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SANANDO UN CORAZON por Orseth

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            -Ver sus ojos aterrorizados cuando yo asesinaba a su queridísima esposa fue algo que nunca olvidare, oírle pedirme perdón por lo que hizo fue algo que esperé durante años…

            Draco hizo un movimiento brusco en un afán de liberarse, de acallar las voces que amenazaban con estallarle la cabeza, pero Bruce le jaloneó con rudeza para volver a atraer su atención sin darse cuenta de que Draco ya no le escuchaba.

            -Fue justicia Draco, fue lo que el muy cerdo merecía después de que lo vi torturar a mi padre… él era un “sangre sucia” como ustedes llamaban a los mestizos, pero era un buen hombre, un hombre trabajador que ayudaba a las personas… ¡Y tu padre lo mató sin remordimientos!... ¿sabes que al oírlos llegar, mi padre me escondió en un armario?... yo vi todo Draco, vi como tu asqueroso padre lo torturó con Cruciatos hasta reventarle el corazón… y poco después mi madre se suicido al no ser capaz de soportar semejante pena… ¿ves como tu mísera muerte no paga todo lo que me deben?... más bien solo le haré un favor al mundo –añadió soltándolo y levantándose.

            -¡No te muevas! –gritó Harry a unos metros de distancia apuntándole con su varita.

            Bruce lo miró atónito.

            -Suelta tu varita y aléjate con paso lento –continuó Harry- se acabó Bruce, los refuerzos están rodeando el hospital, nunca saldrás de aquí.

            -¿Qué no entiendes, Potter? –Respondio sin moverse de su lugar- ¿Qué no entiendes que solo hago justicia?

            -Eso no es justicia, es venganza contra alguien que no tiene ninguna culpa.

            -¡Mi familia tampoco era culpable de nada y al muy maldito lo declararon inocente!... ¡inocente!... ¡gastó su fortuna en comprar su libertad!

            -Anda Bruce, ven aquí y hablaremos, todo tiene solución.

            Bruce sonrió con sarcasmo mientras negaba con la cabeza.

            -No me vengas con esa mierda condescendiente Potter, solo quieres que me aleje de esta basura.

            -Nada ganaras con matarlo,  tus padres no revivirán, yo te entiendo, entiendo perfectamente cómo te sientes.

            -No me vengas con tu trágica historia Potter, ya me la sé… y no me interesa.

            -Bruce…

            -En realidad ya nada me importa… sé que no lograre salir de aquí…

            Al oírlo hablar así, Harry comenzó a sentir desesperación pues su tono indicaba que estaba llegando a su límite.

            -Bruce, no hagas algo estúpido, suelta tu varita.

            Bruce sonrió mientras miraba a su alrededor, como disfrutando el paisaje.

            -Bruce… -dijo dando un paso.

            -No te acerques Potter.

            -Tranquilo, no lo haré, solo aléjate de la orilla.

            Para su sorpresa, el medimago soltó la varita, pero lo que ocurrió después fue tan rápido que Harry solo pudo alzar una mano mientras sus pies intentaron moverse dando la impresión de pesar una tonelada.

            Bruce había sujetado a Draco de los hombros y se había lanzado al vació con él.

            -¡No! –Gritó Harry corriendo hasta la orilla quedando impactado con lo que vio- ¡Draco!

            Increíblemente Draco estaba ahí, en un pequeño borde de roca, sujetándose con ambas manos de una varilla metálica que salía de una columna, con su bata rasgada de un hombro y unos rasguños de donde Bruce lo había sujetado.

            -¡Gracias Dios, Draco dame la mano! –grito soltando su varita e hincándose para estirar su brazo.

            Pero Draco no se la dio… ni siquiera lo miró, él miraba el vacío, el espacio oscuro por donde había desaparecido Bruce; con las voces en su cabeza ensordeciendo cualquier sonido del exterior.

            -Draco… -dijo viendo que el rubio parecía no haberlo escuchado- Draco dame la mano… -repitió estirándose lo más que podía.

