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Santa's Present por ChanRoaar

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Notas del capitulo:

¡Feliz navidad y felices fiestas a todos! Gracias por leer

Faltaban pocos minutos para navidad, todos en las calles se veían alegres y emocionados, acompañados por amigos, parejas o familiares; todos esperaban ansiosos la llegada de la media noche para poder entregar algún presente a las personas a su lado o simplemente desearles una feliz navidad, las calles brillaban por las decoraciones navideñas y las luces de los locales que brindarían un servicio mucho más extenso aquellas festividades para los transeúntes. Todo se miraba en aparente calma y podía respirarse la alegría que transmitía la festividad, pero aun así,  JongDae se encontraba en los adentros de un café con una mirada nostálgica, añorando la compañía de alguien que hacía mucho tiempo le había dejado y quién ahora debía encontrarse por aquellas mismas calles, de la mano de su nuevo amor.


Kim Minseok no fue su mejor elección, o tal vez su relación no sucedió en el momento adecuado, no había durado demasiado y con muchos altos y bajos, pero le había amado y aún hoy día podía pensar en el muchacho de cabellos naranjas como la persona que se había robado su corazón hacía más de 2 años atrás.


Pasar las festividades nuevamente en soledad luego de pasar mucho tiempo en compañía se sentía incorrecto, equivocado, y no es porque no supiera como estar solo, sino porque en aquellos momentos, rodeado de personas que disfrutaban alegremente de la compañía de sus seres queridos, se sentía completamente perdido y solitario, estar en su departamento vacío tampoco parecía una buena opción y su madre vivía algunas ciudades más allá, pasando la navidad con su padre y la familia de su hermano mayor.


En la ciudad de Seúl nevaba, como muy pocas veces ocurría en las navidades, la ciudad se teñía de a poco con copos de nieve que caían en las calles y sobre las cabezas de la gente. Los niños estaban felices por tener una blanca navidad y jugaban con esta, mientras muchas otras personas se refugiaban hasta el momento en que la nieve dejase de caer. El simplemente se había refugiado del frio para tomar un café en una cafetería algo congestionada cercana a las avenidas de Myeong-Dong, y se había sentado a observar a los transeúntes, cuestionándose si esas personas de verdad serían felices en aquellas épocas del año que podían transmitir a veces tanta melancolía.


– Disculpa, ¿puedo tomar asiento aquí? – Un chico de cabellos color miel interrumpe la línea de pensamientos de JongDae, llamando la atención del pelinegro que después de observarle rápidamente asiente, autorizando al recién llegado de tomar asiento en su mesa, aún sin medir palabras con este. – Muchas gracias, el lugar se ha llenado de la nada y me he quedado sin oportunidad de encontrar un asiento cuando salí de la barra, así que se me ha ocurrido venir a preguntar si podía compartir asiento contigo por el momento.


El muchacho frente a JongDae es parlanchín, posee una mirada amable y una sonrisa atrayente, o esa es a la primera conclusión a la que llega JongDae cuando el muchacho baja la mirada aparentemente apenado ante la mirada de extrañeza que le dedica el pelinegro y decide guardar silencio por el momento.


– No hay problema–. JongDae menciona luego de unos segundos, tomando su vaso de café con una sonrisa amable dirigida hacía el desconocido. – De igual manera, no estoy esperando a nadie.


El muchacho de cabellos mieles le sonríe de regreso, tomando al igual que JongDae de su café antes de armar una pequeña conversación con el de sonrisa gatuna y mirada nostálgica.


– Es una suerte que no esperes a nadie, de lo contrario no hubiera podido sentarme a tomar mi café en un lugar caliente y con buena compañía–. El castaño apoya ambos brazos en la mesa, con la diferencia de que una de sus manos la usa para apoyar su rostro en esta, cambiando su gesto por una sonrisa coqueta hacia el chico de cabellos negros que responde con una expresión sorprendida y aparta la mirada, algo avergonzado por lo repentino del coqueteo de aquel sujeto.


– ¿Estás coqueteando con un desconocido en la víspera de navidad? – JongDae cuestiona, de manera directa, sin atreverse a dirigir su mirada de nueva cuenta al desconocido frente a él.


– Si nos presentamos dejaríamos de ser desconocidos–. El de cabellos mieles ríe suavemente, atrayendo la atención del pelinegro debido al descaro del chico de cabellos castaños.


– ¿Admites que estas coqueteando conmigo entonces? – El pelinegro le interroga, frunciendo levemente el ceño, algo divertido por la actitud de su ahora acompañante.


