Porque Nightwing no podía darle esa satisfacción a Red Hood.
No podía dejarle saber lo que le significaba, lo que era: por lo que, la excusa banal que representaba Damian, era perfecta: real y simple...gratitud, sonaba mejor que amor.
Porque Nightwing, jamás estuvo convencido del sentimiento correspondido.
Pero si había algo que podía hacer por Red Hood...
Eso era quedarse a su lado.... Y no importaba, si Red Hood se rendía a mitad del fuego ó seguía de pie en sus delirios de rey, él le apoyaría.
Red Hood fue el que inicio con aquella cadena y el, podía seguirla.
Las pocas ventanas que aún quedaban, estallaban... No eran rivales, para lo que el alma de esos dos se hacía añicos, sencillamente, el vidrio empalidecía de vergüenza por reconocer una masa capaz de romperse peor que él.
El veneno del humo entrando en su boca....de su tumba, era un regalo de lo que fueron en vida....realmente no se conocieron.
Red Hood no supo el nombre real de Nightwing, fuera de la especulación y Nightwing, no reconocía los vicios que Red Hood tenía.
Red Hood, se preocupó de ser incorrespondido y de siempre presionar y Nightwing, mantuvo en secreto todo amor.... Ambos, los dos, no sabían su edad, su origen, el nombre de sus familias o si siquiera tenían una, cuáles eran las venganzas o las aspiraciones que les provocaban delirios y noches en vela, tampoco se preocuparon por enterarse de que pasaba por el pensamiento del otro al mirarse a los ojos.....
Se desconocían al grado de conocerse.
Red Hood nunca fue Red Hood para todos.....sólo para Nightwing.
Nightwing siempre fue Nightwing para Red Hood, los demás sobraban.
Paradójicamente....descubrían esos detalles cuando todo terminaba.
Nadie moría de propia mano.
Nadie dejaba morir a nadie.
Y en su forma estática de ser, ambos se negaron a decir en voz alta, algo tan obvio.
Jack sabía que Nightwing tenía la clave.
Y a su vez, qué tal cosa no importaba.
Su objetivo, claro y hostil: elevaba las humaredas a la mitad de la madrugada.
Jack sostuvo el trago de su pequeño vaso. El licor amarillo brillaba como mil destellos de sol y ámbar en su mano. En su pasión desbordante de éxtasis puro al saber que dentro de poco sus planes finalizaban... ¡Qué él había ganado!.
Qué su paciencia había dado frutos.
Qué Outlaws era suyo y que nadie más pondría las manos sobre el legado de Pennyworth. Que no tenía enemigos y que su vida se tornaba perfecta.
Rio alto, rio bajo.
Todo era un perfecto caos.
Volvió a reír.
Las sombras se reflejaban, vagabundeando en las paredes, en las esquinas e incluso haciéndose pequeñas y grandes: enormes manchas negras de distintas personas.
La perfección duraba tan poco se dijo cuándo la colonia inundo sus fosas nasales.
-Buenas noches. Me temo que los esperaba en un buen tiempo, muy lejos del hoy – Admitió a la irascible figura que desprendía ese hombre.
-Kalduram está muy molesto, Neiper. Yo también lo estoy. Te atreviste a amenazar a nuestro sobrino, Red Hood era nuestro querido niño. Tim aguarda en la puerta del coche. Queremos pasear un rato. Nos aseguraremos que tu cuerpo no se encuentre – Conner se veía diferente. No era el mismo hombre que paseaba de la mano con Killer Croc.
-No pueden hacerlo – Sabia que podían. Pero le gustaba ir en contra.
-Claro que podemos - Jak alcanzo a identificar la grave voz aterciopelada de Titán Drake, muy diferente a la de su hermano, de Conner. Incluso alcanzaba a divisar al terror que era Yoite Drake, afilando sus iries por la poca luz que entraba en la oficina. Desde donde existía un ángulo perfecto de la humareda que cubría el cielo del departamento de Red Hood. - Me quedare con Outlaws. Nadie tiene que saber que estás muerto. Basta con que te crean un ermitaño que se la pasa dando órdenes a diestra y siniestra por teléfono.
