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El club de admiradoras de Dame-Tsuna por Discord Di Vongola Arcobaleno

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Notas del fanfic:

Katekyo Hentai-¡Es decir! Hitman Reborn no me pertenece, todo es de propiedad de Akira Amano a expeción de este one-shot :D

Notas del capitulo:

Nada es de mi propiedad más que este fic y algunos personajes pero todo es gracias a las creaciones de 

Era un día nuevo para una chica de secundaria que iba a tner su primer día en la escuela Namimori, tenia un largo cabello negro que era lacio hasta el final que tenia rizos, sus ojos castaños eran grande y soñadores, su nariz ligeramente respingada al final de esta, su piel morena y con una gran y cálida sonrisa que salia de sus labios, esta chica se llamaba Natalia González.

Natalia se habia ido de México a vivir en japón con su familia por asuntos del negocio de su madre. Mientras caminaba despreocupada hacia su nueva escuela escucho unos gritos atrás de ella; al voltearse vio a un par de chicos pelinegros que corrian como si el alma se la llevara la muerte.

-¡MALDITA SEA! ¡NO VAMOS A LLEGAR! - exclamaba uno de los muchachos.

-¡HIBARI-SAN NOS VA A MATAR SI NO LLEGAMOS A TIEMPO! - continuaba entre griterios el otro.

-¡NO QUIERO SER MORDIDO HASTA LA MUERTE! - exclamaba el último.

La escuela no estaba a más de una cuadra, Natalia miro su reloj que reposaba calmadamente en su muñenca; no eran más d las 7:57 a.m. suponía que llegar unos cuantos minutos tarde no le hacia daño a nadie, se dio cuenta de su errónea suposición al ver a un joven pelinegro parado frente a la escuela con un aura amenazante, rápidamente salió corriendo incluso más rápido que los otros chicos que se encontraban lloriqueando a sus espaldas, ¡JA! No por nada era una de las mejores en Educación Física de sus anteriores escuelas. Paso al lado del pelinegro y este apenas se inmuto, solamente sonrió con soberbia al ver lo que causaba en los estudiantes.

La chica nueva no entendía nada pero eso no evitó que siguiera corriendo, corró hasta que en uno de los pasillos frenó con tanta fuerza que hasta parecio salir humo de sus pies. Ya habia entrado en la escuela, el problema era ¿dónde se encontraba su salón? Se abofeteo mentalmente mientras volvia a correr; l dar la cuelta contra una esquina fue con tal rapidez que choco con alguien haciendo que ambos cayeran al suelo.

-Aww... - dijo una voz.

La pelinegra abrió los ojos para encontrarse con un chico de alborotados cabellos castaños que desafiaban la gravedad, piel blanca con complexión delgada, su nariz era similar a la de ella pero más adorable y no tenia sus ojos abiertos pero pdodia notar sus largas y gruesas pestañas, era un chico lindo, no guapo, lindo seria la palabra adecuada.

-Ite.... - murmuró el chico mientras se sobaba el trasero para luego levantarse y notar a la mexicana que aún seguia analizando bien cómoda en el suelo. - ¡A-ah! ¡Discúlpame! 

-¿Eh? ¡Ah! ¡N-no! D-discúlpame a mi. - dijo mientras tomaba la mano que el castaño le extendia para ayudarla a pararse. - Yo venía corriendo.

-¿Eres nueva, ¿verdad? - cuetionó ya frente a ella.

-S-si... - fue su casta respuesta.

-Bueno, tengo que ir a mi salón... - dijo mientras se daba la vuelta para luego notar como la morena miraba horrorizada hacia los lados. - ¿Sabes donde es tu salón?

-N-no...

-¿En qué grupo estas? - preguntó el castaño con prisa.

-E-es el 2-A...

-¡Es el mismo que el mio! ¡Sígueme!

En un rápido movimiento, tomo la muñeca de la de ojos cafés y salió corriendo a una gran velocidad que hasta a la morena le le costo alcanzar su ritmo; al llegar frente a un salón con un cartél que decia "2-A" entraron con extrema velocidad.

-¡Llegamos! - grito jadeante el chico con tono de vistoria.

-¡Sawada Tsunayoshi! - exclama el profesor. - ¡Valla a sentarse!

-¡HIEEEEE! ¡Si! - grito sorprendido mientras se dirigia a su lugar y se tropezaba unas cuantas veces por el nerviosismo...

Después de que la morena de presentara y pasaran las clases, se dio cuenta de lo despistado que era el castaño, pero no podia evitar que se veia muy atractivo cuando veia haciea el cielo con una mirada seria y pensativa...

