-Hola Harry –respondio el chico viendo al moreno quitarse la toalla con la que secaba la cabeza- perdón por haber venido sin avisar.
-No, está bien –dijo sacando una bata de baño de su armario para no estar cubierto solamente con la toalla de su cintura.
-¿Como esta tu amigo?
-Bien, está bien, gracias –respondio sentándose en una silla junto a la cama y sintiéndose muy incomodo por la situación, tanto así que se quedaron en silencio unos instantes.
-Me alegro… -dijo Chris mirando el piso y luego sus manos, notándose que también estaba incomodo- Harry…
-Chris… -dijo al mismo tiempo causando que ambos rieran un poco- lo siento, habla tú.
Chris miró el cabello húmedo del auror y las gotitas de agua que escurrían por su cuello y recordó lo mucho que amaba hacer el amor con la piel aun húmeda y el aroma de jabón llenando su nariz, por lo que solo agachó la cabeza mientras exhalaba un suspiro.
-Cuándo nos vimos la ultima vez, te dije que me iba para prepararme ¿verdad?
-Sí.
-Bueno, era para prepararme para lo inevitable.
-¿Inevitable?
-Sí… -dijo mirándolo al fin sonriendo cansinamente- era inevitable que tu y yo termináramos –Harry no dijo nada, solo agacho la cabeza no sabiendo que responder, por lo que Chris continuó- todo este tiempo me engañaba a mí mismo.
-Yo te quiero Chris –se apresuró a decir Harry- tampoco fue una mentira todo lo que vivimos.
-Sí, pero no me amas… todo este tiempo me decías cuanto me querías, pero nunca dijiste lo que yo deseaba tanto escuchar.
Harry no contestó esta vez, eso era cierto y él mismo no había sido consciente.
-Y estas veces que regresamos no puedo culparte, puesto que al final yo tenía la opción de aceptarlo o no… y lo hacía porque te amo, porque significas tanto para mi…
-Chris…
-No, tranquilo, no voy a pedirte que regresemos, no tiene caso… se que lo amas a él –dijo sintiendo sus ojos llenarse de lagrimas a pesar de haberse jurado ser fuerte- pero también sé que yo merezco algo mejor… alguien que sonría al pensar en mi, que sienta su vida llena cuando esté con él, que se sienta completo cuando haga el amor conmigo…
Harry inclinó la cabeza sintiendo que sus ojos escocían… Chris había sido un buen chico, pero tenía razón… no lo amaba.
-Lamento si te lastime, discúlpame por ello.
-Esta bien, tuvimos buenos momentos –respondio sorbiendo la nariz mientras se ponía de pie, siendo imitado por Harry- pero han terminado… te deseo lo mejor –concluyó dándole la mano, a lo que Harry intento abrazarlo siendo rechazado al instante- mejor no… lo prefiero así.
-Claro… adiós y buena suerte –respondio sonriendo a modo de despedida pero sintiendo pesar al mismo tiempo.
Chris se limpio una lágrima que justo escurría por su mejilla y salió de ahí.
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-Ya pasó una semana –dijo Ron- come muy bien y en los tratamientos es muy cooperativo… le estás haciendo bien ¿Cómo te va a ti?
-Bueno Ron, tu escuchaste lo que le dije en la azotea y te aclaro que no fue producto de la desesperación ni un método para evitar que saltara.
-Sí, lo oí… -respondio jugando con una pluma de lechuza- y bueno, no quiero decir que me equivoqué, pero…
-Pero te equivocaste –añadió riendo.
-Bueno si, me equivoque –repitió sonriendo ante la inevitable derrota.
-Pero estuvo bien –dijo un tanto reticente- ahora estoy seguro de lo que siento, completamente seguro.
-Pero quiero preguntarte que planeas a futuro.
-Pues salga como salga del tratamiento planeo llevarlo a casa conmigo e intentar apoyarlo en todo lo que pueda.
-Eso es bueno… -respondio pensativo.
-En serio Ron, no seas tan aprehensivo, todo irá bien.
-Claro –contestó sabiendo que no podía engañar a Harry; pues en verdad estaba aprehensivo respecto a esos dos, pero si en algo conocía a su amigo era en superar situaciones de vida difíciles- espero que les vaya bien.