-Red Hood me agrada, no voy a mentirte, Neiper. Kalduram le tiene cierto cariño, no mucho pero lo suficiente para que se preocupara unos instantes.- Dijo Conner - Pero Red Hood tiene que salir librado de quien fuera que le mandaste para poder ser líder de Outlaws: de lo contrario, Titán puede perfectamente encargarse del negocio – Euphoria no seguiría siendo la misma cosa, no con los Drake metidos.
-Andando, Neiper; Si quieres puedo ofrecerte un trato - Exclamo Yoite. Conner bufo por el práctico diablo que tenía por hermano a su lado, Yoite le sacaría provecho hasta a una roca - Soy miembro de la policía y déjame decirte que nos encantan estos centros: los Bufets son las piezas más imprescindibles en un caso. Aquí llegan todo tipo de rufianes, aquí se les hace una cuartada resistente por lo que el jurado tiene que encontrarlos inocentes. Mi jurisdicción a escondidas, ejecuta a estos individuos.
-Estas proponiéndome que Outlaws haga de carnada y cada día les pase el informe de los ingredientes para su carnicería ¿Me equivoco? - Dijo Jak. Yoite asintió. Él veía que era un trato de por demás ventajoso para Neiper: quedaba con vida, le dejaban una correa demasiado larga y de paso, podía seguir incrementando su fama como dirigente de Outlaws. Sería un estúpido de no aceptar.- Tim está esperándome allá abajo. Tengo una última cita a la cual asistir. Así que si no les molesta, hermanitos Drake, tengo que dejarlos. Su hermano no goza de paciencia.
-Tim jamás apresuraría un platillo, de eso no te preocupes, Jak - Francamente, de los Drake: Titán era el único que sentía realmente el deshacerse de Neiper. Resultaba muy beneficioso para él hacer negocios con Outlaws. Y francamente era preferible que Outlaws se quedara a su cargo hasta que alguien quisiera postular a otro fulano que quisiera hacer tratos con él; Si su hermano menor, Yoite, se agenciaba la corporación de Outlaws, Titán podría dar por perdido mucho. después de todo, Yoite era el bastardo que apreciaba hacer las cosas como debían. ¡Ya ni Kyle! Idiota moralista - Si he de admitir algo es que le ganaste a Red Hood.
-Todo fue gracias a la ayuda de Slade Wilson, Titán.- Le contesto Jak con una tranquilidad que le erizaba los bellos de la nuca al Drake sin rostro. Jak lamentaba no haber visto en la vida la cara de Titán. De seguro que guardaba las líneas pétreas y fuertes de sus hermanos menores o un desfiguro monstruoso y hasta romántico - Sin su mascota, Red Hood me hubiera ganado. Felicítenme a Wilson y denle mis condolencia por perder a tal pieza irremplazable. La mascota era lindo.
-No me gusta repetir las palabras de Tim- Se quejó Conner - Y mucho menos porqué me atañe de manera indirecta: Tim suele decir mucho que las mujeres o los hombres, son la perdición de los hombres, pues por ellas (sus pasiones) y su veneno se destruyen imperios y se condenan los destinos. Verás Jak, más bien yo diría que no es la mujer la que provoca esa perdición: sino que es el mismo descontrol del hombre ante el amor que la fémina le brinda, tan escaso que este tiene su origen en la historia personal. En todo caso, Red Hood y sólo Red Hood, tiene la culpa de no tener un final feliz con la mascota.
-No vistas de santas a todas las mujeres, Conner - Dijo Yoite – ustedes – Conner ni se ofendió por el termino - disfrutan del venero que se les brinda, hinchan el pecho orgullosas y bambolean aún más las caderas cuando pasan por una jauría de hombres que les aúllan obscenidades y lo esconden en un pudoroso rubor, fingidamente indignadas - Conner iba a reclamarle pero Titán lo mando a callar. Jak pensó inmediatamente en la modosita Essence o en la pecadora y sagaz Korian, o en la mismísima Harley que más que fingir indignación, se lucia cuan perfecta era para restregarles a esa bola de machos que ninguno era suficiente para ella. Yoite tenía un punto a su favor - Y si me dices que no, pues hay otro ejemplo; Hablemos de las monstruosidades de rostro esculpido por diosas, que se encargan de seducir sin reparos para conseguir cuanto quieren. ¿Te nombro a una de las tantas importantes de la historia? O de repente, hermano mío puedo nombrarte a ti.
