Harry ya se había acostado cuando un zumbido en su chimenea le avisó que alguien quería hablarle; así que refunfuñando ante el insistente ruido se levantó sin más remedio.
-Tony ¿ya viste que hora es? –dijo al ver la cara de su compañero en medio de los tizones ardientes.
-Sí, son las 11:00 de la noche ¿no me digas que ya estabas durmiendo?
-Sí.
-¿Un viernes en la noche?
-Bueno ¿Qué quieres?
-Uy alguien esta de mal humor… bueno, pues solo para decirte que aquí esta una señora que insiste en hablar contigo.
-Pues que deje el recado, voy mañana.
-Eso le dije pero está muy insistente, dice que es urgente, se llama Sally Winter.
Al oír ese nombre, la modorra se le esfumó en un instante.
-¿Qué, estás seguro?
-Sí.
-¿Sigue ahí?
-Ajá.
-Dile que voy para allá –exclamó levantándose.
-¿Necesitas ayuda?
-Ya te aviso, adiós.
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Cuando llegó al cuartel, lo primero que vio al entrar fue a Sally sentada, quien al verlo se levantó ansiosa.
-Señor Potter…
-Sígame, hablemos en otro lado -respondio tomándola suavemente de un brazo y guiándola a una sala de interrogatorios- disculpe el lugar, pero aquí estaremos a solas.
-Está bien –respondió sentándose en la silla de madera que había ahí, mientras Harry se sentaba en otra al otro lado de la mesa.
-¿Qué ocurre? Debe ser algo grave para que venga hasta aquí.
Sally aspiró profundo, buscando por dónde empezar el discurso que había ensayado en todo ese rato para darse cuenta de que llegado el momento estaba sin palabras.
-Yo… -dijo finalmente, colocando su bolso en la mesa a manera inconsciente de escudo- no sé por dónde empezar.
-Bueno, por principio de cuentas ¿Qué la orillo a venir aquí?
-Lo que me orilló a venir aquí… oh señor Potter, es Bruce… -dijo con angustia, sintiendo el llanto comenzar a obstruir su garganta.
-Tranquilícese, si no se calma no llegaremos a ningún lado, comience por decirme cómo es que conoce a Bruce.
-Sí… bueno, su madre era mi mejor amiga y su padre era un hombre muy bueno, también fue un gran amigo.
-Tengo entendido que murieron en un accidente, al menos eso fue lo que usted le dijo a mi amiga.
-Sí, pero eso es mentira… ellos fueron asesinados… asesinados por Lucius Malfoy.
Harry confirmo sus sospechas, eso concordaba con lo que había investigado y cuadraba con la conducta del medimago para con Draco.
-Y lo trataba mal por venganza ¿cierto?
-Sí… así es…
Harry se contuvo de gritarle un montón de cosas, pues la situación no era la más idónea, por lo que siguió con lo demás.
-¿Y que la orilló a venir a contarme todo eso? algo debió ocurrir para que venga a contarme todo eso ahora.
-Sí, es cierto… mire señor Potter, no vengo aquí a justificarme ni nada de eso...
-Como si pudiera.
Sally se quedó callada con esas palabras de Harry, deseaba gritar y sacar toda la angustia que tenia atorada en el estomago, sabía que lo hecho, hecho estaba; se sentía perdida, sin saber que hacer… pero debía impedir que Bruce se diera la ultima palada que terminaría por hacerlo perderse por completo.
-Señor Potter… -continuó limpiándose las lagrimas con un pañuelo- Sí he venido esta noche aquí, es porque temo que Bruce haga algo grave.
-¿De qué habla? –preguntó atento.
-Hace unos días un amigo fue a visitar a Bruce al asilo, yo lo conozco, son amigos desde la niñez, sus padres también fueron víctimas de los mortífagos, tienen esa desgracia en común… ambos odian a la familia Malfoy.
-¿Y? –insistió Harry sintiendo un mal presentimiento oprimirle el estomago.
-Ese hombre es enfermero en San Mungo.
Tan solo al oír eso Harry dedujo todo lo demás.
-Le rogué que terminara con esta situación de una vez por todas, que se olvidara de Draco Malfoy, pero esta consumido por el odio y temo que haga algo que ya no se pueda remediar… el suele sumergirse en su trabajo para olvidar la amargura que lo consume, pero esta noche salió y él nunca hace eso…
Sin necesidad de que dijera más, Harry se levanto y salió corriendo de ahí encontrándose con el auror que estaba en la entrada.
