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On your knees. por Onny

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Notas del fanfic:

Annyeonghaseyo!!

 

 

 

Y aquí estoy de nuevo con mis perversiones mentales. No se si se notará mucho que soy RapMon biased pero... pst, por si no se nota lo dejo caer xD

 

 

 

Espero vuestros reviews, ¿Qué os ha parecido? ¿Qué puedo mejorar? ¿Qué he hecho mal? Estoy abierta a críticas positivas~

— ¡Estoy harto, NamJoon! – la voz de Suga tronó en la desierta sala de prácticas.

 

— Pero Yoon…

 

— ¡No! ¡Nada de “Pero Yoongi”! – interrumpió el más bajo – ¡Siempre que coges mi iPad lo bloqueas! ¡No es jodidamente normal!

 

— ¡No es culpa mía! – exclamó el de pelo rosáceo.

 

— ¡No! ¡Entonces es culpa de las fuerzas de la naturaleza! – respondió Yoongi con exasperación.

 

NamJoon gruñó y hundió los dedos entre los mechones de pelo color menta del mayor. El más alto clavó su mirada fijamente en la del otro muchacho, ojos oscuros contra ojos oscuros y entonces agarró con más fuerza el mechón entre sus dedos y tiró hacia abajo.

 

— En tus rodillas – dijo NamJoon apenas en un susurro.

 

En los ojos de Suga brillaban la lujuria y la sumisión y, además, en lo profundo de sus pupilas, se observaban el amor y la confianza que tenía hacia el más joven.

 

— Chupa – esta vez fue un gruñido.

 

Las manos de Yoongi viajaron velozmente a los pantalones de NamJoon y desabrocharon el botón. Bajó la cremallera con excesiva lentitud y todavía mirando al otro fijamente antes de bajar la ropa interior de Rap Monster solo lo suficiente para sacar su miembro erecto.

 

Sin dudarlo ni un instante el de pelo color menta rodeo el glande del más alto con su lengua y saboreó una solitaria gota de pre-semen que relucía en la pequeña ranura. La saboreó de manera golosa y se lamió el labio superior, dándole de esta manera a NamJoon una de las más eróticas vistas que había contemplado.

 

Finalmente el más bajo complació los deseos de su pareja y llevó su miembro todo el camino por su garganta. Toda la longitud completa. El reflejo nauseoso hacía tiempo que había desaparecido, ni por asomo era la primera mamada que le hacía al más joven, y tampoco tenía planeado que fuese la última, porque ambos lo disfrutaban de igual manera.

 

Los tirones en su pelo no se hicieron esperar. El de pelo rosáceo siempre tenía que tener el control, tenía que definir la velocidad de movimiento, la profundidad e incluso la presión. Esta vez decidió que él haría todo el trabajo, Suga solo necesitó quedarse de rodillas, mirar fijamente a NamJoon y abrir la boca ya que fue el otro quien se movió hacia delante y atrás, follando la boca del otro y variando la velocidad a su gusto.

 

En el momento en el que las cortas embestidas se volvieron erráticas, Suga ya sabía que el más alto estaba a punto de correrse. Por eso y por el continuo gruñido que salía de su garganta. Sin embargo NamJoon sacó su erección de la boca de Yoongi antes de dejar salir su simiente y el más bajo sabía lo que quería. De cualquier manera, aunque lo estaba deseando,  no se puso de pie, no debía hacerlo, no le había sido ordenado aún.

 

— Te quiero de pie, Yoongi.

 

Ahora.

 

Suga obedeció y se puso de pie sin apartar la mirada de NamJoon. El de pelo rosáceo le sonrió pícaramente antes de empujarlo contra la pared, de espaldas a él y lo rodeó con los brazos alrededor de su pecho.

 

Yoongi se mordió el labio inferior a la vez que inspiraba fuertemente el aire en sus pulmones ya que su compañero se había decidido por atacar su cuello con los dientes, lengua y labios.

