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Feelings por Killer Cobain

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Notas del fanfic:

Hey, hey, hey... 

Hola a todos gg 

Soy Killer Cobain y si estás leyendo esto, te doy las gracias por darle una oportunidad a mi historia. 

Bueno, la verdad en estos momentos estoy llevando una historia original llamada "The Otaku's Trouble" (cualquier interesado, sólo entren a mi perfil y ahí está e.e) y realmente no quería llevar ningún proyecto aparte, pero de repente recordé cuanto me gusta el Cheri, miré 'First Class' de nuevo y aquí estoy xD

Es un one shot algo corto, con un poco de Ooc, pero lo escribí todo en un día, después de pasarme más de una hora en Pinterest y Tumblr viendo fanarts de ellos. Los amo ggg 

Lamento si la narrativa cambia de un momento a otro y resulta molesto. Sencillamente estaba tan picada escribiendo que ni supe qué xD

Sin más que decir, lean~

Disclaimer:  Todos los personajes y situaciones utilizados en esta historia pertecen a Marvel y 20th Century Fox. No tiene ningún otro fin más que mero entretenimiento, sin ninguna intención de lucro. 

Te sientes desnudo ante él.

Porque sabes que él puede saber cualquier cosa sobre ti sólo con quererlo.

Su encuentro fue así, lo recuerdas.

Estabas furioso, querías matar a eso hijo de puta que tanto daño te hizo. Ni siquiera te importaba morir, con tal de que él lo hiciera contigo.

Y tú mismo sientes que hay algo raro, es la voz que grita que hay alguien en el agua, una sensación sumamente fuerte de alguna persona está allá arriba, clamando por ti. Pero lo ignoras.

No es hasta que escuchas el sonido de un cuerpo tirándose al agua, los brazos delgados que te rodean. Forcejeas, pero es la voz en tu cabeza lo que te asusta y calma. Pide que lo dejes, te dice que te ahogarás. Sabe que te importa, y también sabe tu nombre. No sabes que es, pero esa forma en la que te habló, aun siendo que ha irrumpido en tus pensamientos llenos de ira y rencor, es lo que te hizo desistir.

Es un hombre joven. Un hombre joven apuesto. Tiene profundos ojos azules, aterciopelada piel blanca, así como bellos labios rojos. Es muy guapo. La punzada en tu estomago lo dice.

Ese hombre que te ha salvado la vida.

* * *

De algún modo, Charles te hace sentir raro.

Te llama la atención mucho más de lo que cualquier hombre o mujer jamás hizo en su vida. Es un telépata y lo encuentras sumamente fascinante, pero también aterrador. Es como esa odiosa mujer, Emma Frost.

Pero él no usa su poder para hacerte daño, para confundirte. Él trata de conocerte, entenderte lo suficiente. Está tratando de ser amable y comprensivo. Te asusta que te esté engañando o manipulando, pero muy en el fondo te dices a ti mismo que sabes que no es cierto.

Charles no va a lastimarte.  

* * *

Te dices a ti mismo que debes calmarte. La forma en la que te mira no significa nada. No al menos para él.

Tratas de no darle la importancia indebida a cualquier cosa. Como la manera en la que sonríe, la risa suave y cálida que sólo emana de su boca de cereza cuando está contigo, los pequeños roces de manos que se dan a diario, que llegan a parecer intencionales o todas esas veces en las que se sentaba contigo a jugar ajedrez, partidas tan intensas y divertidas que eran capaces de perderse entre las piezas la noche entera.

Tu corazón latió como loco aquella vez en la que estaba un poco ebrio, después de varios tragos de buen whisky. Se rio como tonto y se dejó caer sobre ti, echado en el sofá, en toda su extensión. Sentiste la calidez de su cuerpo, así como la definida forma de este. La cintura estrecha y las caderas un poco anchas, pero rectas, y el redondo trasero esponjoso (aún no tienes idea de cómo no tuviste una erección al tener semejantes trozos de carne restregándose contra tus ingles). Estaba borracho y decía muchas tonterías, pero parecía muy a gusto sobre ti, sin reparar en el aumento de la temperatura corporal de su amigo o el sonido amortiguado de sus fuertes latidos.

Charles se comporta como un niño juguetón cuando está a tu lado, pareciera que le gusta perder la compostura ante ti. Tienes idea de que solamente lo hace porque eres su amigo, nada más.

En cambio, tú eres todo lo contrario.

Es la necesidad de impresionarlo lo que te hace ser así. Siempre fuiste un hombre listo, pero no te comparas a Charles, ni siquiera a ese tipo de los pies gigantes, Hank. Te sientes inferior, pero no es envidia en absoluto. No eres capaz de sentir nada malo hacia él.

Solamente quieres parecer mucho más refinado de lo que eres, más divertido y relajado. Pero eres Erik Lehnsherr, siempre has sido un tipo duro, quizá demasiado serio o incluso mal intencionado, pero no tiene mucha idea de cómo cambiar eso. La guerra lo hizo de esa forma, la guerra, la soledad y el odio acumulado.

Pero Charles parece pasar por alto todas esas cosas. Quiere ser su amigo y que confíe en él.

Erik ya lo hace, para siempre.

* * *

Es amor.

Llano, pleno y real amor.

Erik Lehnsherr está totalmente enamorado de Charles Francis Xavier.