            Mientras estaba ahí, con las piernas colgando al vacío, el viento ya no le pareció tan congelante, alborotaba su cabello moviéndolo en todas direcciones pero eso ya no tenía importancia… incluso le pareció refrescante mientras miraba como hipnotizado el suelo.

            -¡Harry! –exclamó Ron llegando en ese momento al tiempo que Harry le extendía una mano en señal de que se detuviera y no se cercara más.

            -Draco por favor, solo estira el brazo y dame la mano.

            Cerró sus ojos grises intentando acallar la locura que amenazaba con hacer estallar su cabeza… por lo que respiró hondo intentando calmar su corazón al tiempo que el dolor de los golpes en su cuerpo le recordaron donde estaba… sería tan agradable dejar de sentir dolor… dejar de sentir todo.

            Abrió los ojos y miró hacia abajo otra vez, la había encantado volar en escoba ¿Qué se sentiría hacerlo de nuevo?... solo que sin escoba y esta vez estrellándose en el suelo como una sandía.

            -Como una sandía… -pensó sonriendo por lo absurdo de aquello.

            Sonrisa que Harry vio y lo llenó de pánico.

            -Draco, hace frío, ven… vamos adentro…

            Era una muy buena oportunidad de terminar aquello que Bruce interrumpió varias veces en el asilo, nadie lo detendría, sería maravilloso ser libre de aquella silla, de aquel dolor… de esa vida.

            Las lagrimas comenzaron a inundar los ojos de Harry al darse cuenta de las intenciones de Draco y sintió su corazón romperse en pedazos; sintió que se quedaba vacío al imaginar tan solo por un momento su vida sin él… se sintió inmensamente egoísta por aquello, por pensar en que sería de él al quedarse sin Draco, pero no le importó, lo único que le llenó el alma y el corazón, fue el inmenso amor que descubrió que sentía por él.

            -¡Draco, escúchame por favor, ven aquí, ven conmigo! –sollozó estirando mas su temblorosa mano.

            Draco aspiró el frío aire y soltó una mano de la varilla, pero no precisamente para dársela a Harry, pues continuaba mirando hacia abajo.       

            -¡No Draco! –Gritó quitándose las gafas para que los cristales empañados por las lagrimas no le impidieran la visión- ¡escúchame, mírame!... ¡Draco te amo, no lo hagas por favor!

            En realidad no tenía miedo de saltar, serían unos maravillosos momentos en el aire, en donde podría extender los brazos y sus piernas no necesitarían la silla.

            -¡Draco te amo, no me dejes así, tu vida es maravillosa, tu vida es preciosa para mí, eres mi tesoro, no lo hagas!... Draco…

            Su nombre retumbó es sus oídos haciéndolo parpadear un tanto desorientado.

            -Sí Draco, escúchame… -dijo Harry esperanzado al ver que por fin había conseguido un poco de su atención- escúchame… mírame por favor, Draco…

            Draco alzó la cara y por fin lo vio.

            -¿Harry? –pensó sorprendido.

            -Draco, no te vayas… no saltes, ven conmigo… todo se arreglará…

            Draco miró hacia debajo de nuevo, cansado de aquellas palabras vacías.

            -Draco, te necesito… -dijo entre hipidos que no podía controlar.

            -¿Por qué llora? –Pensó Draco volviéndolo a ver- ¿Por qué esta tan angustiado?

            -Te amo… -dijo con voz entrecortada- y si tu saltas yo saltaré contigo… porque mi vida no tendrá sentido si tú no estás conmigo… tú eres todo para mí y no me había dado cuenta… per-perdóname por haberte dejado solo, prometo que nunca más lo estarás… yo estaré contigo y nunca te dejaré… te amo Draco, te amo, dame la mano por favor…

            “Te amo” había dicho… ¿habría oído bien? ¿Quién podría amar a alguien como él?... ni siquiera podía hablar…

            Harry miró que sus ojos grises lo enfocaban con atención, como intentando comprender el sentido de aquellas palabras, entonces le sonrió en medio del llanto mientras decía:

            -¿Quieres que volemos en escoba de nuevo?... sube y te llevaré hasta las estrellas… las luces de la ciudad brillaran para nosotros… ¿te acuerdas? ¿Recuerdas como me abrazabas?... porque yo si lo recuerdo, recuerdo tus brazos a mi alrededor y deseo sentirlos de nuevo…

            Sí, lo recordó… recordó aquello, recordó su aroma inundando su nariz mientras le rodeaba el torso con los brazos y también deseó sentirlo de nuevo.