– Aparentemente así es, pero si te molesta podría dejar de hacerlo–. El extraño confiesa, tomando otro poco de su café de forma despreocupada, sin apartar su mirada del pelinegro que se encuentra debatiéndose entre reír por el descaro de aquel sujeto, continuar con aquel coqueteo por el momento, debido a que el sujeto le parecía atractivo y algo divertido, o simplemente pedirle que se retire.


Pero como alguien con una naturaleza juguetona y coqueta como lo es JongDae, decide aplicar las dos primeras opciones que pasaron por su cabeza, riendo mientras baja la mirada algo avergonzado por el comportamiento de aquel simpático extraño por un momento, y subiendo a encontrar su mirada con este nuevamente, sonriéndole en el proceso.


– Me llamo JongDae ¿y tú? –  El pelinegro cuestiona, ganándose una sonrisa mucho más amplia por parte del extraño al otro lado de la mesa al percatarse que continuaría con su conversación.


–  Kim JoonMyun–. JoonMyun le sonríe cálidamente, recibiendo el mismo gesto por parte del pelinegro que se limita a apartar la mirada de la intensa del castaño segundos después. – Ya no somos más desconocidos.


– Supongo que no–. JongDae intenta reprimir su sonrisa mientras se lleva la taza de café a los labios, dando un sorbo mientras se detiene a observar por la ventana hacía las calles de Myeong-Dong nuevamente.


El silencio entre ellos se prolonga algunos minutos, en los que JongDae pudo visualizar una cara familiar en las calles repletas de nieve, causando que su sonrisa se desvanezca ante la atenta mirada de JoonMyun quién sigue con su mirada el sitio donde JongDae está mirando, intentando adivinar lo que estaba ocurriendo mientras el pelinegro saluda levemente con un gesto de su mano a una persona al otro lado del vidrio.


JoonMyun visualiza a un chico de cabellos naranjas bajo un gorro de lana blanca saludando desde el otro lado de la calle a su acompañante, va sujeto de la mano de otro hombre de cabellos negros y abrigo gris, quién saluda igualmente a JongDae desde su posición al otro lado de la calle y JoonMyun no es tonto y puede hacerse una idea de lo que está ocurriendo, aunque fuese escasamente, así que decide ponerse de pie para sentarse aún más cerca de JongDae, toma su mano sin pedir autorización y entrelaza sus dedos, llamando la atención del pelinegro a su lado y saludando a los desconocidos al otro lado de la ventana con una pequeña sonrisa, causando como reacción el ceño fruncido del de cabellos naranjas.


– ¿Qué haces? –JongDae cuestiona extrañado mientras mira a JoonMyun bajar su mano y dejar de saludar también a las personas del otro lado de la ventana.


–Intento que no te pongas triste por el día de hoy, las navidades son para estar felices, JongDae–. El castaño menciona antes de atreverse a tomar al otro de la barbilla con su mano libre, dando un beso casto sobre sus labios, sabiéndose observado aún por las personas fuera del local, causando que el rostro melancólico del pelinegro se llene de colores y su mente de mil pensamientos diferentes al mismo tiempo.


JongDae reacciona cuando JoonMyun ya se ha separado de él y ha dejado su mano libre, tomando una distancia prudencial ante cualquier reacción que JongDae pueda tener mientras toma un poco de su café, con una sonrisa traviesa adornando sus labios por lo que acababa de hacer y sin arrepentirse de ello.


– ¿Por qué… me besaste? – El pelinegro se ha olvidado de que alguna vez hubo alguien al otro lado de la ventana observándole y dirige toda su atención a su acompañante, con los colores adornando levemente su rostro y mucho más nervioso de lo que recordaba haber estado en el último año, aquel beso se había sentido mucho mejor de lo que debería para venir de lo que aún era un casi completo extraño.


JoonMyun piensa en una respuesta que no suene demasiado estúpida y termina por ocultar la razón principal de aquel beso, que es distraerlo de las personas al otro lado del cristal y se alza de hombros, sonriéndole a JongDae de forma cálida mientras adopta una posición más cómoda en su asiento.


–Feliz navidad, JongDae. Santa me ha dejado bajo tu árbol, pero como no estabas en casa he venido a buscarte por mí mismo– JoonMyun ríe suavemente por sus propias palabras, avergonzándose un poco de lo estúpidas que estas suenan una vez dichas, pero sintiéndose complacido al escuchar la risa de JongDae a su lado, ganándose un pequeño golpe en su brazo por lo sin sentido de sus anteriores palabras.


–Yo no le pedí a Santa este año un chico descarado que a los minutos de conocernos me besara, JoonMyun–. JongDae confiesa, apoyándose en la mesa con una sonrisa que JoonMyun cataloga como gatuna y que desde ese preciso momento comienza a agradarle más de lo que debería.