 

— No aguantes los gemidos, sabes que la habitación está insonorizada. Quiero escucharte.

 

De nuevo hizo caso a la orden y no calló. Sus labios se separaron soltando el aire contenido y, junto a él, el gemido que NamJoon tanto esperaba escuchar, un gemido sincero, emergente del más crudo placer que el toque piel con piel podía provocar entre ellos.

 

Las manos de Rap Monster bajaron en una lenta caricia por el pecho de Suga hasta llegar a la base de la camiseta y las introdujo debajo de la tela. La piel de Yoongi se convirtió en piel de gallina al contacto de las frías manos del otro y estas subieron en una lenta caricia y pellizcaron sus pezones con rudeza.

 

— Eres tan dulce… tu cuerpo responde tan bien al mío…

 

— NamJoon… – Suga no pudo reprimir el corto jadeo.

 

— Sí, yo tampoco puedo esperar.

 

El de pelo color menta llevó rápidamente sus manos a la pared para tener un buen apoyo y arqueó levemente la espalda. Mientras tanto, NamJoon se entretuvo en desabrochar los pantalones del más bajo y de bajárselos solo lo suficiente como para apreciar el pequeño botón estrellado que se contraía rogando por ser llenado.

 

— ¡Mierda! – gruñó NamJoon – no tengo lubricante aquí.

 

— Saliva – jadeó Yoongi – usa saliva, NamJoon, por favor.

 

La sonrisa felina que apareció en la cara de RapMon solo mostró lo mucho que le gustaba esa idea. Adoraba que a Yoongi le gustara el sexo tan duro, lo disfrutaba más que nada, adoraba rellenar ese pequeño y apretado agujero con fuertes empujes hasta hacer gritar de placer al otro.

 

Sin más preámbulos esta vez fue NamJoon el que cayó de rodillas y se dedicó a dilatar y lubricar la entrada del mayor. Cada golpe de su lengua sacaba un gemido de la garganta de Suga, cuyo miembro goteaba pre-semen a causa del placer ocasionado por el caliente y húmedo músculo que lo saboreaba con devoción, con hambre.

 

— ¡NamJoon! – finalmente Yoongi no pudo contener el grito desesperado de placer – ¡Deja ya eso o te ju… te juro que… yo…!

 

— ¿Sí? – una sonrisa felina adornaba sus labios, sabiendo que cada vez que usaba su lengua en Yoongi el otro perdía la capacidad de pensar

 

— ¡Cómo no me la metas ya, te juro que te la corto! – exclamó con el rostro sonrojado.

 

Una profunda y cruda risa salió del pecho de NamJoon. El chico le dio un último lametazo a la entrada deseosa de Yoongi y se puso de pie. Mientras tanto el otro esperó, jadeante, con la cara apoyada en la pared.

 

Los dedos del más alto acariciaron alrededor de la entrada del mayor pero este negó con la cabeza y empujó su trasero hacia atrás, deseoso de sentir a NamJoon en su interior mucho después de que hubieran acabado, no quería que lo preparase.

 

RM escupió en su miembro y esparció la saliva por este, para dejarlo más o menos lubricado y entonces cubrió la espalda de Suga con su pecho, colocando su boca justo junto al oído del más bajo.

 

— Aquí voy, Yoongi.

 

Las palabras susurradas provocaron un escalofrío en el receptor y entonces notó la presión del glande del más alto contra su entrada. El ser estirado repentinamente por el grosor de NamJoon provocaba un ligero escozor que Suga amaba, era una de sus partes favoritas pero, definitivamente lo que más le gustaba, era que el otro se introdujera en él de una sola estocada.

 

Suga gimió, y miró a NamJoon sobre su hombro, rogándole con la mirada. Sin dudarlo ni un momento, el de pelo rosáceo agarró las caderas de Suga con fuerza, sabiendo que al día siguiente habría moratones en la blanca piel del otro, y entonces empujó hacia delante con ímpetu para hundir hasta el último centímetro de su miembro en el interior del más bajo.

