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Mi postre favorito. por cristinita9509

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Notas del capitulo:

Hola, ;-; lamento no haber actualizado antes. Ando muy ocupada. De hecho tarde una semana en escribir esto porque no lograba terminarlo, no por falta de inspiración sino de tiempo. Bueno, los dejo leer.

Sábado, un hermoso sábado con el cielo despejado y el sol deslumbrándose, sin duda un día perfecto para salir, pero no, aquel joven no había siquiera despertado.


Las cortinas tapaban las ventanas de aquel cuarto que era invadido por una oscuridad realmente espesa, no había casi nada visible.


Pasaban de las doce del día, un ligero ronquido podía escucharse escapar de su boca, la alarma había sido desactivada durante la noche y su hermano se había ido sin siquiera tratar de despertarlo.


Con pesadez abría los ojos, el hambre había llegado a él y no podía ignorar eso fácilmente.
Rodó unas cuantas veces por la cama antes de sentarse, removiendo aquellas sábanas que lo cubrían. Lucía desaliñado, su mirada estaba perdida en algún punto indescifrable puesto que realmente no estaba por completo consciente.


Después de unos minutos estiró su cuerpo, pensaba en abrir las cortinas pero desertó la idea ya que no quería que sus ojos ardiesen aún. El silencio invadía aquella gran  casa, no había cortinas abiertas, simplemente los pequeños rastros de luz que se filtraban entre los huecos de las orillas que aquella tela no cubría.


Fue directamente al baño a asearse, no importaba pasear desnudo puesto que era el único en la casa, la mucama llegaba más tarde a limpiar.


Su cuerpo escurría el agua, mojando un poco el suelo con cada paso que daba, salió así de la ducha hasta su habitación, después se secó bien, se colocó unos jeans algo holgados y una camisa manga larga color roja. Al ser sábado su hermano regresaría temprano de trabajar y saldrían.


Secó muy bien su cabello, lo cepilló un poco y lo acomodó con las puntas hacia arriba dejando algunos mechones escaparse por su frente.


A lo lejos escuchó como la puerta de la entrada era abierta, no debía preguntar, ya sabía de quien se trataba.


Inmediatamente el joven bajó y escuchó como se producía un ruido en la cocina ocasionado por las ollas.


-Buenos días.- el joven hablaba con voz serena.


-Buenos días joven Tarble. No sabía que ya se encontraba despierto, ahora mismo le preparo su desayuno.


-Gracias Milk.


Aquella mucama era un pelinegra de piel pálida. Fue contratada por Vegeta a capricho de Tarble. Ella se hacía cargo de todos los quehaceres del hogar. Sin embargo para Tarble sus postres no eran tan buenos como los de la pastelería, asi que se limitaba a pedirle cosas saladas.


-¿Qué tal va en sus estudios?


-Bueno, no soy el número uno de la clase pero se que pasaré el año.


La pelinegra paró de picar las verduras para el estofado que quería preparar.


-¿Cómo puede decir eso? Usted es un joven muy inteligente. ¿De que sirve ser de familia adinerada si después no sabrá que hacer? - la mujer se enojaba siempre al escuchar algo sobre los estudios y más si no iba bien.


-No es para tanto, le pediré a mi hermano que me ayude a estudiar después.


Con eso, la pelinegra continuó su trabajo. Después de picar las verduras y lavarlas, se dispuso a prepararle al menor unos huevos estrellados y unas rebanadas gruesas de tocino.


El joven no quería ir hasta el comedor, así que comió en la pequeña mesa de la cocina. El silencio no era incómodo, la mujer continuaba picando algunos ingredientes mientras el joven degustaba cada bocado de aquel sencillo pero apetitoso platillo.


-Veo que está bien vestido. Disculpe mi curiosidad pero ¿Saldrá a algún lado? ¿Una cita quizá?


El sólo escuchar esas cuatro letras lo ponía automáticamente rojo, 'cita'. 


