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SANANDO UN CORAZON por Orseth

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            -¿Hay algo más?

            -Sí y me parece que es lo más importante.

            -¿Qué cosa?

            -Para que logres sacarlo de ahí, debes pedir su custodia total, hacerte cargo de él pues no es solo sacarlo y ya, debe estar en un lugar seguro en donde será atendido como debe ser ¿has pensado en eso?... hacerse cargo de una persona así no es cualquier cosa, no es sacarlo para botarlo después.

            -Yo no pensaba botarlo –dijo frunciendo el ceño.

            -Ya sé que no ¿pero qué pensabas entonces?

            Harry no respondió pues realmente no había pensado en ello… ¿hacerse cargo de Draco?... era una responsabilidad muy grande.

            -Ni siquiera quieres vivir con tu novio ¿Cómo esperas entonces vivir con otra persona?... a menos que lo internes en otro lado pero eso es muy costoso y tú no nadas en dinero.

            -Hermione ¿no podemos pensar en eso después?

            -No, por que hay que dar una razón cuando pregunten a donde lo llevarás y si ese lugar es adecuado para sus necesidades.

            Harry suspiró dándose cuenta de que no solo era sacarlo de ahí.

            -Debo confesar que no había pensado en ello por muy tonto que parezca, pero una cosa si te digo… si es necesario llevármelo a mi casa, entonces eso haré.

            -¿Vivirás con Draco, estás seguro? –Preguntó viéndolo fijamente- es una persona con necesidades especiales que necesita vigilancia las veinticuatro horas del día ¿contratarás a alguien o lo harás tú?

            -Hermione, por Dios, me atosigas con tantas preguntas.

            -Y mas te atosigará el departamento de salud, así que piensa en eso antes de hacer cualquier cosa, recuerda que ningún asilo lo quiso; yo puedo ayudarte con algo para su cuidado y Ron también lo hará, ya lo hablamos y antes de que pienses que quiero disuadirte, no es eso… créeme que yo estoy también muy ansiosa por sacarlo de ese lugar de mierda, pero también quiero que pienses en que estás rescatando a una persona, no a un cachorro.

            -Ya lo sé, es solo que no había pensado en algunas cosas, pero lo resolveré, no te preocupes.

            -Eso espero Harry… ¡ah, otra cosa!

            -¿Más?

            -Sí, pero esto no tiene nada que ver con el caso.

            -¿Entonces?

            -Vi  a Chris hace unos días y estaba triste por su discusión.

            -Ah ¿te contó?

            -Sí Harry, entiéndelo por favor, él no está acostumbrado estas cosas como nosotros y si no le explicas, menos.

            -Sí, tienes razón… es que siento que tengo que hacer cosas y él está ahí reclamando tiempo como si no se lo diera.

            -Es que a lo mejor no lo haces, mira no puedes negar que eres obsesivo cuando algo se te mete entre ceja y ceja y más cuando se trata de Malfoy ¿recuerdas eso? –pregunto alzando una ceja.

            -Pero yo tenía razón, algo tramaba ¿no?... estaba reparando el armario evanescente en la sala de los menesteres, pero nadie me hacía caso.

            -Sí, sí, tú tenías razón –repitió rodando los ojos- pero volviendo al asunto, habla con Chris, te quiere mucho.

            -Sí, tienes razón, lo haré en cuanto pueda.

 

 

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            -¿Harry Potter desea verme? –Preguntó el ministro sorprendido- ¡vaya! Pero será después de la reunión que tengo con el grupo de los defensores de los derechos de los centauros y no sé a qué hora terminaré.

            -Se lo diré señor.

            -No hace falta, yo se lo diré ahora, ya voy saliendo –dijo tomando un fajo de pergaminos mientras se levantaba.

            -Bien.

            Cuando salió de la oficina Harry se levantó al verlo.

            -Buenas tardes señor Aldrich.

            -Hola Harry, hacía mucho que no te veía, años en realidad.

            -Así es, me gustaría mucho poder hablar con usted.

            -Sí pero ahora no puedo, tengo una reunión y no sé a qué hora terminaré y después debo comenzar  preparar una auditoria, solo que sea en la noche pero no sé a qué hora exactamente, podría ser muy tarde; eso si es que te urge porque mañana tengo otras citas programadas.

            -Sí, sí, lo entiendo pero estoy dispuesto a esperar lo que sea necesario, es un asunto muy serio y urgente ¿llegará aquí o donde debo esperarlo?

            -¡Vaya, si que tienes prisa!... Bueno, Doris puede enviarte un mensaje a tu casa si es que no te importa que sea muy tarde, te lo digo para que no haya necesidad de que me esperes aquí.

            -Sí hace eso le estaría muy agradecido.

            -De acuerdo, nos vemos después.

            -Gracias.

