— ¡Akira! — te grito en el oído. He estado limpiando la casa para olvidar el desconsuelo que sentí al momento en que me gritaste esas tormentosas palabras que se clavaron en mi corazón.
— ¿A-ah? —te tallas los ojos algo apresurado, he conseguido mi objetivo que era asustarte— Taka— susurras— tengo sueño amor, dejame dormir otro poco, otro día salimos, si quieres— buscas otro lugar más cómodo para seguir en tus plácidos sueños.
—Me prometiste que hoy iríamos a sacar fuegos artificiales.
—Lo siento Taka, otro día.
— ¿¡Otro día!? ¡Siempre me prometes cosas y no las cumples! — salgo echando humo por la orejas —enojado—, azoto la puerta del departamento para salir a dar una vuelta.
Ahora comprendo por qué se te hace difícil lidiar con un mocoso, sigo haciendo escenas infantiles, pero es que tú eras muy “viejo”. Camino en línea recta hasta llegar a un pequeño restaurante, donde tu querido amigo trabajas —eres el “intendente” —el que limpia—, pero te gusta estar aquí por el simple hecho de que le amas la cocina—. Tomo una mesa donde me fueras a ver de enseguida, cosa que pasó a los pocos segundos.
—Limpiaré la mesa— te tomas tu trabajo tan en serio aunque es algo simple— ¿Qué te trae por aquí?
—Te dije que hoy iría a tirar fuegos artificiales— con mi dedo índice formo distintos círculos —que no parecían—.
— ¿Qué pasa con eso? — te sientas a mí lado.
—Me dijo que no íbamos a ir porque tenía sueño, en pocas palabras.
—Es normal, él trabaja todo el tiempo, y tú, bueno no es que quiera ser malo, pero no ayudas en mucho, aunque también es porque eres menor de edad y no puedes hacer mucho de lo que te propones— todo es verdad, pero aun así duele.
—No soy menor de edad, ya tengo diecinueve cumplidos. El año que entra tendré diecinueve. Yutaka, ¿Tú crees que importe mi edad? Digo, en si soy demasiado inmaduro y tú ya no eres un “niño” así que podría tomar algo de ti.
—Pues, ni lo creas, estoy saliendo los veintiuno y vez que tampoco soy tan, que digamos… “no infantil” pero en este caso, solo te diré que dejes de molestarlo mucho con tus juegos de niño, sabes que él trabaja mucho y tú lo haces también, rara vez tiene un día libre, sé que te sientes solo aun estando con él en casa y más porque él se la pasa dormido, pero viajar de un lado a otro no es divertido y es cansado. No te desanimes, podrán tener el veinticuatro juntos— me sonríes a lo que atino a hacer lo mismo.
Era verdad pero ya había dicho que puedo durar hasta el veinticuatro enojado y no me echaré para atrás — o es lo que pienso—.
*
— ¿A dónde fuiste? ¿Qué estabas haciendo? Todavía no sabes cuidar de ti solo, no puedes salir a la calle sin yo saberlo.
—Akira, fui a ver a Yutaka, y no eres mi padre para decirme eso— cada vez que me haces este tipo de escenas, me enoja demasiado, no me agrada ni un poco que me trates como a un niño.
—Me preocupo por que salgas de la nada, ¿Qué pasaría si te atropellan o te secuestran? Todo sería culpa mía— tomas tu melena con desespero— Takanori, sólo quiero que estés bien.
— ¿Sobreprotegiéndome, eso es lo que quieres? — muevo mi cabeza lentamente al mismo tiempo que te “mataba” con la mirada— yo no quiero nada de eso.
—No estoy haciendo eso, pero puedes tomarlo como te guste— das media vuelta molesto.
— ¡Jódete! — te grito antes de ir al cuarto.
Miro el baño, no quiero bañarme pero mañana tengo que trabajar. Maldito frío.
— ¿Quieres bañarte conmigo, mi amor? — me cuestionas abrazándome por la espalda, en ocasiones no puedes soportar mucho tiempo enojado conmigo, pero yo he dicho algo y lo voy a cumplir.
—No, me bañaré solo.
*
—Taka— aprecio unos cálidos toques en mi espalda— mi amor.
— ¿Quién es? — tallo mis ojos con algo de sueño todavía.
—Soy yo mi amor, deberías despertar, falta una hora para que vayas a trabajar.
—Otro rato más— me tapo más con las cobijas.
—Vamos a levantarnos— sigues moviéndome.
—Está bien, está bien— repito alejando tu mano—, pero deja de hacer eso— me destapo y un escalofrío recorre gran parte de mi cuerpo. Estamos en época de la tan deseada y amada navidad, me gusta el invierno, ver como cae la nieve, me despojaba y me tranquiliza cuando algún pensamiento no grato aparece, ahora es cuando más quiero verla. Tanto me fascinaba, pero me llega a quitar las ganas de bañarme, aunque no puedo andar sucio por el mundo como un vagabundo.