 

Un grito mezcla de placer y dolor abandonó la garganta de Suga y Rap Monster gruñó.

 

— Tan cálido… tan apretado… te sientes tan bien… – los susurros en su oído solo hacían que Suga aumentase su jadeo y que su miembro goteara más pre-semen, cada vez más y más excitado.

 

NamJoon apenas le dio al cuerpo de Suga una oportunidad para acostumbrarse a la invasión antes de empezar con un movimiento rudo y castigador. Se lamió los labios un par de veces, notándolos resecos por el placer que sentía haciendo suyo al mayor.

 

— ¡AH! ¡NamJoon…! – el más alto cambió el ángulo y encontró el punto.

 

— Es ahí, ¿Verdad? Te voy a volver loco, mi dulce, dulce Yoongi.

 

— No puedes… – jadeó el más bajo – ya… ya lo hiciste la… ¡mmm! la primera vez que me… empujaste contra… ¡ah! Aquella pared… ¡Aaah! ¡NamJoon!

 

— Es solo un recordatorio, Yoongi, es para que recuerdes que estás loco por mí. Y solo por mí.

 

NamJoon remarcó la última palabra con un mordisco en el hombro del mayor, un mordisco que finalmente rompió la piel y que al día siguiente estaría rodeado por un hematoma. No era la primera vez que el monstruo del rap le hacía eso a Yoongi y el muchacho lo disfrutaba. De hecho había pasado noches enteras acariciando la dolorosa marca de propiedad recordando el momento.

 

Suga gimió. Gimió tan fuerte que por un segundo incluso temió que el sonido hubiese atravesado las paredes a pesar de estar insonorizadas. NamJoon lamió la herida con suavidad ¿Cómo era capaz de ser tan dulce y controlado en esa zona mientras sus caderas chocaban con rudeza contra la piel del trasero de Yoongi una y otra vez? No lo sabía. Solamente sabía que le encantaba y que quería más.

 

La presión de las manos de RapMon en su cadera, el dolor de la herida y la constante estimulación de su próstata solo estaban llevando a Suga más y más cerca del borde. Jadeos, gemidos y gritos intercalados era lo único que abandonaba su boca y sus rodillas temblaban, no sabía cuánto más iba a poder aguantar en esa posición, seguramente se caería.

 

De repente el cálido y grueso miembro de NamJoon abandonó el agujero de Suga y este gimió en desacuerdo. Miró al otro sobre su hombro, jadeante y con mirada interrogativa, buscando la razón de que lo hubiera dejado a medias.

 

— No te preocupes, Yoongi, sabes que no puedo dejarte a medias – susurró NamJoon a la vez que le guiñaba un ojo al más bajo.

 

El de pelo rosáceo tiró suavemente del otro hacia su cuerpo y besó sus labios con extrema dulzura. Yoongi seguía sin entender como NamJoon podía cambiar su tratamiento hacia él de duro y posesivo a simplemente dulce y tierno. De nuevo no le importaba.

 

— Ahora – NamJoon habló con voz profunda y gutural al oído de Suga – de rodillas y mirando hacia los espejos, ¿Me has entendido?

 

— Sí, NamJoon – gimió Yoongi.

 

Dándole la espalda y con la mirada clavada en el suelo de manera sumisa Suga bajó sus rodillas al suelo con lentitud sensual. Unos segundos bastaron para notar el cuerpo de Rap Monster presionarse contra el suyo y su miembro encajar con precisión en la ranura de su trasero.

 

Una mano del más alto se arrastró hasta el centro de sus omóplatos y empujó hacia abajo. Suga se inclinó a merced de su amante, bajó el pecho hasta el suelo y miró fijamente, con los ojos desbordantes de lujuria, los propios ojos de NamJoon en el reflejo del espejo frente a ellos.