-Soy tu hermano y por sobre el odio que le tienes a las mujeres, tienes que admitir que la seducción es usada tanto por hombres como por mujeres. Y no me recuerdes “eso”. Thomas ya lo hace cada que “le” volvemos a ver.- Jak giro interrogante mente hacia Titán, que solo negó con la cabeza, diciéndole con los labios que era una cosa de la que no querría saber detalles. Jak se preguntó cuándo fue que su ejecución paso a ser un debate entre hermanos.
-Bajemos o Tim se desesperara - Apenas Titán lo dijera, el claxon del auto inicio a sonar insistentemente en clave. Una clave que los hermanos crearon especialmente para sus años escolares - ¿Ven? Tim está molesto.
-Pues claro. Le prometieron a esa Avecilla que tendría mi cuerpo para destazarlo y estamos aquí tan tranquilos tomando el té - Resolvió Jak. Conner y Yoite se giraron impresionados por la poca importancia que Jak imprimía a su vida.- Red Robin está impaciente.
-No es el único - Hizo notar Conner - Tú pareces igual de loco por que Tim te abra en canal y se divierta sacándote los ojos. Y que aun mientras agonizas, sintiendo cada una de las pinzas que te arrancan las uñas: No te arrepintieras por apresurar una muerte prolongada por días. ¡Sí que hay locos en este mundo!.
-Mira el que habla – Se quejó – Nadie puede presumir de ser la muñeca de turno del asesino serial más bello del mundo.
-No empieces, Yoite – Dijo Conner cundo vio que su hermano hablaría después de Jak.
Jak saludo a Tim por el nombre con el que la policía lo apodaba y sin instrucciones, subió al auto; Poco importándole la furia con la que Tim le reclamaba a sus hermanos la tardanza.
A Jak no le sorprendió encontrar a Kent y a su consorte, Lex Luthor, en los asientos. Esos dos eran los amigos inseparables de R´as y Hall.
Entonces, haciendo cuentas… Essence tenía que contratar forzosamente a alguien bajo el mando de Valeska Dalton para ir por la cabeza de Red Hood y que él supiera, Valeska era amiga de Conner, lo que se resumía a que el único atrapado en la red era él.
El cuadro se cerró entonces. La maldita cantante fracasada de Valeska Dalton le había traicionado. Termino en el suelo por alguien que si quiera tomo en cuenta o participo en la historia.
-Buenas noches. Que sorpresa verte, Kent. Con que ustedes eran los responsables.- Clark disfruto la derrota de Jak, su tono, su aura de rey abnegado que aceptaba la pérdida de su reino...se sentía tan bien el desconcierto de Jak, porque su cerebro trabajaba, tratando de encontrar el lazo que le acuñaba con Jordan. Y jamás lo descubriría.
-Red Hood es muy vistoso, Jak. Él era el adecuado para que te concentraras en verter todos tus esfuerzos. No viste los golpes que no venían de él.- Le sonrió. Clark odiaba tener que mostrarse tan pasivo con el asesino de Damian; Hall y R´as, se lo habían confiado, cuando Damian tenía tres años y sus padres le detestaban: Lex y él, le cuidaron tanto como las formalidades y el sano juicio les permitían; Lex le dio una palmada cariñosa a Tim para que se tranquilizara, diciéndole con ello, que pronto tendría su recompensa por ser un buen niño - Por cierto, Jak, Jordan te manda saludos.
-¿Y qué podría decirme mi amorcito? – Dijo con alegría. Contento porque Hall Jordan le diera unas palabras.
-Disfruta lo que sembraste.
Selina se apretujo contra Bruce: ambos en la habitación del hotel que les sirvió de refugio en la guerra de esos dos, asimilando que Red Hood se había ido y que la última estrella de la noche, seguía tan alta.
