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40 segundos por sunshinebunny

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Notas del capitulo:

Ohoho, al final eh sucumbido ante la tentación, una historia más para la lista de actualizaciones… espero que el gatito gordo lo entienda y pueda perdonarme…

Bagatelle*

 

 

-¡Que bien que pudieras venir hoy Sabo! Sanji dijo que prepararía algo especial si venias.- Había sido algún tiempo desde que no viera al pequeño con la cicatriz en el pómulo izquierdo, más de cuatro meses de hecho, quedaron de verse en el restaurante de uno de los amigos del menor para intercambiar novedades pues el chiquillo había estado de viaje hasta la semana anterior y aunque Luffy principalmente había sido amigo de Ace en un inicio a Sabo no le había costado trabajo encariñarse con el muchacho tampoco y a la inversa a pesar de la inicial renuencia del pecoso a presentarlos, Ace había argumentado que siendo víctimas de la misma situación (el caso GoaK) quizá experimentaran alguna incomodidad al conocerse, Sabo sospechaba un poco que la razón de que su novio no quisiera presentarlos de inicio fueran más bien los celos y la inseguridad pues en realidad era difícil conseguir que Ace le presentase de buena gana con alguien en general, era como si su ahora prometido le quisiera tener aislado por miedo a que volviera a extraviarse, lo cual aunque lindo podía resultar francamente agobiante a veces, lo bueno era que bastaba insistir un poco para que cediera, hoy por hoy Sabo conocía a la mayoría de los amigos del pecoso al menos... aunque aun desconocía a la mayoría de los amigos que el mismo tuviera antes de la pérdida de memoria salvo por Ace, aunque aquello era un dato curioso Sabo nunca le había dado demasiada importancia.

-¿Cómo han ido las cosas con Ace?- Sabo sonrió ante la pregunta del menor, se quito uno de los guantes que usaba para cubrir las cicatrices de sus manos siempre que salía y levantó su diestra para mostrar la alianza de matrimonio al pequeño, de inicio el moreno solo había levantado una ceja de manera curiosa y después al procesar la información  se había prácticamente echado encima de él a través de la mesa para abrazarle y desearle felicidades, el resto de la siguiente hora y media había pasado entre anécdotas del menor acerca de sus viajes y preguntas de dónde, cómo y cuándo planeaban hacer la boda y la fiesta, Sabo quería algo sencillo eh intimo, Lu, mas de acuerdo con el pecoso, pensaba que había que echar la casa por la ventana en una ocasión así y hasta había llamado a Sanji para insistir que él debía preparar el banquete, Sabo no había tenido corazón para decirle al menor que de eso ya se estaría encargando Thatch, y bueno, seguro que al castaño no le venía mal una mano en toda la comida que el pecoso quería que preparase.

Con la promesa de que le mandaría la invitación con tiempo el rubio se había despedido cuando fuera hora de volver a casa, subiendo al auto que no era suyo pero que el pecoso insistía que usara él en lugar de compartirlo, sus trabajos estaban en direcciones opuestas de la ciudad y Ace no le permitía viajar en transporte público a pesar de que él mismo lo hiciera... a Sabo a veces le parecía que el pelinegro se preocupaba de mas por su bienestar, a veces hasta el punto de resultar molesto pero solo ver el rostro de su novio era incapaz de negarle cualquier cosa y no era como si Ace hiciera todo aquello con afán de enfadarlo, por supuesto que no, tampoco quería preocuparle de mas así que accedía casi de inmediato a la mayoría de las peticiones del pelinegro, no le parecía raro por ejemplo que este le pidiera hacerle saber de su horario de trabajo y descansos o cuando saldría con algún amigo, tampoco que le hubiera hecho descargar eh instalar un programa de rastreo por GPS en el celular o que le pidiera llamar si pensaba demorar más de lo acordado, después de todo no podía pasarse por lo que ellos habían tenido que soportar sin alguna clase de rezagos, la paranoia por ejemplo era un poco difícil de superar y Sabo muchas veces había sufrido de terrores nocturnos que le hacían levantarse sobresaltado y empapado en sudor en media madrugada.

No había gritos al despertar ni se levantaba cual impulsado por un resorte pero con las cuencas levemente desorbitadas y el corazón estallándole la sangre de sus pulsaciones en los oídos tenia que respirar profundo unas cuantas veces antes de lograr calmarse lo suficiente para abrazarse al pelinegro que dormía a su lado, no le gustaba despertar al mayor por algo como aquello, realmente prefería afrontar esos problemas a solas ya que dudaba que Ace pudiera llegar a comprenderlos, en alguna ocasión pensó en hablar del tema con Luffy, ambos siendo supervivientes de aquel terrible asesino había un cierto vinculo entre ellos que iba más allá del entendimiento o las palabras pero había descartado la idea al pensar que aquello quizá podría traerle un trago amargo al menor y prefería evitar aquello. Le quería demasiado como para hacer cualquier cosa que pudiera causarle daño al menor, casi tanto como a Ace pero de manera distinta.