 

Con mirada felina RM respondió a su duelo y utilizó la mano que no estaba sobre la espalda de Yoongi para alinear su pene con su rosada y dilatada entrada. De nuevo de un empujón se enterró hasta el final en el interior del cálido canal del más bajo y empezó a bombear.

 

— Te encanta, ¿Verdad? Te encanta cuando empujo mi polla en tu pequeño agujero, te encanta sentirme días después, ¿no es así? – NamJoon gruñó las palabras aun mirando los ojos de su pareja – Dímelo Suga, dime cuanto te gusta esto.

 

— M-me… ¡Ah! Me en-en… aahhh… me encan… ¡Me encanta!

 

— Lo sé, ¿Y sabes por qué te encanta? –  NamJoon subió la mano que tenía en la espalda de Suga hasta su pelo, enterró los dedos entre mechones y tiró hacia arriba hasta que, de nuevo, su pecho chocó con la espalda del más bajo – Te encanta porque eres una puta. Eres una puta que adora el dolor. Una puta que adora tener una buena polla en su culo. Eres mi puta, Yoongi. MI puta.

 

— Solo tuya, NamJoon – susurró Suga.

 

Los golpes en su próstata eran tan continuos que lágrimas de placer rodaban por sus mejillas. Los gemidos se convirtieron en gritos ahogados por el placer y su cuerpo empezó a temblar violentamente. Con cada estocada, NamJoon dejaba escapar un gruñido de su garganta y el ruido del choque de sus pieles era tan fuerte que resultaba obsceno.

 

— Ahora, mi pequeña puta, córrete para mí.

 

No hicieron falta más palabras. Suga ni siquiera necesitó tocarse. Como si su cuerpo estuviera esperando por la orden, gritó una última vez y el esperma salió desde su ranura, cayendo al suelo de madera. El repentino estrechamiento del canal del más bajo y las sacudidas que recorrieron su cuerpo provocaron en NamJoon un orgasmo inminente. Dos últimas estocadas y se enterró profundamente en el interior del de pelo color menta para llenarlo con su propia esencia.

 

Hacía ya un par de años que ellos mantenían ese tipo de relación y hacía varios meses que se habían hecho pruebas para estar seguros de no tener ninguna enfermedad de transmisión sexual. Ambos amaban la sensación de estar unidos sin ninguna barrera de por medio, por fina que fuese.

 

Tardaron unos minutos en estabilizar sus respiraciones jadeantes y cuando lo hicieron NamJoon salió de Suga con cuidado, causando un gemido en ambos por la pérdida, y entonces se pusieron de pie.

 

RapMon guardó su miembro flácido en la ropa interior y se subió la bragueta. Suga, con manos temblorosas, subió sus pantalones y ropa interior y también cerró su bragueta. Una vez recolocada la ropa los dos se miraron y entonces NamJoon se acercó a Suga, lo abrazó con fuerza y besó la cima de su cabeza.

 

— Lo siento, sé que llevas razón pero no me gusta discutir contigo, Yoongi.

 

Suga correspondió al abrazo rodeando con sus brazos la cintura de NamJoon y hundiendo su cara en el pecho del otro.

 

— Lo sé… Pero la próxima vez pídeme el iPad y no lo bloquees – gruñó en broma.

 

Una sonrisa se instaló en los labios de Rap Monster y entonces los dos se separaron de su abrazo.

 

>> ¿Hay papel por aquí? Porque dudo que a alguien le haga mucha ilusión encontrarse con mi semen en el suelo – susurró Suga aguantando una risa.

 

— Seguro que hay en algún lado y si no… bueno, podemos simplemente huir ¡Ah! Por cierto, se me ha olvidado decirte una cosa.

 

— ¿Qué es? – preguntó Suga.

 

— Que te amo.

 

— Es cierto, hoy todavía no me lo habías dicho – una sonrisa risueña relució en sus labios – yo también te amo, NamJoon.


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