Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SANANDO UN CORAZON por Orseth

[Reviews - 105]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaa!!

aqui estoy de nuevo, les cuento que como ya se acerca el final, solo subire dos capitulos!!!!!!!!

no me odien por eso, pero es que ya se vislumbra la palabra "Fin" asi que voy  a hacerselas mas cardiaca muajajajaja!!!

 

___________________________________________

 

 

            -Veamos… -pensó ante una hoja de papel en su habitación- ¿Qué podré escribirte que no te perjudique?

            Pensó por un buen rato que podría escribir y que no, así que termino por decidir plasmar sus pensamientos sin más ni más; si le hacía pasar un mal rato al rubio, éste simplemente podía dejar de leer, así que entintó su pluma de pato y comenzó.

            “Hola Draco, soy Harry, aquel Harry que un día conociste en el asilo en dónde estabas; soy Harry Potter y ya nos conocíamos desde antes; en Hogwarts, el colegio de magia y hechicería, solo que te habías olvidado de ello y de muchas otras cosas; ahí en donde estás espero que este mejorando cada día, yo me acuerdo mucho de ti y deseo que tu también pienses en mi aunque se sea de vez en cuando. Estás en tratamiento para recordar tu pasado, eso debe ser muy atemorizante, pero recuerda que no todo es malo, también recordaras cosas buenas y muy bellas, como cuando tu madre te besaba en las noches antes de dormir… bueno, yo no lo sé pero imagino que todas las madres hacen eso ¿no?; también de cuando aprendiste a volar, de cuando entraste a Hogwarts y quedaste en Slytherin, me imagino que debiste sentirte muy feliz de haber quedado en esa casa, bueno no lo imagino, estoy seguro por la cara que pusiste aquella vez, así como cuando yo quedé en Griffindor… bueno, es todo por ahora, es tarde y también debo dormir, descansa y buenas noches”

           

 

_____________________________________________

 

 

            -¿La leyó?

            -No lo sé, vi que la metió en el cajón sin siquiera abrirla, pero no sé después –respondio Ron.

            -Bueno, de todos modos aquí tengo otra ¿se la darías por mí, por favor?

            -Claro amigo… y oye, lamento no haber sido sincero contigo.

            -No te preocupes, sé que no querías lastimarme, pero la próxima vez se sincero conmigo por favor.

            -De acuerdo.

 

_________________________________________________

 

 

            ¿Recuerdas cuando le quitaste a Neville su recordadora?... ¡ha fuiste un gran hijo de puta! Pero gracias a ti me dieron el puesto de buscador en el equipo de Quidditch, sé que se te torció una tripa de puro coraje y lamento no haber visto eso, pero para tu mala suerte resulte ser un jugador excelente, algo que a ti y a tu papi les cayó en el hígado, ni modo, cuando se es bueno, se es bueno”

 

___________________________________________________

 

           

            “¿Recuerdas cuando entraste al equipo de Quidditch con esas escobas tan costosas que tu padre les compró?... ¡hiciste que me doliera el estomago de coraje! Esas escobas eran fabulosas y ustedes llegaron a quitarnos el campo con una mano en la cintura y una nota de Snape; ese profesor… me detestaba mucho ¿recuerdas? ¡Me castigaba hasta por respirar!... destripé muchos sapos después de clases y salía con las uñas llenas de grasa de animal gracias a ti y a él, y ahora que me acabo de acordar de esos horrorosos momentos te deseo una noche de diarrea y retortijones, buenas noches”

 

 

_________________________________________________

 

 

            “Oye Draco ¿tu madre te contaba cuentos antes de dormir?... me da curiosidad por que cuando la conocí no me dio buena impresión, de hecho aquí entre nos, se me hacía como que siempre estaba oliendo caca, pero contigo no era así, pues tú eras hijo único, imagino que te llenaba de besos y abrazos cuando eras pequeño y cuando creciste también, claro; ¿te cantaba canciones de cuna? ¿Te castigaba cuando te portabas mal?... eso ultimo yo creo que no porque eras un mimado de mierda que daba miedo, hizo falta que te dieran un par de buenas tundas… pero que envidia… una madre, tú tenías una madre y yo no… yo el gran Harry Potter, el niño que vivió, envidiando al engreído Slytherin Draco Malfoy… que mierda, ya no tengo ganas de escribir por hoy, buenas noches”

 

_____________________________________________

 

 

            -¿Cómo vas Harry? –preguntó Hermione a través de la chimenea.