            -Éramos libres allá arriba… -continuó Harry sintiendo que lo hacía regresar poco a poco- no existía nada, no existía nadie, solo nosotros dos… y yo quiero eso, quiero tenerte de nuevo y amarte toda mi vida… solo dame la mano…

            Y entonces su mano libre comenzó a moverse lentamente hacia arriba ante el regocijo y alivio de Harry, quien le hizo una seña a Ron para que le ayudara.

            -Sí, eso…

            El medimago se acercó prudentemente mientras la mano de Harry tocaba los dedos de Draco y por fin atrapaba su mano, solo entonces Ron se hincó junto a él extendió su brazo para tomarlo de la otra.

            Los engarrotados dedos se soltaron y subieron hasta encontrar otra mano allá arriba y entre los dos lo jalaron para ponerlo a salvo y cuando por fin estuvo en tierra firme, Harry lo estrechó contra su pecho llorando a lágrima viva.

            -Estás a salvo… estás aquí… -sollozó con su barbilla en la coronilla del rubio.

            Ron suspiró aliviado mientras Tony salía corriendo de una puerta deteniéndose abruptamente al ver la escena.

            -¿Qué pasó?

            -Ya todo está bien –respondio Ron acercándose- el tipo saltó, esta embarrado en la acera y Draco está a salvo.

            -Bien, iré abajo a hacerme cargo –exclamó dándose la vuelta rápidamente.

            Ron se dio la vuelta mirando que Harry continuaba en la misma posición, entonces se le acercó y le tocó un hombro.

            -Harry, entremos, hace mucho frío.

            Harry sorbió la nariz y se despabiló dándose cuenta de que en verdad hacía un frio del demonio, por lo que soltó a Draco, se puso sus gafas y entre los dos lo pusieron en su silla y lo llevaron adentro.

 

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            -El jefe ya está aquí –dijo Tony a Harry, quien solo asintió en silencio- ¿el chico está bien?

            -Sí… Ron lo está revisando.

            -¿Y tú estás bien? –preguntó al verlo muy pálido.

            -Sí, si… estoy bien ¿Tony podrías encargarte de todo? No estoy para nadie, no voy a responder a ninguna pregunta.

            -Claro, descansa –respondio dándole una palmada en el hombro y yéndose de ahí.

            Harry entró a la habitación en donde Ron terminaba de revisar a Draco, quien estaba recostado en la cama, viéndolo todo con un claro gesto de aturdimiento.

            -¿Cómo esta?

            -En shock –respondio Ron- igual que tú.

            -Yo no…

            -Harry, no eres un súper hombre –respondio molesto- ya tengo uno en cama, no quiero dos, siéntate ahí para darte un sedante.

            Sintiéndose agotado, como si hubiese estado cargando un mundo en su espalda, no tuvo fuerzas para discutir, simplemente obedeció mientras Draco lo miraba con gesto ansioso.

            -El también esta alterado.

            -Sí, ya me encargue de eso, en un par de minutos se dormirá.

            Y así fue, pues en tan solo un momento Draco cerró los ojos y se durmió.

            -Fuera de eso está bien, tiene magulladuras por las caídas y zarandeos de Bruce, esta raspado por lo que parece ser donde lo sujetó ese tipo, pero nada más, ya mañana estará más tranquilo, por lo tanto recomiendo que tu también descanses… duerme un poco Harry, te hará bien.

            -No creo poder pegar un ojo… no oíste lo que ese tipo dijo.

            -Imagino que dijo muchas cosas.

            -Ron… confesó haber asesinado a los Malfoy.

            Ron abrió la boca por la sorpresa.

            -¿¡En serio?!