-¡Natalia-san! - grito el mestro frente a la mexicana.

-¡AH! - grito de pánico. ¿Cuándo se habia teletransportado su profesor desde su escritorio a lado de su silla?

-¿Puedes responder la pregunta que te acabo de hacer?

-Ah... ehm... Disculpe, no escuche. - dijo mientras sonreía tímida y un sonrojo se crizba por sus mejillas.

-Después de una risa de sus nuevos compañeros, siguio la clase con normalidad hasta que llegó el receso.

-Hola. - dijo una chica rubia con un grupo de amigas. - Yo soy Rin, ella es Sakura, ella es Fuka, ella Akane y ella Ume. - dijo, después de señalar a cada una de sus amigas.

-Hola, yo soy Natalia. - dijo simplemente.

-¿No te gustaria juntarte con nosotras a comer?

-Si. - contesto castañemte.

Las 6 chicas se sentaron en el suelo del pasillo con sus bentos en mano; ellas hablaban de cualquier trivialidad que se les asara por la mente: zapatos, vestidos, series, opiniones, hasta que...

-¿Hay algún chico que te llamó la atención? - la pregunta sobresalto a Natalia que se encontraba bebiendo un poco de agua.

La pobre pelinegra casi se ahoga por tan sorpresiva e inesperada pregunta.

-Yo creo que Gokudera-san es muy guapo. - dijo Sakura, con una boba sonrisa en el rostro y mirada perdida. - En serio lo admiro.

-¿Y como no? - comento burlona Fuka con una sonrisa divertida en sus labios. - Si hasta eres parte de su club de admiradoras.

-¡Pues tú eres parte del club de admiradoras de Yamamoto-san! - contra-ataca Sakura, sonrojada.

-¡Es que él es muy guapo! - exclama a la defensiva Fuka, con las mejillas más rojas que un jitomate.

-¿Club de admiradoras? - cuestiona la mexicana.

-Ah, es cierto, tú no sabes sobre eso. - dijo Akane, volteando a ver a la pelinegra. - No te preocupes, corazón, es algo común entre los nuevos alumnos no saber nada sobre esto.

-Hay chicas que admiran tanto a algunos muchachos que hasta han hecho club de admiradores para ellos. - le explico Rin, con voz comprensiva. - Los más populares hasta ahora son Yamamoto-san y Gokudera-san; yo estoy en el club de Yamamoto-san.

-¿Y que me dices? -cuestiono Ume con una sonrisa traviesa. - ¿Algún chico ya te llamó la atención?

-S-si... - murmuro Natalia mientras trataba de bajar su sonrojo con la fría botella de agua contra su mejilla.

-¿En serio? - cuestiono emocionada, Akane. - ¿Quién es, princesa?

-Se llama... Sawada Tsunayoshi...

Y la morena pudo apreciar como el rostro de emoción y felicidad de las chicas se volvía una mueca de asco y sorpresa.

-¿Hablas de Dame-Tsuna? - comensó Fuka, bastante incrédula.

-¿Ese perdedor de extraños cabello castaños, que es inútil en todas las materias y deportes?

-¿Ese flacucho que iempre reprueba en los exámenes y se la pasa gritando con un chillido exageradamente agudo cuando algo lo sorprende?

-Ese mismo. - contestó Natalia, bajando la mirada.

-Sin ofender, querida. - dice Akane mientras se acerca a la extranjera. - Pero nadie quiere a Dame-Tsuna, si hasta su madre dice que es un perdedor... ¿Por qué te fijaste en él?

-Es que... fue muy amable conmigo... - dijo algo bajo pero lo suficientemente alto como para que la escucharan. - además, pienso que es muy lindo...

Antes de seguir la plática, sonó el timbre que anunciaba el fin dle primer receso y las 6 chicas entraron al salón. Pasaron las horas de la aburrida clase con lentitud, apenas y entendñia a algunos maestros que hablaban muy rápid y tenía que poner atención a los dos chicos guapos de su salón para saber porque a sus compañeras les gustaba ese chico problemático pero súper genio y el chico despistado ero guapo y agradable.

Cuando por fin llegó el segundo receso, las chicas se juntaron con Natalia y empezaron a platicar trivialidades nuevamente, al final de la plática decidieron que para conociera a más chicas, que todas se juntaran después de la escuela. Todas las de primero aceptaron la propuesta a exepción de Kyoko Sasagawa, Chrome Dokuro y Hana Kurokawa, unas que otras chicas de segundo y un puñado de las de tercero.