            Cuando salió pensó aprovechar el tiempo visitando a Chris, sabía que se había hecho el ofendido demasiado tiempo, pero realmente en la misión había estado muy ocupado con el grupo de tratantes de animales mágicos en peligro de extinción, habían rescatado un grupo de cinco unicornios y un yeti, así que de Chris ni se había acordado.

           

 

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            Lo vio esperándolo en el enorme jardín que adornaba el centro de su universidad, sentado en el borde de piedras negras que rodeaban el hermoso jardín; no pudo evitar el salto de alegría que dio su corazón al ver al moreno esperándolo con los codos recargados en sus rodillas y un par de cafés a un lado.

            -Hola –saludó cuando llegó hasta él.

            -Hola –respondio Harry levantándose.

            Ambos se quedaron callados un momento, dejando al otro hablar, pero fue finalmente Harry quien comenzó.

            -¿Estás muy ocupado? Sé que ya no tienes clases hasta dentro de dos horas, pero no sé si tengas algo que hacer.

            -Pues tengo que ir a la biblioteca pero puede esperar.

            -Te traje un café –dijo sentándose.

            -Gracias –respondio sentándose junto a Harry.

            -Bueno… -comenzó metiendo sus manos en su chaqueta mientras miraba al frente- comenzaré disculpándome, la verdad reconozco que no me he portado bien contigo, tengo mis motivos y son muy  importantes pero debí tomarme mi tiempo para explicártelos, apreciar que eres tú quien siempre es quien va a verme, que eres tu quien se adapta a mis complicados horarios… lo siento, de verdad –concluyó mirándolo con una sonrisa apenada.

            Chris suspiro volviendo la vista al frente, estaba sorprendido de ver a Harry ahí y esas palabras habían hecho gelatina su resolución de mantenerse alejado… amaba al auror y ser él quien siempre lo buscaba lo hacía replantearse si Harry sentía lo mismo, pero verlo disculpándose, reconociendo sus esfuerzos por sacar adelante su relación le hizo sonreír y tomarle la mano.

            -¿Eso significa que estoy perdonado? –preguntó Harry sonriendo.

            -En parte… necesito muchos besos y mimos para darte una absolución total.

            Sonriendo Harry le pasó un brazo por atrás y lo atrajo hacia sí besándole la coronilla.

            -Este asunto es muy importante para mí –dijo Harry sin soltar su abrazo- es un compañero de la escuela, es Draco Malfoy.

            -No me suena.

            -No me extraña, no estuviste en esa época, pero fue bueno que no lo estuvieras, las cosas fueron muy difíciles, aun para la familia Malfoy… no los exculpo, pues sus padres eran seguidores de Voldemort, fue hasta el final que comprendieron que ese mago estaba loco… ¿creerías que fue su madre quien me salvo en la batalla de Hogwarts?

            -¿En serio?

            -Ajá… dijo que yo estaba muerto cuando no era así, todo por su hijo… si viera en donde está ahora.

            -Entonces es como una deuda ¿no?... bueno, en parte porque lo que hizo esa mujer era lo correcto.

            -Sí, en parte… -exclamó suspirando.

            -¿En qué piensas? –dijo Chris enderezándose para mirarlo.

            -El y yo nunca congeniamos, de hecho fuimos como el agua y el aceite, peleando todo el tiempo; fue como un grano en el culo… ¿recuerdas el ensayo que te pidieron sobre la juventud y la guerra en el que te ayudé?

            -Sí.

            -¿Recuerdas la fotografía del periódico viejo en donde aparecía Vincent Crabbe, el chico que murió en Hogwarts?

            -Sí, lo recuerdo –respondio mientras tomaba su café.

            -Bueno, pues era muy amigo de Gregory Goyle y Draco Malfoy… aunque más bien eran sus guardaespaldas y se la pasaban comiendo todo el tiempo, recuerdo que una vez los dormimos usando pastelillos rellenos de una poción, parecían armarios con patas.

            Chris rio feliz de ver que nuevamente tenía a su lado a aquel Harry parlanchín, cariñoso y divertido a su lado y suspirando satisfecho le giró el rostro y lo besó.

 

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            Era más de media noche cuando Harry recibió el aviso de que podía ver al ministro, así que se presentó de inmediato.

            -Buenas noches señor ministro ¿o debo decir buenos días? –saludó sonriendo mientras tomaba asiento.

            -¡Es cierto, ya son 12:43 am! –Respondio viendo su reloj de pared- ¿sabes que solo porque eres tú hago esta excepción?... siendo otro ya lo hubiese agendado como para dentro de tres años.

            -Sí, lo sé y se lo agradezco.

            -Disculpa, necesito un té –dijo sacando un sobre de té de su cajón y metiéndolo en una taza de agua caliente que tenia lista en su escritorio- ya estoy viejo para este tren de vida ¿gustas uno?