-¿Cómo se te ocurre decir eso? Es obvio que saldré con mi hermano. No hay forma de que haga algo diferente. "Aunque...me gustaría ir hoy a probar la especialidad y tal vez cruzar un par de palabras con aquel sujeto"


La mujer sonrió al mirar como el joven se perdía en sus pensamientos, esa mirada que se mezclaba con la nada, la reconocía a la perfección porque ya la había experimentado.


-¿A dónde piensan ir? Si es que se puede saber.


-No deberías ser tan curiosa, pero te diré que quiero...


-....ir a comer un postre en aquella linda pastelería.- la mujer interrumpió al joven, sabía de memoria lo que él quería, más por el hecho de que siempre le hablaba de aquellos postres. Incluso le ha llegado la curiosidad de ir a probar algo a aquel lugar.


-¿Tan predecible soy?


-Sólo un poco, ahora vaya a estudiar un rato. Le avisaré cuando la comida esté lista.


El joven resopló un poco pero obedeció, yendo a la biblioteca de su hogar.
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-¿Trajiste lo que te pedí?


-Si, pero me costó algo de trabajo. Sabes bien que no es temporada de cerezas, con trabajo encontré de las que tenían congeladas en una bodega.


El de larga melena traía consigo una  bolsa de compras, estaba vestido de forma normal, unos sencillos jeans azul claro y una camisa negra de mangas largas que llevaba recogidas a la mitad del brazo.


-Lamento haberte causado esas molestias, pero es que son necesarias para el postre de hoy.


El joven tomó la bolsa y la llevó a la cocina, sacó aquella fruta y la lavó con suavidad, cada ingrediente que pasaba por sus manos lo trataba con cariño, como cual porcelana frágil.
Comenzó a partir a la mitad algunas cerezas, sacando aquel hueso que molestaba al morderlas, quedándose sólo con la pulpa que manchaba sus dedos de un tono rojizo.


Por su parte, Raditz terminaba de limpiar las mesas para poder abrir. Habían pasado ya un par de días desde aquel encuentro con el pequeño estudiante y su hermano.


Ninguno de los dos había ido, no era de extrañarse, posiblemente estarían ocupados y no se equivocaba. Vegeta estaba hasta el tope con su trabajo, de tal forma que sólo se preocupaba de no olvidar respirar y Tarble tuvo demasiadas tareas dejándolo con apetito de postres que aguantaba no probar.


-Buenas tardes. ¿Tiene baguettes? - aquella voz de una clienta lo sacó de las nubes, inmediatamente sonrió y la atendió con amabilidad.
La chica lo miraba de reojo mientras él sacaba el pan para poder dárselo, sus ojos celestes brillaban con cada mirada que le dedicaba, pero no era una mirada como la de las otras chicas.


-Aquí tiene señorita.


-Gracias.- su voz era dulce y salía con suavidad. Se le quedó mirando unos instantes, a lo que el de larga melena se dio cuenta.


-¿Se le ofrece algo más?


-No, lo siento. Es sólo que su rostro se me hizo familiar, pero deben ser cosas mías.

La mujer pagó y se retiro de aquel lugar, echándole un pequeño vistazo antes de perder de vista la pastelería.


Raditz se quedó pensativo ante el comportamiento de la joven, a decir verdad a él tambien le daba un aire familiar.


-Tonterías, es sólo mi imaginación.
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-¿Dónde está Tarble?


-Buenas tardes. Está estudiando en la biblioteca.- la pelinegra contestó de forma cortante, detestaba la indiferencia con la cual Vegeta la trataba.


-Espero que la comida de hoy no sea estofado, lo detesto.- el de cabellos de flama se fue a buscar a su hermano, dejando algo furiosa a la mujer, si, había hecho estofado.
No es que al pelinegro le desagrade esa comida, sólo le gustaba fastidiar a Milk, después de todo nunca le agradó pero la tenía ahí por Tarble, de ser por él, contrataría otros sirvientes, pero se limitaba a cumplir ese pequeño capricho de su hermano.


Su mirada estaba en los libros pero su mente volaba por otros rumbos, los suspiros salían de sus labios a cada rato. No se había percatado de que era observado desde una distancia corta por su hermano.