– Y porque no lo pediste Santa te lo ha traído, ¿no sabías que Santa sabe lo que realmente queremos y por eso a veces nos trae regalos que no queremos pero que se nos hacen muy útiles después? – JoonMyun es un manojo de sonrisas para aquel momento al no haber sido rechazado por JongDae, quien a su vez solo es capaz de relajarse y sonreírle con coquetería al anterior desconocido.


– ¿Me serás útil después entonces? – JongDae cuestiona divertido, mordiendo su labio inferior al ver a JoonMyun alzarse de hombros mientras terminaba su café y arreglaba su abrigo vino tinto.


–Podemos comprobarlo si no te molesta cenar con un desconocido en navidad–. JoonMyun menciona colocándose de pie, ofreciéndole su mano a JongDae, en una silenciosa invitación para que aceptase cenar con él en una fecha como aquella.


JongDae sopesa la idea un par de segundos, dando una última ojeada a la ventana donde ya no está esa conocida pareja observándole y decide aceptar, con todos los riesgos que cenar con un desconocido le ofrecían; si había podido conocer a Minseok en un bar y lo había llevado a su casa para tener relaciones una noche cualquiera y nada malo había ocurrido allí, no veía porque negarse a cenar con un desconocido, aunque no era un desconocido, era JoonMyun y era un sujeto bastante pícaro y atrevido, con unas bonitas sonrisas coquetas y labios suaves con el que ya había tomado un café.


Tomo la mano de JoonMyun y acepto que este le sacará del acogedor local, ganando un beso del castaño en su mejilla cuando pasaron bajo la puerta, donde había un muérdago en el que JongDae anteriormente no había reparado, cosa que le hizo sonreír apenado y apretar un poco más con sus dedos los de JoonMyun, quién ahora sabía tenía unas fuertes manos calientes y era un poco más bajo que él.


 


 


Al final de la noche, JongDae termino siendo escoltado por JoonMyun a su propio apartamento, donde antes de despedirse con algunos besos con sabor a vino tinto y manos traviesas, intercambiaron números. JoonMyun había resultado mejor compañía y mucho más divertido de lo que JongDae tenía pensado, era bastante caballeroso y amable, tenía un lado atrevido y otro vergonzoso.


Todo eso lo había descubierto en una sola noche y JongDae se moría por saber más de aquel sujeto de cabellos mieles, suéter de cuello de tortuga negro y abrigo vino tinto.


–Buenas noches JoonMyun, feliz navidad–. Había mencionado JongDae sobre los labios ajenos, en un intento de separarse de los fuertes brazos de JoonMyun, quién envolvía su cintura desde hacía algunos minutos atrás, cuando empezaron a besarse frente a su puerta de forma algo acalorada y sin pudor debido al alcohol que corría por sus venas.


–Feliz navidad JongDae…–. El castaño susurró, acercándose al lóbulo de la oreja del pelinegro, y besando justo debajo de este–. Espero que te guste el regalo que te trajo Santa, porque vendré por ti más tarde para que vayamos a dar un paseo.


–Santa tiene buen gusto para los regalos–. JongDae jadeo suavemente cuando sintió los labios ajenos repartiendo besos entre los espacios de su bufanda, haciéndole apretar su agarré en la espalda de su acompañante, por debajo del abrigo, sobre la tela de su suéter.


JoonMyun río suavemente sobre el cuello del pelinegro y se separó con una sonrisa, besando una de las mejillas del menor antes de separarse de este, dejándole libre para entrar a su casa. – Estate listo a las 4 pm pequeño, nos vemos esta tarde–. El mayor se despide con un gesto de su mano y una sonrisa. JongDae muerde levemente su labio inferior mientras asiente con una pequeña sonrisa y JoonMyun empieza a retirarse por el largo pasillo.


JongDae saca las llaves del bolsillo de su pantalón y abre la puerta, entrando en el calor de la calefacción de su pequeño hogar, pero antes de cerrar la puerta, escucha a JoonMyun desearle las buenas noches desde el final del pasillo y le responde de igual manera en una última despedida por el momento. Tal vez santa de verdad le había traído el mejor regalo que alguna vez (no) haya pedido y por eso aquella navidad había dejado de sentirse tan solo en compañía de, en un principio, un completo extraño.


Un pequeño caballero de armadura de plata había sido dejado en su puerta esa noche y se había despedido de él entre besos con la promesa de verse en tan solo unas horas y JongDae no podía estar más de acuerdo con la idea de volver a ver a JoonMyun en un abrigo amplio y pantalones ceñidos mientras le tomaba entre sus brazos.


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