Korian misma se apoyaba en su silla, a las sombras de la madrugada, llorándole al egoísta Red Hood. Temblando por el dolor.
Vallewida resintió la perdida, pues Arthur y Harper gritaban alcoholizados en su departamento, convirtiéndolo en un vertedero de basura; Berreaban las tonterías que Red Hood hizo hasta el final: resaltando una en especial.
A mitad de la ciudad, Hall apaciguaba a su lloroso hombre que no podía superar la muerte de Damian, y que apenas le importaba lo que sucedía al rededor, Wilson les acompañaba junto a Allan Sullivan, la mano derecha de R´as.
-¿Eso basta, Hall? - Preguntó Slade, sabiendo de antemano la respuesta - Le he cobrado a Jak su osadía. Damian...
-No me devolverás a Damian con esto, Slade - Gimió R´as , aún abrazado de Hall.
-No importando los inocentes que te llevaste de por medio, Deadstroke - Soltó Allan. Él no se encontraba muy de acuerdo, pero, aceptaba que no existía otra manera de acercarse lo suficiente a Neiper que usando a la mascota, el chivo expiatorio que tuvo la mala fortuna de estar en sus caminos.
-Red Hood no era un querubín, Allan. – Hablo Slade, cansado de que el rubio lo viera como si fuera el Diablo - Él mismo se puso en la jugada, pude escoger a cualquier otro, a Vallewida Freaser o a Kent, que tan bien se lleva con nosotros, pero: justo por ese detalle, es que no servía para el tablero. Hall no me hubiera perdonado que su amigo muriera. En fin, pudo ser cualquiera que pretendiera derrocar a Neiper, mala suerte para Red Hood que fuera él y mala suerte para la mascota que fuera el amado de un resurrecto.
-Te prometí traértelo - Le dijo Hall a R´as, sintiendo en el alma el haberle fallado a la única persona que amaba en el mundo - Juré que él y tú, estarían bien: Fallé, mi plan falló cuando Red Hood escogió a Nightwing, antes que una alianza. Se suponía que Red Hood vendría con nosotros, suplicando apoyo, no que se moviera a su antojo. Sus cabezas es todo lo que te puedo dar para que cauterices la herida que Damian ha dejado. Si pudiera tener el poder de resucitar a los muertos, te concedería a Damian: si supiera que Dios existe y que pudiera arrebatárselo de su sangre, la derramaría. –R´as lo sabía. Su Hall sufría tanto como él. No eran los padres más amorosos, pero en su desquiciada forma de ser: sin suda, eran los más peligrosos - Apelaste a la ternura y Red Hood, no lo salvo: tiene la muerte que se merece. ¿Cuáles inocentes, Allan? - Allan pego un brinco en su lugar. Odiaba cuando Hall se encontraba tan dolido. Slade se negaba incluso a acercársele, a Hall le faltaban las luces de la razón en esos estados alterados y no quería tener ni un hueso roto- Ya oíste a Slade, Allan, ellos pudieron salvar a mi hijo, y no hicieron más que darnos un bonito ataúd. Son culpables y la muerte les sienta bien.- Y señalo a la torre que suplicaba por auxilio y que apenas el agua lograba ser rival para las llamas - Jak me rogó por su muerte el día que se llevó a Damian de paseo, años atrás, pretendiendo que podíamos ser una familia feliz de tres… como si yo pudiera amar a ese bufón. E hizo llorar a R´as, y firmo la condena, al secuestrar y matar a mi bebé. Damian vale dos o tres, las vidas inocentes que hagan falta, Allan; No culpes a Slade, Allan, él hacia mis deseos realidad, como siempre - Wilson asintió.
-No quería ofenderlos - Dijo Allan con ternura hacia R´as- Sólo estaba preguntándome en voz alta, Hall, lo que su venganza se llevó. Pero no tienes que contestarme hoy, tenemos mucho tiempo para pensarlo y después, atesorarlo para recordarlo sin lastimarnos -Aunque viendo a R´as Al Ghul en su llanto agónico, temía que sus palabras no fueran a convertirse en realidad.
Y en su forma estática de ser, ambos se negaron a decir en voz alta, algo tan obvio.