La campanilla de la pastelería sonaba sin parar, la gente llegaba por los postres fríos, a decir verdad el dia estaba muy caluroso.
-Kakaroto, necesito tres rebanadas tarta de fresa. - el de cabellera larga estaba en la cocina con la bandeja en mano esperando a que su hermano le sirviese aquel pedido.
-Espera un momento, debo meter al refrigerador la natilla.
El menor terminó con la natilla y se dispuso a colocar en platos aquellas rebanadas de tarta de fresa, los adornaba con un poco de helado de vainilla y crema batida.
-Aquí tienes. - deposito los platos en la bandeja que su hermano tenía, el mayor suspiro y se dispuso a entregar el pedido con aquella sonrisa que ya se había acostumbrado a mostrar.
Las jóvenes clientas sonreían algo sonrojadas al ver a aquel mesero acercándose con su pedido, esas estudiantes eran clientes frecuentes, iban dos veces por semana, no sólo por los postres sino que tambien a degustar la mirada con aquel mesero y de vez en cuando veían al repostero salir de la cocina.
-Aquí tienen señoritas, espero que lo disfruten.- Raditz les dedico una sonrisa radiante a las jóvenes y luego se retiró.
El día continuo de esa manera, los clientes llegaban y pedían todo lo que estuviese frío, aún asi tambien los panes calientes fueron vendidos casi en su totalidad, dejándoles unos pocos.
Ya pasaba poco más de las seis de la tarde, llegaban unos pocos clientes.
-Oye, es raro que ese chico no haya venido todavía.- el de cabellos alborotados estaba junto a su hermano en una de las mesas del lugar, tomaba un descanso aprovechando que el lugar estaba vacío en esos instantes.
-No le veo lo raro, deben haber cosas más importantes que hacer, además, no es su obligación venir a todo momento.
La campanilla sonó interrumpiendo a los hermanos, en la entrada podía verse a aquel joven maestro.
-Buenas tardes caballero. - el de melena larga se paró de inmediato y acompañó al joven a una mesa para darle la carta de postres.
En esos mismos instantes, Tarble se encontraba ya dentro del auto de su hermano de camino a su hogar, llevaba un pequeño puchero del cual el mayor se dio cuenta.
-¿Podrías dejar de poner esa cara? No te entiendo, antes te quejabas de que no pasaba tiempo contigo y hoy que decidi salir temprano para pasar tiempo juntos te enojas.
El menor al escuchar eso volteó a ver a Vegeta, es verdad, a veces se quejaba porque el trabajo mantenía ocupado al de cabellos de flama.
-Perdóname, es que hoy estoy un poco estresado, ya vienen los exámenes y me preocupa no pasar las materias.
Vegeta lo miró de reojo mientras continuaba manejando, esas palabras no se las creía, su hermano no era un genio pero no es de los que se preocupan por reprobar las materias.
-Tarble. ¿Quieres que pasemos a algún lugar antes de llegar a la casa?. - no quería abrumar al joven preguntando que le pasaba, ya se lo contaría después o al menos eso esperaba, por el momento lo mejor era un cambio de ambiente, ademas de que él no queria llegar tan pronto.
El joven al escuchar esa pregunta sonrió de oreja a oreja, un brillo se asomó por sus ojos y sin pensarlo dos veces habló.
-Si, hay un sitio al que quiero ir.- el joven habló con voz entusiasmada, asustando al mayor.
-Bien, dime el lugar.
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-Aquí tiene, una tartaleta de ganache de chocolate. - el de cabellera larga dejaba aquel postre en la mesa del joven maestro, hace poco que había salido del trabajo y se había quedado con las ganas de probar el chocolate ya que el suyo se lo dio a su alumno.
-Muchas gracias. - Gohan probó un bocado de aquel postre, el sabor era glorioso, su paladar disfrutaba el paso de aquella delicia de chocolate.
Comía con lentitud disfrutando cada bocado que daba, no pensaba que aquel postre supiese tan bien.
Dejó vacío el plato, pensaba que ademas de delicioso era económico por lo que estaba dudando de si pedir otro pedazo o irse.
Mientras Gohan tenía sus dudas en mente la campanilla volvió a sonar, dejando ver a aquel joven en la entrada, Raditz al verlo se sorprendió, ya que era un poco más tarde que la hora en la que él suele ir y ademas comenzaba a oscurecer por lo que un jovencito no debería andar sólo y menos con esa apariencia casi infantil.
Pero se fijó como detrás de él entraba otra persona con una apariencia similar, claro que más madura y de tez seria.
-Hum, no entiendo porque insististe en venir hasta aquí, hay reposterías con un mejor nivel que ésta.
-Hermano, por favor, ni siquiera has probado algo.- ambos caminaban tomando asiento en una de las mesas, Tarble no se había dado cuenta de la presencia de su profesor, en cambio Gohan se dio cuenta en el instante que escuchó su voz.
-Buenas tardes.- Raditz se les acercó dándoles la carta de postres, el joven de inmediato se encogió en sus hombros y la tomó. Leía el menú detenidamente.
-La..la especialidad de hoy ¿Cuál es?- el joven hablaba con tal timidez que su hermano arqueó una ceja al verlo así.
-Hoy tenemos la natilla de vainilla.
-Ya veo, quiero eso y una rebanada de pastel de tres leches.
Vegeta hizo un gesto algo asqueado por escuchar a su hermano pedir aquello tan dulce, no era fanático de los postres.
Raditz tomó nota del pedido fijándose también en el gesto del de cabellos de flama.
Rápidamente fue a la cocina a avisar a su hermano sobre aquella orden, dejando asi a esos tres clientes solos.