Lo aceptas, no sabes si con felicidad o pena. Charles no es gay, en absoluto. Él siempre a coqueteando con mujeres, le encantan. Su relación con Moria es lo más evidente. Te aterra pensar en que él pueda amarla.

Lo peor de todo es tener que usar toda tu fuerza de voluntad para no tener pensamientos románticos cuando estés junto a él. No pensar en lo mucho que te gustan sus labios, su aroma a colonia para hombres, su bonita boca y el brillante cabello castaño. Tampoco pensar en si te verás bien esa mañana, en que creerá el propio Charles acerca de él, si se siente cómodo con tu compañía.

A veces te asusta creer que está leyendo tus pensamientos, y que se enterará de que lo amas, pero la sonrisa tranquila y la forma confianzuda en la que te sigue tratando te da a estar casi seguro de que Charles no te ha leído la mente ni una sola vez más después de aquella vez que te regresó el que fuera el recuerdo más feliz de tu infancia. Probablemente él cree que es una forma de invadir tu privacidad, cosa que sólo tomaba en cuenta cuando se trataba de Raven. La adora, lo cual te causa un poco de celos, aunque curiosamente también sientes cierta atracción por ella. Sencillamente te gustaría que ella fuera más sincera consigo misma. Después de todo, te parece hermosa tal y como es.

A veces resulta más doloroso que otras ocasiones, cuando se sentaba en su cama, en medio de la noche, después de alguna tonta pesadilla, y el pensamiento que más le asustaba era jamás tener algo más de Charles que una afectuosa amistad, mientras él se moría de un amor sin esperanzas.

Su mayor consuelo, es que, si las cosas acababan del mejor modo para ambos, después de acabar con Shaw, lo mejor que tendría sería estar junto a Charles, aunque fuese como amigos.

Podía tragarse su amor y tratar de ser feliz con eso.

* * *

Sebastian Shaw estaba muerto, pero no con él esos viejos sentimientos amargos.

Al mismo tiempo que dentro de él se formaban todas esas ideas de la raza superior. Claro que ellos eran mejores, mejor adaptados y con mayores posibilidades de sobrevivir, sus mutaciones los hacían indudablemente superiores, mientras que esos sucios humanos comunes los veían como monstruos peligrosos que debían ser destruidos.

Ellos podían revolcarse en su asquerosa normalidad, los mutantes eran lo mejor que jamás pudo pasarle a tal raza. Ellos asegurarían la supervivencia.

Y mientras atravesaba los restos de del submarino, con el cadáver de Shaw flotando frente a él, lo primero que se le vino a la mente fue que Charles debía participar en eso.

Charles, Raven, todos los demás, pero sobretodo él.

Charles y él, su mejor amigo, su amor, juntos, gobernando al montón de humanos como los dioses que eran.

Eso era lo indicado, ellos dos juntos demostrando quien mandaba.

Y pudo haber sido perfecto, pudo haber sido una realidad, si no hubiese sido por la terquedad de Charles, porque éste insistía en que podían ser amigos de los humanos cualquiera.

Y llegó a dudarlo, solamente cuando mientras se limitaba a devolver los misiles, esa estúpida mujer de la CIA le disparó, y una de las balas desviadas fue a dar a la cadera de Charles. Escuchó el grito de dolor proveniente del telépata, y para cuando se dio la vuelta, su mejor amigo estaba tirado, con una clara mueca de sufrimiento en el rostro.

Olvidó cualquier otra cosa sólo para correr hacia él, sosteniéndolo rápidamente y agradeciendo internamente el hecho de traer puesto el casco, de forma en la que Charles no podía leer sus pensamientos ni saber en absoluto cuanto le importaba en verdad.

Y fue ahí, que trató de convencerlo, con el corazón latiéndole a mil por hora, y una de las pocas veces que sintió ganas de romper a llorar en demasiados años. Era ver a su Charles herido por su misma culpa lo que lo hizo casi desistir de su misión. Pero aun así fue capaz de pedírselo, de tratar de hacerlo ver que su lugar era estar con él, como hermanos (aunque él sabía que jamás vería a Charles como un hermano), que los dos buscaban los mismo.

Charles se negó por completo, ya no con esa sonrisa amistosa, cálida con la que siempre le había contestado. Y tampoco parecía furioso. Solamente, decepcionado.

Y se cuestionó, se dijo que quizá eso no era lo mejor. Pero al final, sintió que no le quedaba de otra, Charles no se le uniría y probablemente nunca se lo perdonaría.

De ese modo, Erik Lehnsherr abandonó aquella playa, de mano de tres mutantes más, incluyendo a la que fuese la hermana de su mejor amigo durante tantos años, con la sensación de haber ganado y perdido demasiado en un día.

Solamente podía pensar en que jamás podría volver a tener a Charles Francis Xavier junto a él de ninguna forma. Jamás.  

 

 

 

 

 

Notas finales:

Ya saben, si el texto se ve mal o algo por el estilo, pueden decírmelo y yo lo arreglaré de inmediato. 

Dejen un review por favor, me ayuda muchísimo para saber que les gustó y que no. Me ayuda a crecer como escritora. 

Estaré escribiendo mas historias Cherik en un futuro, sólo para que estén pendientes si les interesa u.u

Gracias por leer :D


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