Primera Parte:
I. Él es el amor de las cámaras
Un fuerte estruendo le hizo abrir los ojos de golpe. Estaba descalzo, con unos pantalones cortos y una camisa blanca con los cuatro primeros botones desabrochados. Parpadeó confundido intentando ver algo a través de la oscuridad, pero lo único que logró visualizar fueron pequeños rayos de luz que se colaban por las rendijas del lugar en el que sea que se encontrase.
Se removió notando que tenía las manos y pies atados con una soga. Y entonces su respiración se agitó.
¿Dónde estaba? ¿Por qué estaba atado?
Recorrió con la mirada todo el estrecho espacio en el que se encontraba, notando a lo lejos, música.
Estaba en la cajuela de un auto. Pero, ¿Por qué?
¿Era esto una mala broma de su manager? ¿Una broma de todos los miembros de su staff?
Elevó las manos atadas hacia el ‘techo’ y golpeó con fuerza sin saber que esperar de aquellos golpes, no era como si la cajuela fuera abrirse, pero quizá, el ruido alertaría a la persona que estuviese conduciendo el auto y se detendría. Pero, si se detenía… ¿Qué iba a hacer?
- Por Dios… - masculló sintiendo lágrimas en sus ojos que empezaron a caer por su rostro. – ¡Déjame salir! – gritó inútilmente.
Sollozó intentando recordar lo que había sucedido. Pero era como si una laguna mental le hubiese invadido de repente y no recordase absolutamente nada. ¿Por qué estaba ahí? ¿Cómo había llegado a esto?
<< Quiero salir >>
Miró alrededor suyo buscando algo que le ayudase a salir de ese lugar, Aunque con las manos atadas no iba a lograr mucho. Intentó zafarlas, pero la soga estaba tan fuertemente atada que se lastimaba las muñecas con solo intentar tirar de ellas.
Suspiró sintiendo que su cuerpo empezaba a sudar de lo desesperado que estaba. Si esto era una broma, era de las peores que pudieron haberle hecho y realmente se enojaría por un muy largo tiempo con las personas que estuviesen involucradas en esto.
Una sacudida le hizo golpearse de nuevo contra el maletero y protestó con un sollozo llevándose ambas manos a la frente, donde había recibido el golpe.
- ¡Yah! – gritó en protesta mientras se sobaba e intentaba calmarse para pensar con más claridad.
No recordaba casi nada, pero empezó a repasar sus horarios del día.
Se levantó a las 7 am. A las 8 am tenía una reunión con su manager, discutieron sobre el nuevo proyecto al que se estaba preparando, un drama, donde él sería el protagonista, de nuevo. A las 10 am tenía una sesión de fotos. A la 1 pm tomaba el vuelo a Yokohama, donde se filmarían las primeras escenas del drama. Debía conocer el lugar y familiarizarse. A las 4 pm se reuniría con su estilista para acordar el traje que utilizaría en la fiesta de esa noche.
Recordaba claramente el haber compartido un refresco con su estilista, y luego nada. ¿Le habían drogado o algo así?
<< Imposible, la lata de refresco estaba sellada y no bebí nada más después de eso >>
Entonces ¿Qué demonios estaba pasando?
¿Esto era parte de la filmación del drama? ¿Estaban haciendo una prueba de sus dotes de actuación? Si era así, ¿No podían haberle pedido que hiciese una presentación? ¿Por qué tomar medidas tan drásticas?
Sus pensamientos fueron desvanecidos cuando escuchó un celular. Estaba dentro de la cajuela. Pero no sonaba a su ringtone.
Se removió desesperado, si había un celular podía llamar a alguien y pedir ayuda. O tal vez era su manager diciéndole que todo esto era una broma y que había una cámara escondida en la cajuela que revelaría sus vergonzosas reacciones frente a todo el mundo.
Una vez que encontró el celular lo tomó como pudo entre sus manos y acercó la pantalla a su rostro.
<< Desconocido >>
Sin pensar más pulso el ícono verde acercándose el aparato al oído.
- ¿Hola? – su voz sonó más desesperada de lo que quería que sonase, pero no recibió respuesta alguna - ¿Quién eres?
No escuchaba ninguna voz, y por un momento empezó a creer que el aparato estaba malogrado. Cuando una canción empezó a sonar. La voz de Whitney Houston se escuchaba fuera de la cajuela del auto, pero esta vez, con más claridad a través del aparato. ¿Estaban llamándole del asiento delantero?
