegio ya que todos dentro de ese edificio eran seducidos por los poderes y tentaciones de Lucifer.

 

Se escabulló un poco y logró colarse a aquél lugar. La música resonaba en todo el lugar, no había ni un solo espacio en donde no se escuchara aquella música, la cuál casualmente no era aturdidora.

 

Se abrió camino entre todas las personas que había allí dentro, entre las que bailaban, las que se emborrachaban y los que cantaban fuertemente el coro de la canción bajo los efectos de aquél líquido embriagante. Notó como todos se hacían a un lado, dejando un perfecto pasillito entre la gente y empujándolo de paso; se colocó detrás de una chica de cabello castaño y observó hacia la puerta, encontrándose con un grupo de chicos parados perfectamente en una especie de formación de triángulo.

 

No puede ser. Pensó. Eran nada más y nada menos que Heechul y las dos perras de sus amigos, Donghae y SungMin. Si perras, eso eran lo que eran, todo el campus lo sabía. Simplemente andaban por allí, coqueteando y llevándose a la cama a todo el que se les pusiera en frente o a los que pudieran sacarle algo de provecho, como una nueva mochila de Louis Vuitton, por ejemplo.

 

Heechul estaba al frente como siempre, con aquella sonrisa tan egocéntrica surcada en su fino y lechoso rostro. Ahora comprendía el porqué de la sorpresa de todos; tanto Heechul como los otros dos chicos habían hecho su entrada triunfal vistiendo como chicas y vaya que se veían bien.

 

Aquél vestido blanco de encaje caía ligeramente sobre el cuerpo de la diva contrastando perfectamente con su piel y aquellos labios que habían sido coloreados de un rojo sangre. SungMin posaba sus gorditas y delicadas manos en aquella cintura que muchas desearían tener, rosando suavemente aquél vestido a cuadros rosados y blancos que había sido amarrado cuidadosamente a su cuello.

 

Cuando sus ojos se posaron sobre Donghae no pudo evitar abrirlos desmesuradamente, a él era al único que jamás, jamás en su corta vida lo había visto vestido de esa manera. Aquella camisa claramente varias tallas más grande que la suya de color rojo con rayas en tonalidades, azules, blancas y lilas le daban un toque hermoso y que decir de aquél pequeñísimo short de mezclilla que dejaba al descubierto largas piernas. Parecía algo avergonzado y podía notarlo por aquél ligero rubor en sus mejillas y el modo en que cruzaba sus piernas y manos, dándole un aspecto sumamente delicado, como el de una niña inocente a la cual le podías dar una de esas paletas que venían en forma de espiral.

 

-Vamos… chicas – La última frase había salido de los labios de Heechul en un tono cargado de sensualidad, haciendo que muchos de los que estaban ahí terminaran con un problema en sus pantalones.

 

SungMin e Heechul caminaron grácilmente sobre sus costosos tacones de aguja, recibiendo la mirada de desprecio de muchas de las que allí se encontraban, mientras que Donghae se limitaba a seguirlos lentamente con aquellas bonitas plataformas mucho más bajitas que las de sus amigos.

 

-Donghae… - Susurró alguien entre la multitud, captando la atención del aludido quien se giró lentamente, levantando su rostro mientras parpadeaba, agitando aquellas pestañas postizas que llevaba sobre sus perfectamente delineados ojos.

 

Sonrió al ver al que aclamaba su nombre. Lee HyukJae. Su actual novio.

 

-Te vez hermoso… o debería decir, hermosa – El rubio acarició suavemente el rostro del otro dulcemente mientras lo miraba embelesado. Donghae se sonrojó y tomó la mano del bailarín principal del club de danza y se dirigieron hasta una de las ventanas.

 

Cuando todo volvió a la normalidad siguió caminando hasta llegar a una especia de sala, recorriéndola con la mirada. Se percató de varias cosas al hacerlo; SungMin devoraba los labios de un chico que había catalogado como Cho Kyuhyun, el típico nerd de la clase pero que a su vez poseía una belleza invaluable y un aura ligeramente misteriosa, en una de las esquinas del lugar mientras este metía descaradamente sus manos bajo su vestido.

 

Heechul bebía algunos martinis mientras cruzaba las piernas y conversaba con su nueva ‘victima’, Hangeng, el apuesto chico de intercambio que había llegado proveniente de China.

 

Su corazón se aceleró cuando lo vió. Sentado sobre uno de los sillones sonriendo con aquella sonrisa tan característica suya, aquella sonrisa que podía matarte en cuestión de segundos. Admiró cada una de sus facciones, desde su pelo sumamente negro hasta en aquellos carnosos labios que alguna vez había sido digno de probar.