Bastaba con despertar y abrazarse a la espalda desnuda del moreno para recordar donde estaba, para sentirse bien y vivo y a salvo, no quería despertarle pero cuando lo hacia el otro le abrazaba con tal ternura y cariño que Sabo no podía creer la suerte que tenia, que Ace le hubiera buscado durante tantos años y le hiciera sentir todo aquello que causaba en él no era algo que cualquiera hacia y debía contarse afortunado a pesar de las constantes advertencias por parte de sus amigos del hospital, su memoria aun no había regresado y no sabía si lo haría eso pero dudaba que eso fuera tan importante como los chicos del hospital le hacían creer, Dragón había dicho que cabía la posibilidad de que nunca la recuperase, aun tras de que las autoridades le hicieran reconocer el rostro del sujeto que le había tenido en cautiverio (mera formalidad habían dicho) no había recordado nada en absoluto... su mente bloqueaba todo lo relacionado con el suceso y, por algún motivo, lo relacionado con su vida anterior a aquel, a veces le incomodaba pero no sentía que fuera relevante cuando estaba al lado de Ace, su Ace, el único que despertaba alguna ligera chispa de reconocimiento y familiaridad en el mundo gris de su memoria.

-¿Te divertiste hoy con Luffy?- La pregunta había hecho que el rubio levantara la mirada de su plato, sonriendo en espera que el moreno no notase su distracción, había estado tan perdido en la bruma de los inexistentes recuerdos que no había sido consiente siquiera en qué momento se había cambiado por la ropa informal que usaba en casa y menos cuando había calentado la comida que había traído consigo del Baratie para compartir con el pecoso.

-Si, tiene muchas anécdotas nuevas.- había dicho removiendo las patatas de un lugar a otro, curioso, no sentía mayor apetito que cuando llegara  casa y eso que el reloj ya marcaba las once de la noche, probablemente había estado en automático todo el día hasta aquel momento, a veces le sucedía, lo odiaba porque después no recordaba bien lo que había hecho durante esos lapsos y si la amnesia no fuera suficiente el olvidar lo que hacia día a día tampoco iba a ayudar mucho, los doctores decían que estaba relacionado, la situación no era precisamente alentadora ¿Que pasaría si un día decidían ampliar la familia y se le olvidaba también aquello? Ya se imaginaba un bebe llorando en medio del supermercado y él en el auto, en definitiva no sonaba nada bien.

 

-Estas distraído.- aquello no había sido una pregunta, ver al otro ponerse en pie para acercarse a él y revisar sus pupilas había sido demasiado para soportarlo, odiaba que el otro hiciera aquel gesto como si se tratase de algo realmente grave y para evitarlo había hecho lo primero que se le viniera en mente, tomando la corbata que aunque un poco suelta aun pendía del cuello ajeno le jalo con moderada fuerza para atraer al mayor en un suave beso que aquel se había encargado de profundizar mucho mas, haciendo danzar sus lengua juntas antes de separarse.

Sabo relamió sus labios al sentir al otro separarse, fijando su mirada levemente perdida en esos pecaminosos labios que le hacían olvidar cualquier molestia.- Te amo Ace...- susurro antes de inclinarse al frente buscando besar al mayor de nuevo, acariciando el cabello del más alto entre los dedos de una de sus manos mientras con la otra de dedicaba a deshacer el nudo de la corbata ajena por completo, deseaba todo aquello que el moreno le hacía sentir con tal fervor que su cuerpo comenzaría a doler si no lo obtenía.- Tengo hambre de ti...- mordisqueando los labios del moreno de manera sugerente y juguetona bajo sus manos a la camisa ajena, comenzando a desabrocharla para poder sentir esa bendita piel bajo sus manos, necesitaba la calidez de aquella sobre su cuerpo, sus labios bajaban poco a poco por las mejillas del moreno y hasta su oído, besando el área del cuello del pecoso justo bajo aquel.- lléname de ti... hazlo hasta que se derrame...-

La obscenidad de aquellas palabras había hecho al moreno estremecer, sin esperar demasiado había tomado al otro en brazos, cargándole hasta la habitación y depositándole en la cama sin ninguna delicadeza, una sola palabra del rubio bastaba para hacerle perder la cabeza y desear estar entre sus piernas, la jodida belleza de aquella increíble cantidad de obscenidad en alguien que durante el día parecía tan educado y propio no dejaba de causarle menos gracia que excitación, era demasiado morboso escuchar al ojiazul decir que deseaba aquello, el lo deseaba también, no había tardado más de 40 segundos en quitarle la ropa por completo y dejarlo desnudo en la cama a su merced.- Como me gustaría poder follarte hasta desangrarte....-