- <<I’ll always love you-ou-ou~>> - la canción sonaba tan fuerte y claro a través del celular, pero le hizo sentir un ligero escalofrío.
- S-SungDeuk, ¿Eres tú? – intentó llamando a su manager, pero de nuevo, no escuchaba respuesta más que la canción - ¿SungDeuk? Vamos, esto no es gracioso, ¿sabes? … ¿Estás castigándome porque no acepté salir contigo anoche? ¿Es eso? Sabes que no podía, tenía mucho sueño, ¿Vale? Por favor, sácame de aquí, tendrás problemas con Minyeop – su voz sonaba entrecortada y suplicante. Tenía miedo. Los espacios cerrados nunca habían sido de su agrado, y menos si se encontraba atado.
- Tu voz suena tan deseable cuando estas asustado
El sobresalto que dio casi le hace tirar el celular de las manos. No reconoció la voz, pero sabía que no era su manager. Y eso le hizo temblar.
- ¿Q-Quién eres? – exigió temeroso.
- Cielos, que grosero he sido SeokJin, me presentaré en unos minutos, como es debido.
Y la comunicación se cortó sin darle oportunidad de exigir nada más. ¿Qué había sido aquello? ¿Quién era el hombre que conducía el auto?
Miró la pantalla del celular y marcó con prisa desesperante el 119.
Esperó un tono, dos tonos, tres tonos. << Maldición >>
- 119, ¿Cuál es su emergencia? – la voz femenina resonó y suspiró fuerte antes de hablar.
- ¿Hola? Habla Kim SeokJin, ¡Necesito ayuda! – casi gritó de lo desesperado que estaba.
- ¿Disculpe? Hay interferencia, ¿Puede deletrear su nombre?
Soltó una maldición mirando la pantalla con solo una barra de señal telefónica.
- Mierda… Kim SeokJin, ¡Por Dios! ¡Me han secuestrado! – gritó intentando mantener la línea.
Se suponía que esas llamadas telefónicas podían rastrearse vía GPS, a lo mejor podían rastrear el celular y dar con su paradero antes de que algo peor sucediese.
El aparato cayó de sus manos en un sacudón que dio el auto. Notó que las ruedas del auto habían pasado a una superficie distinta. Como si fuera tierra, o arena. ¿Dónde estaban?
Intentó tomar el móvil de nuevo agradeciendo que la llamada no se hubiese cortado aún.
- ¿Señorita? Por favor, necesito ayuda, ¡Ayúdeme por favor! ¡Estoy en la cajuela de un auto! – no podía evitar gritar del miedo que sentía.
De pronto un nuevo sacudón le hizo golpearse y sintió el auto detenerse. Sollozo asustado y miró la pantalla del móvil. << Sin cobertura >>
- Esto no puede estar pasando.
Escuchó la música subir de volumen exageradamente. Y la puerta delantera abrirse.
Le entró pánico y tiró el móvil tras su espalda intentando esconderlo con desespero. Si su secuestrador aparecía estaba perdido. Pero entonces tendría que abrir la cajuela, y él tendría oportunidad de escapar.
- Oh por Dios – las ansias le estaban haciendo temblar y sudar como nunca antes había sudado en su vida.
Intentó quedarse en silencio pero las fuertes notas de “Love Me de The 1975” sonaban tan fuerte que no le dejaban concentrarse en nada. Y eso le puso aún más alerta.
Había pasado un minuto ya, pero nada sucedía, ni un solo movimiento. Respiró agitado con las lágrimas en el rostro y pegó un brinco cuando la cajuela se abrió de golpe obligándole a cerrar los ojos por la fuerte luz que cayó sobre él.
Agitó los brazos y piernas atadas terminando por encogerse y dar una patada con fuera hacia la persona parada frente a la cajuela.
Escuchó una maldición y luego sintió un golpe en la cabeza y un pinchazo en la pierna.
Gritó un balbuceo y su mente empezó a nublarse. Abrió apenas los ojos sin poder reconocer a la persona frente a él. Tampoco pudo distinguir ni un solo rasgo facial, solo unos pequeños mechones rosados de cabello caer por debajo de una gorra y unos marcados hoyuelos en sus mejillas debido a una sonrisa.
- Sé niño bueno, SeokJin – escuchó la voz y una suave caricia en su cabello.
Estuvo a punto de maldecir y mandar a la mierda a quien sea que fuera ese tipo. Pero lo único que pudo balbucear fue un patético: << Vwierdaa>>