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Pasaron un par de semanas más y todo marchaba bien en San Mungo, aunque aún faltaban algunas cosas pendientes.
-Muy bien –dijo Harry sentado ante el escritorio del señor Parks- eso haré.
-Será difícil pero tú puedes convencerlo de cualquier cosa, aunque te adelanto que después se complicará y querrá abandonar, pero lo principal es que él mismo desee la ayuda.
-De acuerdo.
Cuando Harry entró a la habitación de Draco, lo encontró dormido y a una enfermera administrándole medicamentos en el suero.
-Hola.
-Hola –respondio ella- hace algunas horas salió de terapia y estaba agotado, aun tardará un par de horas en despertar.
-Entonces me dará tiempo de comer algo.
-Claro.
Salió a comer y a caminar un rato por ahí para hacer tiempo y cuando regresó, Draco recién había despertado.
-¿Cómo estás, dormilón? –saludó dándole un beso en la frente.
Draco alzó un pulgar arriba mientras sonreía.
-¿Cómo va la terapia? –pregunto dándole su Ipod para que no tuviera que usar el cuaderno.
-Voy aguantando –escribió en el apartito- son muy dolorosas, cada vez que me sumergen en la tina con el agua llena de medicamentos, quisiera salir corriendo de ahí; parece que me arrancan la piel con pinzas, pero dicen los medimagos que es la magia oscura saliendo de mis tejidos, después me sacan de ahí y me traen aquí en donde me dan medicamento intravenoso para regenerar mis músculos, nervios y todo lo que haya sido destruido.
-¡Vaya! Nunca se me había ocurrido preguntar cómo eran las terapias.
-Duele mucho al momento y también duro adolorido mucho rato después, pero el dolor crónico que tenía ha ido desapareciendo poco a poco, ya duermo mucho mejor, pero sobre todo hay algo que debes ver.
-¿Qué?
Draco jaló las mantas hasta descubrir sus pies y ante el azoro de Harry, movió los dedos de su pie derecho.
-¡Moviste los dedos! ¡Draco, moviste los dedos de los pies!
Draco asintió sonriendo de oreja a oreja, para después tomar el Ipod y comenzar a escribir.
-El señor Parks está muy optimista, aunque también dice que hay que ser realistas, no quedaré como antes; sin embargo mi calidad de vida mejorará en un ochenta a noventa por ciento.
-Es increíble, estoy anonadado y muy feliz por ti… lo que me lleva a otro tema, la terapia psicológica -La sonrisa de Draco se borró sabiendo a donde iba eso- quiero una recuperación integral para ti, no solo física.
-Pero no necesito un psiquiatra.
-Sí lo necesitas y lo sabes ¿acaso no quieres volver a hablar? –Draco suspiro mientras Harry continuaba hablando- ¿no quieres saber quién eres? ¿No quieres saber quién soy yo?
-Sé quién eres.
-No, no lo sabes… no realmente y eso me preocupa.
-¿Entonces por qué quieres que entre a terapia?... podemos seguir así, sin ningún problema.
-Lo que yo quiero es que tú lo quieras… porque hay una parte de ti que está incompleta, tienes miedo del pasado, pero tu pasado no solo es dolor… hay cosas muy buenas, cosas que valen la pena recordar… hay algo que tú tenías y yo no y que secretamente yo envidiaba.
-¿Y que era? –preguntó muy intrigado.
-Tienes un pasado muy hermoso y tienes derecho a recuperarlo, hay gente que no merece que la olvides.
Draco ya no escribió nada, solo miró el Ipod jugueteando con él, pero al cabo de unos instantes escribió:
-Cada vez que pienso en eso algo me oprime el pecho y siento que no puedo respirar… me da miedo saber… sé que será terrible y prefiero ignorarlo.
-Y yo entiendo eso, no es para menos viviendo lo que vivías, pero ahora no estás solo… yo estoy contigo y voy a acompañarte a cada paso del camino.
Draco entendió el punto, tampoco era tonto, pero ese miedo agazapado parecía un león acechante, lanzándose sobre él cada que intentaba dar un paso… pero miró esos ojos verdes tan llenos de franqueza.