            -Sí… y resulta que Draco dejo de hablar el día en que Bruce le mostro esos recuerdos.

            -¡Vaya!... eso es… -exclamó alzando las manos sin encontrar palabras adecuadas- pero bueno Harry, eso nos ayudara mucho en su terapia, por ahora descansa.

            -Como si pudiera.

            -Toma esto –dijo dándole una pastilla.

            Harry obedeció mientras Ron abría un armario para sacar un manta.

            -Ten, duerme en ese reposet, imagino que querrás estar aquí cuando despierte mañana.

            -Sí, gracias –respondio sentándose ahí y cubriéndose con la manta mientras Ron salía y apagaba la luz.

 

 

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            Abrió los ojos al percibir una presencia a su lado, entonces se sobresaltó al tiempo que buscaba su varita, pero se detuvo al ver que se trataba de una enfermera atendiendo a Draco.

            -Buenos días ¿ya despertó Draco? –preguntó al tiempo que bostezaba y miraba la hora viendo que eran las 8:00 am.

            -Buenos días, no, aun no, pero todo está bien.

            -¿Y Ron?

            -Aun no llega, tuvo que ir a primera hora a dar su declaración al ministerio.

            -Ya veo.

            -Regreso en un rato.

            Cuando ella salió, se levantó y se acercó a la cama viendo a Draco dormir, recordó que estuvo  a punto de perderlo y cerró los ojos intentando no pensar en caso de haber ocurrido; los abrió de nuevo para mirarlo… su rostro sereno, su cabello sobre sus ojos…

            -Draco… -musitó quitándole un mechón de la frente provocando que el rubio arrugara el entrecejo y girara el rostro, para después abrir los ojos- lo siento, no quise despertarte –dijo cuando Draco se frotó la cara con una mano.

            Draco abrió los ojos y miró a Harry y por un momento olvido lo que había ocurrido el día anterior, pero entonces todo llegó de golpe e intentó enderezarse.

            -Calma, calma… todo está bien, ya todo pasó –dijo poniéndole una mano en el pecho- él está muerto Draco, nunca más volverá a lastimarte.

            Draco lo miró ansioso, buscando alguna señal de que todo era falso, pero Harry le sonreía y hablaba de tal modo, que asintió algo intranquilo pero ya más calmado.

            -Y yo Draco, nunca volveré a dejarte.

            Draco lo miró recordando vagamente lo que Harry le había dicho, solo recordaba haberse sentido tranquilo, sin embargo estaba confundido.

            -Yo me equivoque –dijo Harry sentándose en la cama- me equivoque al rechazarte, al decirte que lo que tuvimos fue un error… no fue así, yo te amo Draco.

            La mano de Harry le tocó la mejilla mientras no sabía cómo procesar esa información… ¿le amaba?... ¿Harry en verdad le amaba?... ¿pero como amar a alguien como él?

            -Eres muy valioso para mí –continuó tomándole una mano- si te hubiera perdido ayer creo que no lo hubiera superado jamás.

            Draco miró a su alrededor, buscando algo.

            -¿Buscas esto? –dijo Harry señalándole un cuaderno, por lo que se levantó para ir por él y sentarse de nuevo.

            -¿Por qué dices que me amas? –Escribió Draco en el cuaderno- soy una persona inútil.

            -Draco, debes sacarte esas ideas plantadas ahí por Bruce, él te dijo muchas cosas que dañaron tu autoestima… pero todo es mentira, tu eres una persona completa aunque estés en silla de ruedas, la única diferencia con las otras personas es que puedes hacer las cosas de diferente manera… Draco, yo te amo y nunca te voy a dejar.

            Draco lo miró y su gesto de desconcierto comenzó a suavizarse el ver que Harry no estaba bromeando ni nada parecido.

            -¿Es cierto Harry?... ¿tú me amas?

            Harry sonrió al leer las líneas escritas con prisa en el cuaderno.

            -Claro que si, te amo como nunca creí amar a nadie y espero que algún día tú también me llegues a querer.

            Draco ya no escribió, solo dejo el cuaderno a un lado y lo abrazó; Harry sonrió correspondiendo al abrazo.