            -No, gracias.

            -Claro, tú tienes mucha batería para rato –exclamó riendo.

            -¿Sabe lo que son las baterías?

            -Por supuesto, en mi juventud viví un par de meses con una hermosa modelo muggle, pero después conoció a un director de cine y de un día para otro nuestro amor eterno se evaporó.

            -Uy lo lamento.

            -Pues yo no, el mundo muggle es complicado y tarde o temprano iba a regresar aquí, así que fue buen momento de empacar mi mochila y regresar con todos mis honores a terminar el colegio.

            -¿Aun no había terminado Hogwarts? –exclamó sorprendido.

            -No, yo era un rebelde pero cuando el amor y el dinero se acabó pues fue tiempo de hacerle caso a mis padres y sentar cabeza y heme aquí.

            -¡Órale!

            -Sí, nadie lo creería de mí –respondio riendo- pero no creo que hayas venido aquí a escuchar mis correrías ¿para que soy bueno Harry?

            -Dos palabras… -dijo tornándose serio- familia Malfoy.

            -mmm ya veo –exclamó no borrándosele del todo la sonrisa- así que ya lo sabes.

            -Sí, no hace mucho pero sí.   

            -No puedo decir que estoy completamente sorprendido, imaginé que tarde o temprano alguien preguntaría por ellos, y bien ¿Qué hay con ellos?

            Discutir sobre lo correcto o incorrecto de lo sucedido con ellos no tenía caso, Harry sabía que era una trágica situación  llena de claroscuros aspectos, así que no valía la pena gastar tiempo sobre ello, el ministro había tenido sus razones para ocultar aquello y lo hecho, hecho estaba; y tampoco era tonto, más valía no poner de malas al viejito.

            -Me enteré de la situación actual de Draco Malfoy y aunque sus padres y yo estábamos en bandos contrarios, él y yo éramos grandes amigos en el colegio.

            -¿En serio? –dijo muy sorprendido.

            -Sí, quien lo dijera ¿verdad?

            -Sí.

            -Así que como podrá imaginarlo, quisiera hacerme cargo de él; sé que este asunto está clasificado como confidencial, por eso me he topado con muchas dificultades, la verdad no pensé que fuera tan difícil.

            -Sí, este asunto es complicado.

            -Me han prohibido acercarme a él.

            -No me sorprende, cuando esto pasó se dejaron instrucciones claras.

            -Sí, lo entiendo, pero Draco era casi como mi hermano, necesito ayudarlo, él hubiera hecho lo mismo por mí, pero el medimago que está a cargo de él dice que complico su tratamiento y la verdad quisiera poder llevarlo con otros especialistas, estoy seguro que aunque ese hombre tiene buenas intenciones  no puede dedicarse por completo a él pues tiene otros pacientes, yo quiero darle atención especializada y para eso necesito su ayuda señor ministro.

            El señor Aldrich bebió de su té y después se quitó las gafas para darse un masaje en las sienes.

            -Entiendo Harry y me parece muy bien que quieras hacerte cargo de ese muchacho, la familia de Francia se desentendió de él.

            -¿Ellos supieron? –preguntó sorprendido.

            -Por supuesto, se buscó a su familia allá pero ninguno quiso hacerse cargo, tal vez el que ya no contaran con su inmensa fortuna contribuyó a que  se desentendieran del chico y al único  pariente aquí era una tía, la cual también se negó a recibirlo.

            -Vaya… bueno, pues con mayor razón.

            -Pues estoy de acuerdo Harry y me alegro mucho por Draco Malfoy.

            -¿Entonces me apoyará?

            -Claro muchacho ¿Cómo podría negarle algo al niño que vivió?

            -¿Me daría un millón de galeones también, por favor?

            El ministro estalló en carcajadas para después colocarse sus gafas de nuevo.

            -Bueno, entonces mañana mismo llamaré a mi asistente, que fue el que hizo cargo de todo, estoy seguro que por eso has tenido tantas complicaciones; pero descuida, él lo solucionará.           

            -Tengo una amiga que es abogada, ella se está encargando de todo.

            -De acuerdo, que ella se comunique con él.

            -No sabe cuánto se lo agradezco y ya no lo entretengo más –dijo poniéndose de pie y dándole la mano- lo dejo descansar, gracias señor Aldrich.

            -Por nada Harry, ven cuando quieras.

            Cuando iba en el elevador, iba sonriendo como bobo, sorprendiéndose de cual fácil había salido el asunto, dándose cuenta de cuanta razón había tenido Hermione.

            -Ya falta poco Draco, solo resiste.

 

 

 

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            En cuanto amaneció se comunicó con Hermione, quien puso manos a la obra en tanto él iba al cuartel.              