-¡Tony, acompáñame!
Sin siquiera preguntar, el auror se levantó rápidamente, tomó su chaqueta y siguió a Harry.
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-No vengas, ya hiciste tu parte –dijo Bruce a Démian mientras subían al área de psiquiatría.
-Esta también es mi lucha Bruce, no te equivoques.
-No… Malfoy es mío, los Malfoy no mataron a tu familia, Démian… -dijo deteniéndose para mirar a su amigo- esto es algo que debo hacer yo solo, tú lo sabes, suficiente hiciste con deshacerte del medimago Weasley.
Démian observó el rostro sombrío del medimago y acepto que Bruce tenía razón en odiar más a los Malfoy.
-De acuerdo amigo, con esto terminamos algo que teníamos pendiente desde hace mucho tiempo.
-Sí… con esto la vida nos pagara algo de lo que nos debe.
Se dieron la mano y se separaron.
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El viento azotaba la cara de Harry mientras volaba lo más rápido que podía seguido de su compañero, quien había sido puesto al tanto a grandes rasgos.
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Draco dormía profundamente cuando un jalón en el brazo que lo hizo caer de la cama lo despertó violentamente.
-Hola Draco –saludo Bruce viéndolo en el piso, tanto tiempo sin vernos.
Draco pensó que estaba en medio de una pesadilla, pero todo era tan real… el dolor era tan real que comprendió que Bruce en verdad estaba ahí.
-¡No es posible!... ¡No es posible!... –pensó arrastrándose sobre su trasero hacia atrás.
-¿Qué pensaste, que ya te habías librado de tu castigo? –Dijo sonriendo, viendo el terror en el rostro del rubio- no amigo, aun no has pagado todo lo que tu familia me hizo… ven, demos un paseo.
Lo tomó de las axilas por detrás y lo sentó con brusquedad en la silla de ruedas y lo sacó de ahí.
Mientras tanto Harry llegaba al hospital aventando la escoba en la entrada.
-¿¡Alguien extraño ha ingresado al área de psiquiatría?! –preguntó a la recepcionista.
-No señor.
-¡Llame al director del hospital y localice al enfermero Démian Nixon, dígale que es cómplice de un delito y avise si alguien intenta sacar a un hombre en silla de ruedas!–dijo mientras ya corría al interior del hospital.
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Draco iba aferrado a los reposabrazos de su silla mientras Bruce lo empujaba al elevador; el medimago iba tarareando una canción como si de un simple paseo al jardín se tratara.
Subieron hasta la azotea, en donde Bruce aspiró el aire profundamente.
-¡Mmm linda noche! ¿No te parece?
Caminaron hasta una sección en donde no había barda de protección, pues había aun obras de restauración desde la guerra que simplemente habían sido olvidadas; por lo tanto era una zona peligrosa restringida solamente por una banda de plástico amarilla.
-Hermosa vista… -dijo Bruce arrancando la banda- ¿no te gustaría ver más de cerca? –añadió asomándose al vacío.
Harry en tanto llegaba al tercer piso indicándole a su compañero que buscara a los medimagos Parks y Weasley mientras él iba a la habitación de Draco.
-¡Draco! –gritó entrando de golpe sintiendo una angustia atenazarle el estomago al ver el cuarto vacío- ¡mierda! -masculló saliendo de ahí encontrándose con Tony.
-¡Harry, el medimago Weasley esta desmayado en su oficina, ya pedí ayuda!
Ambos corrieron a la oficina en donde Ron se recuperaba en el sofá en donde lo había puesto el auror.
-¡Ron! ¿¡Estás bien?! –Preguntó sentándose junto a él mientras le ponía una mano en la espalda- ¿viste a Draco, sabes donde esta?
Ron se sobaba la cabeza, un terrible dolor en la nuca le impedía pensar con claridad.
-¿Qué diablos pasó, Harry?
Esas simples palabras respondieron la duda de Harry, quien se levantó a punto de caer en la desesperación.
-Llamaré al cuartel para que manden patrullas a buscarlos –dijo Tony- enviaré gente al asilo y a la casa del tipo.
-Sí, si… ve, también alerta a la seguridad del hospital.
El auror salió mientras Harry caminaba de un lado a otro con las manos en la cintura.