Pasaron las horas lentamente, parecian volverse más aburridas on cada maestro que llegaba al salón, horas de aburrimeinto, Nataliasentia que iba a morir de tantas matemáticas hasta que su slavación apareció. ¡El timbre de salida de clases!

Después de que Natalia les avisara a sus padres por celular que saldria con unas compañeras de la escuela y que por eso llegaría algo tarde, se junto con las chicas que aceptaron la invitación junto con las chicas que se le acercaron a hablarle en el primer receso.

Bajaron todas por las escaleras platicando con otra chica que fromara parte de esa "manada de femeninas" (como diria Hibari-san). Al llegar afuera de la escuela planeaban salir por la parte trasera de la scuela hasta escucharon un chillido...

-¡HIIIEEE! - escucharon todas y cada unas de las chicas.

Todas detuvieron su andar y callaron su conversación, el grito era demasiado conocido  y provenia de quien estubiera a la vuelta de la esquina.

-*Tsuna...* - pensó la nueva alumna mientras avanzaba y se apoyaba en la esquina de la escuela para ver lo que pasaba detás de esta.

Las chicas, llenas de curiosidad de porque Dame-Tsuna había vuelto a chillar agudamente y porque la cara de la chica nueva estaba rojase acercaron y se asomaron por la esquina para que el rostro de alguna se sonrojara con fiereza y otras se sonrojaran con una traviesa sonrisa en el rostro y/o nariz sangrante.

Frente a ellos, a una buena distancia para que no notaran su precencia, se encontraba Tsuna con otros tres hombres mayores y feos. Los tres sujetos acorralaban al castaño y este se encontraba solamente en ropa interior, en el suelo se odian notar sus pantalones, corbata, suéter y camisa rasgados y con tierra.

-Vamos, solamente tienes que quitarte la ropa interior, te follamos y listo. - dijo uno de ellos sonriendo con lujuria.

-N-no, por favor... - suplicabó Tsuna, temblando contra la pared, había dejado sus astillas y guantes en su mochila así que no podia usar su llama de la última voluntad para defenderse de esos pervertidos.

-¡DEJEN EN PAZ A JUUDAIME! - gritó a todo pulmón una voz.

-¿¡G-Gokudera-kun!? - preguntó/gritó Tsuna.

-¿¡Gokudera-san!? - cuestionaron algo exaltadas las fanáticas del italiano.

-¿Eh? ¿Quién es ese idiota? - pregunto uno de los pervertidos.

-¡ALEJENSE DE JUUDAIME! - Ordeno mientras sacaba unas pequeñas bombas de sus ropas. - ¡BOMBAS DE BOLSILLO!

Sin darles tiempo si quiera de hacer nada, el guardián Vongola de la Tormenta les aventó bombas a los tres abusadores, los cuales, salieron volando ante la explosión.

-¿Se encuentra bien, Juudaime? - cuestiono Hayato, volviendo su cara asesina una tierna con los ojos brillando.

-Eso supongo... - dijo mientras volteaba a ver a su mano derecha. - Gracias, Gokudera-kun.

Y paso algo que ninuna de las fanáticas del peliplata se esperó. Este se habia sonrojado al ver la hermosa sonrisa del castaño. ¡ÉL! ¡GOKUDERA HAYATO! ¡El chico rebelde, indiferente y genio italiano!

-¡Tsuna! - es escuchó hacia lo lejos.

Todos ahí voltearon para ver a un pelinegro acercarse corriendo un rostro preocupado a la escena del crímen. Una vez que llegó a estar cerca del menor, se acercó más a este para poder abrasarlo.

-¿¡EH!? - soltaron sorprendidas las fanáticas del beisbolista.

-Y-Yamamoto-kun... - dijo el castaño, claramente avergonzado.

-Lo lamento. - Dijo el más alto. - Quería venir más rápido pero hubo ligeros obstáculos en mi camino...

-¡DEJA EN PAZ A JUUDAIME! - exclamo el chico-bomba con una venita de irritación en la frente.

-Herbívoros. - dijo una voz algo cabreada.

-*¿¡CUANDO APARECIO HIBARI-SAN!?* - pensó sorprendida y aterrada Natalia.

-¡HIIIIEEE! ¡HIBARI-SAN!

El pelinegro de las tonfas se acerco al castaño con paso firme, con brusquedad lo tomo de entre los brazos del espadachín y lo apretó contra su cuerpo.

-Aléjense de Tsunayoshi, herbívoros.

¿Habían escuchado y visto bien? ¿El grandioso y orgulloso Hibari había "abrazado" a Dame-Tsuna y no solo eso, le había dicho por su nombre?

Es el apocalipsis.