            -Hola Phil.

            -Qué tal Harry ¿no se suponía que tenías un par de días libres?

            -Sí, regreso el lunes, solo vine  por aquello.

            Asintiendo Phil abrió un cajón y sacó un fajo de pergaminos.

            -Toma, es bastante extenso.

            -Gracias, te debo una.

            Aprovechando que no podía hacer nada más que esperar, se dedicó toda la tarde a leer el expediente dándose cuenta de que no había nada raro ahí, el nombre de Bruce no aparecía ahí ni nada que lo relacionase, sin embargo no estaba conforme y decidió que si ahí no había nada, entonces debía buscar en otro lado y como realmente estaba agotado, se tumbo en la cama y no despertó hasta el día siguiente.

 

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            -Anda, despierta ya que no estás en un hotel.

            Draco en realidad no dormía, sus medicamentos para el dolor no los había recibido desde hacía varios días, por eso dormir o descansar era un sueño lejano, por lo que solo abrió los ojos para ver con terror como Bruce levantaba las mantas y lo tomaba del brazo para levantarlo.

            -¡Ah!

            -Anda, grita si quieres, de todos modos nadie te va a oír –dijo sujetándolo por debajo de las axilas sin ningún cuidado y dejándolo caer en la silla.

            -¡Oh!.... –gimió sintiendo sus ojos humedecerse por el terrible dolor que sentía.

            -Bruce basta –dijo Sally entrando- lo has encerrado estos días de modo que no he podido medicarlo, pero debe recibir sus medicamentos ¡necesita sus medicamentos!

            -¡No! ¡El recibirá lo que yo decida que necesita!

            Los sollozos de Draco comenzaron a escucharse más fuerte, por lo que lo agarró de los brazos y comenzó a zarandearlo.

            -¡Cállate, cállate! –gritó para enseguida sentir un fuerte empujón en el costado que le hizo soltarlo.

            -¡Para ya! ¿¡Hasta cuando seguirás con esto?!

            -¡No te metas en esto!

            -¡Tú me metiste en esto, no me vengas ahora con esas estupideces!... durante mucho tiempo hice a un lado mi ética y mi humanidad por ti, porque eres como un hijo para mí, pero ya no puedo más… lo peor es que soy tan culpable como tú por haberlo permitido…

            -No, el único culpable aquí es él.

            -Ya ni siquiera sabe quién es él, mucho menos sabe  quien eres tú.

            -Pero yo lo sé y eso me basta.

            -Harry Potter no descansará hasta sacarlo de aquí, aun puedes salvarte hijo, deja al muchacho en paz, bastante daño le hemos hecho… nunca debí permitir que el odio nublara tu juicio como medimago… Bruce por favor… -continuó comenzando a llorar- deja ir al chico.

            -Nunca, yo tengo las de ganar, el ministerio no quiere saber nada de Draco Malfoy.

            -Pero…

            -¡Déjame en paz y sal de aquí!

            -No, déjame atenderlo, está a punto del colapso.

            -Ya se repondrá, siempre lo hace, nunca lo dejaría morir y tú lo sabes…

            -Sí, para que su tortura nunca acabe.

            -Exacto.

            -Sal de aquí Bruce.

            -No.

            -¡Fuera! –Gritó la enfermera sorprendiéndolo- ¡lárgate de aquí, vete! –Siguió gritando mientras lo sacaba a empujones para cerrar la puerta y recargarse en ella sin dejar de llorar- ¡Lo siento!.... ¡lo siento tanto!...

            Sorbiendo la nariz y sintiendo que el alma terminaba de rompérsele, se acercó a Draco, quien solo atinaba a gimotear con las manos crispadas por el dolor.

            -Perdóname, lo lamento tanto… -dijo mientras le tocaba una mejilla- nunca debí permitirlo, nunca, nunca…

            Sacó un frasquito del bolsillo de su túnica de enfermera y una jeringa; en cuestión de un par de minutos le administro a Draco un medicamento que casi de inmediato comenzó a surtir efecto haciendo que el rubio suspirara aliviado sintiendo como el dolor iba desapareciendo poco a poco.

            -Estarás bien –dijo tomándole el rostro en las manos- te bañaré y te dejaré dormir.

            Pero Draco no la escuchaba, solo pensaba en aquel hombre que le había llevado unos huevos de Quidditch y unos de dragón… su mente divagaba en algo hermoso para poder pasar más rápido la vida en aquel oscuro lugar… sabía que nunca saldría de ahí, sabía que ese hombre lo torturaría siempre… solo deseó poder ver una vez más esos ojos verdes que le inspiraban tanta confianza.

 

 

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Notas finales:

Hasta aqui x hoy, nuevmente doy las gracias a quienes se tomaron un momentito de su tiempo para dejarme un comentario.

besos!!


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