Vegeta sonrió de forma traviesa, había una jarra con agua en una de las mesitas cerca de un florero. ¿Qué mejor forma de regresar a su hermano a la realidad? Al menos para él era un buen método.


-"¿Chocolate? ¿Vainilla? ¿Anís? ¿Caramelo? ¿De qué será el postre de hoy?" - repentinamente sintió aquella agua fría cayendo por todo su rostro mojando su camisa y algo de su cabello.


- Veo que ya despertaste. - las palabras sonaban con malicia, el mayor se reía entre dientes.


-¿Porqué hiciste eso? Con hablarme era suficiente. - el menor se levantó de aquella silla de madera dejando de lado los libros en la mesa, algunas hojas regadas tenían unos pocos rayones.


-No parecía que fueses a hacerme caso sólo con hablarte. ¿En qué pensabas tanto?


- En cosas. - caminaba dirigiéndose a su habitación, siendo perseguido por el mayor que no se conformaba con esa absurda respuesta.


-¿Cosas? ¿Cómo en qué?


-Sólo cosas. - tomó del armario una toalla y seco su rostro y cabello, ademas de buscar otra camisa ya que esa estaba empapada.


-¿Es algo malo? - Vegeta tomó asiento a la orilla de la cama mientras observaba como el menor se cambiaba la camisa por una ahora azul.


-No es nada malo. Son cosas mías, no es algo de que preocuparse. - al terminar de cambiarse, se sentó junto a su hermano.- Vegeta, quería saber si hoy.....bueno...


-¿Si hoy qué? - el de cabellos de flama observaba con mirada neutra a ese pequeño manojo de nervios que estaba junto a él.


-Es que me gustaría ir hoy a la pastelería. "Además casi nunca voy los fines de semana y si voy es cuando me tocan tutorías y llevo el uniforme puesto"


Vegeta lo miró unos segundos, ir de nuevo a ese lugar que no era de alta clase pero que al mismo tiempo parecía acogedor. Recordaba el sabor de aquel quiché que degustó y también que no quería deberle nada a ese mesero.


-De acuerdo, iremos si tanto quieres.


Vegeta se levantó y salió de la habitación diciéndole antes al joven que bajase a comer.
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-¿Porqué quisiste que hiciera de nuevo el quiché? Ayer comiste y no eres de los que lo comen días seguidos.


-Me parecía buena idea servirlo como aperitivo para los clientes.


-Bueno, ya está listo, pero a cambio quiero que pruebes la especialidad de hoy. Ya sabes que los clientes quieren una opinión sobre lo que van a comer, asi que debes saber describir el postre.


Se estaba arrepintiendo de haberle pedido a su hermano que preparase el quiché, no quería probar ningún postre. Dio un suspiro pesado y asintió.


-Dámelo a probar antes de que me arrepienta.


Kakaroto sonrió ampliamente y buscó un plato donde servirle una rebanada de aquel postre recién hecho a su hermano.


-Hoy hice un clafoutis. Hice uno con la semilla y la otra sin ella, pero el sabor de la cereza cambia un poco al retirarla.

Raditz miraba aquella rebanada triangular sin apetito alguno, pero cumplió y tomó con un tenedor un pedazo donde se hallaba un trozo de cereza. Era suave, los sabores se mezclaban llenándolo de una explosión en su boca. No, aún no era algo que pudiese decir que amaba y comería completo, pero debía admitir que había sido un placer para sus papilas gustativas.


-¿Y bien? ¿Cómo te pareció?


El mayor sonrió de lado y asintió levemente, dándole la aprobación a su hermano.

El sonido de la campanilla de la entrada llamó su atención por lo que regresó a atender a los clientes, al mirar el marco de la puerta, pudo visualizar aquellas dos figuras tan similares.


Era temprano pero al parecer esos dos habían decidido pasar de una vez a la pastelería. Vegeta desviaba el rostro ante la mirada del mesero, por su parte, Tarble, sonreía torpemente.


Los pasos de ambos los llevaron a una de esas mesas, de inmediato el de larga melena le dio la carta de postres al menor, siendo observado por el de cabellos de flama.