-Kufufufufu... - se escucho tan singular risa.

-*¿¡Y AHORA QUÉ!?* - pensó alarmada la mexicana mientras veía como de entre una niebla que aparecio misteriosamente aparecía un muchacho atractivo de peinado con forma de piña.

-¿¡M-Mukuro!? - cuestionó alarmado el castaño.

-Hola, Tsunayoshi-kun. - dijo sonriendo traviesamente.

El de cabello azulado alejo al castaño del perfecto y lo abrazo contra su suerpo, rodeando su cintura con su brazo y tomándolo de la barbilla con su mano libre.

-Te ves hermoso. - dijo Rokudo, sonriendo más al ver el sonrojo del menor.

-¡ALEJATE DE TSUNA/JUUDAIME/TSUNAYOSHI!

Eso sorprendió nuevamente a las muchachas, nunca habian visto a Yamamoto y Hibari alterarse de esa manera. Iban a seguir seguir analizando esta rara situación (para ellas) cuando escucharon el sonido de un balazo.

-Chaos. - dijo un pelinegro de 28 años, vestido con un traje y sombrero de fieltro con una pistola verde con negro en la mano, pero lo que más llamó la atención de las chicas fueron esas rizadas y adorables patillas.

-¡REBORN! - grito Tsuna, alejandose lo mayor posible de su guardían de la Niebla. - ¿Qué haces aquí?

-Vengo por lo que me pertenece.

El pelinegro de patillas se quitó el saco de encima mientras se acercaba con paso calmado hacia el menor, al estar frente a este le puso el saco sobre sus hombros.

-No quiero que nadie más te vea así. - dijo, mientras ponía sus manos sobre las mejillas del castaño y se agachaba para quedar a su altura.

-Reborn... - murmuró sonrojado el menor mientras veía al pelinegro.

Iban a seguir así, perdiendose poco a poco en los ojos del otro hasta que una tonfa trato de golpear al de patillas rizadas, este la esquivo con facilidad y miro al pelinegro de ojos azul metálico.

-Lo lamento, Hibari, hoy tampoco podre pelear contigo. Vámonos, Tsuna.

-¡HIIIEEE! - grito el menor cuando el mejor Hitman del mundo lo cargó con extremada facilidad y lo colocaba en su ancho hombro como costal de papas.

Reborn sonrió victorioso.

-Ciao. - dijo antes de  salir corriendo con su alumno.

Después de que el cabeza de piña y el perfecto se hubieran ido a perseguir al mayor de todos, el pelinegro beisbolista apoyado a su peliplateado amigo que sollozaba diciendo "Juudaime" y se fueran del lugar, las chicas se miraron entre sí, intercambiando miradas.

-Eso fue... - dijo sonrojada una chica pelirroja.

-Increíble. - terminó otra con una sonrisa traviesa en el rostro.

1 semana después...

-¡Bien chicas! ¡Quiero ver que tiene escrito! - exclamaba Natalia.

Se encontraban en un gran salón todas las chicas de la escuela (a exepción de Kyoko, Hana y Chrome) sentadas viendo a la pelinegra con un traje elegante. La mayoria levantó la mano, todas las chicas tenían un botón que decía un número en su suéter  de la escuela o en la camisa.

-Yo tengo una historia de ciencia ficción de Mukuro y Tsuna pero aún no tengo ideado el final. - dijo la chica con el "45".

-Me gusta la idea. ¿Que más hay? - continuo preguntando la morena.

-Yo escribí una historia donde Tsuna se disfraza como chica y Gokudera se enamora de él a primera vista. - dijo la "29".

-Buena idea, me agrada. ¿Quién más?

-Yo tengo una donde Hibari-san quiere demostrar sus sentimientos hacia Tsuna pero este no se da cuenta de las indirectas del perfecto. - dijo la "12".

-¡Excelente!

-Las chicas habían desecho todos los clubs de admiradoras hacia algún chico para juntarse todas y hacer un club y las historias eran rpincipalmente por cierto castaño inutil y adorable.

Natalia mandó a otras chicas a buscar material para más fanfics (en otras palabras: "acosar a Tsuna y sus amigos") a la vez que se sentaba en su cómodo asiento.

-Presiento que será un gran año escolar. - dijo mientras leía una historia de Tsuna y Reborn con una sonrisa boba en el rostro y una hemorragia nasal.

Pues ella era la presidenta del club de admiradoras del yaoi.

O como su nombre original dice:

"Club de admiradoras de Dame-Tsuna"

FIN :D

Notas finales:

Ehm... review? :3  Hay, soy nueva, tengan compasión, si? 


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