Cuando salió de ahí solo deseó estrellar su cara contra la barra de la cocina, pues aunque Draco no había dicho ni una palabra sobre lo que había dicho, pudo ver claramente el impacto en sus ojos claros.
-Mierda… -mascullo yéndose a su habitación y cerrando de un portazo- soy un imbécil, un imbécil…
Se tumbó en la cama y permaneció ahí por mucho rato, dormitó un poco para darse cuenta de que ya habían pasado horas y era muy tarde; seguramente Draco necesitaba asistencia y él se había perdido en sus lamentaciones; pero cuando entró a la habitación del rubio, lo encontró dormido también, por lo que salió de ahí a preparar la cena.
-Draco… -dijo cuando la cena estuvo lista- vamos, es hora de cenar.
Lo vio despertar y bostezar una vez antes de cubrirse el rostro con su antebrazo para seguir durmiendo.
-No, hace mucho que no comes, debes cenar.
Draco lo miró y sonrió causándole un gran alivio a Harry, quien lo ayudó a sentarse en la silla.
-Hice algo muy rico, vamos.
Draco parecía no recordar nada de lo dicho anteriormente, lo que causaba alivio pero también confusión en Harry… ¿y si el rubio había entendido mal y había que hablar sobre ello otra vez?... pero Draco ya no hizo ningún intento por tocarlo o acercarse a él, por lo que comprendió que todo estaba claro.
-¿Quieres volar un poco antes de dormir?
Draco negó con la cabeza mientras movía su silla hacia su habitación.
-Podemos ver televisión –añadió mientras se levantaba de la mesa; pero Draco ni siquiera volteó, solo continuo su camino dejándolo de pie, solo en la cocina.
Pasado un rato, fue a verlo para darle sus medicamentos y prepararlo para dormir.
-Listo –dijo terminando de colocarle un pañal nuevo- ahora solo el pantalón del pijama y terminamos.
Draco miraba la ventana sin hacer ningún gesto o señal, solo algún quejido involuntario provocado por algún movimiento.
-¿Te lavaste los dientes?
Draco asintió sin mirarlo, lo que provocó frustración en Harry.
-Bien, buenas noches.
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Al día siguiente, cuando estaba ayudándolo a levantarse, Draco escribió:
-Hoy no quiero bañarme, gracias.
-De acuerdo –respondio sintiéndose un tanto aliviado de no tener que ver lo que había provocado todo eso.
Cuando lo llevó a la cocina para desayunar, intentó hacer conversación para quitar esa atmosfera pesada.
-Ron vino ayer a darme o más bien a darnos una muy buena noticia.
Draco lo miró mientras se llevaba un pan tostado a la boca, esperando que siguiera hablando.
-El está en un programa que trata problemas como el que tú tienes en las piernas y dice que fuiste aceptado, que serás sometido a un tratamiento muy bueno que no está en los protocolos de cualquier hospital.
Draco lo miro sin dar señal de haber entendido, por lo que Harry siguió en su explicación intentando imprimirle un entusiasmo que no sentía en lo absoluto.
-La verdad no se qué índice de éxito tendrá con tu caso, pero dice que hay muy buenas expectativas.
-¿Podré caminar de nuevo? –escribió.
-No lo sé, él mismo no quiso adelantar hechos, pero la verdad lo vi muy optimista.
-¿Y qué hay que hacer?
-Para comenzar, hay que internarte en san Mungo.
-Claro… -pensó Draco sonriendo mientras mordisqueaba su tostada sin mirarlo.
Harry sabía que todo eso se veía fatal, que todo parecía más bien un pretexto para deshacerse de él, por lo que volvió a hablar con entusiasmo… o al menos intentarlo.
-Dice que su profesor, el director del programa está muy entusiasmado, dice que eres el candidato perfecto y déjame decirte que ese hombre es una eminencia, ha ido a un montón de conferencias a varios países.
-¿Cuándo me voy? –escribió sin más para después darle un sorbo a su té.
-Eh… no sé –respondio sorprendido- creo que hay que avisarle a Ron.
-De acuerdo, gracias por el desayuno, me retiro.
-Espera Draco –dijo ya incapaz de seguir recibiendo ese trato tan frio- lamento todo esto, de verdad que mi intención nunca fue hacerte sentir mal, lo juro.