-"Sería grosero de mi parte no levantarme y saludar, después de todo es mi alumno"- Gohan se puso de pie, se encontraba de espaldas a la mesa del joven, caminó y se puso a un lado del menor.- Buenas tardes Tarble, veo que sigues pensando en postes.
El joven dio un respingo al escuchar la voz de su maestro, inmediatamente se puso de pie.
-Profesor, buenas tardes, no esperaba encontrarlo aquí.
-Debo decir que dejaste en mi mente la idea de los postres por lo que no pude sacar de mi cabeza la idea de comer uno.
El joven soltó una pequeña risita ante ese comentario, Gohan se dio cuenta de que aquella persona que acompañaba a su alumno se les quedaba viendo.
-Lamento mi grosería, soy el profesor de biología y tutor de Tarble.
Gohan le extendió su mano para poder estrecharla a lo que el de cabellos de flama correspondió.
-Creo que ya me ha hablado de usted...amm Gohan, si no me equivoco, lo siento pero no recuerdo su apellido.
-No importa, no es molestia que me llame por mi nombre. ¿Podría yo saber el suyo?
-Él es mi hermano, ya le había comentado sobre él, su nombre es Vegeta.- el menor interrumpió a ambos causando que dejasen el contacto de la mano de lado.
-Es cierto, me comentaste sobre él en la ultima entrega de calificaciones.
-Lamento no haber podido asistir, pero tenía asuntos que resolver en el trabajo.
-No es problema, Tarble me ha puesto al tanto de su situación.
-Puede sentarse aquí si gusta.- dijo el joven tomando nuevamente asiento.
-Gracias por la invitación, pero yo ya estaba por marcharme, en realidad sólo iba a pedir la cuenta.
En esos instantes, Raditz regresó a la mesa con el pedido del joven, pero no sólo traía eso en la bandeja, tambien depositó algo para Vegeta.
-Yo no pedi nada, los postres son para él. - el de cabellos de flama empujaba el plato al centro de la pequeña mesa.
-Lo sé caballero, por su expresión pude notar que no gusta de cosas dulces, pero eso es algo salado, es un quiché lorraine con jamón y queso. Corre por cuenta de la casa, espero que lo disfrute.
Vegeta se le quedo viendo un momento al de cabellera larga, sólo bufó y tomó de nuevo aquel plato, su hermano lo observaba.
-Disculpe. ¿Podría traerme a la cuenta? - Gohan seguía parado junto a aquellos dos hermanos, el mesero asintió y le dio de inmediato aquella nota para que pagase y se fuera.
-Bueno Tarble, nos vemos mañana en clase, espero no pienses más en postres en la escuela.
-Lo intentare profesor.
-Fue un gusto conocerlo, espero verlo en la próxima junta.
-Igualmente, hare lo posible por asistir.
Gohan pagó y se fue de aquel lugar, sintiendo un cosquilleo en aquella mano que había estrechado con Vegeta. Dejó de lado eso, pensando que era por el hecho de haber conocido al hermano de su pupilo.
Tarble miraba sus postres entusiasmado, la natilla estaba acompañada de unas galletas a los lados y aquella rebanada de pastel se veía bien humectada.
Sin esperar más tiempo, comenzó a devorar primero el pastel. El sabor llegaba a su paladar con suavidad, disfrutaba de cada bocado, le parecía realmente delicioso.
Por su parte Vegeta decidió probar aquel quiché, tomó un pedazo pequeño y al probarlo lo primero que pensó es que estaba delicioso. No quería verse muy entusiasta por aquella comida, por lo que comió con lentitud y expresión neutra.
Ni siquiera fue necesario pedir café, ya que el de larga cabellera les llevo un par de tazas, para el joven un poco de café latte y para Vegeta un poco de café espresso.
Tarble realmente estaba disfrutando de los postres, depositaba un poco las galletas en aquella natilla y se las comía con complacencia. Su mirada se desviaba un poco en dirección al mesero que limpiaba la mesa que había usado Gohan.
Quería decir algo pero con su hermano ahí no lo hizo.
Ambos terminaron de comer, pidiendo la cuenta.
-¿Cuánto es por el quiché? - el de cabellos de flama pensó en que debía pagarlo, pero Raditz simplemente le decía que la casa invitaba.- No soy de aceptar ese tipo de generosidad.
-Bien, puede pagarlo viniendo de nuevo por otro pedazo.
Vegeta frunció un poco el ceño, pero se resigno.
-De acuerdo, pero la próxima vez deberá incluirlo en la cuenta. - con eso terminó por pagar, Tarble estaba feliz porque había la posibilidad de que su hermano lo llevase de nuevo, aunque él prefería ir sólo para poder degustar algo más que su paladar.
Ambos hermanos se marcharon del lugar, dejando en silencio todo.
-Ya veo porque tardó, venía con aquel chico, se parecen mucho deben ser familia. - el de cabellera alborotada salió de la cocina situándose junto a su hermano.- ¿Porqué le regalaste el quiché?
-Supongo que por empatía, no siempre veo por aquí a alguien que no le agrade lo dulce.
-Ten cuidado, no vaya a ser que ese jovencito se ponga celoso porque tuviste empatía con aquel otro chico.
Raditz atinó a sonrojarse ante aquel comentario de su hermano dándole un pequeño golpe en la cabeza.
-"Que tontería, como si a mi me importara. Ademas se nota que es un niño que viene por los dulces."
Ambos se dispusieron a limpiar, pues la hora de cerrar se acercaba, quedando el de melena larga con el comentario de su hermano en la cabeza.