            -¿Puedo irme de aquí ya? –preguntó Draco cuando deshizo el abrazo.

            -No.

            La sonrisa que tenía fue desapareciendo poco a poco por la respuesta de Harry.

            -Pero no me malinterpretes, no es que quiera que no estés conmigo, es que tu tratamiento aun no termina y si quieres mejorarte rápido, deberás seguir todas las instrucciones de los medimagos, principalmente con la comida.

            Nuevamente sonrió aliviado mientras asentía.

            -De acuerdo, comenzamos de nuevo –dijo Harry dándole un beso.

 

 

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            -¿¡Ve como yo tenía razón?! –Exclamó delante de su jefe- ¡Yo sospechaba que ese tipo tenía algo que ver con el asesinato de los Malfoy, pero usted no quiso escucharme!

            El señor Pierce permanecía callado mientras fingía leer algo esperando que Harry terminara de escupir todo su enfado e indignación; enfado e indignación completamente justificados.

            -Bueno Harry ¿y qué quieres que te diga, que lo siento?... pues sí, lo lamento mucho, siento no haberte prestado atención ¿contento?

            -¿Usted cree que estoy contento? ¿Qué solo buscaba una disculpa y  ya?

            -¿Y que mas quieres?... su cómplice fue arrestado junto con la enfermera.

            -¿La señora Winter también fue arrestada? –Pregunto con cierto desconcierto- eso no lo sabía.

            -Sí, eso fue ayer… el cómplice será enjuiciado en un par de días, pero créeme, ni el mejor abogado lo salvara de muchos años en Azkaban.

            -¿Y qué pasará con ella?

            -¿Ahora sientes compasión por esa mujer?

            -No, claro que no… pero gracias a ella llegue a tiempo a San Mungo.

            -Y eso será tomado en cuenta en su juicio y según el interrogatorio ella tampoco sabía que el medimago era un asesino, dice que lo sospechaba pero que no quería pensar en eso y la verdad no creo que pise la prisión, solo será juzgada por haber permitido la tortura de un paciente; el fiscal dice que a lo mucho será cesada de sus funciones, perderá su licencia y deberá pagar una gran multa… y adivina, Draco Malfoy será compensado con una buena cifra por el ministerio.

            -Como si eso compensara todo, deberían disculpase con él.

            -¿Prefieres entonces una disculpa pública y cero dinero? Porque déjame decirte que el dinero se lo están dando con tal de no tener que dar la cara, ningún miembro del ministerio quiere hacerse cargo del asunto, mucho menos el ministro; así que date de santos que al menos le están dando algo al muchacho con lo que pueda empezar, no es mucho claro, a lo mas unos cuantos miles de galeones, pero peor es nada.

            Harry suspiró mientras negaba con la cabeza sabiendo que eso era verdad, nadie iba a dar la cara por Draco, solo él.

            -De acuerdo, entonces el caso quedará cerrado dentro de poco y no necesitaran de Draco ¿cierto?... él no va a ir a plantarse al juicio de nadie.

            -No, hay justificante medico y serán los medimagos quienes presenten todas las pruebas del maltrato que se necesiten, así que no se le verá un pelo en el ministerio.

            -Vaya, al menos –respondio aliviado- oiga ¿Qué pasará con la hermanita de Bruce? No tiene a nadie más.

            -Sí, ya se vio eso y cuidados infantiles estará a cargo de ella y ya sabes que Hogwarts apoya a los chicos sin recursos, y cuando salga de ahí tambien podrá pagarse una carrera pues al menos su hermano dejo el suficiente dinero para ocuparse de su educación y creo que la enfermera dará la cara por ella, tranquilo la niña estará bien y ahora vete a trabajar, que de nuevo tienes una montaña de reportes esperando.

            Refunfuñando quien sabe que cosas, Harry salió de la oficina de su jefe a continuar trabajando.

            Esa tarde, y en su casa, cuando salía de ducharse para ir a ver a Draco, se encontró con alguien sentado en su cama.

            -¡Chris!

 

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