            -Bien ¿Por qué? –respondio el auror con una taza de té en la mano y una dona en la otra mientras se sentaba en flor de loto ante la chimenea.

            -Es que ya pasaron tres meses desde que regresaste, casi cinco desde la última vez que viste a Draco, me pregunto cómo lo vas llevando… sigues enviándole tus cartas ¿no?

            -Sí, ya hasta perdí la cuenta de cuántas le he enviado y ni siquiera sé si las lee, pero ¿sabes Hermione? Está bien, me he ejercitado en la paciencia, no me queda de otra.

            -Harry, para serte sincera yo cada vez creo que lo de ustedes ya no se dio más… mira, deseo que hubiera sido diferente pero por lo que veo ya no resulto.

            -Puede ser –respondio alzándose de hombros- pero esperaré a que él me lo diga.

            -Pero si ni siquiera tienes la certeza de que lee tus cartas.

            -Sí, pero no importa, yo esperaré –dijo como si nada.

            -Harry…

            -Tranquila Hermione, no pienso cortarme las venas con una galleta… a lo más me aventaré a las llantas de un auto estacionado… o me dispare por encima de la cabeza… o…

            -Ya entendí, ya entendí –interrumpió riendo- pero en serio Harry, me tranquiliza verte más sereno.

            -Pues ya que.

            -Lo que si me preocupa de verdad es que siga sin hablar.

            -Sí, Ron dice que la psicomaga le ha puesto ejercicios funcionales de lenguaje pero nada.

            -Harry, yo no sé… tal vez el no quiera mejorar para poder tener un lugar en donde estar.

            -No lo creo, él ya sabía que no iba a ser abandonado de nuevo… quien sabe, a lo mejor no ha superado su trauma.

            -Quién sabe, no queda más que seguir esperando.

            -Pues sí.

            -En fin, me voy que tengo audiencia en media hora, adiós.

            -Nos vemos.

            Realmente el tiempo sin ver a Draco era demasiado, tanto así que a veces se preguntaba si volvería a verlo y entonces se decía a si mismo que pensar eso era ridículo, pues de una u otra forma volverían a encontrarse.

            Y dos meses después, siendo ya siete desde su último encuentro, estaba en San Mungo hablando con Ron.

            -Anda Ron, me voy de misión en un par de horas y de nuevo no sé cuando regresaré, puede ser un día o un mes.

            -Lo sé Harry, pero si él no autoriza que entres a su habitación, yo nada puedo hacer.

            -No seas así, solo un ratito, me despido y ya.

            -Ajá, como si solo tuvieran eso de que hablar… mira Harry, yo no sé como reaccione al verte, ni siquiera ha querido hablar de ti, tuvo varias crisis nerviosas en estos meses, no me puedo arriesgar a una más.

            Harry suspiro derrotado, sabía que su amigo estaba en lo cierto y no podía pedirle que pasara por alto el bienestar del paciente.

            -De acuerdo, ya no insistiré.

            -Gracias ¿Cuándo te vas?

            -Esta noche.

            -Lo siento de verdad.

            -No te preocupes, ya lo veré… bueno me voy ¿me acompañas a tomar un café antes de irme?

            -Me gustaría pero no puedo, tengo un montón de expedientes que revisar… nunca pensé que terminaría con la nariz metida en tanto pergamino –exclamó con gesto dramático.

            -Yo tampoco imagine verte nunca así –respondio riendo- bueno, pues me voy, nos vemos luego.

            -Qué te vaya bien compañero, cuídate mucho.

            -Sí, adiós.

            Harry salió de la oficina de su amigo y comenzó a recorrer el pasillo que lo llevaba al ascensor, pero ese pasillo pasaba por el pasillo que daba a la habitación de Draco, así que al llegar el momento de dar vuelta, se quedó de pie… mirando esa dirección, después la del ascensor y por último la puerta de la oficina de Ron.

            No fue muy difícil decidirlo, así que con el corazón acelerado, sus pies tomaron la dirección del cuarto de Draco; cuando llegó ante la puerta, toco suavemente para saber si alguna enfermera estaba ahí, pero al no recibir respuesta giró el pomo suavemente y asomo la cabeza.