Te miro a los ojos, me volteo indignado recordando el enojo y la pequeña discusión que tuve contigo.
— ¿Sigues enojado? Vamos Taka, no te diré nada— intentas abrazarme, en ese justo momento me levanto y camino hasta el espacioso ropero.
—Déjalo Suzuki, por hoy no quiero hablar más.
—En ese caso, me voy al trabajo, ten suerte en el tuyo, date un baño caliente y abrígate lo suficiente para que no enfermes— quise voltear a despedirte, pero mi mente me dijo que no lo hiciera.
Cierras la puerta un poco fuerte, en un minuto más o menos fue lo que tardas en encender la motocicleta y salir a tu trabajo. Me siento un poco triste al no despedirte, no sé cuántas veces me he enojado contigo y que al mismo tiempo te lastimo, quiero parar pero no puedo, lo siento.
*
—Que tenga un buen día y felices fiestas— sonrío.
Mi trabajo consiste en ser cajero en un supermercado. No tengo estudios terminados por lo tanto no tengo un trabajo “decente”. Me dijiste hace mucho que debía dejar la escuela para que me fuera contigo, que me ibas a mantenerme y no debía preocuparme por tener un empleo, pero yo deseaba hacerlo y ganar un poco de dinero por mí solo para no sentime sin “utilidad”, los primeros meses estuve sin uno porque todavía era menor de edad, pero al pasar el tiempo me aburría en casa y decidí salir a buscar empleo, no duraba mucho ya que llegaba tarde o me quedaba dormido, al poco tiempo comprendí que tener un trabajo era responsabilidad cosa que en ese momento no entendía y no tenía.
Volteo a ver el reloj “Es hora de irme” susurro. Voy directo a los vestidores que tienen los supermercados para los empleados, camino directo a mi closet, saco con cuidado mi playera, un suéter y una chamarra para cubrir lo suficiente el frío. Me traslado hasta los baños, me despojo de mi playera de uniforme, tapo mi nariz y estornudo cuatro veces, creo que me enfermaré, me apresuro a vestirme.
—Hasta luego Yuu-san— me despido.
—Hasta luego Taka-chan— respondes. Salgo calmado, sacando un poco de dinero, iré a comprar unas cuantas golosinas y tal vez unos fideos, no tengo ganas de cocinar hoy.
— ¡Taka! — me gritas.
— ¿Akira? ¿Qué haces aquí? — estoy sorprendido.
—Salí temprano, quise pasar por ti para ir a comer a algún lado— sacas un caso de la parte trasera— vamos, sube e iremos a comer a donde quieras.
Me acerco sonriendo, la verdad es que te amo tanto.
—Pensaba ir a comprar fideos para comer, pero ya que me estás haciendo una invitación…— me coloco el casco con sumo cuidado.
—Vamos, ¿Sigues enojado? — me abrazo a tu cintura.
—Ya no. Sabes…— silencio repentinamente.
— ¿Qué sucede? — te miro y sonrío.
—Te digo luego, por ahora sólo quiero ir a comer.
*
Entro a casa, han pasado unos cuantos días y mañana será navidad, no tengo nada preparado, no te he visto desde ese día que fuimos a comer. Debo pensar en algo sin tu autorización, espero que no te moleste. Primero debo buscar la comida que haré y después arreglar la casa, que es un desastre y muy apenas tiene el pino a medio poner, los regalos no se pondrán ahí, se verán mal estando todo desacomodado. Es mucho trabajo lo que haré, pero todo sea por pasar una feliz navidad a tu lado.
Voy directo al baño, me desnudo con rapidez para darme un baño caliente, quiero tener todo listo para mañana en la mañana salir a comprar tú regalo —que todavía no sé qué comprarte—.
Después de ese relajante baño, me dirijo hasta el “cuarto” de Koron— este perro me lo regalaste después de que mi gato muriera, cuando lo trajiste era un pequeño perro, que sigue siéndolo, y muy apenas podía caminar, lloré de felicidad al verlo—, se encuentra durmiendo, todo esto facilita mi “trabajo”. Sostengo mi celular entre las manos, me meto a una página para investigar y pongo “Cenas para Navidad románticas”, pico la primera página que aparece en mi pantalla.
—“Ensalada de, de, gra-granada y naranja” ¿Qué rayos es una granada? — tecleo rápido para ver cómo sería una ensalada de ese tipo y de verdad que se ve rica tan solo en la imagen, podría hacer dos ensaladas en pequeños platos hondos y después…—suspiro.
Ese es el platillo que más rápido haré, lo dejaré para el final. Podría hacer salmón para “platillo principal” —leo todo lo que la página me dice— un postre de palvola de ¿Fresas? Puedo cambiar eso y poner otros tipos de frutas por encima, también pedirte dinero para comprar un vino, dudo que me dejes tomar un poco de eso así que mejor algo refrescante, como un refresco o agua de sabor.