Las palabras que debían haber sido excitantes habían hecho al rubio estremecerse por una razón completamente diferente al placer, al sentir al mayor colocarse sobre el cual depredador sobre su presa había tenido que mantener los ojos bien abiertos para recordarse con quien estaba pero entre la bruma de la lujuria en los obscuros ojos de su amado Ace le parecía haber visto algo completamente diferente asomar.... no había tenido demasiado tiempo a descifrar exactamente que había sido aquello cuando sintiera el grueso y duro miembro desgárrale suavemente el interior, las heridas de noches anteriores reabriéndose de inmediato para lubricar con su propia sangre aquella brutal forma de hacer el amor que tenía su novio, el masoquista placer de tener al otro chocando en su lastimado interior cada vez mas fuerte haciéndole llenar la habitación de lastimeros quejidos y gemidos que solo parecían alimentar más aun el libido de su futuro esposo, aquel chico que tanto le cuidaba en todos los aspectos de su vida resultaba ser un verdadero sádico en la cama, era casi gracioso.


Aquel profundo descuido y salvajismo a la hora de follar curiosamente era una de las cosas que a Sabo mas le gustaban de su novio, en aquel momento que clavaba sus uñas en la espalda ajena hasta hacerle gruñir mientras su interior se estrechaba entre dolor y placer cada que el liquido preseminal del moreno se derrababa haciéndole escocer las heridas, en aquel momento era donde más le amaba, el dolor le recordaba que estaba vivo y que no era de cristal... que por mucho que el otro le dañara seguía ahí, que era más que una muñeca de porcelana para colocar en la vitrina.

-Mhh... Ace...- los ojos cristalizados por las lagrimas y el dolor coronaban aquella exquisita expresión sonrojada, Sabo era simplemente perfecto en aquellos momentos.- más... lle...name...- cada gemido le incitaba a embestirle con mayor fuerza, con mayor frenesí, sin preocuparse por el leve chapoteo de la sangre ajena,   nada que ver con el inseguro muchacho al que se lo había hecho la primera vez, había dolido tanto tener que controlarse en aquella ocasión para no lastimarle de mas cuando cada reacción del ojiazul le hacía desear torturarle mucho mas allá de lo físicamente recomendable, porque ninguno de ellos era profesional en el arte de amar y eso solo hacia las cosas mucho más peligrosas. 

No sabían los límites del cuerpo humano y eso podía llevar al otro al borde de la muerte si no le cuidaba bien después del acto pero aquel mismo riesgo era lo que hacia las cosas aun más interesantes, sentirse en control completo del cuerpo y la vida del rubio y que aquel aun le suplicase por mas era el epítome de la gloria, Sabo era lo mejor que podía tener y pronto seria suyo mas allá de toda duda.- nghh... tócate Sabo...- ordeno roncamente al sentir que no aguantaría mucho mas, sosteniendo una de las piernas del rubio en alto mientras su otra mano estaba junto al rostro ajeno, en aquella posición podía observar todo el delicioso erotismo del que el rostro ajeno era capaz, las uñas en su espalda dejarían deliciosas marcas para recordarle el acto cada que la camisa le rosara aquellas durante el día, cuando las manos del menor obedecieran no había podido aguantar mucho mas, vaciándose por completo en el interior del más joven le había sentido y visto removerse en el doloroso placer que le proporcionaba.

-Ahhh... Aceee...- el doloroso escozor de sentir al otro corrérsele dentro le había hecho arquear el cuerpo mientras los jadeos de su alterada respiración aun no aminoraban, la gruesa mano del pelinegro acompañando la suya para brindarle aquel mismo placer del orgasmo apenas unos segundos después le había hecho olvidar hasta de su propio nombre, podía sentir el sudor perlando su cuerpo lleno de marcas que no pertenecían únicamente a lo que había experimentado en cautiverio pues su amante era una persona tan celosa que no había forma de que dejase su cuerpo sin marca propia, aun ahora al dejarle vacio de otra cosa que no fuera su esencia podía sentir el leve peso del moreno sobre él y la húmeda lengua ajena delineando aquella cicatriz en su rostro de manera casi hambrienta, llenándole con una sensación de adrenalina difícil de describir que había culminado en su propio clímax derramándose por entre sus propios dedos y los de su amante.

-Te amo Sabo...- Por un segundo el aludido había pensado haber visto una bestia pero cualquier sospecha había quedado completamente relegada al fondo de su mente tras aquellas sencillas palabras, Ace le amaba y no había forma de que el peligro que a veces sentía acecharle entre sueños proviniera de otra cosa que no fuera aquel molesto pasado que no quería ni podía recordar.


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Continuara.

Notas finales:

Ah quedado algo corto pero creo que se darán una idea de que ira la cosa… muchas gracias a quien le interese seguir esta historia, nos leemos pronto.

*Francés: Cosa de poco valor

 

Gato, yo te amo y como siempre gracias por apoyarme y decir que sonaba interesante, sabes que cuando dices eso me alientas más que nadie <3 te aaamo 


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