Draco lo sabía… y sin embargo cada vez se sentía más enojado… ¿Pero por qué, si el auror jamás le prometió nada?... incluso le hizo el favor de hacerle un trabajito manual... no lo sabía y sin embargo ya sentía que se ahogaba en esa casa; deseaba seguir a su lado, eso no lo podía evitar… en esos pocos días había aprendido a disfrutar su cercanía, su olor, el sabor de sus labios…pero detestaba que sintieran lastima de él, por lo que mejor era salir de ahí cuanto antes.
-Tranquilo, todo está bien –escribió para después retirarse.
No, no estaba bien pero ya no podía hacer nada, eran las consecuencias de dejarse llevar por sus impulsos y ahora una persona había salido lastimada… no, no una sino dos.
-Chris… -pensó con pesar mientras se sentaba de nuevo a la mesa- ni siquiera le hable de nuevo, soy un completo asco.
Draco llegó a su habitación y cerró la puerta tras él… deseaba alejarse lo más posible de Harry, el enojo estaba dando paso a otra cosa.
Suspiro sintiendo de nuevo ese odioso nudo en su garganta… el dolor estaba dando paso a la vergüenza… claro, era obvio… ¿Qué podría un hombre como Harry encontrar en un hombre como él que ni siquiera podía tener un orgasmo sin sufrir consecuencias?
Se miró las piernas y tocó sus muslos odiando cada vez más su incapacidad, era más que claro que Harry se había dado cuenta de lo que conllevaba entablar algo serio con alguien como él, nadie en su sano juicio querría echarse semejante compromiso de buenas a primeras.
-Sí ni siquiera soy capaz de hacer el amor –pensó sin dejar de tocar sus muslos- Ese medimago Bruce tenía razón… ¿Quién querría a alguien como yo?
Intentó mover una pierna y no movió ni siquiera los dedos de los pies, así que simplemente movió su silla a la ventana y miró el jardín, pero eso también le trajo otros recuerdos… los de la fragancia de Harry invadiéndole las fosas nasales mientras se sujetaba a él en la escoba… el frio de su chaqueta de piel contra su rostro…
-Ni hablar… -pensó sonriendo al tiempo que sorbía la nariz e inclinaba la cabeza- al final es mejor así.
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-Ron, ya puedes venir por él, ya le dije del programa y está de acuerdo –dijo Harry inclinado sobre la chimenea.
En su oficina, Ron vio el rostro consternado de su amigo y supo el motivo.
-Se lo dijiste ¿verdad?
-Sí… y me sentí la peor basura del mundo… en serio Ron, a veces soy tan idiota…
-Ya no te culpes, piensa en que todo mejorará, pero ¿Qué crees? No puedo ir por él, tengo mucho trabajo atrasado ¿lo podrías traer tú?
-Sí ¿Cuándo debemos estar ahí?
-Yo te aviso, debo preparar el lugar en donde estará y hacer papeleo, lo más seguro es que sea hasta mañana.
-De acuerdo.
Cuando su llamada vía flú terminó, Harry se tumbo en el sofá pensando en cómo le diría a Draco que la hora irse estaba a la vuelta de la esquina, sabía que todo era para bien pero eso no mejoraba su ánimo.
A la hora de la cena, Draco no salió, por lo que fue a verlo encontrándolo dormido en su silla.
-Draco despierta… oye, esto te causara dolor de cuello.
Draco bostezó mientras se desperezaba, no contestó, ni siquiera le hizo ninguna seña, solo dejo que Harry lo condujera a la cocina, en donde solo mordisqueó el pollo frito que le sirvió.
-¿Ya terminaste? –Preguntó sorprendido al verlo girar su silla- Draco, te estoy hablando.
Draco se giró un poco sorprendido al oírlo, como si estuviese en otro mundo.
-Casi no comiste –dijo notando que en verdad Draco parecía no haberlo estado escuchando.
-Lo siento, no tengo hambre ¿ya puedo retirarme?
-Espera un poco, hay algo que debo decirte, pero vamos a la sala –dijo empujando su silla- bueno, hablé con Ron y dice que debes estar en san Mungo mañana.
Draco asintió para después mover su silla y salir de ahí.
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Al día siguiente, Harry se levantó temprano, hizo el desayuno y lo dejo con un hechizo para que no se enfriara, después fue por Draco.
-Buenos días –dijo abriendo las cortinas- ¿listo para un buen baño?
Draco se dejó guiar todo el tiempo, esta vez no se negó a recibir un baño, que fue dado en la silla especial, esta vez no hubo tina y pidió bañarse él solo.
-No podrás tallar tus piernas ni tu espalda, toma… golpea este bote de shampoo contra la pared y vendré a ayudarte.