 

Su mirada se posó de nuevo en aquellos pequeños y rasgados ojos que habían sido delineados por un color negro profundo esa noche; eso fue hasta que algo lo sacó de su trance.

 

Un joven que vestía de traje, guantes y que poseía un antifaz de color blanco, probablemente para no ser descubierto por la policía, se acercó con una bandeja de color oro, dejándola cuidadosamente frente a él.

 

Pudo ver como los ojos del pelinegro brillaban al ver el contenido de aquella bandeja; lo miraba desde lejos, sin poder se visto por el otro.

 

Aquellas pequeñas manos tomaron una especie de hoja de rasurar y comenzó a separar en pequeñas líneas aquél polvo blanco; dejó a un lado la hoja y sacó un especie de estuche de su abrigo negro, era una pajilla delgada.

 

Su corazón se contrajo fuertemente al ver como aquel chico que amaba se autodestruía, aspirando aquél dañino polvo blanco por la pajilla. Algunas lágrimas se arremolinaron en sus ojos al recordar cuantas veces lo había llevado a la sala de emergencias al encontrarlo en alguna esquina del campus temblando y con la nariz sangrando a más no poder.

 

Recordó todas las veces que le había prometido dejar aquél atroz vicio y que sin más no lo había hecho. Si bien su relación se había acabado hacía unos meses, esa misma noche era cuando sus sentimientos hacia Kim JongWoon también terminaban.

 

Se limpió rápidamente las lágrimas de los ojos y salió de aquél lugar, diciéndose a si mismo que no se quedaría para presenciar la muerte del mayor.

 

Meses después.

 

Su cerebro no podía procesar las palabras que escuchaba.

 

-Murió… sus padres lo encontraron en el suelo de su habitación con la boca y la nariz llena de sangre, llamaron a los paramédicos pero ya no había nada que hacer – Susurró Kim Kibum, el mejor amigo de JongWoon mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

 

-Si tan solo lo hubiera convencido… -Susurró sobre sus rodillas, sollozando.

 

No fuiste el único que trató de hacerlo. Pensó lastimosamente Ryeowook.

 

Sus ojos bajaron hasta lo que tenía Kibum entre sus manos ligeramente arrugado debido al coraje. Era una página del diario escolar la cual contenía en toda su extensión una fotografía de JongWoon, sonriente como siempre.

Sólo escuchaba los sollozos de la gente a su alrededor y cómo la madre de JongWoon se aferraba a su padre, gritando y cuestionándole al señor el por qué se había llevado al mayor de sus hijos.

 

Todos sabían el porqué.

 

No pudo evitar el derramar algunas lágrimas mientras presenciaba el entierro del que alguna vez había sido el amor de su vida. Su vista recorrió aquél conocido rostro que se encontraba en esa fotografía frente al féretro, enmarcada en un hermoso marco negro.

 

 

Kim Jong Woon.

 

Agosto 1984 – Febrero 2012.

 

“Descansa en paz mi hermosa voz, que algún día nos volveremos a encontrar”.

 

 

 

Leyó de nueva cuenta aquellas palabras que fueron grabadas en esa grisácea lápida y suspiró una vez más antes de hincarse y dejar una rosa roja frente a ella.

 

Pronto nos volveremos a encontrar… y espero que esta vez no hagas nada estúpido. Pensó.

 

Una cálida mano se posó sobre su hombro, haciéndole girar. Era su actual novio… Shim ChangMin quien le sonreía dulcemente.

 

Pronto se volverían a encontrar, pero hasta que eso pasara… su vida tenía que continuar.

 

 

 

Notas finales:

Tengo que admitir que este es uno de mis fanfics favoritos dentro de mi colección de publicados y los que aún yacen incompletos dentro de mi computador.

Este fic fue tan angst. Creo que me inspiré debido a la tormenta que está pasando por aquí ^^. Espero que les haya gustado tanto como a mi. ¡Dios lo sé! probablemente estén mirándome como 'wtf' por lo de ChangMin pero les diré algo, desde hace algún tiempo, tengo una extraña fijación de ver a Ryeowook con ChangMin, no lo sé, se me hacen buena pareja, muy linda por cierto. Otra cosa que deben de estar pensando 'what the hell con el HeeMinHae'; lo siento pero así me los imaginé, vestidos de chica y realmente tengo que decirles que me vuelvo loca por verlos vestidos de chica jajaja.


Sin más, ¡MUCHAS GRACIAS POR LEER! NOS VEMOS EN EL PRÓXIMO FIC.

-CHERRYVAMPIRE


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