-Tan solo piénsalo ¿vale?
Draco sonrió con resignación, ya no había necesidad de pensar en nada más, así que tomó el Ipod.
-Está bien, pediré ayuda psicológica.
-¿De verdad? –Exclamó sonriendo -Draco asintió y tomó su mano- animo Draco, todo estará bien.
Y así, una nueva etapa de recuperación comenzó en la vida de Draco.
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Después de un mes, Harry comenzó a notar cambios en Draco, se le veía distante y distraído y al inicio del siguiente mes tuvo que salir de la ciudad en una misión.
-Solo será una semana –dijo a Draco, quien escribió:
-No te preocupes, no iré a ningún lado.
Harry le dio un beso y salió de ahí.
Pero la misión de trabajo tardó más de lo esperado y la semana se convirtió en un mes, mes que a Harry se le hizo eterno, así que cuando regresó, entregó sus informes y después de ducharse en su casa, fue al hospital; solo que cuando llegó al piso, vio a tres enfermeras salir de la habitación de Draco y cuando estuvo a punto de entrar, una cuarta salía y ésta no lo dejó entrar, pero alcanzó a ver a Ron junto a la cama; sin más remedio tuvo que esperar afuera, hasta que éste salió cinco minutos después.
-Harry, ya regresaste, bienvenido.
-Hola Ron ¿Qué sucedió?
-Bueno… -respondio acomodando en una tabla portapapeles, unos pergaminos- ven, vamos a mi oficina.
Ya ahí, Ron se sentó y comenzó a hablar.
-Draco acaba de tener una crisis nerviosa.
-¿Qué, como, por qué?
-Tranquilo, dentro de lo que cabe es normal, de cierta forma se le está obligando a pensar, eso no es nada fácil y menos en sus circunstancias… mi recomendación es que por ahora no lo veas.
-¿Hablas en serio?
-Sí.
-¿Por qué?
-Porque solo lo confundirías mas Harry, por eso… mira, sé que te mueres por entrar a verlo, pero por ahora no es posible.
Harry se recargo en la silla, como derrumbado en el asiento, era verdad que se moría por verlo, saber cómo estaba.
-¿Hasta cuándo?
-No lo sé.
-¿Y como esta?
-A veces tranquilo, a veces alterado… son estados de ánimo comprensibles.
Harry suspiró, había estado tan ansioso por verlo y ahora sucedía eso, sin embargo todo indicaba un cambio.
-¿Está mejorando?
-Bueno… -respondio un tanto dudoso- digamos que está en una transición, no se ve un avance claro pero todo indica que va por buen camino.
-Ya veo.
-Mira, cuando yo vea que es conveniente, te lo haré saber de inmediato.
-Claro –respondio intentando ocultar su decepción- me voy, debo descansar.
-Sí amigo, nos vemos.
Pasaron tres semanas más sin que recibiera el aviso de que podía pasar, Ron realmente estaba apenado con su amigo pues sabía que el auror la estaba pasando mal.
-Lo lamento amigo, de verdad.
-No te preocupes, sé que no es por ti –dijo Harry palmeándole un brazo- pero dime… ¿realmente no puedo verlo o es él quien no quiere verme?
Ron se quedó callado, esa pregunta le tomó desprevenido quedándose sin saber que decir, pero no hubo necesidad, pues Harry lo entendió a la perfección.
-Ya veo… vaya…
-Harry…
-Esta bien, solo que me hubiera gustado que me dijeras la verdad.
-Perdón, no quería que te sintieras mal.
-Lo sé… pero ¿te ha dicho porqué no quiere verme, acaso ya recuerda quién soy?... ¿o quién es él?
-El es una persona difícil y aun la terapeuta no logra descifrar muy bien sus cambios, se mantiene muy callado; es como si todo se lo guardara para él.
-¿No habías dicho que todo iba bien?
-Hay cambios Harry, pero todo es paulatino, no es lo mismo que una enfermedad del cuerpo, la mente es muy compleja y tiene mecanismos de defensa muy intrincados.
-De acuerdo, me voy –respondio levantándose de repente- nos vemos.
-Nos vemos.