Era de esperarse por parte del menor que pidiese la especialidad, tambien pidió un frappe para acompañarlo. Por otra parte, Vegeta no había dicho nada, simplemente se dedicaba a mirar a aquel mesero corpulento, una mirada neutra pero penetrante, Raditz no necesitó preguntarle que quería, ya sabía bien que servirle.


De algún modo se alegró por la presencia de aquellos dos. La orden la llevaba entre la bandeja en sus manos, depositando todo en la mesa.


-Espero que lo disfruten.- esas fueron sus únicas palabras, Tarble quería comentar algo pero el mayor tenía que atender a los otros clientes que entraban al lugar.


Esta vez, sin dudas, el de cabellos de flama comenzó a comer tal exquisito platillo salado, si, le había gustado. Pero también había otra cosa aparte del platillo que le agradaba.


-"Luce apetitoso" - el menor tomó un pedazo con aquel tenedor, llevando a su boca un pedazo de ese postre. Sus ojos se iluminaron al morder un trozo de aquella fruta rojiza, no era algo tan dulce como los otros postres, pero el sabor era adictivo. Pedazo tras pedazo iba a su boca, probaba lentamente tratando de conservar el sabor en su memoria.


-¿Estás bien Tarble?


-¿Eh?- la voz de su hermano lo regresó a la realidad. El joven se había emocionado con la delicia que degustaba.- Si, es que esto sabe realmente delicioso. ¿Mnn? ¿Ya terminaste?


Vegeta sólo desvió la mirada al escuchar la pregunta de su hermano, el quiché estaba tan rico que no pudo evitar terminarlo rápido.

Raditz se acercó a la mesa a retirar el plato vacío del de cabellos de flama.


-Esta vez si lo pagaré.- sus ojos se quedaron fijos en la mirada de ese mesero; Raditz sonrió de lado cerrando sus ojos, esa vista, sólo esa sonrisa que logró ver Tarble causó algo dentro de él.


-¿De verdad quiere pagarlo? Lo lamento, pero no aceptaré que pague. Sólo acéptelo sin más.


-¿Insinúa que no puedo pagarlo? La última vez dije que vendría y pagaría.


-No insinúo nada, al contrario de lo que usted cree caballero, considero que es muy capaz de pagarlo, sin embargo no puedo permitir eso cuando fui yo desde un principio quien consideró invitarle tal platillo.


El menor veía la pequeña charla que su hermano y el mesero entablaban, no había gritos, pero Vegeta estaba enojándose al ver que no recibirían su dinero para pagar el quiché.
Tarble no se había dado cuenta en que momento se acabó el poste, comiendo las últimas cerezas que adornaban el plato.


-Algo debe haber con lo que pueda pagar, ya dije que no pienso aceptar éste tipo de tratos.


-No aceptaré ninguna cantidad.- el menor jamás había tantas palabras salir de la boca de Raditz, su voz se quedaba grabada en su mente, masculina era la palabra con la cual la describiría.


-¿A qué hora cierran hoy?


El de larga melena arqueo una ceja al escuchar esa pregunta. ¿Acaso se quedaría insistiendo hasta la hora de cerrar?


-Es sábado, así que cerramos a las seis.

Los labios de Vegeta se curvaron en una casi imperceptible sonrisa.


-Perfecto, entonces saldrá conmigo esta noche.


-¿Qué?

Notas finales:

No se di me lanzaran tomates por esto, bueno espero me digan que les pareció.

No se cuando podre actualizas asi que espero me perdonen. Tratare de no tardar. :c había dicho (en los rw) que hoy actualizaría bizarro, lo lamento pero me fue imposible terminar el capítulo, no queria hacerlo com prisa tampoco, ando ocupada con un ensayo que debo entregar el viernes asi que actualizare esa historia el viernes en la noche o el sábado.

Para los que leen un amor que florece, bueno, espero actualizar esa historia cuando terminen las semanas de exámenes (como por el 5 de marzo)

Bueno eso es todo, espero no haberlos aburrido con esto, :v los amo y espero salir bien en los exámenes. xD sigan de pervertidos por favor.


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