            Su corazón parecía querer escapar de su pecho al mirar en la cama a esa persona con la que deseó encontrarse durante tantos meses, entró y cerró la puerta sin hacer ruido y luego se recargó en ella mirando a Draco dormir recostado sobre unos almohadones.

            Su cabello estaba recortado y parecía haber recuperado su peso, en apariencia estaba bien… no, más que bien, su rostro estaba sin ojeras y ya no estaba demacrado.

            -Te va muy bien sin mí –pensó sonriendo con tristeza.

            Se acercó poco a poco hasta llegar a la cama en donde pudo mirarlo con más detenimiento y definitivamente le pareció más atractivo que nunca; alzó la mano y cerrando el puño por la indecisión, la acercó a su rostro para dejarla quieta a un par de centímetros, pero al cabo de unos segundos paso sus dedos por la mejilla encontrándola suave y tibia.

            -Oh Draco… -musitó sintiendo mucha tristeza- ¿Por qué no quieres verme?... ¿acaso ya no sabes quién soy?

            Quitó la mano exhalando un suspiro de nostalgia, metió las manos en los bolsillos de su pantalón y caminó hasta la ventana para mirar los jardines del hospital.

            -Por supuesto que se quién eres… Potter.

            Harry se giró atónito para encontrar a Draco despierto y mirándolo.

            -¡Draco!... ¡¿hablaste?!

            -Sí.

            Harry estaba boquiabierto, Draco estaba ante él, mirándolo sin crisis nerviosas y sobre todo hablando.

            -Draco… ¡hablas!

            -Sí, ya lo dijiste.

            Draco hablaba con tranquilidad, como si lo que estaba haciendo fuera de lo  más común.

            -¡Pero no hablabas, nadie me dijo que ya hablabas!

            -Bueno, es que nadie lo sabe –respondio alzándose de hombros- tu eres el primero en saberlo.

            -Pero Draco… -exclamo acercándose- un momento ¿me llamaste “Potter”?

            -Sí.

            -¿Por qué?

            -Así te llamas ¿no? –respondio ladeando un poco la cabeza, como extrañado de la extrañeza de Harry.

            Harry se quedó de pie a un lado de la cama, mirando como tonto a Draco; esa simple afirmación hizo añicos todas sus esperanzas.

            -Sí… así me llamo –dijo sin saber que mas decir.

            -Recuerdo todo lo que has hecho por mí y no quiero que pienses que no lo aprecio… gracias.

            -Sí, de nada –respondio como quien le ha abierto la puerta del auto a alguien.

            Se quedaron callados por unos momentos, hasta que Harry hizo el esfuerzo de no dar la impresión de haber quedado prácticamente aplastado.

            -eee… bueno ¿y por qué no hablaste antes? Es decir, es obvio que ya lo haces desde hace algún tiempo ¿no?

            -Sí, a decir verdad hace como un mes.

            -¿Y por qué no les has dicho?

            -Bueno… -respondio alzándose de hombros- la verdad si me esforcé en los ejercicios de la terapeuta, pero lo hacía en privado; se me hacía algo muy personal como para hacerlo frente a alguien… y poco a poco comencé a lograrlo, así que fue a solas cuando logre articular mis primeras palabras, entonces de repente me vi lográndolo por completo y ya no supe cómo decirles… creo que más bien esperaba que fueras tú quien lo supiera primero.

            -¿Y por qué yo, sino has querido verme en todo este tiempo?

            -Sí, sobre eso… lamento si te hice sentir mal pero… bueno Potter, me gustaría hablar de eso en otro momento si no te molesta.

            -No te preocupes ¿Por qué habría de molestarme? –respondio sintiéndose molesto.

            -Sí claro… -dijo percibiéndolo- lo siento.

            -Ya lo dijiste, bueno me voy, tengo que trabajar, espero que al menos por agradecimiento les hagas saber a los demás que ya hablas.

            -Claro que si, será Weasley al siguiente que se lo diga.

            “Weasley”había dicho… sonrió en lo que más bien pareció una mueca y sin decir más salió de la habitación.