Con un asentimiento de cabeza Draco aceptó, pero no lo llamo para nada, solo lavó lo que pudo de su cuerpo, se enjuago y tomó la toalla esperando que Harry entrara a la hora que quisiera.
-¿Por qué no me hablaste? –Dijo Harry entrando rato después extrañado de que Draco no lo llamara- ya te estás secando, bien…
Lo llevo a la habitación e intentó pasar por alto el cuerpo desnudo que estaba sobre la cama, olvidar el olor de su piel recién bañada… el calor de su cuerpo acurrucado junto a él, y sobre todo el contacto de sus manos con ese trasero carnoso.
-Te pondré los calcetines.
Cuando estuvo listo, fueron a la cocina para desayunar.
-Preparé hot cakes ¿los quieres con tocino, jamón o huevos?... también hay miel y fresas si quieres la opción dulce.
Draco no contesto y de nuevo no lo miró, solo tomó uno y le quito un trocito para mordisquearlo.
-Draco –dijo alzando un poco la voz para atraer su atención- ¿Qué es lo que deseas?
Draco lo miró un momento, como intentando ponerse al corriente, cosa que fue muy evidente para Harry.
-¿Qué quieres en tus hot cakes?
Draco negó con la cabeza mientras alzaba los hombros.
-¿Nada?... pero les falta algo ¿no?
Draco ya no hizo caso, tomó otro pedacito y después comenzó a mover su silla para retirarse.
-Espera ¿ya no vas a comer?
Draco no llevaba el cuaderno como ya solía hacerlo, solo negó y movió de nuevo su silla.
-Ayer casi ni cenaste… Draco, espera –exclamó molesto al ver que el rubio ni siquiera lo volteó a ver- espera, debes comer –dijo levantándose y deteniéndole la silla- lo siento pero no te daré la medicina con el estomago vacío.
Y dicho esto giro de nuevo la silla poniéndolo otra vez a la mesa.
-Come.
Draco lo miró y luego miró su plato, para después arrugar la nariz y girar el rostro.
-¿¡Pero qué diablos…?! –Exclamó Harry- ¿no vas a comer?
Draco lo miró y sin más, se negó al tiempo que giraba las ruedas haciendo que todo el estrés explotara en Harry.
-¡Pues vas a comer! –exclamó girando de nuevo la silla y cortando con excesiva fuerza un trozo de hot cake y pinchándolo con un tenedor.
Draco le aventó la mano haciendo que el cubierto saliera volando, luego aventó el plato rompiéndose este en el suelo, después movió su silla y salió de ahí dejando a Harry parado a media cocina.
-¿Qué diablos estoy haciendo? –Murmuró viendo el plato roto en el suelo, con los restos de desayuno desperdigados por ahí- ya me parezco a Bruce.
Sin siquiera limpiar, salió de ahí arrastrando los pies; no vio a Draco, por lo que supuso que lo encontraría en su habitación, así que fue hasta allá encontrando al rubio en una esquina, mirándolo con recelo.
-Lamento de lo hace rato –dijo entrando y sentándose en la cama- no debí comportarme así… perdí los estribos y me disculpo por ello.
Draco se había sorprendido por la actitud violenta de hace un rato, pero a fin de cuentas lo comprendía; no era nada fácil lidiar con alguien con su situación, era normal que el auror se desesperara, de hecho había aguantado mucho.
-Prepararé tus cosas… compramos algo de ropa, te lo pondré en una valija.
En silencio se puso a meter las pocas cosas que Draco tenía en una valija pequeña que él usaba cuando viajaba ligero, después salió por los medicamentos que también metió en la valija, después tomó una chaqueta gruesa y se la puso a Draco.
-¿Listo?
Draco asintió, por lo que Harry miniaturizo la valija y se la guardo en el bolsillo, después empujo la silla y se fueron de ahí.
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Cuando llegaron a san Mungo, llamaron a Ron, quien después de registrarlo, pasó a otro piso.
-Esta es el área de psiquiatría –dijo Ron a modo de guía de turistas- pero se adaptó una parte para el programa del medimago Parks, el medimago a cargo; No te preocupes Draco, tendrás privacidad, eso es también porque aun no hay tantos pacientes.
-¿Cuántos hay ahora? –preguntó Harry mientras empujaba la silla.
-Dos más, dos mujeres, las dos pasan de los cuarenta años; ellas están en el mismo cuarto y Draco estará solo en uno… bueno, aquí estamos –dijo deteniéndose frente una habitación.