Cuando salió no fue su casa, sino a la oficina de Hermione en donde no fue a sacarla de sus asuntos, sino a esperarla en la cafetería que había enfrente del edificio; ella salió horas más tarde, pero a Harry eso no pareció importarle en lo más mínimo, se la había pasado contemplando a la gente y tomando un café que ya estaba helado, entonces la vio salir salió a la puerta y le agitó la mano.
En cuanto lo vio, le sonrió y mirando a ambos lados de la calle, cruzó hacia él.
-¡Hola Harry! ¿Qué haces aquí?
-Te invito un café ¿tienes tiempo?
-Ya son las 8:00 de la noche, terminé por hoy –respondio acomodando su carpeta de piel en la silla y un fajo de carpetas de papel en la mesa- un café me caerá de maravillas con este frio.
Harry hizo traer dos cafés y dos pasteles, mientras tanto Hermione se quitaba la bufanda y los guantes.
-Harry… -dijo sabiendo de que se trataba el asunto- sé de qué quieres hablar, Ron me ha mantenido al tanto.
Harry suspiró sintiéndose más triste que nunca, necesitaba un desahogo y quien mejor que su amiga.
-¿Sabes Hermione? Yo lo sabía… -dijo volteando a verla- yo sabía que esto pasaría, pero no se lo dije para no hacerlo más renuente al tratamiento… pero algo aquí me decía que las cosas iban a cambiar –exclamó golpeándose el pecho con el dedo índice- y no solo el corazón me lo decía, era más que obvio –exclamó sonriendo cansinamente- su mente ya no iba a ser la misma, era lógico que esto sucediera.
-Ten paciencia Harry –respondio ella sintiéndose mal al verlo tan decaído- aun no termina el tratamiento, de todos modos aunque recupere la memoria, no olvidará lo que has hecho por él.
-Sí, pero yo no quiero su agradecimiento.
-Sí, sé lo que quieres Harry –respondio poniendo su mano sobre la de él- pero también falta que veas si tú también sigues sintiendo lo mismo.
-¿De qué hablas? Yo estoy seguro de mis sentimientos.
-Y no lo dudo, pero te enamoraste de un Draco amnésico post guerra… no de Draco Malfoy antes de la guerra… no son el mismo Harry, no se te olvide.
-En esencia sigue siendo la misma persona, pero también entiendo lo que quieres decir –exhaló un suspiro mientras rodeaba con las manos el café que el mesero les acababa de llevar- solo queda esperar ¿No?
-Así es.
-Es paradójico ¿sabes?
-¿Qué cosa?
-Yo puedo perderlo, pero a cambio él se recuperará a sí mismo.
-Sí, es paradójico –exclamó sonriendo con desánimo- pero anímate, esperemos lo mejor.
-Sí, esperemos lo mejor –respondio sin ganas mientras tomaba un sorbo de café.
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-Llegué hace un mes y sigo sin verlo, Ron dice que no es conveniente pero ya ni sé –dijo Harry a Hermione mientras ésta preparaba un pastel en La madriguera- Definitvamente ya non desea verme... ya Hermione, dime ¿él te ha contado algo, lo que creo es correcto?
Hermione se secó las manos con una toalla mientras rehuía la mirada de su amigo.
-Entiendo, ya ni para que preguntar.
-Harry, lo siento mucho… mira, Ron no me ha contado mucho, pero dice que Draco ha estado muy ansioso estas semanas y que cuando supo que habías regresado le pidió a Ron que no te dejara pasar.
Harry inclino un poco la cabeza, esa sospecha confirmada hizo que su ánimo se viniera más abajo si acaso era posible.
-Sé que no debo insistir, puedo causarle un mal… pero tampoco quiero permanecer tan alejado de modo que termine olvidándose definitivamente de mí.
-¿Y qué piensas hacer?
-Le escribiré cartas, le pediré a Ron que se las entregue, él decidirá si quiere leerlas.
-Ya veo… -respondió observándolo- Harry, aunque sé cuanto lo amas, debes prepararte para lo que sea que venga.
-No Hermione, tú no sabes cuánto lo amo –replico amable pero firme mientras se ponía de pie- así que lo esperaré hasta que él mismo decida separar nuestros caminos.
Ella asintió resignada dándole un beso de despedida.
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