            Harry salió del hospital apretando los dientes y los puños, pero de plano un bote de basura que estaba en la entrada no se escapó de una patada que lo mando a volar esparciendo su contenido por el piso; se fue de ahí ignorando las protestas de algunas personas que estaban cerca, llegó a su casa, agarró su valija y se fue al cuartel para alejarse de la ciudad lo más pronto posible.

            No respondio las cartas que Ron le envió, sí las leyó pero lo que hizo fue tirarlas a la basura, el medimago le informaba que Draco ya hablaba, al parecer el rubio no le había contado que había entrado a su habitación y ya le había autorizado entrar a verlo.

            -Para lo que me importa… -pensó arrugando la última y arrojándola a la chimenea.

            -Harry, vamos a cenar ¿vienes?

            -Sí, ya voy.

            Casi un mes después regresó encontrándose con Hermione visitándolo apenas llegó a su casa.

            -Hola Harry.

            -¿Qué tal Hermione? Disculpa el tiradero, es que no me ha dado tiempo de arreglar.

            -No te preocupes –respondio sacando su varita mientras el moreno regresaba a su cuarto vestido con bata de baño solamente- me visto rápido y salgo.

            -Claro.

            Cuando salió quince minutos después, su sala ya estaba casi limpia por completo gracias a la magia de su amiga.

            -Hermione, no tenías que hacerlo.

            -Ya lo sé  pero una manita no está de más.

            -Gracias –dijo pasando junto a ella en dirección a la cocina- ¿quieres un café?

            -Sí.

            Cuando ambos estuvieron con una taza en la mano, Hermione comenzó.

            -Ron me dijo que te envió cartas contándote que Draco ya habla ¿Por qué no contestaste?

            -No tuve tiempo.

            -Bueno, pero de todos modos no te noto muy contento ¿no querías que se recuperara?

            -Hermione… yo ya sabía que Draco hablaba antes de que me lo contara en sus cartas.

            -¿Cómo así?

            -Antes de irme, me colé a la habitación de Draco y me habló… fui el primero en saberlo.

            -¿En serio? –Exclamó sorprendida- bueno, no sé ni por qué me sorprendo, antes no lo hiciste desde hace semanas… ¿pero que te tiene así?

            -Qué pasó lo que temía -Hermione suspiró, no quería preguntar pero ya imaginaba lo que Harry le iba a contar- me llamó “Potter”… ¿te das cuenta?... ya no soy Harry, ahora soy Potter, como antes.

            -Oh Harry…

            -Y Ron ya no es Ron, ahora es Weasley.

            -Pero ya lo sabías Harry, sabias que eso podía pasar.

            -Sí, pero eso no evita que duela menos.

            -¿Y qué harás?... imagino que todo este tiempo lo has ocupado en poner en orden tus sentimientos ¿tú sientes lo mismo?

            -Buena pregunta, yo te diría que sí, pero aun no convivo con él siendo de nuevo Draco Malfoy, el Slytherin de Hogwarts, tal como habías dicho.

            -Lo que me lleva a otra cosa.

            -Sí, ya decía yo que tu visita tenía algo raro.

            -¡Oye, de todos modos iba a visitarte!

            -Lo sé, lo sé, perdón –respondio riendo ante el pellizco que recibió.

            -Draco ya no tarda en ser dado de alta.

            -¿En serio?

            -Sí.

            -¿Cómo van sus piernas?

            -Creo que deberías hacer una visita a San Mungo.

            -¿De verdad Hermione? –exclamó enderezándose en su asiento.

            -Sí.

            -¿Pero cómo va, que ha sucedido?

            -No te diré, tú deberías ir a verlo, hablar con Ron y el señor Parks.

            Harry se quedó callado, estaba impresionado, fuera de todos sus sentimientos revueltos, estaba contento de que la mejoría de Draco fuera tal que ya fuera dado de alta.

            -Lo que quiero decir es que necesitará apoyo cuando salga… ¿Qué crees que desee hacer cuando sepa que cuenta con una pequeña cantidad de oro? No es mucho pero tal vez quiera rentar un cuarto o algo así, la verdad no le alcanzaría para más que un par de meses considerando que necesita terapia permanente, además el gobierno ya no se hará más cargo de él.

            -¿Por qué no me preguntas directamente si quiero recibirlo aquí? –preguntó levantándose para tomar las tazas vacías y dejarlas en el fregadero.

            -¿Quieres recibirlo aquí?

 

.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).