-Harry ¿Qué sucede, quien me atacó?
-Ron, ese maldito bastardo de Bruce vino a terminar con Draco, por eso fuiste desmayado, para que pudieran llevárselo, lo hizo con ayuda de un enfermero que trabaja aquí.
-Mierda, no puede ser…
-¿Y el señor Parks?
-No está, afortunadamente tuvo que salir.
-Bruce está al límite, intenta terminar con esto de una vez por todas… creo que ya está fuera de sus cabales y sabe que no puede sacar a Draco sin ver visto.
-¿Dices que intentará asesinarlo dentro de San Mungo?
-Sí, eso creo… ¿pero dónde?
-La seguridad del hospital no es mucha, pero tampoco podrán recorrer el hospital con la suficiente rapidez.
-Veamos… ¿Qué hay abajo del edificio, Ron?
-Los sótanos, ahí se guardan los suministros, pero por eso siempre hay vigilancia, la verdad no creo que vaya ahí, sería muy complicado ¿no crees?
-Sí y si no fue abajo, solo queda un lugar.
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-Es una pena que ya no tengamos más tiempo juntos, pasamos una buena época ¿no te parece? –dijo Bruce empujando la silla hasta la orilla derruida de la azotea, tanto así que Draco se aferró con más fuerza a su silla viendo el vacío sus pies.
Hacia mucho frío pero ninguno lo sentía, la adrenalina corría por sus venas haciéndolos insensibles a esos detalles.
-Pero en fin… lo bueno no dura para siempre –añadió haciendo para atrás la silla ante el alivio del rubio, que a pesar de ya no estar en la orilla, sabía que aun faltaba lo peor- es tiempo de terminar… ¡es tiempo de que pagues los pecados de tu maldita familia! –Gritó jalándolo de un brazo para arrojarlo al suelo, de nuevo al borde del vacío- ¡nunca, nunca podrías pagar todo lo que me deben, ni viviendo mil vidas podrías restaurar lo que tu padre me hizo!
Instintivamente Draco intento alejarse del furioso hombre, las piedrecillas se enterraban en las palmas de sus manos mientras se movía inquieto por el suelo mirando a donde podría ir… ¿pero a donde iría con la única ruta de escape bloqueada?... y más aun ¿sin poder caminar?
Su bata de hospital se le pegaba al cuerpo debido al frio viento, tanto así que comenzó a ser consciente del horrible clima que hizo que comenzara a castañetear los dientes.
-Es tu ultimo día de vida Draco, deberías de aprovecharlo para decirme que piensas… para insultarme como solías hacerlo ¿recuerdas?... ¿recuerdas como me gritabas y me decías que me iba a arrepentir?... pues de lo único que me arrepiento es de no haber terminado antes con tu despreciable vida, con tu repulsiva e inútil existencia, eso es de lo único que me arrepiento.
Piedrecillas cayeron al vacío por la peligrosa posición de Draco, quien vio a Bruce acercarse a él de nuevo.
-Tan repulsiva que hasta Potter se cansó de ti… mira donde terminaste, justo donde comenzaste, eres una basura, una rata asquerosa que no puede ni siquiera limpiarse el trasero… -exclamo con profundo desprecio mientras hincaba una rodilla y le sujetaba del cabello con fuerza- ¿y bien?... ¿seguirás sin hablar?... anda Draco, habla, insúltame… insúltame justo como el ultimo día que pronunciaste palabra ¿te acuerdas?
Draco le agarro la mano que le sujetaba el cabello mientras que con la otra se apoyaba en el suelo.
-¿Recuerdas porqué dejaste de hablar, inválido de mierda?... ¿¡recuerdas que ese día te mostré los recuerdos en donde yo asesinaba a tus padres, lo recuerdas?!
Draco lo miraba sintiendo como si le arrancara el cuero cabelludo mientras esas palabras retumbaban en su cabeza.
-¿Recuerdas que lo reventé como a un pollo? –Continuó acercando su rostro al de Draco quedando a tan solo un par de centímetros- ¿recuerdas sus vísceras en el suelo, su sangre goteando del techo junto a tu madre muerta?... ¿recuerdas como pisé su corazón?
Draco sintió como si un torbellino de voces comenzaran a retumbar en su cabeza, como si una mano estrujara su estomago haciéndolo jadear en busca de aire.