Abrió la puerta dejándolos pasar, dejó la valija de Draco en la cama y salió de ahí para dejarlos despedirse.
-Bueno, no es como que vayamos a dejar de vernos –dijo Harry sentándose en la cama- Draco mírame… -añadió tomándolo de la barbilla para buscar su mirada, pero Draco no lo enfocaba, miraba un punto indefinido en la pared, por lo que el auror tronó sus dedos frente a su nariz para atraer su atención- Hey… todo está bien, vendré a visitarte.
Draco lo miró y asintió para después girar su silla y darle la espalda; suspirando se levantó y sin decir más salió de ahí.
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-Tranquilo Harry, estará bien cuidado –dijo Ron mientras caminaban a la salida.
-Lo sé, eso no me preocupa, pero déjame decirte algo… a raíz de lo que paso… bueno, tu sabes… de que le dije que lo que habíamos empezado no podía continuar, comenzó a retraerse de nuevo, otra vez se pierde en el país de las maravillas y siento como si estuviera alejándose otra vez.
-Bueno, no me sorprende, es un mecanismo de defensa, pero ya veremos qué pasa.
-¿Cuándo se verán los resultados del tratamiento?
-En algunas semanas, no es tan rápido.
-¿Es complicado?
-Sí.
-Vendré a verlo en cuanto pueda.
-Bien, pero solo en horas de visita.
-De acuerdo… y me llamas por si algo ocurre ¿de acuerdo?
-Claro.
Cuando Harry se fue, Ron fue a ver a Draco, y lo encontró en el mismo lugar.
-Bueno Draco, bienvenido –dijo palmeándole un hombro y tomando una silla para sentarse frente a él- entiendo que estés lleno de incertidumbre y miedo incluso, pero debes saber que yo me haré cargo de ti, puedes confiar en mí; estamos aquí para ayudarte y por eso no debes preocuparte.
Draco lo miró mientras hablaba, pero de todo eso entendió solo la mitad, así que prefirió mirar la ventana, que por desgracia estaba un poco alta y tenía una red metálica; eso no pasó desapercibido para el ojo experto de Ron, cuyo cerebro ya trabajaba en eso también.
-Draco… -dijo atrayendo de nuevo su atención- todo estará bien.
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Cuando llegó a su casa, la sintió tan sola que decidió salir a hacer lo que pensó debió hacer desde un principio.
-¿Qué haces aquí? –Preguntó Chris al verlo fuera de la universidad- ¿no deberías estar cuidando a tu amigo? -Harry no respondió, solo se acercó mientras metía sus manos en los bolsillos de su chaqueta- lo siento Harry, tengo examen, debo irme.
-¿Podemos hablar un momento? No tardaremos.
Chris pensó en darse la vuelta y dejarlo ahí, pero ver de nuevo ese cabello rebelde y esos ojos tan verdes, hizo que su corazón diera un vuelco, y sabiendo que probablemente se arrepentiría, accedió.
-Bien, vayamos a un café.
Cuando estuvieron sentados frente a frente con un café cada uno, Harry comenzó a hablar.
-Sé que no tengo excusa, sobre todo porque tarde tres semanas en venir… pero quiero disculparme contigo, la verdad olvide nuestro arreglo, se me hizo fácil hacer eso porque Draco me necesitaba, perdí la brújula y cometí muchos errores… mira, no me arrepiento de haber ayudado a Draco, afortunadamente nosotros tenemos todo y no tenemos idea de lo que significa perder todo como él.
-Sí, gracias por el recuento de su triste vida.
-Lo siento, lo siento… no era mi intención restregártelo en la cara, lo que quiero decir es que hice lo que tenía que hacer en ese momento, pero debí consultártelo al menos, tomarte en cuenta… siento haberte hecho sentir mal, lo siento de verdad.
Chris miró el rostro serio y compungido de Harry, lo conocía lo suficiente como para darse cuenta de que era sincero, sin embargo ¿tres semanas para pedir disculpas?... le dolía reconocerlo pero ese lapso de tiempo demostraba algo muy evidente.
-Tú no me quieres –dijo al fin, mientras jugueteaba con su café- tardaste mucho en venir, significa que no te intereso.
-Chris no digas eso… claro que te quiero, sin embargo no vengo pidiéndote otra oportunidad, eso sería muy injusto de mi parte.
-¿Significa que vienes a disculparte y a decirme al mismo tiempo que todo terminó entre nosotros?... esa es buena –concluyó sonriendo irónico mientras miraba a su alrededor.